✨8. El Planeta De Michael✨
Hemos llegado a Himn, las naves empiezan a descender hasta tocar la superficie del planeta. Salgo de mi nave —sí, ahora si la considero mi nave— para reunirme con los demás.
Cuando me encuentro fuera de mi nave, puedo contemplar un paisaje hermoso, el cielo es morado y su flora es azul, qué lugar tan curioso.
—Bien, según las coordenadas se supone que los verratianos aterrizarán en el lado norte, cerca de donde nos encontramos. —notifica Michael mientras revisa las coordenadas en su mini pantalla holográfica.
—¿Qué estamos esperando? ¡Vamos allá! —exclama Harry mientras alza su mano victorioso.
—No podemos ir sin idear algo. Además, no tenemos armas para defendernos. —comenta Michael.
Si tuviéramos armas para defendernos sería más fácil realizar un plan, pero nadie tiene, a menos que...
Presiono un botón en mi pulsera para hacer que aparezca la mini pantalla holográfica, reviso entre las opciones si existe algo referente a armas. Hay una opción que parece servir, presiono el botón y del interior de la nave aparece una especie de báculo pequeño.
—¡Miren esto, chicos! —exclamo para llamar la atención de ellos. Todos me observan asombrados al ver el objeto en mi mano—, creo que ya solucionamos lo de las armas.
Luego de activar las armas que poseen nuestras naves, caminamos para llegar al lugar donde deben aparecer los verratianos. En el transcurso del camino disfruto el ambiente que posee Himn. Pero mi deleite es interrumpido por una criatura, parece una araña gigante, y no se ve muy amable.
La araña empieza a correr donde nos encontramos, me paralizo del miedo mientras Harry y Kennie se posicionan para intentar defenderse. Pero una bala —o algo parecido a ello— hace caer a la araña enorme, matándola al instante.
Dirigimos nuestra mirada al origen del disparo, Michael sostiene en alto su pistola láser mientras observa con seriedad la situación.
—No tenemos tiempo para estas cosas. —advierte mientras guarda su arma.
Seguimos caminando en silencio luego de lo ocurrido, hemos llegado al lugar indicado. No tardamos ni diez minutos.
—Aquí es, prepárense. —avisa Michael mientras prepara su arma. Todos hacemos lo mismo.
Ni siquiera sé porque me preparo si soy una inútil en batalla.
Algo se escucha en el cielo, es como unos helicópteros llegando. Se puede apreciar naves negras aparecer en el cielo, son tres naves, y todas deben traer varios verratianos.
Michael empieza a disparar, trata de que las naves sean destruidas, pero se ven resistentes. O eso pensaba.
Una de las naves se dirige en picada al suelo, Michael logró derribar a una. Las otras dos naves aterrizan, de ellas salen varios seres de piel naranja y puntos en su frente, seguro son los verratianos. Los enemigos nos rodean.
Harry alza su espada para atacar a los verratianos, mientras Kennie usa su báculo electrificado para destruir a los enemigos.
Me quedo paralizada nuevamente, no soy de pelear y ni siquiera me sé defender. El contemplar sangre —eso parece— y varios verratianos muertos me aterra mucho.
Uno de los verratianos me tira al suelo y luego coloca mis manos detrás de mi espalda, para seguido ponerme unas esposas. Los demás siguen tratando de defenderse, pero también son apresados. Los verratianos hacen un espacio para dejar que alguien pase, es una verratiana.
—Así que Calix, ¿Eh? —Se burla ella mientras sonríe maliciosamente—. Esperaba que fueran un digno rival, pero me decepcionaron. Y pensar que sus antecedentes también perdieron, ¿Es que Calix le heredó eso a ustedes?
La verratiana me observa, analizandome. Su mirada es penetrante, por lo que me muevo incómoda.
—¿Una humana en Calix? Tu rostro me es familiar. —admite ella.
—¿¡Porqué quieres destruir a Himn!? —interrumpe Michael, molesto. La verratiana ríe con maldad.
—Primero, eso fue muy maleducado de tu parte —señala ella—. Segundo, soy Alice Lugner, líder de los verratianos y a mí me divierte destruir planetas.
—No hemos pedido tus datos. —musita Kennie con sarcasmo. Alice la observa cínicamente.
—Y yo no he pedido tu opinión —responde la verratiana—. Cómo sea, los dejo, tengo un planeta pendiente por destruir.
Ella chasquea sus dedos, varios verratianos nos apuntan con sus armas mientras Alice se retira con los restantes.
Si tan solo supiera como liberarme de estas esposas. Todavía tengo mi báculo pequeño escondido entre mis manos, ¿Para qué servirá?
Presiono uno de los pequeños botones que tiene el báculo, esto hace que aparezca un tipo de láser pequeño. Eso funcionará. Acerco el láser disimuladamente a las esposas y, luego de unos segundos, estoy libre.
Acerco el báculo pequeño a las esposas de Michael, una vez está libre, alza su pistola láser con velocidad y dispara a varios enemigos. Mientras tanto, termino de liberar a Harry y Kennie, quienes también se unen a la batalla.
Me escondo detrás de unas rocas, para observar la batalla entre mis compañeros y los verratianos. Yo no sirvo en batalla, y no creo servir mucho también. Pero quizás las naves ayuden.
Empiezo a correr hacia las naves, subo a la mía y reviso la pantalla frontal, talvez haya algo que sirva. Hay una opción llamada ataque Wender, Es el ataque que mencionó Jeremy. Debe funcionar.
Activo el ataque, las otras naves se encienden automáticamente. Todas se elevan en el aire y empiezan a cargar el ataque. Michael se desconcentra de la batalla y observa lo que estoy haciendo.
Recibo una videollamada proveniente de Michael.
—¡Alexa! ¿¡Qué estás haciendo!? —cuestiona él mientras se defiende con dificultad.
—¡El ataque Wender servirá! —exclamo. Michael me observa sorprendido.
—¡No lo hagas! ¡No-! —El lanzamiento del ataque lo interrumpe.
El ataque impacta contra los verratianos que atacan a los demás. Un pequeño temblor invade el planeta, pero no dura mucho. Suspiro aliviada, los hemos vencido. Salgo de la nave, sonriendo.
—¡Alexa! ¿¡Qué has hecho!? —Michael se acerca a mí con velocidad. Toma mis hombros para sacudirme histérico—. ¿¡Porqué lo hiciste!?
—¡Tranquilo! Todo salió bien. —afirmo tratando que se calme.
Alice se acerca a la escena, vienen con ella los verratianos restantes. ¡Olvidé que habían más! Y ahora las naves no tienen energías suficientes para huir.
Harry y Kennie se acercan a nosotros mientras preparan sus armas. Michael me coloca detrás de él.
Alice sonríe irónicamente.
—¿Quién lo diría? Puede que si den batalla, pero dudo mucho que tengan fuerzas para enfrentarme todavía. —señala ella.
Retrocedemos lentamente, mientras ellos se acercan a nosotros, amenazantes. Michael se ve pensativo, seguro tiene un plan.
Con disimulo toma mi mano, con la mirada avisa a Harry y Kennie que nos sigan. Michael empieza a correr, seguido por nosotros. Los verratianos nos están atacando pero de alguna forma logramos esquivar las extrañas balas.
Llegamos a una pared cubierta de hojas, Michael aparta las hojas mientras Harry y Kennie le cubren la espalda. Cuando aparta las hojas, se puede apreciar una entrada con una mini pantalla, él coloca su mano en la pantalla y la entrada es abierta. Nos dice que entremos pero que no toquemos las paredes del túnel.
Los verratianos quieren entrar pero Alice demanda ser ella quien nos asesine, cuando está apunto de entrar, ella toca la pared del túnel y una alarma se activa.
—¡Estás atrapada, Alice! —exclama Michael—. Has activado una alarma, está avisará a los himnesinos y vendrán por ti, por lo que veo no tienes a todos tus guerreros contigo.
—¿¡Qué!? —Alice abre sus ojos con sorpresa—. ¡Esto no se quedará así! Vámonos.
Los verratianos abordan sus naves para luego irse de Himn. Michael suspira, imito su acción. Ambos notamos que aún nos tomamos de las manos, por lo que nos soltamos con un poco de vergüenza.
—Misión... ¿Cumplida? —digo avergonzada. Ellos me observan, molestos.
—¿¡Porqué hiciste eso!? —cuestiona Michael—. ¡Pudiste destruir mi planeta con ese ataque!
—¡Lo siento mucho, yo quería ayudarles! —Me disculpo apenada.
—Siempre pensé que el ser una humana no afectaría tu inteligencia, pero al parecer si te afecta mucho —afirma Kennie mientras se cruza de brazos, molesta.
Dirijo mi mirada al suelo, me siento como una niña tonta. Ellos suspiran.
—Ahora debemos esperar un poco para que las naves se recarguen solas —señala Michael mientras levanta mi barbilla para que lo observe—. Entiendo que quisiste ayudar, pero no vuelvas a hacer algo así, ¿Está bien?
—Está bien —digo mientras sonrío nerviosa.
Ahora debemos esperar a que las naves se recarguen, pero quizás pueda descubrir más sobre este planeta.
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