X. Marching on
/Por esos días en los que nos sentimos como un error, esos momentos cuando el amor es lo que odias, de alguna manera continuamos andando/.
Marching on - One Republic.
Do KyungSoo
KyungSoo se sentía fuera de lugar en la habitación junto con JongIn y JongDae, él pasó a un segundo plano, mientras era testigo del primer encuentro entre padre e hijo. Como lo había vaticinado, a su hermano le brillaron los ojos cuando hizo las presentaciones correspondientes y el moreno, qué decir, aunque algo inseguro al principio, pues se percató que aunque para él ver a su hermano demasiado escuálido, con ojeras prominentes, y delgadas hebras de cabello renuentes a irse con las demás parte de su cabello; era algo a lo que desafortunadamente se había acostumbrado a ver; para JongIn era particularmente difícil observar a su hijo en ese estado, eso lo pudo descifrar tras realizar una breve lectura de su rostro, pero rápidamente el moreno se recompuso, y le brindó a su hijo una sonrisa sincera.
Lo que le siguió a esos primeros momentos un tanto incómodos, fueron palabras aplacadas por lágrimas, el moreno parecía disco rayado, pidiendo perdón a cada tanto. Incluso en un momento la enfermera de turno se acercó para monitorear los signos vitales, saturación de oxígeno, y otras pruebas que desconocía.
JongIn había explicado como sucedieron las cosas hace años atrás, y porqué nunca se enteró de lo sucedido, también reconoció haber sido un idiota en ese tiempo, incluso compartió dulces palabras de la personalidad Kim SoHyun, —no hacía falta aclarar que la inocente chica que JongIn había conocido se convirtió en un patético cascarón vacío, desprovisto de sentimientos—.
JongDae como la persona más gentil y sabia que jamás conoció, había perdonado a JongIn; era ese tipo de cosas que admiraba de su hermano, ya que de estar en una situación similar, jamás hubiera perdonado a su padre por abandonarlo, y peor sí esta persona vivía cómodamente mientras él había sufrido tanto.
Le alegraba ver el feliz encuentro, sin embargo había algo que lo ponía quisquilloso, no quería ver decepcionado a JongDae, no era un secreto que JongIn prácticamente estaba teniendo una doble vida.
Se lo advirtió una vez, si hacía algo que lastimara a Pisho, sería él quién destrozara su perfecta vida hasta verlo reducido a una mísera existencia.
—KyungSoo, qué hay con esa mirada asesina.
"Mierda".
Estaba tan enfrascado en sus pensamientos, que no se percató de la mirada entre curiosa y preocupada que le lanzaban dos pares de ojos hacía donde se encontraba: sentado en un cómodo sofá que formaba parte de una pequeña sala en la amplia habitación del menor
—Solo pensando —trató de justificarse, poniendo una ligera sonrisa sobre sus labios.
—No pienses demasiado y acércate. —Le pidió cariñosamente su hermano.
—Me alegra verte tan feliz —KyungSoo mencionó, una vez que se sentó en la orilla de la cama, con JongIn en frente suyo.
—En verdad lo estoy. Gracias Soo —Le dedicó una mirada cómplice al moreno por unos segundos antes de volver a hablar.
—JongIn, es decir, mi papá me contó lo que en verdad hiciste para contactarlo. Sé que debió ser difícil considerando que SungJae... —Dejando la idea en el aire.
KyungSoo abrió grande los ojos ante la sorpresa, sintió como los colores en su cara se desvanecían. En qué momento se había perdido esa parte de la conversación. No había manera que JongIn le contara su intento en seducir... ni los sucios detalles ¿o si?
"¿Qué le dijiste, moreno?".
El mayor levantó uno de sus comisuras labiales ante la expresión aterrada que cargaba KyungSoo.
—Estoy enteramente agradecido. —JongIn agregó cortésmente—. Sí no hubiera irrumpido ese día en mi oficina informándome que tenía un hijo, jamás me hubiera enterado.
No le pasó desapercibido el tonito sarcástico con el que se expresó al final. La sensación de alivio al escuchar una versión abreviada y para menores, fue reemplazada por una incipiente irritación la que hizo que su frente se arrugara.
—Era lo correcto. Aunque en verdad, no sabía sí me había creído, desde que usted, señor Kim me echó de su oficina una vez que le conté la verdad ¿no fue así? —No sabía en qué se estaba metiendo cuando continuó con ese juego de mentiras. Pero algo en la expresión del moreno lo animaba.
—Cómo no te iba a sacar, sí entraste a la fuerza, haciendo un escándalo de los mil demonios para anunciar tu entrada como sí fueras el dueño del lugar —JongIn continuó, levantando una de su cejas, el muy desgraciado—. ¿No fue así?
—Ustedes realmente... —expresó JongDae divertido. Poniendo fin a su pequeña discusión.
—¿Nosotros qué? —preguntaron al unísono, dirigiendo una expresión anonadada hacia el menor.
—Ustedes deben resolver sus asuntos.
¿Qué asuntos? no pasaba nada con JongIn. Antes de dar una respuesta a su hermano, KyungSoo miró con cautela al moreno quien ya no lucía tan relajado. Intentó dejar sus dudas atrás y enfocarse de lleno a lo que estaba ocurriendo en ese momento.
—Mira Dae, incluso antes que Kim JongIn estuviera hoy aquí, yo ya había hablado previamente con él —KyungSoo expresó calmadamente, con el mayor asintiendo sutilmente a sus palabras.
—Todo está claro entre nosotros —Se atrevió a decir, bueno en realidad no todo, solo lo concerniente a su hermano.
—Así es. No hay razón para que debas preocuparte. Todo está resuelto —complementó JongIn, mientras le ofrecía una suave caricia en la mejilla de su hermano.
JongDae sonrió como quien tiene un secreto entre manos. No le gustaba esa sonrisa, sabía que su hermano saldría con una imprudencia, especialmente sí los había visto antes... ¡mierda! y es que solo recordar ese atrevido momento, había hecho que sus mejillas se calentaran, cosa que no había pasado desapercibido para su hermano.
—No tienes porqué sonrojarte, no he dicho nada, KyungSoo. —replicó con cierto humor en su voz. A lo que inmediatamente rodó los ojos.
Pisho lo conocía, como él también lo hacía, y por eso sabía muy bien que en ese preciso momento JongDae estaba jugando con sus nervios y no los dejaría en paz.
—Creo que es mejor que los deje a ustedes dos —indicó seriamente, poniendo fin a la conversación que mantenían. Su hermano lo miraba confundido mientras se paraba de la cama, esperando que el menor se diera cuenta que había ido demasiado lejos con sus imprudentes comentarios.
—Vamos Soo, quédate un rato más —le suplicó JongDae, que con movimientos torpes había tomado su mano sosteniéndola débilmente.
Negando sutilmente con su cabeza, observó la expresión de su hermano percatándose de los síntomas de cansancio que reflejaba; definitivamente no quería que se descompensara y sucediera nuevamente una crisis, de hecho ya llevaban bastante tiempo ahí, y la carga emocional había sido excepcionalmente alta.
Con una breve mirada, bastó para alertar al moreno, para que él también lo dejara descansar, antes que la enfermera hiciera una nueva ronda y los retirara de la habitación.
—Dae, nos estaremos viendo mañana. ¿Cómo te sientes? —KyungSoo no pudo evitar el tono preocupado con el que cuestionó al menor.
JongDae esquivó su mirada y alejó su mano dentro de las sabanas que lo cubrían. JongIn también notó el cambio en el semblante del más joven.
—Regresaré mañana, aquí estaré... creo que es mejor que descanses. —añadió el moreno, reconfortando a Dae, quien a cada segundo se sumía en un espeso silencio. Claramente estaba molesto.
JongDae apenas asintió antes de cerrar los ojos durmiendo casi al instante.
El moreno aprovechó ese momento para despedirse cariñosamente del menor con un pequeño beso en su frente, acompañado del susurro de tiernas palabras.
KyungSoo se quedó parado ahí al pie de la cama por un momento más, antes de salir también.
—Se fuerte mi querido Pisho.
.
.
.
—Él se molestó, no lo entiendo —JongIn le indicó una vez se encontraron en la estación de enfermería de la zona VIP.
Para alivio de KyungSoo decidieron hablar de JongDae y no del beso que lo mantenía en una especie de delirio.
Una vez que dirigió su mirada hacia JongIn, era evidente que la estaba pasando mal, probablemente se estaría culpando por el cambio en el estado anímico de su hermano; algo que estaba lejos de la realidad.
El más bajo resopló, antes de acercarse a JongIn, odiaba verlo tan decaído.
—Escúchame bien Kim JongIn, solo lo diré una vez —Le dedicó una mirada compasiva antes de continuar—. Lo hiciste bien con JongDae. No tienes nada de que culparte —Sus palabras brotaron suavemente e inconscientemente le sonrió al hombre frente a él. Se maldijo al instante y rápidamente cambió su expresión a una más seria acorde a lo que tendría que hacerle entender
—JongDae no está molesto por algo que hayas hecho o dicho —JongIn frunció el ceño, claramente confundido—. Él está molesto consigo mismo.
—Sigo sin entender, Kyungsoo.
La manera cómo pronunció su nombre, lo hizo sentir una especie de sensación cálida en su interior.
"Concéntrate".
Pasó sus dedos por su cabello, intentando encontrar las palabras precisas.
—Para nadie debe ser fácil que su cuerpo no responda al mismo nivel que su mente.
Se daba cuenta que era bastante complicado explicar.
—JongDae es como un prisionero en su propio cuerpo; añora y desea cosas pero su cuerpo es su mayor enemigo. —Tras el leve asentimiento de JongIn, continuó.
—Él está molesto con su cuerpo, JongIn. Se frustra porque se cansa rápido y simplemente no puede evitarlo mientras su mente sigue brillando.
Terminó con una pequeña mueca en sus rasgos, siendo consciente una vez más de la batalla interna que vivía cada día su hermano.
—Lo conoces bien —opinó tras unos segundos sumido en sus propios pensamientos.
KyungSoo forjó una sutil sonrisa.
—Lo hago... lo harás —complementó antes de sostener delicadamente el rostro de JongIn en sus manos.
"¡Qué me está pasando!"
♥♣♦♠
Ya habían pasado más de dos semanas desde lo que fue el primer encuentro de JongIn y su hermano; las cosas para ellos habían fluido fácilmente en las veces que se encontraban ya sea en la habitación del menor o en las pocas salidas en las que se le permitía recorrer uno de los jardines interiores del hospital, y en las que no siempre los acompañaba. Era consciente que debía dejarlos a los dos para que se conocieran y compartieran tiempo de padre e hijo.
Por mucho que le gustara esa creciente relación, que incluso había repercutido positivamente en la recuperación de JongDae tras la sesión de quimioterapia; KyungSoo se sentía un tanto relegado de lo que correspondía al cuidado de su hermano, y eso había hecho que estuviera constantemente irritado, al punto que ni siquiera soportara las estupideces que decía Sehun.
En cuanto a la situación con JongIn, las cosas estaban...
KyungSoo jadeó cuando su estrecha entrada de repente fue abierta por dedos expertos, en ese momento era un lío de gemidos cada que sentía el palpitante miembro de JongIn restregándose descaradamente sobre el suyo, mientras lo preparaba. Sus bocas se unieron en un desquiciado beso, hasta saborear con su lengua los gruesos labios del otro hombre; con las yemas de sus dedos paseándose tortuosamente sobre la espalda del moreno, a pesar de su urgente deseo de clavar sus uñas, era prudente y no lo hacía.
—Mierda, JongIn. ¿Acaso estás esperando una invitación formal? —criticó al moreno en medio de jadeos, subiendo sus caderas en busca de mayor fricción.
—¿Muy ansioso pequeño estafador? —JongIn intentó bromear, cuando evidentemente él estaba en la misma situación.
—Solo haz... —Ni siquiera pudo terminar la oración, cuando sintió que era llenado en su interior una y otra vez con movimientos rápidos y sinuosos llegando hasta su pequeño bulto excitado, que lo hacía gemir como una maldita p*uta y al hombre sobre él, gruñir con su cabeza metida sobre su cuello, donde repartía mordidas, hasta que hizo un camino con su lengua para conectar nuevamente sus labios.
Su corazón palpitaba a toda prisa, cuando llegó a su ansiado orgasmo, con JongIn quien remontaba las últimas embestidas hasta acompañarlo en su éxtasis.
Esta vez como las anteriores veces desde que llegaron a este tácito acuerdo, habían tenido la precaución de usar condón. KyungSoo se quedaba en la habitación que se hospedaba JongIn, por un par de horas, las suficientes para descansar por un rato y no despertar juntos a la mañana siguiente; al otro día se encontrarían en el hospital, donde no hablarían de lo ocurrido, y al final del horario de visitas KyungSoo se dirigía con JongIn al mismo hotel.
Su acuerdo no necesitaba palabras cariñosas, ni mimos, ¡nada de eso! ellos estaban lejos de eso; solo eran dos hombres que se sentían atraídos, así que daban rienda suelta a esa inminente atracción. O eso era lo que se repetía KyungSoo en su mente cada vez que dejaba la habitación y una muy maldita parte de él esperaba que JongIn se lo impidiera, pero en vista que el mayor seguía viajando de vez en cuando hasta la capital, regresando al siguiente día y que aún usaba el maldito anillo, KyungSoo inevitablemente se había convertido en el otro.
Y eso no era que le doliera... ¡pero cómo un infierno! sentía las lágrimas rodar por sus mejillas cuando llegó a eso de la madrugada a su casa, una vez más sus ojos se humedecían tras encontrarse con JongIn ¿por qué se sentía tan hecho mierda cada vez que regresaba a su casa? Pero no importaba qué, al otro día cuando se encontrara con JongIn tan emocionado como la primera vez cuando conoció a JongDae, era suficiente, para llenarse de energía y contagiarse por la felicidad del otro, hasta reír tontamente cuando el moreno dejaba su estricta forma de ser y se relajaba lo suficiente para decir alguna estupidez.
♥♣♦♠
—Creo que te has enamorado del ardiente Kim JongIn. —opinó relajadamente su amigo, mientras mordisqueaba su sándwich.
Sintió como el aire se le quedaba atorado en sus pulmones, le faltó poco para escupir el jugo que estaba tomando en ese momento.
Decidió negar cualquier suposición que hacía su amigo, poniendo su mejor cara de indiferencia.
—No digas estupideces, Oh Sehun. Admitiré que es atractivo pero nada más —intentó sonar lo mas convincente que podía, hasta que vio la sonrisa traviesa que le ofrecía su amigo; y se dio cuenta que no servía de nada ocultarle algo a Sehun.
—Vale pues. ¿Así que vamos a pretender que hace media hora no los pillé besuqueándose en uno de esos armarios del hospital?
Había olvidado ese pequeño detalle cuando no siendo la primera vez, junto al moreno se adentraban en uno de los armarios donde guardan implementos médicos para hacer de las suyas; pero esta vez Sehun los había interrumpido justo cuando el moreno lo retenía contra la pared con sus piernas rodeando su cadera.
—Todo fue un sueño —Habló como si de un hipnotizador se tratara.
Su amigo inmediatamente rodó los ojos.
No estaba listo para hablar de sus sentimientos, no cuando JongIn con sus acciones le demostraba que solo lo buscaba para pasar el rato.
Se había enamorado de JongIn. Reconoció tristemente para sus adentros.
—¿Y ese suspiro? —Preguntó curioso su amigo, quien lo observaba detenidamente.
—¡Quieres dejar de analizarme! —cuestionó un tanto irritado.
—Está bien, pero cuando desees hablar de tus sentimientos y esas cosas...
—Gracias por entender —Le ofreció a Sehun una pequeña sonrisa que no llegó a sus ojos, antes de cambiar de tema, que de seguro lo incomodaría—. ¿Vamos a pretender que no te vi con Tinker Bell intentado entrar a uno de esos armarios?
Sehun levantó una de sus cejas.
—Creía que todo fue un sueño... de todas maneras a Luhan no le importará —complementó encogiendo sus hombros.
Conocía a su amigo demasiado bien, para saber que en el fondo de esa fachada despreocupada esperaba que los problemas con su pareja se solucionaran.
—Está bien, pero cuando desees hablar de tus sentimientos y esas cosas. —Replicó con las mismas palabras que segundos atrás su amigo le dirigía.
Ambos amigos se quedaron hablando de temas banales, riendo por cualquier tontería, alejándose adrede de los temas que en verdad concernía en sus corazones.
.
.
.
Sí la persona que más amaba estaba feliz, las demás cosas no importaban, ni su corazón, ni nada de esas mierdas. Si JongDae estaba bien, todo lo demás lo estaba.
Pero su vida nunca había sido tan tranquila, y pronto descubriría que los problemas siempre habían estado allí, pero el simplemente había optado por no verlos, hasta que una visita inesperada se hizo presente.
.🐧.🐧.🐧.🐧.🐧.🐧.🐧.🐧.🐧
¡Ya! me emociona enormemente ver el apoyo que ha recibido este fic. Cuando empecé a escribirlo no pensé que alguien lo leería, y ahora ver las estrellitas que recibe, y las lecturas que ¡ya son mas de 300! realmente son muy significativas para mí 💜, las aprecio⭐⭐ y agradezco por su apoyo. Nos vemos en el próximo capítulo. 🤗
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro