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08. ❝A NEW FAIRY WAS BORN❞

Había pasado más de un mes desde que Remus y Jacob volvieron a tener sexo, y lo habían tenido muchas veces. Pero simplemente se veían solo para eso. Incluso tuvieron la difícil e incomoda charla sobre como iba a continuar la relación de ambos. Ninguno mintió ni ocultó sus sentimientos, no había necesidad alguna.

Habían quedado en simplemente tener sexo. El joven Lupin se lo comunicó a sus amigos para no volver a cometer su error; alejarlos. Los meses anteriores Remus se había cerrado en sí y no había sido capaz de comunicar lo que le estaba pasado. 

Ahora, no había día que se juntase todo el grupo, incluso Liv y Lily quienes habían estado ocupadas armando una cita doble para James y Peter respectivamente. 

—Remus, por acá —gritó Sirius, mientras agitaba su mano alta en el aire. Remus hizo lo mismo.

Se escuchó un "silencio" por parte de varios presentes en la biblioteca. Lupin apenas había entrado y ya lo habían retado. Agachó la cabeza entre avergonzado y cagado de la risa. En la misma mesa se encontraban todos, incluso Jacob. "Raro", pensó.

—Hola —dijo Remus estirando la "a", mirando con intriga por la presencia de un profesor con ellos.

—No es nada raro, Rem —Olivia se dio cuenta de la pregunta que pasaba por la mente de su mejor amigo—. Estamos organizando mi fiesta de cumpleaños.

Mientras se sentaba a un lado de Peter, se puso a pensar en el cumpleaños de Olivia. Casi se olvida que el viernes era su cumpleaños. Igualmente, era solo miércoles y por ende tenía 3 días para comprar su regalo.

—Como les decía, estaba pensando en hacer una fiesta en la casa de los gritos.

—¿Puedo invitar a Selene? —preguntó Sirius. 

Remus rio por lo bajo. Sirius se había enamorado de la persona que sus padres hubieran creído ideal; una Slytherin de sangre pura llamada Selene Windsor. Pero para la suerte de Sirius, el amor era recíproco.

—Si, amigo. Inviten a quienes gusten.

—Yo me voy a encargar del pastel, ¿de qué lo pido? —preguntó Jacob.

—Chocolate, por favor —se apresuró a contestar James, dejando a Olivia con la palabra en la boca.

Todos comenzaron a reír por la desesperación de James. Pero Remus no pudo evitar mirar a Jake mientras este también se reía por las ocurrencias de los amigos de su hermanita. Sus ojos se entrecerraban y se marcaban pequeñas líneas de expresión al rededor de estos.

—Me gusta de chocolate igual —pudo decir Olivia con dificultad por la falta de aire de tanto reírse.

En ese momento Remus se dio cuenta que esto era lo que quería para su vida. No iba a cerrarse más. Iba a estar con sus amigos.

La conversación sobre el cumpleaños de Liv siguió hasta que uno a uno, comenzaron a levantase y poner excusas de que se tenían que ir. Remus entendió que estaba pasando y rezó por que Liv no se haya dado cuenta. El chico hizo lo mismo que sus amigos, se levantó y procedió a decir que tenía que estudiar.

—No pasa nada, Rem, anda —dijo Olivia mientras sacaba los libros de su mochila—. Tengo que organizarme para los TIMO que sino no llego.

Remus rio, su amiga tenía razón, los exámenes TIMO se encontraban a la vuelta de la esquina. Se anotó en su agenda imaginaria el empezar a estudiar.

—Solo somos tú y yo, hermanito —dijo Liv riéndose cuando su amigo ya se encontraba lejos—. Tenemos que hablar urgente.

Jacob la miró con los ojos bien abiertos. Su hermana siempre tenía estas ocurrencias. Él sabía que podría haber comprado un tractor muggle gigante o simplemente haber matado a algún pobre hombre. Las posibilidades con su hermana eran muchas.

—¿Realmente sentís algo por Remus? —preguntó Liv. 

Esa no se la esperaba.

—Liv, ya hablamos de esto...

Olivia no dejó continuar a su hermano: —Basta, estúpido. Si lo queres y se re nota cuando se miran.

Jacob la miró moviendo su cabeza hacia un costado, al igual que hace un perro cuando le hablas. No entendía a su hermana. Ya habían tenido la conversación incómoda con Remus. Y sabía perfectamente que hasta que Remus no termine el colegio, no iban a poder tener nada serio.

—Si pueden coger en secreto, puede también tener una relación. Mirá que los amo, pero son idiotas.

—¿Qué queres que haga? Ya hicimos un acuerdo, loca. 

La menor de los Kingston rio. Ya estaba sacando de sus casillas a su hermano y siempre terminaba en algo bueno para Remus; sexo.

—Andá a buscarlo y decile todo lo que sentís, no es muy difícil, ¡cagón!.

Jacob se quedó unos segundos mirándola fijamente. Tenía razón. Odiaba que tuviera razón.

—Bien —contestó finalmente con cansancio. Para luego agarrar su abrigo y salir de la biblioteca a paso apurados.

Para su sorpresa, Remus se encontraba a las afueras de la biblioteca.

—¿Qué haces acá, Rem? —preguntó el mayor de los Kingston con ilusión.

—Yo... me olvidé un libro.

—¿Podemos hablar en mi oficina? —preguntó Jake con un tono marcado de desilusión, no estaba ahí por él. 

Remus le dijo que espere un minuto para poder ir a buscar su libro. Cuando volvió, comenzó a caminar sin emitir palabra. No había un silencio incómodo, incluso aunque ninguno supiera que iba a suceder en los próximos minutos u horas.

Habrán tardado solo dos minutos en llegar a la oficina del profesor. Jacob abrió la puerta e hizo pasar primero al menor. 

—Me gustas, Remus—dijo el profesor cuando apenas cerró la puerta. Largó todo el aire que había acumulado en la caminata para llegar—. Quiero tener un futuro con vos, no me importa si tengo que renunciar a esto o lo que sea. Te quiero a vos.

Remus se quedó atónito por la confesión. No había nada que decir, Jacob era consiente de que el sentimiento era mutuo. Así que, demostró cuanto lo amaba con acciones. Remus se acercó ni lento ni rápido, era el movimiento justo hacia los labios del mayor. Se asumieron en un cálido beso que tuvieron que cortar por la falta de aire. Se miraron a los ojos, sabiendo lo que el otro quería decir.

Remus fue el encargado de volver a juntar sus labios, pero esta vez el beso se tornó más caliente. Jacob llevó sus manos hacia el culo de Remus.

—¿Por qué siempre terminamos igual? —preguntó el chico entre risas.

Esa tarde, Remus y Jacob no habían tenido sexo. Habían hecho el amor por primera vez.

Se encontraban tirados en el sillón de la oficina completamente desnudos, cuando Remus preguntó: —¿Que puedo regalarle a Olivia? Ya ser su cuñado es suficiente, creo.


Si ya sé los separadores son verdes y no azules, no encontré los que uso acá.

En otras noticias, que hago subiendo un capitulo después de un montón de tiempo ahre diganme que les pareció y todas esas cosas.

Este capitulo está dedicado a las personas del gc los tkm. Si quieren unirse o unirse a mi canal de difusión, dejen un . acá.

50 votos & 70 comentarios para el próximo capítulo, aunque saben que actualizo cuando quiero.


NO ESTÁ CORREGIDO, CUALQUIER ERROR SERÁN CORREGIDOS EN LA ETAPA DE EDICIÓN. nota: perdón por toda la jerga argentina, me pareció divertido.

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