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V E I N T I C I N C O.

Can we go back? This is the moment
Tonight is the night, we'll fight 'til it's over
So we put our hands up
Like the ceiling can't hold us
Like the ceiling can't hold us.

(Can't hold us—Macklemore & Ryan Lewis)


El castillo era antiguo pero parecía reformado por dentro, tenía un aura oscura pero no era para nada como el castillo del reino vhampir, que era bastante más tenbroso y oscuro. Este era más cálido, de colores más claros y con grandes lámparas doradas colgando del techo, también bastante antiguas pero sin ser las originales.

Era alto, con varias habitaciones y salas, con cuadros adornando las paredes de los pasillos en los que estaban pintados los rostros de las tres hermanas y de antiguos hechiceros y hechiceras que antiguamente habían residido en aquel palacio.

Era un lugar inmenso que contaba con varias escaleras que se dirigían a diferentes direcciones y parecían interminables.

Las dos hermanas nos dirigieron al salón principal donde residía la mesa en la que comíamos, las paredes eran de un tono morado pero más claro que el del castillo por fuera y la mesa tenía candelabros dorados y un mantel rojo precioso.

Me detuve antes de llegar mirando un cuadro en el que estaban pintados los rostros de las tres hermanas en un estilo realista en el que no se terminaban de distinguir los rasgos de cada una de ellas.

Sin embargo, la hermana mayor que no se hallaba con nosotras en aquel momento, se me hacía demasiado familiar. Sus ojos eran igualitos que los de alguien que conocía, pero no caía en quien era con exactitud.

Bryony y Callie me guiaron hacia el salón con los demás y me senté junto a ellas para hablar con más privacidad.

—Bueno, supongo que ya sabréis para qué estoy aquí —dije dándole un sorbo a mi bebida.

—Por supuesto, querida —respondió la menor—, sabemos que buscas romper el lazo que te une con Harrison III y podemos intentarlo.

Las miré a ambas con atención esperando a que continuaran hablando, estaba claro que no iban a hacerme ningún favor gratis.

—Pero queremos algo a cambio —continuó la hermana mediana—. Necesitamos que nos traigas algo que está escondido. Debes tener en cuenta que aún así no podemos asegurarte que el hechizo funcione. Deberás asumir el riesgo, si estás dispuesta a ello.

Arqueé una ceja.

—Vosotras veis el futuro, ¿acaso no sabéis si funcionará o no de antemano?

—Ojalá, querida, pero esto no funciona así. La magia es caprichosa, imprecisa, impredecible...Es imposible saber si el hechizo funcionará o no, al igual que es imposible saber dónde está oculto el objeto que buscamos.

Me crucé de brazos con ligero interés mientras miraba a ambas.

—¿Y qué gano yo en caso de encontrar lo que buscáis y que el hechizo no surja efecto? Yo tampoco hago favores gratis —aclaré.

Ellas intercambiaron una ligera mirada divertida, como si ellas supieran algo que yo no.

—Bueno...Si el hechizo no funciona pero consigues lo que buscamos, en caso de que las cosas se tuerzan, nos tendrás como tus aliadas y podrás contar con nosotras cuando lo necesites. Digamos que estaremos un poco a tú servicio y si necesitas algún futuro favor lo haremos gratis. Además, nosotras os proporcionaremos ropa, alimento y lo que necesitéis para el viaje.

Consideré su propuesta seriamente.

Al final, extendí mi mano hacia ellas.

—Trato hecho —acepté.

Sacudí ligeramente mi mano con ambas para sellar el trato.

—¡Perfecto m...! —empezó a decir la hermana pequeña, pero se detuvo al instante como si hubiera estado a punto de revelar algo que no debería—¡Desstiny! —corrigió—. Un placer hacer tratos contigo, podéis quedaros aquí a descansar, partiréis en dos días. Cuanto antes os marchéis, mejor.

—Gracias. ¿Qué es lo que debemos de buscar?

—Un libro.

Las miré de forma algo sarcástica por su gran y amplia explicación. Nótese la ironía.

—Sería maravilloso si especificárais un poco más.

—Es un libro de magia antigua, recoge los hechizos más poderosos que han habido a lo largo de la historia. Y dentro del libro hay un collar, también debes traerlo.

Asentí lentamente con la cabeza.

—¿Alguna idea de dónde está? —pregunté dándole un trago a mi copa de vino.

—Está vigilado y protegido en el reino de los antiguos, los guardianes de la magia, el reino de Valvurirousdg.

—O sea, que tengo que robarlo —aclaré.

Ellas asintieron con entusiasmo.

Genial.

Ya puedo añadir ''ladrona'' a mi curriculum.

—Si tanto os interesa ese libro y el collar, ¿por qué no lo habéis robado vosotras mismas?

—Oh querida, a nosotras nos tienen bastante vigiladas ya. Además, está protegido con un encantamiento que prohíbe a cualquier ser sobrenatural tocar ese libro. Por tanto el único ser que puede tocar el libro y el collar es...

—...un humano —completé yo—, o al menos alguien que tenga una parte humana. Es decir, que yo soy la única que puede traerlo.

—Así es. Y una vez lo traigas tú lo abrirás para nosotras y así podremos mirar los hechizos y hacer el que necesitas.

Asentí con la cabeza y en cuanto terminamos de cenar nos enseñaron nuestras habitaciones, yo compartiría cama con Connor, Vicky con Agnes y a Frank y a Garret les tocaba aguantarse el uno al otro forzosamente.

Intenté descansar un poco para lo que nos esperaba, pero no pude estarme quieta y, mientras Connor dormía, yo me levanté para investigar el castillo en la silenciosa noche. Todos dormían, así que estaba sola.

Mientras recorría los pasillos y pasaba delante de una ventana me fijé en que había luna llena. Su luz se reflejaba en el interior del castillo iluminándolo y dándome una buena visión a pesar de las horas que eran.

No pude evitar pensar en mis hermanos, en sí estarían corriendo por el bosque frente a nuestra casa.

Los echaba de menos.

No recordaba ningún momento en mi vida en la que hubiera estado separada durante tanto tiempo de mi familia.

Pero, al mismo tiempo, había encontrado otro tipo de familia que me estaba acompañando en todo este lío y que me apoyaban.

Uno de los mejores descubrimientos que he podido llegar a hacer.

Eché un último vistazo a las habitaciones donde dormían Vicky, Agnes, Garret y Frank para comprobar que todo estaba bien y avancé por el pasillo.

Pasé sigilosamente frente a las habitaciones de las reinas y luego seguí mi marcha hacia el piso de abajo. No me detuve mucho a mirar la cocina o el salón principal porque estaba buscando una habitación en concreto que supuse que estaría por ahí.

Avancé en silencio por el oscuro pasillo más allá del salón principal y me encontré con una puerta al fondo de madera que parecía más antigua que el resto de zonas del castillo.

La empujé con delicadeza y se abrió al momento.

Había una vieja escalera que parecía tener muchos años de antigüedad que bajaba de forma recta a lo que parecía una especie de sótano. Aunque el castillo tenía mucho tiempo en general, había sido reformado en su mayoría. Pero, sin duda, esta parte no lo estaba, era una de las pocas cosas del castillo que seguía tal y como la construyeron.

La escalera estaba bastante destrozada e iba a tener que precisar de mucho cuidado si no quería caerme.

Bajé las escaleras con lentitud y una vez llegué al final de ellas busqué una clase de interruptor o algo que me ayudara a ver que había escondido a mi alrededor.

Presioné el interruptor de la luz una vez lo encontré y miré a mi alrededor con curiosidad.

Era una especie de sótano con un par de mesas de madera en el medio, rodeado de estanterías llenas de libros que parecían bastante viejos y los últimos dos estantes estaban llenos de pequeños viales y botecitos con líquidos y extraños mejunjes dentro.

Tenían pinta de ser pociones. Por si acaso, me limité solo a observarlas y a no tocar ninguna.

Me acerqué un poco más a los libros para curiosearlos y me di cuenta de que la mayoría, por no decir todos, eran libros de pociones, encantamientos y hechizos.

En las mesas habían botes con cosas raras en su interior como algunas plantas, tierra, partes de animales...Supuse que serían ingredientes para crear las pociones.

Recorrí algunos libros con mis dedos y me detuve en uno de ellos, abriéndolo con curiosidad. Me fijé en la fecha de impresión y abrí los ojos completamente sorprendida.

Año 3024.

Era un libro que ni siquiera estaba escrito en aquel momento, probablemente ni siquiera había nacido aún su autor. Ese libro tenía su fecha de publicación dentro de unos mil cien años de forma aproximada.

Pero, ¿cómo?

¿Acaso además de ver el futuro, las hermanas podían obtener objetos de él?

Al parecer sí podían, porque al dejar el libro en su sitio y seguir investigando encontré un libro con mi nombre en la primera página, y yo, desde luego, nunca les había dado nada. Era la primera vez que las veía.

Había un pequeño párrafo al principio que juraría que estaba escrito con mi puño y letra y que tenía mi firma al final. Lo leí, aturdida:

''Por la presente, declaro este libro propiedad de las hermanas Decksheimer, en honor a su ayuda y lealtad durante todos estos años y en memoria de su hermana...''

—Este sitio es privado.

Una voz a mi espalda me hizo cerrar el libro de golpe dando un pequeño salto por el susto.

Me giré, encontrándome a Callie, la hermana mediana.

—Lo siento, es que no podía dormir y fui a dar una vuelta —musité.

Callie asintió con la cabeza y al ver el libro que llevaba en las manos su mirada se ensombreció.

Lo dejé en su correspondiente hueco en la estantería sin decir ni una palabra y pasé por su lado dispuesta a subir las escaleras y volver a mi habitación con Connor, pero me detuve en el sitio cuando la escuché pronunciar mi nombre.

—Dess, a veces saber demasiado puede ser un peligro para tí misma. Intenta no ser tan curiosa o acabarás metiéndote en problemas.

Asentí con la cabeza y me fui de nuevo a la habitación donde Connor me esperaba apoyado en la pared de brazos cruzados, un poco cabreado.

—¿Dónde estabas? Tendrías que haberme despertado y haberme avisado de que te ibas a dar un paseo nocturno, te habría acompañado.

Negué con la cabeza con una pequeña sonrisa.

—No quería despertarte, es que no podía dormir. Venga, vamos a descansar, mañana tenemos que prepararlo todo para marcharnos.

Sentí los brazos de Connor rodear mi cintura cuando me acerqué de nuevo a la cama y noté como dejaba un pequeño beso en la cabeza.

—¿Segura que estás bien? Te noto rara, como confundida y algo estresada.

A veces se me olvida que por la conexión que nos une como protector y protegida, puede sentir un poco mis emociones, aunque no puede descifrarlas por completo.

—Sí, sí. Tranquilo, no es nada. Es sólo el hecho de haber terminado el viaje y ahora tener que volver a embarcarnos en otro viaje a otro reino que a saber cuánto tiempo nos llevará.

Aunque mis emociones en aquel momento fueran mayoritariamente por el libro que había descubierto en aquel sótano, mi respuesta tampoco era mentira.

Después de todo lo que nos ha tocado hacer, después de haber sobrevivido durante un mes completo, ahora nos toca subirnos a otro barco de nuevo y sobrevivir más.

Connor olisqueó mi pelo felizmente y dejó un beso en mi mejilla.

—No tienes de qué preocuparte. Haremos este último viaje, las reinas romperán tu lazo con Harrison III, todos volveremos sanos y salvos al internado con Jeff dónde estarás a salvo y celebraremos tu cumpleaños todos juntos —murmuró en mi oído. Y aunque sabía que sus palabras podrían no ser ciertas, consiguieron relajarme—. Además, Desstiny, nunca dejaría que te pasara nada. Antes me muero que dejar que te pase algo.

—Lo sé, pero yo nunca dejaría que murieras por mí. Le arrancaría el cuello a cualquiera que se atreviera a tocarte un solo pelo de la cabeza —aseguré.

Connor esbozó una sonrisita.

—Lo sé.

Me giré para envolver mis brazos en su cuello y ponerlo más cerca para besarle y enterrar mis dedos en su pelo.

Connor correspondió el beso alegremente y después de unos minutos en los que estuvimos besándonos, hablando y riendo, nos fuimos a descansar para estar listos para lo que nos esperaba.

El viaje no había acabado aquí, todavía nos quedaba un largo recorrido por delante, pero eso no significaba que fuera a rendirme tan fácilmente.

Viajaría hasta donde fuera necesario y robaría lo que las reinas me habían pedido.

No iba a parar hasta que mi destino estuviera completamente desligado de Harrison III.

Quizá esa era la única manera en la que tenía una oportunidad de salvarme.

Me reconfortaba saber que no estaba sola en todo esto.

Vicky, Agnes, Connor, Garret y Frank me acompañaban. Y sabía que, a la distancia, Jeff y toda mi familia también me estaban apoyando.

Y por eso mismo iba a llegar hasta el final.

Por todos ellos.
























































¡Hola, hola! Aquí os traigo este nuevo capítulo. La verdad que estoy bastante orgullosa de este capítulo porque de verdad pienso en todo lo que está por venir y me pongo a chillar y a fangirlear yo sola de la emoción ( y espero que vosotrxs también lo hagáis cuando lo leais).

Como dato curioso os cuento que hasta hace poco tenía pensado terminar el libro aquí, los siguientes capítulos serían ya el final, peeeero...Me ha venido esta idea a la cabeza y no podía dejarla pasar así que lo alargaré un poquito más (tampoco mucho, quizás 10 capítulos más o menos, puede que alguno más).

Es increíble lo cerca que estamos del final y lo poquito que os vais a ver venir todo lo que va a pasar JAJAJAJA. Pero en fin, no digo nada más, espero que disfruteis de la lectura y tengais ganas de saber más de esta historia, de Desstiny y de sus amigos.

¿Qué os está pareciendo? ¿Teorías, comentarios, reclamos, insultos...?

¡Espero que os guste! ¡Nos vemos pronto! ¡Kisses con chocolate!

Atte:

—Cristina C. Ramos.

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