La mañana de Remus comenzó a los gritos. Su cabeza dolía por la resaca y no tenía ganas de levantarse de la cama. Pero el sonido de la puerta sonando y los gritos lo obligaron a salir de su cómoda cama.

— ¡Chicos! —gritó una voz femenina. Lily—. ¡Despierten!

James fue el encargado de abrirle la puerta a la pelirroja.

— Cariño, ¿por qué tantos gritos?

— ¡Carta de amor para Kingston! ¡A Liv le escribieron una carta de amor! —mencionó Lily emocionada. Los chicos miraron a Remus, a Peter se le salían los ojos de la cara por el enojo.

— Y-yo no le escribí una carta a ella.

Peter se alivió, pero igual tenía cara de pocos amigos. Los cinco, incluyendo a Lily, fueron a ver que pasaba. Liv se encontraba en la sala común, la carta aún cerrada. Miró a Peter discretamente, pero este negó con la cabeza. Estaba desconcertada, Peter era su única opción. Por otro lado, Remus estaba nervioso. No sabía que había escrito, pero si sabía que la carta no era para Liv.

— Chicos, ¿no creen que se hace tarde para la clase de pociones? —Remus intentó cambiar de tema, pero los chicos se pusieron de acuerdo para leer la carta en el camino.

Liv fue la que comenzó a leerla.

https://youtu.be/b6Zh-sD3Wg0

(reproducir para una mejor -y más divertida- experiencia)

— No sé mis sentimientos, sólo sé lo enamorado que estoy. No puedo parar de pensarte ni un minuto.

De un momento a otro, la carta fue a parar a las manos de James.

— Cariño, eres una máquina de amor —leyó—. Todo un poeta el admirador.

— Me encanta la forma en la que me besas —ahora leyó Peter, enojado—. ¡¿Quién mierda escribió esto?!

Lily sacó de las manos de Peter la carta, para continuar leyéndola.

— Me encanta la forma en la que me abrazas tan fuerte.

Sirius decidió no quedarse atrás, por lo que tomó la carta.

— Siento que quiero cantar cuando haces... —Sirius comenzó a reírse sin parar, y en el medio de su balbuceo pudo continuar leyendo— "tus cosas".

— ¿No creen que deberíamos parar? —comentó Remus, bastante incómodo.

— ¿Por qué tanta vergüenza si no la escri...? —James no puedo terminar de hablar porque se dio cuenta de algo importante—. La escribiste anoche, ¿verdad?

Todos se quedaron mirando a Remus en busca de una explicación. El único que lo miraba con una mezcla de lástima y preocupación fue Sirius.

—Y-yo, no la escribí para Liv —confesó—. La escribí para Jacob. Y antes de que digan algo, prometo contarles, pero por favor devuélvanme la carta.

Si bien todos estaban shockeados de la confesión, no les impidió seguir leyendo la carta.

— Lo siento Rem, pero el chisme es mucho más importante —dijo Callum, el cual apareció de la nada, pero Remus sabía que él y Regulus habían escuchado cada palabra—. Cariño, tócame bebé.

Todos rieron y siguieron su camino hacía el aula. No dejaron ni un minuto de leer la carta. En los pasillos de Hogwarts no se encontraban ni los fantasmas. Las clases habían comenzado y ellos iban muy tarde.

Entraron al aula de pociones riendo y gritando.

— Llegan tarde —habló Jacob Kingston enojado—. Denme ese papel y vayan a sus lugares.

Lily hizo lo que su profesor dijo, aunque todos estuvieron de acuerdo.

— Ya que llegaron tarde por esto que parece una ¿carta?, vamos a terminar de leerla hacía todos.

En ese preciso momento, Remus temió por su vida. Todos sus amigos lo miraron alarmados.

— Jake, no deberías hacer eso. Es algo privado —Liv intentó convencer a su hermano. Sin embargo, al mayor no le importó.

— Eres una bestia —comenzó a leer, mientras que Remus se tapaba la cara— Te amo y estoy a punto de descubrir lo que significas para mí, J...

Cuando Jacob se dio cuenta hacía quien estaba dirigida la carta decidió callarse. Estaba avergonzado, su hermana tenía razón: la carta era algo privado. Él no respetó eso. Dejó la carta en su escritorio.

— Olvidemos esto, empecemos con la clase. Para el grupo que llegó tarde, están castigados, luego de todas sus clases los quiero acá nuevamente.

Ninguno dijo nada. Estaban todos avergonzados. Sabían que debieron hacerle caso a Remus cuando dijo que dejen de leer, pero a la vez la curiosidad los estaba matando. "Por lo menos no puse nada sobre los encuentros, por ahí puedo mentirles a los chicos diciéndoles que no pasó nada y que sólo es un amor platónico" pensó Remus para sí mismo.

James, Peter, Sirius, Remus, Olivia y Lily se encontraban caminando hacia su castigo.

— Rem, lo sentimos —comenzó Olivia hablando—. Pensábamos que era una broma.

— No tienen la culpa, no debí escribir esa carta en primer lugar —contestó Remus mirando a la nada.

— No, yo decidí el reto —intervino Peter—, y en serio lo siento, Rem. Nunca quise que te sientas mal.

Remus les dio una cálida sonrisa a sus amigos. Sirius se acercó hacía el hombre lobo y lo abrazó por los hombros. Remus no dudó ni un segundo en apoyar su cabeza en el hombro del chico. De esa manera llegaron al salón de pociones donde Jacob estaba esperándolos en la puerta. Pero se tensó al ver en la posición en la que se encontraban Sirius y Remus.

— Adelante que les explico que harán —cuando todos estuvieron acomodados, Jacob procedió a hablar nuevamente—. Les repartiré unas tareas a cada uno, deberán entregarlas para la próxima clase. No los retendré aquí toda la noche.

Cuando a Remus le llegó su hoja se dio cuenta que en el medio de sus consignas se encontraban una fecha y un lugar. "Mañana 8pm en mi habitación. Atte: el Kingston correcto". El menor se acomodó en su lugar para luego mirar a Jacob, no lo estaba viendo. Rápidamente todos guardaron sus cosas y fueron hacía sus habitaciones.

— Hasta la próxima, profesor —saludó Remus antes de dirigirse a su habitación.

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N/A: ¿les gusta el hecho de que ponga música en el medio de la historia? ¿o prefieren sin?

También les dejo la playlist. Pueden escanear el código en spotify. A medida que va pasando la historia la voy a ir actualizando de acuerdo a la trama.