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24. Partes rotas

En esta ocasión el dibujito de multimedia es por parte de -nesquikdefresa
Q bonito que se ve el besito <3

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Mirabel y yo comenzamos a intercambiar unas pocas palabras.
Nada demasiado personal o largo, apenas algunos comentarios acerca de la comida o cualquier tema aleatorio que se nos ocurría.

Si bien el hecho de estar hablando con alguien más me hizo aferrarme a mi ropa por los nervios, he de decir que también me sentí un poco aliviado de poder llevar algo parecido a una conversación con un mínimo de normalidad... O al menos no con tanta incomodidad.
Sí se sentía un poco extraño, y prefería miles de veces una conversación llevada por Camilo, pero supongo que igual era un poco agradable esto.

Después de atreverte a hablar con alguien creo que lo demás se va facilitando poco a poquito... Es complicado, pero igual tampoco está tan mal.
Menos cuando nos quedamos sin saber de qué comentar, ahí sí es algo incómodo.

Da igual, puede que no sea la manera de pasar el rato que yo eligiría pero al menos está haciendo que el tiempo se me pase un poco más rápido.

Mirabel es bastante curiosa, no parece que sea alguien precisamente tímida pero aún así le cuesta hablar conmigo.
Igual, supongo que agradezco el esfuerzo.

- Entonces, ¿Qué tal te sientes en el pueblo? ¿Es muy diferente a dónde vivías antes?

- U-un... Un poco

La apariencia del pueblo es diferente, donde vivía papá era más grande y las construcciones un poco diferentes.
Era más parecido a una ciudad que a un pueblo, pero aún así creo que la diferencia más obvia por mucho es la de la gente.
Allá no tenían personas mágicas, y bueno, incluso las personas comunes no eran tan unidas o relacionadas entre sí.

Los chicos de mi edad tampoco eran demasiado amigables, y eso que en ese entonces aún no necesitaba tanto a mí Camilo como ahora. Tal vez eso ayudó un poco a que nunca llegara a tener amigos como tal ahí, igual fue en su mayoría mi culpa... Después de todo, ¿Qué clase de chico querría juntarse con uno que siente atracción por chicos?

- E-el lugar y... Y las p-personas son... Uhm,  diferentes

- ¿Y eso es bueno o malo?

Levanté la vista del plato, y casi sin pensarlo miré en dirección a Camilo.
Por fin estaba aunque sea un poco tranquilo, ya que estaba bastante ocupado comiendo sus arepas, supongo que para poder comer más antes de que se acabaran.
Suspiré para mí mismo y miré la arepa en mi plato. Apenas si la había tocado, pero me animé a mordisquearla un poco más, pegando pequeños bocados que masticaba con calma.

Bien, supongo que entonces Camilo sería "esa clase de chico".
Eso... Creo que me alegra bastante. Pero también es problemático.

- A-ambas de alguna... alguna forma

Estaba por preguntarle ahora yo algo a Mirabel, para intentar contribuir con la conversación, pero me callé incluso antes de saber qué decir cuando la abuela Madrigal llamó la atención de todos.

- De acuerdo, todos prestenme su atención por un momento. Sé que hablo en nombre de toda la familia Madrigal, diciendo que es todo un placer para nosotros recibir a los Guzmán en este día de hoy. A la señora Guzmán, una fiel amiga de la familia, a su hijo Mariano, un muchacho de excelencia en todas sus formas, y a su más reciente y joven miembro, _______, al que le dimos la bienvenido al pueblo hace tan solo unas semanas pero se ha integrado de maravilla

Sí, bueno, me parece que es algo exagerado decir que me he integrado "de maravilla" aquí, pero parece que es por educación.
Me sentí algo incómodo por ser parte del tema de atención, aunque me consolé pensando que después toda la atención se enfocaría en Mariano e Isabela.

- ... La llegada de un nuevo miembro de la familia siempre es una bendición. Y tanto la señora Guzmán como yo estuvimos de acuerdo en que una bendición siempre puede ser mejor

De acuerdo... ¿Cuándo empiezan a hablar de Mariano? Esto ya se está haciendo Incómodo, la mayoría están mirando a la abuela mientras habla, pero Dolores y Camilo me están mirando a ratos.
Eso me hace pensar si alguien de la familia de Mirabel también podría estar intentando verme, están del mismo lado de mi mesa así que no puedo verlos ni me pienso asomar a descubrirlo.

- Los Guzmán son casi parte de la familia para nosotros, así que en vistas de lo bien que ha florecido la relación de Mariano e Isabela desde hace cinco años, consideramos que sería una posibilidad buena a explorar el que la bendición de la llegada de _______ forme parte de ambas familias

Esto ya no me estaba gustando.
La señora hablaba con una fija sonrisa, y con palabras cuidadosas y bien elegidas.
No lo decía directamente, pero todos los rodeos sutiles y no tan sutiles que daba solo terminaban por señalar, de una manera cada vez más evidente, a lo que se refería en realidad.

Fue la señora Guzmán quién continuó hablando dónde la abuela Madrigal lo había dejado, pero no por eso la intención se hizo menos evidente.

- Es una propuesta similar a la que en su momento hicimos con mi Mariano e Isabela, y ya que todo surgió de maravilla como en esa ocasión estuvimos hablando y pensando que probablemente pueda ser un buen plan para futuro. Y claro, es casi como una señal que _____ tenga la misma edad que su encantadora Mirabel

¿De verdad están...? ¿Me están intentando comprometer cuando apenas voy a llevar un mes aquí?
Con una chica que no conozco de nada... Una CHICA con la que apenas hablé hoy un poco.
¿Todo para qué? No entiendo el sentido de esto, no lo entiendo.
Sabía que no debía venir, quisiera... Quisiera gritarle a las señoras.
Reclamarles, pero... Ni siquiero siento mi voz. No puedo hablar, no puedo...
No debería...

- Señora Guzmán, ¿Está sugiriendo un... arreglo entre Mirabel y su muchacho?

- Fue más bien algo que pensamos que sería provechoso para ambas familias, Julieta querida

Le tenía fe a la señora Julieta cuando salió a hablar, pero en cuánto vi que fue la señora Alma quien le respondió mi esperanza se perdió tan rápido como mi voz.

- Aún son jóvenes así que no tenemos por qué hablar de nada demasiado formal todavía, simplemente es una manera de dar un recibimiento más cercano a este chico en ambas familias. Igualmente solo mencionamos a Mirabel porque ella tiene la misma edad de ______, pero los años pasan así que no estamos forzando nada. Solo pretendemos que el chico se sienta bienvenido y querido aquí

"Bienvenido" y "querido".
En mi vida, solo me he sentido así en un sitio que definitivamente no era este.

- Tranquila querida Julieta, tu madre y yo nunca tomaríamos una decisión apresurada sin preguntar por el sentir tuyo y de Agustín como padres de Mirabel, pero también hay que pensar en las opiniones de los muchachos. ¿No es así, Mirabel? ______ es algo tímido, pero parece que ya se han acercado un poco. Todos necesitan un amigo, ¿No? Tal vez podrías a ayudar a _____ con eso, no te pido nada más personal si no lo quieres así

Cada día me pregunto más cómo es que mi papá era hijo de esta señora.
Me comencé a pellizcar ansiosamente la manos por debajo de la mesa, mientras intentaba buscar con la mirada algo en lo que pudiera distraerme para no tener que pensar en lo que estaba sucediendo.
Nadie le pide a otra persona para tener amistad con un tercero, es más que obvio que eso no es lo que pretende.

- Es... Bueno, _____ es agradable como un amigo...

- ¡Genial! Los chicos de la edad siempre se entienden entre ellos, seguramente se llevarán muy bien

Esto es inútil, es tan inútil. Quiero irme de aquí.
El dolor en mis manos me hizo reaccionar y dejé de pellizcarme un momento, no quería terminar por dejarme marcas o algo así.
En su lugar, llevé mis manos al vaso e intenté beber poco a poco el agua para calmarme, pero no llegué muy lejos antes de comenzar a sentir algo de náuseas.
El sabor neutral y refrescante del agua se había vuelto increíblemente desagradable en un instante.
Aún así, me limité a sostener el vaso contra mi boca mientras cerraba con fuerza los ojos un momento.

No bebí, pero si puedo controlarme aunque sea un poco de esta forma... Siento las manos entumidas, pero al mismo tiempo me está ahogando el poncho. Me siento mal...

- Oh, ¡Yo también soy de la edad de _____! Y de hecho somos amigos, ¿Verdad? ¡Creo que ya nos adelantamos un poco, abuela!

La voz de Camilo llegó con una claridad increíble a mis oídos, tanto así que incluso levanté la vista para comprobar que de verdad él seguía en el otro extremo de la mesa.
Él estaba en su sitio, y al parecer ahora todos lo miraban a él. Pero él solo me miraba a mí.

No parecía ni un poco nervioso, y me sonreía con tranquilidad, y calidez en su mirada.
El simple hecho de verlo me dió un pequeño apoyo, algo familiar y... agradable, algo a lo que quería aferrarme en un momento así.

Pero lejos de tranquilizarme, eso sólo me hizo distraerme del control que estaba intentando llevar de mí mismo en este momento.
Las manos me temblaron, y apenas me había dado cuenta de eso cuando escuché el sonido de algo romperse contra el suelo, justo a mis pies.

- ¡Ah! ¿Tu vaso se cayó?

- ¿Qué fue eso?

- Ma', creo que el vaso de _____ se rompió

Ay mierda, ay mierda... ¿Por qué lo solté? Ni siquiera... No me di cuenta, yo no quería...
¿Qué estoy haciendo? Primero la lagartija y ahora... Ahora un vaso, ¿Por qué soy tan idiota? Mierda, mierda, por supuesto que ahora todos miran para acá, que idiota...

- L-lo... Lo sien... Lo s-sien... to mucho. No... N-no no... N-no que... q-quería... No, n-no... Yo n-no...

Antes de que me diera cuenta ya estaba arrodillado en el suelo, intentando recoger torpemente las partes del vaso mientras balbuceaba.
No podía hablar en voz alta, y ni siquiera podía sostener bien las partes rotas. Las soltaba sin quererlo, mis manos no parecían poder sujetarlas lo suficientemente fuerte.
¿Qué se supone que haga cuando las termine de recoger? Pararme y esperar la mirada de todos fijamente en mí... No puedo, ni siquiera... Ni siquiera voy a poder pararme...

Necesito algo, necesito... Necesito ayuda. Quiero salir de aquí, pero no quiero tener que pasar frente a todos para irme.
Solo quiero desparecer, no quiero estar ni un instante más...

- ¿Necesitas ayuda?

Voces, voces, escuchaba las voces lejanas y confusas de otras personas, pero una se escuchó más cerca.
Escuché la voz de una chica, después un tacto en mi hombro y de inmediato solté un respingo involuntario mientras me hacía a un lado.
Me tiembla el labio, siento que me tiembla el labio. Maldita sea, no me voy a poner a llorar... Pero aún así siento que me tiembla el labio.

Ni siquiera puedo ver bien, no creo que sea por mi cabello. Yo simplemente... Simplemente no... Ni siquiera sé dónde...

- ¡Hey! ¿Qué pasa con esta reunión secreta bajo la mesa a la que no me invitan?

¿Camilo? ¿Dónde...?
Solté otro pequeño respingo cuando repentinamente una mano me cubrió los ojos, al mismo tiempo que sentí como el dueño de esa mano me jalaba hacia él.
Probablemente me hubiera asustado más de no ser porque rápidamente me di cuenta de que se trataba de Camilo al escucharlo hablar de nuevo.

- Casita, ¿Nos ayudas a recoger los trozos de vidrio? Alguien se puede lastimar

No veía nada, pero curiosamente eso era una especie de alivio en este momento.
Camilo... Me siento tranquilo con él, así que estoy bien conque él se encargue de todo por un momento, mientras yo intentaba por lo menos respirar con normalidad.
Aún estaba lejos de estar tranquilo, pero por lo menos ya sentía algo parecido a una estabilidad ciega.

Escuché vagamente como Camilo le decía algunas cosas a su prima, antes de que él me ayudara a ponerme de pie con cuidado.
Solo entonces me descubrió los ojos un momento, aunque de inmediato me sentí aturdido por la cantidad de miradas que había dirigidas hacia nosotros así que me limité a aferrarme al brazo del chico mientras miraba hacia el suelo, contando los mosaicos de cierta parte en un intento torpe de distraerme y tranquilizarme.

Camilo soltó un pequeño respingo, pero con todo y eso aparentó normalidad con una facilidad que me hizo sentir avergonzado.
Mientras respondía a sus familiares preocupados con rapidez y agilidad, podía notar como nos iba guiando a ambos fuera de ahí.

- ¡Está bien! A ______ solo se le resbaló el vaso, pero me dijo que quizá comió demasiado así que lo acompañaré al baño... ¡Oye Mariano! ¿No se supone que tenías algo importante que decirle a mi prima? Igual pueden empezar con eso, no tardamos nada

Finalmente llegamos a las puertas del sitio, las cuales se abrieron por si solas para, por fin, dejarnos huir de ahí.

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