Call me maybe
-Mueve tu trasero, Skylar. Necesito ir a Adidas.- Amy, mi mejor amiga, me arrastraba hacia las tiendas.
Estábamos en el Black Friday del centro de la cuidad. Eran las 12:37 de la noche y las calles estaban repletas de gente.
-¿Podemos parar un minuto? Realmente necesito descansar y tomar un café de Starbucks.- Amy nunca se cansaba, era demasiado hiperactiva.
-De acuerdo.- refunfuñó.- Ve a buscar un sitio para sentarnos afuera y yo traigo tu maldito café.
-Te amo.- Le dije sonriendo.
-Si, si. Todos aman a Amy.
Busqué un lugar en la terraza del local de Starbucks para poder sentarnos.
No importa si hace frió o calor, Amy y yo siempre tratamos de sentarnos en el exterior. Nos gusta observar el cielo.
-Aquí tienes.- Amy se sentó a mi lado luego de haberla esperado unos cinco minutos.
-Gracias.- Ya ambas estábamos embobadas mirando hacia el cielo.
Y así pasaron los minutos, ya habíamos terminado nuestras bebidas pero aquí seguíamos.
-Pide un deseo.- Dijo Amy cuando vimos una estrella fugaz pasar.
Enamorarme. Tal vez, no lo sé. ¿Paz mundial?
-Bien, vamos. Hay que seguir con la cacería de ropa.- Dije levantándome.
Luego de unas trescientas bolsas, un par de peleas con las chicas que querían las misma prendas que nosotras y unas horas. Eran las 2:08 a.m y estábamos caminando sin rumbo alguno.
Y lo vi. Un chico con sus amigos.
Su camisa roja a cuadros y sus jeans negros se ajustaban a la perfección a su cuerpo. El cabello castaño oscuro, las lineas de su mandíbula estaban bien marcadas, su piel blanca pero algo dorada y sus hermosos ojos verdes que desde aquí podía notar.
-Uh, es lindo. Pídele su numero.- Amy interrumpió mi momento de admiración hacia aquel desconocido.
-Estas loca.
-¿Qué? Pide lo que quieras y te lo doy si le das tu número.
-Nop.
-Vamos, solo se vive una vez.
-Justamente por eso, mientras viva no quiero humillarme.
-Mira, esta usando unas Adidas rojas. Tu amas Adidas y adivina que te daré si le das tu número.
-¿Unas Adidas?
-Exacto.
-No se diga más.
Cruce la calle y me dirgí hacia él. A pocos metros me detuve y mire a Amy y articulo con sus labios:
"Hazlo. Tus adidas te esperan. "
Volví a mirar al chico y me acerque.
-Hey.- Él y sus amigos me miraron fijamente.- Bueno, no era necesario mirarme así.
Él (Creo que así lo llamare.) sonrió ante lo que dije.
Lo mire y hablé.
-Sé que esto sonara loco pero mi amiga tiene la teoría de que solo se vive una vez en la vida. Y digamos que como me pareces lindo, solo un poco, que no se te suba el ego.- sonrió. - me obligó a darte mi número a cambio de un par de Adidas. Así que, disfrútalo.- Le entregué un papelito con mi número.
-Soy Nate.- Su voz era magnífica. Mire en su dirección por encima de mi hombro.
-Sky, ya sabes, por eso el cabello azul.- Su sonrisa era tan perfecta.
-Si tienes una hermana o un hermano, te acepto como cuñado.- Amy le gritó desde la otra calle, la voy a matar. Es tu último día con vida, Ams.
O tal vez el mío.
Cuando iba a cruzar la calle para llegar al lado de Ams, un auto apareció a toda velocidad. No tuve tiempo de reaccionar.
Mire a Amy en busca de ayuda pero ni sus gritos o los de la gente detuvo al auto.
Luego de ver las luces del auto en mi cara, no recuerdo absolutamente nada.
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Escuchaba el sonido de unas maquinas.
Si mis suposiciones son correctas, estoy en el hospital.
Intento moverme pero no puedo, parece que mis parpados quedaron sellados. No puedo hacer nada más que escuchar y eso me asusta demasiado.
Escucho como la puerta se abre.
-Bien nena, tus padres están por entrar a verte. Si tan solo haces algo, si tan solo lloras, eso cambiaría todo.- Era un hombre el que me hablaba, supongo que joven.- Y quédate tranquila, soy gay así que no tengo otras intenciones contigo nada más que ser tu enfermero.
Quería sonreír pero no podía.
-Oh, mi dulce Sky.- ¿Mamá?
-¿Qué le paso?- Noto la preocupación en la voz de mi padre.
-El medico estará en pocos segundos aquí, él les explicara. Me retiro.
A los segundo que se fue mi enfermero, entró el Doctor.
-Buenos días, yo soy el Doctor Leckinz.- ¿Buenos Días? ¿Cuanto tiempo había pasado desde el accidente?- Bien, Skylar sufrió un accidente automovilístico y ella...- El doctor hizo una pausa. No estoy segura de querer escuchar esto.
-¿Qué tiene?- Mi madre seguramente estaba al borde de las lágrimas.
-Skylar esta en estado de coma, se rompió dos costillas, tiene...
¿Estado de coma? Esto no puede estar pasando.
-¿Cómo podemos ayudarla? ¿Hay un tratamiento?- Mi padre preguntaba desesperado.
-No, lo siento. Solo debemos esperar.
-¿Esperar a que? ¿A que se muera? Esto es absurdo.- Mi madre había comenzado a usar la ironía como un mecanismo de defensa.
Escuche la puerta cerrase fuertemente.
-Lo lamento de doctor pero esto es muy difícil.- Mi padre se lamentaba ante el doctor.
-Esta bien, lo entiendo.
Supongo que ahora estaba sola en la habitación.
-Hola cariño.- Bueno, se ve que a mi enfermo no le gusta dejarme sola.- Soy Chase, tengo 26 años y seré tu enfermo 18 horas al día así que hay que llevarnos bien o si no las cosas irán mal. Pero seguramente me amas, soy muy grande y muy gay para ti.
Definitivamente me agrada Chase.
-Te contaré como van las cosas. Tu amiga, Camille, vino en la ambulancia contigo. Luego de una hora, vinieron tus padres. Para ese entonces eran las 3:30 a.m. Ahora son las 9:13 a.m. Luego de tu cirugia, te llevamos a Terapia intermedia, donde estas ahora. Hace una o dos horas, llevamos a tu amiga al psicólogo del Hospital. Esta como en estado de Shock. Y no te preocupes, tu celular esta a salvo con ella.
Amy, hermana. Ya hay una mal, no dejes que seamos dos.
-Luego le preguntare a Camille que música te gusta para que puedas escucharla.- Querido amigo, mientras no me pongas a Violetta, estamos bien.- A mi me gusta The Neighbourhood, Nirvana, Green day, entre otros mientras no seas una inculta musical y te guste Violetta, estamos bien.- Aja, ya empezamos a comprendernos.
No se cuanto tiempo paso pero la puerta se abrió.
-Hola Camille.
¿AMY?
-Hola Chase.- Su voz sonaba rota
-¿Estas bien?
-Si, claro.
-¿Quieres que te deje a solas o...?
-No, no. Quédate.
-Okay, le he estado hablando un poco. Puedes hacerlo si quieres, estoy seguro de que te escucha.
-Hola Sky.- Sentí como Amy tomo mi mano.- Lo siento, se que ha sido mi culpa. No debí obligarte a que le des tu numero a ese chico, lo siento hermana. Realmente lo siento.- Sabia que estaba llorando, no solo porque la conocía sino porque su voz estaba quebrada.- ¿Sabes que? El chico te ha enviado mensajes, no los leí, tranquila. Necesito una ducha, ugh, si que la nece...- El sonido de un teléfono, mi teléfono, la interrumpió.- Hablando de roma, el chico de tus sueños esta llamando y no puedo resistirlo, voy a contestar. Lo siento Sky.
-Ponlo en altavoz- Maldito seas Chase.
-¿Hola?
-Hola, si quieres comunicarte con Sky, se te será imposible.
-¿Quien habla?
-Camille, su amiga. La que le ruega a dios que tengas un hermano o hermana.
-Si, ya te recuerdo. Tengo una hermana y te la presentare solo si me dices porque no puedo hablar con Sky.
-Porque seria como hablar con un vegetal.
-¿A que te refieres?
-Ella tuvo un accidente anoche, esta en estado de coma.
-¿Hablas en serio?
-Sip.
-¿Sería muy extraño si voy a verla?
-Algo, pero ven. No le haría mal tener otra compañía.
Y así lo hizo. Ese mismo día vino.
Todos los días, Nate y Ams venían al hospital. Me hablaban, hablaban entre ellos o con Chase.
Mis padres, familiares y otros amigos venían cada vez que podían.
Chase es un gran apoyo. Cada vez que alguien me trae algo, desde los dibujos de mis pequeños primos hasta las rosas que trae mi abuela, los pone en mi mano para que los sienta. Es un hombre maravilloso. Esta enamorado del hermano de su mejor amiga, un cliché medio raro ¿No?
-Hey bae.- Sky entro en la habitación.- Hola chase.
-Hey.
Creo que han pasado 17 días desde que estoy aquí.
-Hoy te cantaré una canción, incluso traje mi guitarra. En ciertas partes me hace acordar a ti y a Nate. Creo que te gustará.
Ams empezó a rasgar las cuerdas de la guitarra. Los acordes de Call me maybe empezaron a sonar. Ella tenia razón, en cierto punto me hacia acordar a al primer día que conocí a Nate.
Es raro, lo vi solamente una vez y ahora el viene a verme todos los días.
Una voz masculina comenzó a sonar como coro junto a Camille y estoy segura que Chase no es, él canta muy mal. ¿Nate?
Oh, y si, Chace suele cantar y no lo hace bien. Para nada bien, incluso yo canto mejor.
Así pasaron los días. Llego el mes y medio desde que estaba en coma. El doctor había citado a mis padres.
-Buenas tardes.- Dijeron mis padres al entrar a la habitación. El doctor había llegado hace 15 minutos.
-Buenas tardes. Iré directo al grano. Ya ha pasado un mes y medio y Skylar no presenta avances.
-Pero no ha empeorado.- Dice mi madre.
-No, se ha mantenido siempre en la misma y por eso deben considerar desconectarla. Es demasiado tiempo en coma sin avance alguno.
¿Qué? Se que estoy medio muerta pero nunca me había imaginado estar realmente muerta, nunca tome mi muerte como una posibilidad.
-¿Quiere que matemos a nuestra hija?- Papá, me has sacado las palabras de la boca
-A veces hay que dejar las cosas ir. Hay gente que necesita este lugar, una cama en este hospital. Gente que mejorará y se ira pero su hija no esta ni cerca de abrir sus ojos.
-No mataremos a nuestra hija. Esta loco si piensa eso.- Mamá se mantenía al margen, dejaba que mi padre hable.
-Tal vez tiene razón, cariño.- Te aseguro, mamá, que me enojaré demasiado cuando despierte. Y créeme que lo haré pero solo para enseñarte mi hermoso dedo medio, si es que no lo perdí en el accidente.
-Están todos locos aquí.
-Doctor, lo pensaremos. Vamos cariño.- Mis padres se retiraron de la habitación.
-Lo siento, no quiero que mueras pero hay gente que necesita esta cama mas que tu.- Puede que tenga razón pero no quiero morir.
Si muero nunca entraré a un club legalmente, nunca entraré a la universidad, mis padres no tendrán nietos, no habrán más aventuras en mi vida, ya no tendré a mi mejor amiga. Si muero ahora es como si nunca hubiera estado viva porque todo el tiempo he tenido limitaciones.
Pero la vida es loca. Las cosas pueden cambiar en un segundo y como hoy estoy viva, mañana puedo morir.
Y tú nunca sabrás si Skylar murió, si despertó o si sigue en coma. Si Nate sufre por su muerte o si tienen dos hijos juntos, si Camille ama a la hermana de Nate o si sale con alguien mas. Si sus padres tuvieron nietos o si están ahogados en una gran depresión. Y así son los libros, te dejan con miles de dudas las cuales nadie, nunca, te va a responder.
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