VII: Exámenes manchados de frappé
Bostece y me talle los ojos. La clase de estadística me estaba arrullando, las voces de mis compañeros sonaban como una canción de cuna en mi cabeza y aunque ya era lunes, todavía sentía las bocinas de la fiesta retumbando en mi cabeza.
Después de que Sadie me explicará el tema de derecho, me quedé profundamente dormido en su cama, al lado de ella. Una canción de electrónica mezclada con voces de los minions, nos despertó. Esa horrible canción era mi tono de llamada y la persona que marcaba era Caleb, preguntándome dónde chingados estaba, que era la 1 pm y que no me encontraba en ningún lugar de la casa de Paula. Me vestí y le dije que lo veía en 5 minutos para pedir un Uber.
Sadie me dijo que no era recomendable viajar en Uber por ahí, porque había escuchado que la tarifa subía demasiado y que había habido intentos de secuestro, así que se ofreció a qué nos llevará SU chófer a nuestra casa. Sadie se despidió de mi con un beso en la mejilla, me pidió que le avisará cuando llegara a casa y me subí al coche del chófer.
En fin, le pedimos al conductor que nos dejara cerca de indios verdes. Ya ahí, tomamos una combi hasta nuestra colonia y cada uno tomo el camino a su casa.
En todo el trayecto, Caleb se quejo de su dolor de cabeza y de estar fatigado, así que ni siquiera se molesto en preguntarme a dónde había ido. Ninguno de los dos vomito y eso fue lo mejor del sábado.
Aún con la resaca, ese fin de semana estuve estudiando, trabajando y preparando mis postres para el lunes, no me detuve ni un segundo para descansar. Así que, el día lunes me encontraba hecho polvo.
Mientras bostezaba y miraba las diapositivas de las normas de información general de finanzas, note la mano morena de Caleb dejando un papel en mi cuaderno. Desdoble la nota rápidamente.
"¿Adivina quién tiene el examen de derecho?:)))
Por cierto, ¿Qué es lo que pasó el viernes?"
Hice bolita el papel y le dije a Caleb, en voz baja, que habláramos cuando terminara la clase. Seguí tratando de no bostezar y prestar atención al pizarrón, pero el tema estaba tan mal explicado que me resultaba imposible mantener la vista al frente sin que mis párpados se cerraran.
La clase termino, tome mis mochilas y camine rápidamente fuera del salón con Caleb. El clima estaba frío y la humedad me provocaba dolor en las rodillas y en la espalda.
Me recargue en la pared de ladrillos rojos y cruce los brazos, tratando de calentarme. Espere a que se fueran nuestros compañeros y a que quedáramos relativamente solos.
Caleb se veia sereno, como si le fuera indiferente todo el tema del examen y el final del semestre.
—¿Cómo conseguiste el examen? —Le pregunté a Caleb, en voz baja y en un Tailandés bastante malo. La ventaja de eso era que nadie podría entendernos, pues solo nosotros (al menos en esa escuela) entendiamos tailandés.
Caleb saco su Wii U de su mochila negra mientras silbaba. Aún desconocía la manera en que había conseguido el dinero para comprar una consola así de cara.
—Hoy me salte la primera clase con Anahí, Pau y otros 3 weyes —Contó Caleb, igual en voz baja, pero en español. Hablaba lento, para que pudiera entender lo que decía—. Uno de los vatos se metio a la sala de profesores a buscar los examenes, pero el profe no se alejaba de ahi y era imposible hacer cualquier maniobra
—¿Entonces?...
—Pues decidimos que fuera el más carismatico a platicar con el profe para distraerlo y poder buscar con calma. Obviamente, me eligieron a mi —-Caleb sonrió y se señalo a si mismo. Estaba seguro de que si no fuera por sus rasgos asiaticos, su estatura y masa muscular, nadie lo consideraria carismatico, en todo caso, seria considerado un egocentrico de la peor calaña.
Pero en fin, ¿quien era yo para juzgar a Caleb?
—Mientras platicaba con el profe sobre mi interés por estudiar algo relacionado con su materia, Pau consiguio una foto de nuestro examen. ¿Quieres jugar Mario kart? —Dijo, extendiendome la consola. Se la regrese, la verdad es que tenía ganas de jugar pero había quedado en entregar algunos postres en los edificios más lejanos.
—Tengo que entregar postres por canchas, ¿Me acompañas?
Caleb nego con la cabeza, causando que el pompón de lana de su beanie gris se moviera de forma graciosa. Ese gorro se lo había regalado en su cumpleaños número 14, mi abuelita Adela me ayudo a tejerlo y desde entonces, Cal lo usaba en todas las temporadas de frio.
—Tengo que ir a resolver el examen con mi morra, te lo paso resuelto al rato —Explico Caleb. Mientras conectaba sus audífonos a la consola, me miro de reojo y continuo—. Y no creas que no me vas a explicar a dónde te fuiste el viernes. ¿Recuerdas algo de la peda?
Automáticamente, mi mente viajo al momento cuando mis manos acariciaban el cuerpo de Sadie, el sabor a Jägermeister en mi boca, el ruido del lavabo rompiendose y las risas de Sadie.
Mire al otro lado del pasillo, como si no me importara la pregunta de Caleb.
—Solo recuerdo el momento en que me obligaste a tomar... —Suspire y jale la manga de mi sudadera gris—. Te vi con Paula, lamentablemente no puedo olvidar eso.
Caleb levanto sus cejas pobladas y se quito los audifonos.
—Debes de haberte confundido, wey, yo ni siquiera vi a Pau en toda la fiesta, ¿Estas seguro de que no te drogaron o algo asi?
Entrecerre los ojos y busque con la mirada las manos de Caleb. Por supuesto, estaba abriendo y cerrando su puño con fuerza y rapidez, siempre lo hacia cuando estaba nervioso.
No podia culparlo de mentir, Caleb se había ganado la fama de infiel y estaba dispuesto a cambiar eso antes de que terminara el año, sin contar que realmente le gustaba mucho su nueva novia y no queria decepcionarla como a sus exs.
Ademas, ¿no era yo tambien un mentiroso por ocultarle que recordaba casi toda la fiesta con claridad?, ¿no estaba evadiendo el tema de Sadie para evitar tener una larga platica sobre mis ideales en las relaciones?. Realmente, yo no era mejor persona que él.
—Te creo, nos vemos al rato.
Suspiré y camine en dirección a las canchas. No sabía cómo superaría la semana de exámenes sin morir de sueño, lo único que me consolaba era que ya se acercaban las vacaciones de invierno.
Caminaba lento, mirando mis gastados tenis rojos. Tenía un agujero irregular en la punta del teni izquierdo, si llovía, me iba a mojar los pies, pero aún no quería comprar otros, necesitaba ahorrar el dinero.
Despues de caminar por 2 minutos, llegue a las canchas y frente a un charco de agua, me encontré con la pareja que me habia hecho un pedido. Les regale la sonrisa más realista que pude y esperé que no notarán mis ojeras ni el hoyo en mi teni.
—Hola, lindo día, les traigo los postres que me pidieron.
La muchacha, de cabello corto y ojos oscuros, me regaló una sonrisa, me parecía que ellos eran menores que yo, pero no podia asegurarlo.
Una brisa de aire que venía cargado de polvo me golpeó en la cara, así que tosi mientras buscaba el pay de limón y el pay de queso que me habían encargado. Tome los postres con mis manos rasposas y toscas.
—Muchisimas gracias chico de los postres. Oye, ¿Tu tienes clases con el profe Victor?
Recibí un billete del novio de la chica. Mientras buscaba cambio en mi mochila, le dije que si con la cabeza.
—Vaya, es que hoy lo vimos enojado, decía algo de que le faltaba un examen y que iba a reprobar a todos sus grupos, queríamos preguntarte si tú sabías algo
Le regrese el cambio. Tragué levemente saliva y trate de mantener la calma, mis manos temblaban y la boca me sabía a tierra. Incluso senti como se me metio un poco de agua en el teni.
—No tenía ni idea, pero si me entero de algo, se los confirmo. Si quieren otro dulce o postre pueden mandarme mensaje, ¡Tengan un excelente día!
Me aleje con rapidez de la pareja y al llegar a los límites de la escuela, donde no había tantas personas, cerré mis ojos con fuerza y pensé en posibles soluciones a todo eso. No sabía si podría pasar el examen extraordinario de derecho con una buena calificación y mantener mi beca. Tampoco era opcion quedarme un cuarto año en el bachillerato por solo una materia.
Rechine los dientes y jugué con mis lentes, pasandolos de una mano a la otra, tratando de aliviar mi ansiedad. Mi corazon latia con fuerza y rapidez, tanto que sentia que se me salia del pecho ¿Qué podia hacer?, ¿Como podia arreglar la situación?, ¿Estaba preocupandome de más?.
Pensé en marcarle a Anahí, ella siempre tenia ideas brillantes para tranquilizarme, pero me detuve al pensar que lógicamente que ella me preguntaría como había estado la fiesta y siendo sincero, yo no quería mentirle y sabia, en lo más profundo de mi pecho, que si le decía la verdad, le rompería el corazón.
Mi celular sonó, con ese tono ridiculo que recordaba a 2010. No conteste, queria aclarar mi mente y saber que hacer en cuanto al examen y a Anahi.
Aunque no fueramos pareja, me sentia responsable de los sentimiendos de Anahi hacia mi persona y no queria lastimarla...
El celular volvio a sonar, me estaba poniendo de los nervios el sonido de los minions hablando y cantando, pero me sentia un desastre como para poder responder con calma. Colgué.
Tal vez podia pedirle un consejo a Caleb, pero tendria que explicarle que me estuve metiendo con Anahi a sus espaldas y que nunca se lo conte, además de que sus consejos eran bastante estupidos y no creia que me sirvieran de gran ayuda. Pero, ¿Quién sabe? Tal vez Caleb estaria iluminado, quizas deberia de darle una oportunidad...
El ridiculo tono de los minions volvio a hacerse presente en el ambiente. Solte un chillido de desesperacion mientras me llevaba las manos al cuerpo de la mandibula, a punto de colapsar por el estres.
Tome una bocanada de aire y saque el telefono de mi bolsillo delantero, mientras una posible solución se me cruzaba por la cabeza.
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Sadie tomaba la bebida fría de café que había comprado mientras jugaba con el popote. Yo estaba jugando con mis lentes, pasandolos de una mano a la otra.
Aunque habíamos quedado como amigos, Sadie me habia llamado para salir después de clases el lunes a tomar algo, acepte sin pensarlo mucho, porque estaba muy estresado y no queria hablar ni con Caleb ni con Anahí.
—¿No quieres de mi frappé? —Pregunto Sadie, extendiendo su vaso. Negué con la cabeza mientras me rascaba la nariz—. ¿No quieres que te compre algo?
—Todo en esta cafetería es extremadamente caro Sadie, sin ofender.
La rubia hizo un mohin y le volvió a tomar a su bebida. Sentía los labios resecos y el ambiente extravagante de la cafetería me causaba claustrofobia. Pensé en salir de esa cafeteria, abandonando a Sadie, pero imagine que el resto de la plaza seria igual de elegante que el café, ademas de que no me apetecia que todos los guardias del lugar me vigilarán por mi tono de piel. Al menos al lado de Sadie, la gente no miraba tanto.
—A mí tampoco me gustaban las bebidas frías, pero cuando empecé a surfear era lo mejor. Ya sabes, ejercicio, calor y una bebida fría —Conto Sadie, sonriendo y hablando rápido—. Si algún día te animas a pedir alguna bebida fría en Starbucks, pide un café frío de vainilla, es muy tú.
Sonreí y me relami los labios. Deje tranquilos mis lentes, me puse derecho y mire a los ojos a Sadie.
—¿Por qué es muy yo?
Sadie jugo con un mechón de su rubio cabello y sonrió. El olor de la madera fina se mezclo con el olor a canela de Saddie.
—No se, siento que es algo que te gustaría muchisimo —Explico Sadie, sonriendo. Busco algo en su mochila celeste y después tomo su frappé— Oye, vamos afuera, necesito un cigarro.
Me levanté del lugar y empuje la silla contra la mesa. Seguí a Sadie a la parte externa de la tienda.
Ya había encendido el cigarro cuando yo llegue. Su cabello rubio se movía con la brisa del viento y parecía frágil con sus delgados brazos expuestos, tenia puesta una camisa de tirantes negra de algun grupo de rock que yo no conocía. Me preguntaba como no podia tener frio.
Caleb decía que era relajante fumar, pero yo creía que era lo peor que podías hacer ya que eso te causaba perdidas de dinero y salud. Mi amigo nunca me hacía caso en eso y sospechaba que si le comentaba mis ideas a Sadie obtendría un berrinche de su parte.
Había platicado un poco por mensaje con Sadie y sentía curiosidad, porque era alguien tan alejada de mi mundo que me costaba entender muchas cosas de las que hacia o realizaba, pero realmente yo queria entenderla. Queria saber que hacia con tanto tiempo libre, sin preocuparse por el dinero, por el trafico o por la comida. Me causaba curiosidad conocer a alguien que era tan alejada a todo mi estilo de vida.
—¿Estás fumando porque estás estresada?
Sadie sonrió mientras negaba levemente con la cabeza. Sus grandes arracadas doradas brillaron al moverse.
—¿Por qué crees que estoy estresada?
—Mmm, tal vez... No sé, ¿Te están obligando a estudiar algo que no te gusta?
Sadie rio a carcajadas mientras me miraba, como si no pudiera creer lo que había dicho. Coloque las manos en el bolso de mi sudadera y Sadie volvio a darle una calada al cigarrillo.
—No seas tonto. AMO estudiar biología marina y mis papás nunca tuvieron problema con esa carrera, solo mi abuelita paterna hizo un escándalo, diciendo: "VA A QUEBRAR LA EMPRESA FAMILIAR" —Explico—. Aunque ella lo dijo en alemán, y en un tono más chillon. And I was like... Oma, todo saldrá bien, encontraré a alguien que se encargue de la empresa and everything it's going to be okay, fine? Pero nooo, ella estuvo chingue y chingue con que soy la única hija y que debo de dedicarme a la empresa.
Sadie lucía como una chica de Nueva York que estudiaba arte con su camisa negra de tirantes, sus converse negros y medias de red. Usaba un choker negro de flores. Perfectamente podia visualizarla corriendo por los pasillos de alguna universidad importante en una gran ciudad, pero me costaba verla como alguien que viviera en México.
Se vestía muy extraño, pero de alguna forma, lograba que todo lo que se ponía se le viera bien.
—Entonces, ¿Estás fumando porque te estresa tu abuelita? —Pregunte. Sadie me echo el humo de su cigarro en la cara, empece a toser y a tratar de despejar el humo con mis manos.
—Sere directa. Me caga tu actitud el día de hoy—Gruñó. Me extendió su frappe y lo tome, confundido, después, tiro su cigarro al piso y lo pisoteo con saña.
Me miro con sus ojos grises, como un huracan enojado. Su rostro estaba rojo, de coraje.
Trague saliva, sin saber que me esperaba. Baje la vista y cerre los ojos, apretandolos con fuerza.
—Desde que te marque, me ignoraste dos veces. ¿Por qué? No se, no me dijiste nada —Explico Sadie, haciendo ademanes con la mano y señalandome—, despues me dices que si, que nos veamos y cuando llego por ti, resulta que tienes que hacer algo y me dejas esperando 30 minutos. Y ahora, estas con tus tics nerviosos que me estresan y me preguntas que que me pasa... Neta, ¿Que pedo contigo?
No habia notado que realmente se fijaba en todo, pero debi imaginarlo. Sadie era demasiado inteligente y la inteligencia siempre iba de la mano con la curiosidad y la observacion.
Miraba al suelo. No tenia por que sentirme mal, pero lo hacia. La dulce voz de Sadie recalcandome todo lo que habia hecho mal, me lastimaba.
—Lo siento, tuve una mala tarde
—Puedes contarme, el viernes te conteste todo lo que querias, yo confie en ti. Te toca confiar en mi
Tomo mis manos entre las suyas y me obligue a mirar a sus ojos grises, ya sin rastros de furia. Senti que podia confiar en ella, abrirle mi corazón y soltar las cosas que me hacían sentir culpables. Sin poder evitarlo, mis ojos se pusieron cristalinos y mi respiración se agito, mi cuerpo empezo a temblar.
Tuve la necesidad de sentir calor humano, de estar protegido, asi que, sin pensarlo mucho, la abrace con fuerza, presionando su delgada cintura con fuerza. Solte un sollozo que pareció un grito.
—Tuve que traicionar a un amigo. Fue lo primero que se me ocurrió pero fue estúpido, creo que no debí hacerlo
Seguí sollozando, mientras poco a poco, las manos de sadie me acariciaban con cuidado y amor la espalda. No me soltó.
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lol, lo siento, prometo actualizar pronto los tqm
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