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Capítulo 24

Pov's 💮

Mi esposo siempre decía que si sucedía algo, él lo resolvería. Que dejara todo en sus manos, que confiara en él, pero, la verdad es que me siento una inútil que no es más que un parásito que lo retiene.

Por eso pensé que si solucionaba las cosas por mi misma, todo acabaría. Al final, solo volví a equivocarme, y esta vez, Butch no está a mi lado para ayudarme.

veo que la rata todavía quiere convertirse en un animal hermoso ¡Acaso creíste que podías escapar de nosotros solo por casarte con ese bueno para nada!

— se nota que es una estúpida. Tu esposo se esfuerza por ganar dinero para pagar tu deuda con nosotros, pero tú ¿Que haces?

solo quiero que sepas que, aunque ese hijo de puta pague tu deuda, no te vas a liberar de nosotros maldita sanguijuela.

Mucho antes de casarme, yo solo era una mujer que ofrecía sus servicios en una zona bajo protección de estos hombres que manejaban el lugar. Nunca me culpe a mi misma por haber elegido ese camino, y seguro muchos pensaban que podía haber trabajado de otra cosa, si me esforzaba un poco más tal vez lo hubiera hecho, pero, en ese momento fue un camino que creí que era mejor para sobrevivir... Algunos decían que como prostituta la tenía fácil, solo vendía mi cuerpo y todo se solucionaba, pero... ¿Que parte de eso es fácil?

Tener a todo tipo de hombres cada noche era desagradable, me sentía sucia y cada noche tenía ganas de vomitar. Algunas veces me salvaba, otras veces, terminaba peor...

Estaba cansada para cuando conocí a Butch, él era uno de mis tantos clientes, y no parecía ser diferente a los demás... Pero, supongo que fue el hecho de que yo aún era una niña de 15 años cuando me conoció que no me obligó a nada, es más, traía juguetes, y algún tipo de medicina cuando me enfermaba. Dentro de ese lugar, él era una luz muy brillante que no envejecía, sabía que no era alguien normal, pero nunca le pregunté el porqué y él tampoco lo dijo.

Debido a que esa zona era especial, la justicia no podía tocarlos, por ello, para cuando cumplí la mayoría de edad, logró sacarme de ese lugar con acuerdos que mantuvo con él jefe... Ya que el hecho de no pueda caminar se debe a lo que me hicieron en ese lugar.

Así que, a pesar de que me advirtió de que ellos estaban en esta zona y no debía salir, termine haciéndolo con el único propósito de terminar con ésto, al final... Ellos solo me golpearon, tiraron de mi cabello y se reían de mí tratando de regresar a mi silla de ruedas como un patético animal, los golpes en mi estómago hacían que cayera de nuevo al pavimento frío, los golpes del metal en mi cuerpo se sentían como un infierno, disfrutaban el hacer daño a cada cosa que se moviera y pareciera patética ante sus ojos llenos de codicia, y por un momento en mi cabeza, me arrepentí de enfrentar a los monstros que me llevaron a la locura.

— ¡¡QUE CARAJOS ESTÁN HACIENDO!!

Se oyó una voz a lo lejos, era un muchachito  de sudadera ploma, un gorro negro, unos shorts y zapatillas verdes con toques negros. Los hombres se rieron con gracia, al ver la frágil criatura que se acercaba gritando, pero para mí, era un ser valiente parecido a un héroe.

— mira, que bonito juguete, puede servirnos de mucho si lo llevamos al local

Me asusté de solo pensarlo, pensar que ese niño podía pasar o peor las mismas situaciones que yo me hizo tomar valor para enfrentarlos una vez más, tomé a uno de ellos por la pierna y grité desesperada que se fuera del lugar, el muchacho detuvo su andar y sonreí por pensar que le estaba dando una oportunidad de escapar... Y antes de decirle que se fuera, los golpes a mi cuerpo volvieron a sentirse.

Pensé que sería mi fin, pero no me arrepiento, si tenía que morir por salvar a un joven de esa pesadilla, entonces, que así sea.

Los golpes se detuvieron en seco, y solo escuché los quejidos, y para cuando elevé mi vista, aquel muchacho, yacía victorioso tomando por la camisa a uno de los hombres que ahora se veía como un moribundo con golpes en su cara. Esa imágen, me hizo recordar a Butch, se parecía a él.

— dios, en verdad no sé si eres estúpida o increíblemente valiente. Te ayudó a volver a tu silla.

Me tomó delicadamente en brazos y me depositó en mi silla, me acomodó con delicadeza pero torpe, y empezó a preguntarme si me dolía algo más.

— .............. — al no haber respuesta el muchacho volvió su mirada hacia los hombres que se hacían  inconcientes, tomó sus billeteras y con una sonrisa en su rostro dijo:_

no les importa que tomé su dinero para llevar a la señorita al hospital. Oh sí?!dijo con una sonrisa y aura amenazadora, despertando del susto a los hombres.

— llévate si quieres el doble, solo, no más golpes.

— si, si, lo que sea, mejor vallansé antes de que los envié al fondo del mar.

No tardaron ni dos minutos en recoger lo que se les había caído e irse con la cola entre las patas.

— pensé que los llevarías a prisión — comentó la mujer con curiosidad en su voz, el muchacho la vio de reojo, se encongió de hombros tratando de pensar una respuesta sofisticada, pero al no encontrarla solo dijo lo que en verdad pensaba.

— por más que los entregue la policía los dejara libres, estuve investigando, así qué se a que se dedican... Aunque me moleste decirlo y pensarlo.

— ¿Tienes algo encontrá de la prostitución? — igual al pensamiento general, la prostitución era mal vista, así que pensó que el no sería distinto, pues aquel muchacho aún era joven, posiblemente, el pensamiento de sus padres estaría grabado en él.

— no — menciono sin duda — pero no es algo en lo que pudiera decir mucho, solo se lo básico, y no conozco el pensamiento de ellas o ellos... Así que sin saber, no puedo juzgar a alguien... O eso pienso. No lo sé. Es algo confuso y muy complicado.

— ya veo. Por cierto no te agradecí correctamente.

— no tienes que preocuparte por eso — dijo con una sonrisa antes de mover la silla hacia el hospital

— la verdad te lo agradezco... Se ve que eres bueno en esto, ya sabes la silla y todo eso...

— oh~ eso se debe a qué tengo una hermana que está igual en tu posición. No me gustaría que mi hermana u otros tuvieran que soportar lo que tú...

— sabes... Cuando te ví, parecías un héroe...

— .............. No soy un héroe.....

— no, pero lo eres para mí, es un gesto que no todos harían, lo viste ¿verdad? Es un parque público, y la mayoría que me vieron en apuros, solo apartaron la vista.

— a eso se le llama ser egoísta y se un cobarde... Es por eso que morirán.

— y ¿No es por el hecho de ser cobardes que aún están vivos? Yo también soy una cobarde, aparte mi vista de muchas situaciones, para mantener lo que es preciado para mí, mi vida, el ser humano de por sí es egoísta, solo hay que tener fé.

— ¿Fé? Jajaja disculpa que me ría, no soy creyente.

— ..... Yo pude quedarme callada y no gritarte que te fueras, todo para protegerme a mi misma, si no hubieras sido fuerte, esos hombres te hubieran llevado...

— ¿Eso te hace ser un héroe? Que tontería.

— cualquiera puede ser héroe,  solo hay que tener valor para intentarlo muchacho...

— ......... Que pueden hacer unos humanos en contra de esa cosa que se aproxima, se necesita tener poder para hacerlo realidad

— ¿Tu crees? No se necesita tener una capa, o ser capaz de volar y tirar rayos por los ojos. Somos humanos, morimos fácilmente, pero incluso así, yo pienso que a pesar de lo egoísta que podemos ser, en ese momento de desesperación, el querer proteger lo que más amamos nos dará el valor suficiente para enfrentar cualquier cosa. No todos somos malos, y tampoco todos somos buenos.

— pero... Estamos hablando de ese monstruo. Y aunque las chicas super poderosas lo hayan sellado de nada sirvió.

— ¿De nada sirvió? Míranos hijo, tu y yo estamos vivos, nosotros no las conocimos, y sin su sacrificio no estaríamos aquí... Les debo mi vida, por qué a pesar de lo que pasé, puedo ser feliz.

— pero ellas... Him....

— ese es el destino de esta ciudad y de todos sus habitantes.

— pero si ellas vuelven a pelear, nosotros no tenemos que morir

— al final todos morimos, es algo natural ¿Acaso no es la muerte lo que da sentido a la vida? Y aunque nos dé miedo, tendremos que enfrentarlo tarde o temprano. Las chicas ya se sacrificaron una vez por nosotros, no tienen porqué hacerlo una segunda vez, eso es decisión de cada una ellas, y nadie las culpara por ello.

— ........................ ya llegamos

— gracias una vez más, espero volvernos a ver.

— claro

La sonrisa oculta bajo la gorra se dejó ver junto a un resplandor y una leve brisa. Alzando la mano se despidió de aquella mujer con la que, alguna de sus dudas habían sido disipadas, estaba convencido, y quería creer que aún había algo de esperanza.

La mujer por su lado, sabía que aquella sonrisa no solo estaba acompañada de alivio, si no de dolor, presentía que ese muchacho había tomado una decisión muy importante en su vida. Lo miro con ojos cálidos devolviéndole la despedida con una sonrisa que le transmitía fuerza. Esperando que sus palabras no condenarán aquel muchacho a un final trágico.

— ¡No será un adiós! ¡¿Si?! ¡Será un hasta luego!

Dijo alegremente antes de desaparecer por completo en una de las tantas habitación de aquel hospital. El muchacho se quitó el gorro y se inclinó 90° grados en son de respeto, y al hergir su cuerpo, una suave brisa balanceo sus cabellos mostrando aquellos ojos verdes que brillaban al tratar de retener las lágrimas.

No sabía su nombre, y ella no sabía el suyo, eso estaba bien, se sentía cómoda de esa manera. Incluso, aunque ella no supiera que aquel muchacho con el que estaba hablando en realidad era una chica superpoderosa, el saber que ella no esperaba nada por parte de las chicas superpoderosas la hacia querer estar a su lado como su amiga.

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