Capítulo ocho.
"Maldita sea" Es lo primero que digo al abrir los ojos. O al menos, intentar abrirlos. La luz era demasiado fuerte, y mi dolor de cabeza combinado con el sonido de la alarma no ayudaban demasiado.
Cuando extiendo el brazo para apagar la alarma, mi mano choca con un pecho masculino. Me sobresalto y es aún peor cuando veo a Timothée babeando mi almohada a mi lado. Ahora es cuando me arrepentía de haber bebido tanto. Me toco el cuerpo. Estaba vestida con la ropa de anoche, eso es bueno. Él también estaba vestido, así que mejoraba la situación aún más.
"Sellers, aunque me encanta que me mires, comienza a ser un poco perturbador."
"¿Qué estás haciendo durmiendo en mi cama?" Me levanto de ésta y miro el reloj. ¿Cuánto tiempo había dejado sonar la alarma? ¡Eran como las ocho menos cuarto! Llegaría tarde si no me apuraba.
"¿No recuerdas nada de nuestra noche salvaje?" Él se recarga sobre un brazo en la cama y me guiña un ojo. Mis ojos se abren de par en par y él comienza a carcajear "Estoy bromeando, Sell. Deberías haber visto tu cara."
"¿Puedes actuar seriamente por un minuto y responder mi pregunta?" Le digo mirándolo por el reflejo del espejo mientras quitaba mi maquillaje.
"Te traje del club y me quedé dormido. Lo siento por eso." Pasa una mano por sus rizos y por alguna razón parecí envuelta en una hipnosis mientras lo hacía. Sacudí mi cabeza y terminé de quitarme el exceso de maquillaje.
"¿Tú? ¿Tú, el "me importa solo mi ombligo", decidiste traerme a mi casa?"
"Era yo o ese don nadie que estaba contigo. Quizás salvé tu vida, deberías agradecerme." Él se levanta de la cama y se dirige a la cocina. Miro a mi costado, Tamara dormía en el sofá como nunca en su vida lo había hecho "Debo decirte que tu gusto en hombres es bastante peculiar. Por no decir excesivamente malo."
"Como sea, apúrate que llegaremos tarde a la universidad."
Su cabeza se asoma desde la puerta "¿No me dirás "Gracias Timmy por ser tan buen vecino y no dejar que un cualquiera se aprovechara de mi estado deplorable"?"
"Gracias, Timothée, por babear mi almohada de plumas." Rodé los ojos.
En menos de veinte minutos ya me encontraba cambiada y lista para salir. Timothée había ido a su casa a cambiarse y me esperaba en la puerta de entrada para cumplir mi parte del trato. Tomé mi morral y le dejé el desayuno preparado a Tamara antes de salir. En la puerta me esperaban Timothée y su novia, Polly, que observaba sus uñas perfectamente esmaltadas con una cara de como si hubiera olido popó. Intenté no reírme, pero una sonrisita se escapó de mis labios.
"¿Nos vamos?" Cuestioné mientras desbloqueaba el coche.
Para mi sorpresa, Timothée se sentó a mi lado, muy a pesar de Polly que miró su accionar con recelo. El viaje fue bastante ameno, Timothée decidió poner música para el trayecto y la pasamos muy bien cantándolas a todo pulmón. Polly, por su lado, no dejaba de pedir que le bajáramos al volumen con su típica cara de "olí popó". En menos de quince minutos llegamos a la universidad. Bajamos y cada uno se fue por su lado. Bueno, Timothée y Popólly se fueron juntos hacia quién sabe donde.
Yo me dirigí a mi aula de clase y me senté en el último banco a un lado de la ventana.
(...)
El día pasó bastante rápido y me encontraba en mi departamento viendo una maratón de películas de terror clásicas con Tamara en el sofá. Cuando de repente, en medio de una escena de suspenso insostenible, una canción de Beyoncé comenzó a sonar a todo volumen en el apartamento de al lado. Solté las palomitas. ¿Encima se atreve a arruinar mi película favorita?
"Ya vuelvo." Le aviso a Tamara que parecía no percatarse del molesto ruido que ocurría del otro lado de la pared.
"Pero te perderás la mejor parte."
"Tardaré dos segundos." La ira se acumulaba en mi pecho y sin pensarlo dos veces salí de mi departamento y toqué tres veces la puerta de Timothée.
Él me abrió con una sonrisa repleta de satisfacción. Como si causarme el enojo que me estaba causando era justo lo que buscaba.
"¿Se te ofrece algo, vecina?" Inquiere, mientras tamborilea en el marco de la puerta con sus cuatro dedos.
"Baja la música, Timothée. Me tienes harta." Me cruzo de brazos.
"Subo el volumen de la música solo para que tú vengas a tocar mi puerta, Nina" Era la primera vez que me llamaba por mi nombre. Miro sus ojos, había bebido.
"Ya veo, estás borracho. Otra vez. Baja el volumen y me iré."
"¿Por qué irte? Quiero que te quedes conmigo." Su mano suelta el marco de la puerta y se afianza a mi cintura.
¡Córrete! ¡Aléjate de él!
Pero por alguna razón me mantuve paralizada mirando sus ojos verdes. No podía moverme ni aunque quisiera. Estaba atrapada.
"Estás borracho." Susurro, ya que estábamos tan cerca que no era necesario hablar en tono normal.
"No lo estoy."
"Sí que lo estás."
"Quiero besarte, ¿me dejas?" Pregunta, acercándome a su cuerpo. Mi corazón palpitaba cada vez más fuerte en mi pecho, solo esperaba que él no lo notara.
"¿Y tu novia?" Pregunto casi sin aliento, su cercanía hacía que mi cuerpo entero temblara y no sabía porqué.
"No es mi novia." Responde "Ahora... ¿puedo besarte?"
Trago con fuerza y sin darme cuenta estaba asintiendo con la cabeza. Cuando estábamos a punto de juntar nuestros labios, un ruido estruendoso hace que nos separemos de repente. Tamara tenía una cara de "yo no fui" con el bowl de palomitas desplomado en el suelo.
Me dirigí a mi puerta y la cerré después de que ambas pasáramos "Lo siento tanto" Me dice Tamara con culpabilidad mientras me abrazaba.
"Tranquila, impediste que cometiese un grave error"
//nuevo capítulooooo. Espero que lo disfruten.
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-cía//
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