Jimin se encontraba en la cocina decorando el pastel que acababa de sacar del horno.

Le coloco unas fresas que esperaba que le gustaran mucho a Jungkook.

La mano de su madre se poso en su hombro.

—¡Qué delicioso se ve el pastel!—pronunció si progenitora.—¿Es para Jungkook?

Jimin asintió con una gran sonrisa.

—Seguro que le encantará como todos los que le has hecho.

—Dice que soy bueno en esto, por eso le hago tantos postres.

Su madre sonrío.

—Sin duda el romanticismo lo sacaste de tu padre, Jimin—reconoció.—Yo jamás antes de ser novios pude hablar con él, me daba pánico acercarme a él y poder ser rechazada, me da gusto que tengas seguridad en ti mismo.

Jimin pensó un poco las palabras de su madre. Nunca se había puesto a pensar que Jungkook lo podía rechazar. Simplemente cuando empezó a llamarle la atención el pelinegro, le obsequiaba miradas y como eran correspondidas pues se animo a hablarle y así comenzar a darle obsequios, por lo tanto la atracción era mutua o eso creía ya que Jungkook no lo había rechazado aún.

—Jimin—lo interrumpió de sus pensamientos.—De un momento volaste a otra dimensión.

Jimin sonrío y negó con la cabeza.

—¿Como supiste que le gustabas a papá?—preguntó Jimin sin más.

—Porque el me lo dijo, fue muy valiente y sin más me lo dijo.

—¿Y si no te lo hubiera dicho tu jamás hubieras dado el primer paso?

—Exacto—contestó su madre.—Tal vez me hubiera perdido de todo esto que tengo, pero mis sentimientos hubieran estado a salvo.

—Yo nunca le he dicho a Jungkook que me gusta, mamá.

—No, no lo has hecho—sonrío.—Pero con tus regalos y cartas eso dice más que mil palabras, Jim.

Jimin asintió pensativo.

—Y Jungkook jamás me ha dicho que gusta de mi—el pelinegro se quedo pensando un momento y después sonrío.—Tal vez esta esperando que yo de el primer paso para que el me pida ser su novio, seguro todos esos regalos no son suficientes y el solo piensa que lo veo como un amigo.

Su madre lo miró dubitativa.

—En las cartas le dices lo que sientes, ¿no es así?

—Simplemente le digo que es muy guapo, muy talentoso y que tenga un buen día o algo así, eso pueden hacerlo los amigos.

Su madre asintió lentamente.

—¡Pues ya esta!—exclamó Jimin con felicidad. —Hoy mismo Jungkook sabrá de mis sentimientos y en la noche ya seremos novios seguramente.

Su madre sonrío y lo abrazo.

—Verás que si.

La entrada del campus Leonis estaba llena como de costumbre.

Jimin pasó como pudo tratando de que el pastel no fuera arruinado, le había quedado perfecto y así quería que siguiera para que Jungkook quedara encantado con el resultado.

Entro al campus y comenzó a caminar mientras pensaba en que momento sería perfecto entregarle su creación a Jungkook.

—¡Hola!—dijo el chico que se interpuso en su camino, con una gran sonrisa.

Jimin se detuvo y divisó a Taehyung el corredor de los leones marinos y hermano menor de Jungkook.

—H-hola.

—¿Cómo estás Jimin?

Jimin confundido no supo que decir, la verdad no entendía porque Taehyung le hablaba.

—Bien.

—Oh que bueno—exclamó.—Tal vez te resulte extraño que nunca te haya saludado y hoy sin más vengo a hacerlo, pero nunca es tarde, ¿no?

—S-supongo que no.

Taehyung sonrío.

—Si sabes quien soy, ¿verdad?

—El hermano de Jungkook, Taehyung.

—Si...—dijo Taehyung. —Pero mejor que me conozcas por mi a que por ser el hermano de Jungkook, mejor conoceme por ser el fullback de los leones, hago muchas hazañas en el campo.

Jimin sonrío.

—Esta bien.

Taehyung miró el pastel que el pelinegro llevaba en la mano y supo para quien era al instante.

Sabiendo el plan que tenia con su hermano, sin más abrió el pastel y metió su dedo en el para después meterlo en su boca y degustarlo.

—Delicioso.

Jimin miró la escena horrorizado, el pastel que tanto le había costado hacer ahora estaba arruinado, ya no existía tal regalo para Jungkook.

Taehyung al ver el rostro de Jimin se sintió bastante apenado, sabia que no era la manera pero al menos así pudo evitar un encuentro entre ellos.

—Lo siento Jimin—pronunció Taehyung.—¿Era para alguien?

Jimin asintió mientras en su boca se formaba un leve puchero.

—Era para J-jungkook.

Taehyung lamento lo que iba a hacer, pero tendría que hacerlo para quitar a Jungkook del corazón de Jimin.

—Pero si a Jungkook no le gustan los pasteles, ni los postres.

—Pero no es posible, yo siempre le regalo postres y el me dice que le gustan.

—Pues te miente, Jimin—contestó Taehyung. —Bueno ahora veo que nos miente a los dos, ya que suele llegar a casa y dice que esos pasteles se los dan sus admiradoras y pues yo me los como todos por lo mismo.

Jimin sintió su corazón romperse un poco.

—Pero sin duda he sido afortunado al probar tremendas delicias—dijo Taehyung tratando de reponer el buen humor de Jimin.—Ahora que se que tu eres el chef puedo pedirte muchos de ellos, ¿no?

Jimin sonrío levemente y asintió.

—Y bueno no te enojes con Jungkook, seguro no quería hacerte sentir mal por esos pasteles y por eso te decía que le gustaban, no es malo ni un poco.

—Lo sé.

—Si tienes duda de su bondad pregúntale a su novia.

—¿N-novia?

Taehyung se estaba dando bofetadas mentales, no aguantaba más ver los ojos de Jimin apunto de brotar lágrimas por lo lastimado que se encontraba.

—Si ya sabes, su novia Chaeyoung.

Jimin pasó saliva y sintió que una lagrima resbalaba por su mejilla.

—No sabia que Jungkook tenia novia.

—Digamos que es algo como un secreto, prefieren tener un poco en anonimato su relación ya que Jungkook no quiere un escándalo que interfiera con los leones.

Jimin asintió y le entrego el pastel a Taehyung.

—Ahora que lo probaste y te gustó puedes quedartelo—a pesar de lo dolido que se encontraba le dijo esto al chico frente a él con una sonrisa.

Taehyung recibió el pastel en sus manos con una sonrisa.

—Gracias Jimin.

—Por nada—sonrío débilmente.—Me tengo que ir, una disculpa.

—No—pronunció Taehyung.—Bueno obviamente tienes que ir a clases y no te detendré, pero,¿te parece si en el almuerzo salimos a alguna parte?

Jimin lo pensó un poco, no quería ser grosero con Taehyung y menos ahora que se había comportado muy bien con el al decir que su pastel o mejor dicho sus pasteles estaban deliciosos.

—Podemos ir a Burgerys, todo suele estar muy rico ahí y hasta mañana empiezo mi dieta así que...

—Si—respondió sin más Jimin.—Vamos a Burgerys.

Taehyung sonrío satisfecho.

—Entonces paso por ti a tu salón, ¿qué te toca antes del almuerzo?

—Estoy en el taller de la profesora Ura a esa hora.

—Entonces paso por ti.

Jimin sonrío y se fue de ahí hacia su salón.

Mientras iba caminando agradeció mucho el gesto de Taehyung, mientras se distraía un poco saliendo con el que era tan amable así se podría olvidar un poco de lo roto que estaba su corazón al enterarse que Jungkook no gustaba de él y para empeorar todo incluso tenía novia.

El corazón de Jungkook no le pertenecía pero su corazón si le seguía perteneciendo a Jungkook y no sabía hasta cuando seguiría siendo así.

nota <3

gracias por el apoyo que le están dando a esta historia, de verdad me entusiasma mucho que esta historia en la que estoy trabajando con mucho entusiasmo a ustedes les esté gustando.

en el siguiente capítulo conocerán a otros personajes lindos que sé que les gustaran y otros que a lo mejor no tanto, pero nada, espero que les siga gustando esta historia.

¡nos leemos en otro capítulo!

chao 🫶