Si siguiera los mismos patrones una y otra vez, diría que solo estaban sumergidos en el mismo aura deprimente de todos los días.

Esa era la vista de Kaoru en la entrada de aquella casa vieja.

— Momotaro... ¿Te parece si salimos un rato? — pregunto ella dejando algo confundido al supuesto mayor.

Pero este accedió sin tener otra cosa que hacer, lo habían vuelto a despedir de su empleo. Suspiro, y camino con pasos pesados hacia el exterior que había perdido sentido verlo todos los días.

— ¿Sucedió algo? — pregunto ella tratando de ocultar su irritabilidad.

Y al no haber respuesta, se quitó el gorro al igual que la polera dejando solo un polo manga cero y que el viento frío jugará con sus cabellos. Tomo la mano del mayor y empezaron a caminar sin ningún rumbo fijo. Para ella era suficiente, pero no sabía si lo era para Momotaro que mantenía la mirada perdida.

— es realmente triste verte con ese rostro.

— tu pareces más feliz.

— conocí a una mujer. Es realmente agradable estar con ella.

— me alegro por ti.

— pero tú no pareces muy feliz que digamos...

— de que sirve, vamos a morir pronto ¿De que sirve formar lazos ahora? Solo haría sufrir a esa persona.

— y tú eres un tonto por quedarte en un solo sitio sabiendo que vas a morir pronto. Salgamos mañana! Vamos a disfrutar de todo lo que veamos, recorremos lo que jugábamos de niños.

— no recuerdo nada de mi niñez. No sé que jugamos.

— bueno, entonces hagamos nuevos, juegos hay muchos, y memorias para hacer aún tenemos el tiempo.

Momotaro sonrió de lado acariciando la cabeza de la pelinegra que no evitó su mano, si eso hacia que aquel muchacho cambiará su cara entonces estaba bien.

— ¿Porqué de pronto quieres hacer estas cosas?

— alguien me dijo que en vez de estar sentada lamentándome debería hacer todo lo que hubiera querido hacer. Lo único que me interesa es pasar tiempo con ustedes...

— ¿Eso quiere decir que vas a hacer las paces con Miyako?

— sep............... Y creo que deberías hacer lo mismo. No sé que pasó, pero se nota a leguas que ustedes también tuvieron una pelea.

— si...

— Momotaro..... Enserio... Deberíamos irnos.... Esto ya no es nuestro problema.

— lo siento, pero no puedo... Miyako y yo ya tomamos una decisión... Además... Momoko...

— ¡Momoko ya tomó su decisión! — gritó la pelinegra — la verdad no quiero pelear ahora...

— volvamos a casa... Hablaremos de esto en otro momento.... Para que dejes tu mal humor tomaré en cuenta tu opinión de irnos ¿Si?

— deja de jugar conmigo...

— se que no tenemos una oportunidad... Him... No nos dejara con vida una vez salga.

— Momotaro... Cómo ya dije, yo no quiero pelear, no quiero morir a manos de ese idiota rojo... Llámame cobarde y egoísta... Pero los únicos que me importan son ustedes. Los demás se pueden ir al mismo infierno.

— ¿No estás siendo muy dura?

— ¿Que tiene? Eso pienso. Ya no soy una niña que quiere ser reconocida por las personas de esta ciudad que son más egoísta que yo.

— ya entendí, está bien, no te estoy juzgando...

— ......................... La cosa es que.... Bueno... Escapen de Him si de verdad sus vidas están en peligro... Por favor.

— así que realmente te irás... ¿No?

Kaoru sonrió un poco asustada y asintió con la cabeza, su hermano se había dado cuenta de lo que pasaba por esa cabeza malhumorada.

— ahora entiendo por qué querías jugar...

— no se lo digas a Miyako...

Momotaro negó y abrazo con fuerza a su hermana dándole la fuerza que necesitaba.

— no mueras Kaoru ¿Si?

— yo moriré en un campo... No en una ciudad destruida y mucho menos en un laboratorio.

— bien... Eso es bueno...