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21. Escamas cálidas por el sol

En este caso me enviaron un par de dibujitos, uno de Camilito y otro del rayito. Les dejaré un dibujo aquí y otro en el siguiente capítulo.

ELBANTHER ya te etiqueté no m robes mis deseos en mudae :(
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La prima de Camilo parecía haberse molestado mucho porque hubiéramos entrado así en su habitación, además de que justamente la vimos con esa chica.
Debido a eso, sinceramente creo que no podía culpar a mi amigo por pedirme que esperara hasta mañana para poder regresarme a mi Camilo.

- Isabela se molesta con un poco de facilidad, pero tampoco es que sea mala. Seguramente para mañana por la mañana o incluso hasta hoy en la noche ya se habrá tranquilizado lo suficiente como para pedirle a Camilito de vuelta

Supongo que tiene sentido, pero no he pasado ni una noche sin mi Camilo desde que llegué aquí. Seguramente a la señora Guzmán le va a encantar esto, pero ella no es quién no va a poder dormir ni un poco hoy.

- Lo tendré para mañana. Solo intenta... Olvídalo, ni siquiera necesitas venir. Yo iré a dártelo, ¿Bien?

- Bueno... P-perdona por dejarlo... Ahí

- Está bien, igual fue mi culpa que tuviéramos que salir tan rápido. Tú no te preocupes

Camilo me dió una suave caricia en la cabeza que sinceramente me hizo sentir algo mejor, así que asentí levemente mientras me animaba a sonreírle un poco.

- Eh, ¿Vas a estar bien...? Tal vez pueda ayudarte de alguna forma mientras recupero a mi tocayito

- N-no, está bien. Solo... Solo será hasta m-mañana, ¿Verdad?

- ¡Sí, precisamente! Antes de que te des cuenta tendrás a Camilito de nuevo... ¿Eh?

Ambos volteamos al escuchar un ruido acercándose. Los tablones del piso estaban empujando un objeto hacia nosotros desde un extremo del pasillo, y al acercarse más pudimos darnos cuenta de que era un pequeño reloj despertador de mesa.

- Eso es... ¡Ah, gracias casita! Se nos hizo un poco tarde, la abuela no debe tardar en volver y si se entera de que te traje.. No te lo tomes a mal pero...

- E-está bien, entiendo. M-mejor... Mejor me voy. ¿Nos vemos mañana?

- Seguro, hasta. Me gustaría acompañarte a tu casa pero... Seh, será mejor que espere aquí. Pero te puedo acompañar a la salida, vámonos

Seguí a Camilo hacia las escaleras, bajando rápidamente hacia la primera planta. Mi amigo consideró que sería mejor salir por el patio de atrás, solo en caso de que su abuela ya estuviera en camino hacia acá.

- Si bajas un poco por la colina podrás rodear a casita sin que te vean desde el camino principal para llegar aquí desde el pueblo

- B-bien, a-adiós entonces...

- ¡Bye bye! Iré a buscarte mañana en cuánto pueda

Asentí, sintiendo un poco de calor en el pecho al ver a Camilo despedirse de mi de una forma un poco linda.
Avancé rápidamente un par de pasos, dispuesto a marcharme, pero me detuve un momento al pensar en algo.
Aún tengo que pasar lo que me queda de la tarde, y la noche... Yo solo.
Así que, tal vez...

- Eh... ¿C-camilo?

- ¿Qué sucede? Oh...

Me regresé torpemente lo poco que había avanzado, llegando justo frente a Camilo y aún dudando un poco antes de extender mis brazos hacia él ligeramente.

- ¿E-está bien sí...? Solo un... Un p-poco...

Ni siquiera podía mirar al chico de la vergüenza, espero que no le parezca muy raro que le pida un abrazo antes de marcharme.
Si puedo pensar en esa sensación antes de dormir, en lo que sentí en aquel puente cuando me abrazó...

- ¡Por supuesto!

Aún cuando era lo que quería, solté un respingo cuando Camilo me abrazó sin dudarlo, incluso estrujandome un poco entre sus brazos.
Me dejó tan desconcertado que, a pesar de que yo fui quién empezó, me costó un momento regresarle el abrazo, sintiéndome repentinamente más relajado mientras apoyaba tímidamente mi mejilla en su hombro.

Es tan cálido como recordaba... Tal vez hasta más.
Y la manera en que sus brazos me rodean, se siente curiosamente reconfortante. Creo... Creo que esto me gusta bastante.

Siento un poco su cabello, es suave... Quisiera tocarlo mejor, tal vez después. Con algo de suerte...

- ¿Es suficiente?

- S-sí, entonces... ¿Nos vemos mañana?

Me obligué a alejarme después de unos preciosos segundos de permanecer abrazado a Camilo. Estábamos justos de tiempo, y no podía quedarme aferrado a él por siempre... Por más que se sintiera tan agradable.

- Por supuesto. Nos vemos, principito

Camilo

- ¡Camilo! ¡Camilo!

- ¡Ahora alzame a mí!

- ¡¿Puedes convertirte en mamá Julieta?!

Ahh, aún puedo recordarlo bien... En ese último abrazo pude rodearlo por la cintura, ¡Es bastante delgado!
Me preocupa un poco, me pregunto si come bien... Pero bueno, he de admitir que es... ¿Satisfactorio? De alguna forma.
Ya que es tan delgado puedo rodearlo tan fácilmente... Ah, cómo me gustaría haberlo podido sostener más cerca, daba mucha tentación de abrazarlo un poco más fuerte, pero no quería ponerlo Incómodo o algo así.
Además, me pregunto si no sería un poco raro...

- ¡Camilo!

- ¡A-ah! Eh, sí... ¡Vengan todos aquí! ¡Mi prima Luisa puede con todos ustedes!

Solté un pequeño respingo cuando uno de los niños me jaló de la ruana. Salí de entre mis pensamientos de inmediato, recordando que se supone que estaba terminando mi turno de hoy como niñero.

Cambié rápidamente a la apariencia de mi prima, alzando en brazos al puñado de niños reunidos a mi alrededor.
Puede que no sea capaz de imitar la fuerza increíble de Luisa, pero por lo menos puedo aprovechar la fuerza natural de sus músculos.

- ¡Hola a todos! ¿Pasándola bien con mi primo Camilo?

- ¡Mirabel!

- ¡Sí!

La llegada de Mirabel a la habitación me dió a entender de manera silenciosa que ya había terminado con mi turno de hoy.
No pude evitar suspirar de alivio.
Si bien disfruto bastante de cuidar a los niños y niñas del pueblo, he de admitir que ya necesitaba algo de descanso después de la mañana agitada que tuvimos hoy con ________.
Ni siquiera he tenido oportunidad de ir con Isabela para pedirle a Camilito, debería intentar hablar con ella después de la cena.

- ¡Muy bien todos! En fila, sus padres están esperándolos en la entrada

- ¡Todos en fila! ¡Vamos, vamos!

Terminé de bajar a los que cargaba en mis brazos antes de cambiar de nuevo de forma, esta vez a la de Mirabel mientras ayudaba a ordenar a los pequeños.

- Todos sujetense entre ustedes... Eso es, de la manito o de la ropa...

- ¡Genial! Vamos detrás de mí, siguiendo a la casita

Las placas del suelo comenzaron a moverse rítmicamente, marcando el paso de Mirabel para que el resto de pequeños comenzaran a ir tras de ella.
Me aseguré de que ninguno se quedara atrás antes de seguirlos, supervisando de cerca.
Me adelanté un poco hasta la salida, dónde ya esperaban los padres de todos, y conforme los pequeños se iban reuniendo con sus padres yo me despedía de todos dándoles un pequeño gusto al transformarme en ellos por un momento.

- ... Y adiós Juan y Esmi, recuerden compartir sus juguetes, ¡Nos vemos!

Observé al par de hermanos marcharse, despidiéndome de ellos con la mano mientras volvía a mi apariencia normal.
Bueno, esos fueron los últimos.

- Ahh, siento que podría comerme una torre de arepas

- Mal por ti primo, todas las que cocinó mi mamá para hoy se acabaron en la ida al pueblo. Pero escuché que hoy iba a haber sancocho de gallina para la cena

- Bue', está bien

Me gusta todo lo que cocine mi tía, pero sus arepas son superiores.
Igual no está mal, no comí nada en la tarde así que tengo bastante hambre.

- ¡A la mesa! ¡La cena!

Tanto Mirabel como yo atendimos de inmediato al llamado de mi tía desde el comedor unido a la cocina.
Mamá y papá estaban ayudando a acomodar la mesa, así que me apresuré a ayudar también mientras que Mirabel fue a ayudar a la tía con la comida.

La abuela y Toñito también estaban listos en sus sitios, y mi prima Luisa y mi hermana no tardaron en llegar a ayudar también, pero no veía a mi prima Isabela por ninguna parte hasta que finalmente llegó el momento de servir la comida.

- Gracias por ayudar. Tengan cuidado, está caliente

Entre mi tía, Mirabel e Isabela empezaron a servir los platos en la mesa, así que me apresuré a acercarme a Isa para intentar ver si ya estaba algo más tranquila.

- ¡Hola Isa! Déjame ayudarte con eso

- Como quieras, pero no lo sujetes por debajo o te quemarás

- Tú siempre tan gentil y amable prima, ayudando a los demás... Y hablando de ayudar...

Dejé apresuradamente los platos en su sitio, y al ver que mi prima ya iba a tomar asiento me apresuré a sentarme a su lado.
Normalmente nos sentamos más o menos de la misma forma por costumbre, pero realmente no tenemos como regla sentarnos en un sitio específico a menos que la abuela lo especifique.

Tuve que ganarle el asiento a mi tío Agustín, pero él no pareció molestarse demasiado y simplemente se acercó una silla al lado de su esposa.

- ¿Ahora qué quieres, Camilo?

- Oh vamos, ¿Sigues molesta por lo de esta tarde?

- Si sigues hablando de eso en voz alta, sí lo estaré

Suspiré y asentí, viendo como el resto de la familia terminaba de sentarse.
Parece que sigue un poco molesta, pero al menos no me ha corrido de aquí.
Estaba por intentar insistir un poquito y tantear terreno para preguntarle por el peluche, pero cuando la abuela comenzó a hablar me quedé callado ya que no quería llevarme un regaño o algún castigo.

- De acuerdo, familia Madrigal. Hoy ha sido un día maravilloso y productivo en el que hemos contribuido a la comunidad con el regalo que nos fue concedido. Y ahora disfrutaremos del alimento, después de dar las gracias en silencio por un momento

La abuela juntó las manos sobre la mesa, cerrando los ojos y agachando ligeramente la cabeza.
Imité su gesto, al igual que el resto de la familia. Alcancé a ver cómo mi mamá guiaba un poco a Antonio en como hacerlo adecuadamente.
Sinceramente, ahora mismo tengo varias cosas en la cabeza como para poder concentrarme bien en dar las gracias.

- ... Amén

- Amén

- ¡Amén! Oye Isabela-...

Murmuré un apresurado final antes de volverme hacia mí prima, pero desafortunadamente la abuela tenía otros planes.

- Mientras comemos, me gustaría repasar algunas fallas que se han repetido demasiado últimamente. Primeramente, Luisa...

- ¡¿S-sí, abuela?!

Mi prima pareció sobresaltarse al escuchar a la abuela, ya que incluso se escuchó el sonido de la cuchara chocando contra el plato.

- Te has atrasado en tus tareas, además no reubicaste la iglesia como estaba planeado para hoy ni arreglaste el cauce del río para acercarlo a los campos más alejados del pueblo

- Lo sé, yo solo... Me sentía un poco...

- Tú don es una bendición muy grande y útil para esta comunidad, y debes aprovecharlo de una manera responsable y agradecida, ¿Lo entiendes?

Me asomé un poco para observar a Luisa, ella normalmente luce bastante tranquila y alegre al mismo tiempo. Solo la he visto lucir nerviosa debido a la abuela, y también... Creo que solo ella podría hacerla lucir mínimamente débil y cansada aún cuando es la persona más fuerte de la familia.

La expresión agobiada de su rostro duró apenas un instante, tras lo cual volvió a su habitual seriedad... Aunque esta vez no lucía ni un poco alegre.

- Sí... Lo entiendo, abuela. Me ocuparé de la iglesia y el río mañana temprano, y me pondré al corriente con mis tareas en el resto del día

- Oh, es bueno que lo menciones Luisa. Tengo que hablar con ustedes también, Pepa y Julieta, pero hay algo más importante sobre lo que me gustaría hablar antes, y es que mañana estaremos atendiendo preparaciones para un maravilloso evento sorpresa en la tarde

Intenté llamar la atención de Isa en voz baja, ya que parecía que la abuela iba para MUY largo con su plática, pero ella me hizo callar al sacudir su cabello para disimular un golpe con un tallo que me dió de lleno en la mejilla.
Bufé mientras me frotaba el golpe con una mueca, resignandome a escuchar lo que fuera a decir la abuela.

- Dolores escuchó algo muy interesante hoy, ¿Quisieras compartilo con el resto de la familia?

Mi hermana dejó suavemente su cuchara sobre su plato, justo cuando estaba por tomar un bocado, y anunció lo que había escuchado con voz calma.

- Mariano está listo para pedirle oficialmente matrimonio a... a Isabela

- ¡Así es! Como sabrán, desde hace años tenemos el acuerdo verbal con la señora Guzmán para que nuestra perfecta Isabela se case con su maravilloso hijo Mariano, y así unir nuestras familias. Sin embargo, hasta ahora se han terminado los preparativos para comprometerlos oficialmente, por lo que mañana tendremos una comida con los Guzmán en la que Mariano pedirá la mano de nuestra hermosa flor

Supongo que eso es algo bueno, si todos los Guzmán vendrán entonces seguramente _____ estará también aquí.
Será más fácil entregarle a Camilito... Sí lo consigo, claro.
Miré a mi prima de reojo, ella no parece demasiado emocionada aún cuando se trata de su propio compromiso.
De hecho, todavía se veía más emocionada hoy, cuando estaba con esa amiga suya en su habitación.

- Julieta, necesitamos una comida maravillosa para mañana, Dolores puede darte una guía de la comida favorita de los Guzmán. Isabela, debes estar tan perfecta y hermosa como siempre para Mariano, y Pepa... contrólate y ten un día perfecto para una ocasión perfecta

- Sí, sí, ¡Estoy tan feliz por tí, florecita!

- Mi vida, la nube...

Mamá se apresuró a disculparse mientras agitaba las manos sobre su cabeza, deshaciendo la gran nube que se había formado sobre su cabeza ya que, si bien esta tenía un enorme arcoiris colorido surgiendo de ella, parecía estar volviéndose lentamente en una de lluvia.
A veces llueve cuando mamá se emociona demasiado, todavía me acuerdo del día en que Antonio le dijo "mamá" por primera vez.

- También será una buena oportunidad para hablar de otros temas de común interés que tenemos con la familia Guzmán, pero dejaremos eso para mañana. Aunque si me gustaría preguntarte algo, Mirabel, ¿Qué opinas del nieto de la señora Guzmán?

Oh, ¿Ahora Mirabel? Esta conversación solo está cambiando de objetivo pero no parece terminar.
Como sea, mejor empezaré a comer en lo que encuentro oportunidad de hablar con Isabela.

- ¿_________? Bueno, es... ¿Está bien? No he tratado mucho con él así que no estoy del todo segura, pero según lo que escuché parece agradable

No sólo lo parece, lo es. Es un poco complicado acercarte por lo difícil que parece serle tratar con los demás, pero es un chico agradable.
Es tranquilo, pero divertido a su manera. También es bastante adorable con esa manía suya de cargar a su peluche a todas partes y con lo tímido que es, pero aún así tiene su carácter para ciertos asuntos. Hace un esfuerzo por tratar contigo, y por ayudar cuando puede... Y aunque no parece gustarle demasiado el trato con las personas parece que disfruta más del contacto físico de lo que él mismo cree, sujetar su mano es curiosamente satisfactorio y abrazarlo es tan agradable... Igual quizá se deba a que es un chico bastante lindo...

- ¡Ay!

No pude evitar quejarme cuando sentí un golpe bastante fuerte en la parte de atrás de mi cabeza. De inmediato miré a Isabela con algo de molestia, no sé si lo hizo con su mano o con una planta pero dolió.

- Contrólate, puberto desesperado

Me iba a ofender un poco por la rudeza de sus palabras pero al darme cuenta del por qué lo decía de inmediato me tranquilicé.
Me apresuré a volver a la normalidad, cambiando mi cabello y seguramente mis ojos también por su apariencia habitual.

Maldición, ¿Otra vez?
Ah, no me transformaba sin querer tan seguido desde que era pequeño. Por lo menos han sido solo detalles y no transformación completa... O eso creo.
Lo bueno es que creo que todos están más interesados en el interrogatorio de Mirabel que en mí.

Lo que sea, sea mejor que me apresure a comer mientras siguen hablando, y así podré hablar mejor con Isa en cuanto termine.

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