Jeremy nos convocó a todos, dudo mucho que sea para responder preguntas.

Cuando llego a la sala, no hay nadie, es entonces que escucho una voz a mis espaldas.

—Pensé que nunca vendrías —dice Michael recostado en la pared.

—¿Dónde están todos?

—Jeremy se cansó de esperarte, por lo que fueron a otra sala. Decidí quedarme para llevarte con ellos —responde mientras camina hacia la sala mencionada. Lo observo sin moverme de mi lugar, él nota mi acción y me observa confundido—. ¿No vienes?

—¿Ah? ¡Sí, sí! Ya voy —digo mientras me acerco a él. Ambos nos dirigimos a la sala que mencionó Michael.

En la sala encontramos a Jeremy de brazos cruzados.

—¿Porqué se tardaron?

—Es culpa mía —respondo mientras observo a Michael—, estaba ocupada que olvidé tu mensaje, lo siento.

—Ya no importa —dice él. Michael y yo nos acercamos al grupo de reunión—. Algunos de ustedes seguramente tienen una vaga idea del motivo de nuestra reunión.

—Estamos aquí para saber más sobre Calix —comenta Kennie mientras sonríe con ironía.

—Cerca —responde Jeremy—, están aquí para entrenar.

¿Acabo de escuchar bien? ¿Dijo que vamos a entrenar?

Jeremy se acerca a una puerta, presiona un botón y la puerta se abre. Adentro, hay miles de trajes extraños, su textura parece de látex y su color es blanco con lineas de color. De los tantos trajes que hay ahí, Jeremy escoge cuatro trajes.

Jeremy empieza a entregar un traje a cada uno de nosotros, se ven pequeños.

—Vístanse con esos trajes de entrenamiento.

—Pero son pequeños —Se queja Harry.

—Parecen pequeños, pero se estiran al momento de usarlos —explica Jeremy.

Todos nos dirigimos a nuestras habitaciones. Observo el traje con confusión, es extraño y para peor es de látex, jamás me gustó ni me gustará usar trajes de látex. Suspiro mientras me desvisto para colocarme el traje. Al principio se me dificulta porque es pequeño, pero a medida que mis brazos y piernas están en su interior, este se estira hasta ser de mi talla.

Salgo de mi habitación con mi traje puesto. Incluye botas y guantes adjuntos a él.

—Se ven bien —comenta Jeremy. Todos tenemos una expresión de incomodidad—. Sé que son incómodos, pero evitarán que mueran por algún ataque.

—¿Y qué hay si él enemigo nos ataca hasta llevarnos a la muerte? —pregunta Kennie.

—Por eso deben entrenar. El refugio Calix posee robots de entrenamiento, por lo que —De su bolsillo saca un interruptor, luego presiona un botón. De la parte de arriba de la habitación aparecen varios robots— les deseo suerte y no se rindan.

Jeremy abandona la habitación para cerrar la puerta del lugar. Me acerco con rapidez a la puerta para intentar abrirla, lo cual es inútil. Jeremy me observa sonriendo culpable.

No puedo quedarme aquí, son robots, ¡Robots! Ni siquiera sé defenderme.

—¡Jeremy, no me dejes aquí! —exclamo asustada. Michael se acerca a mí para alejarme de la puerta.

—¡Crees que quedándote quieta vas a salir ilesa? —interroga él—. ¡No te rindas!

Lo observo asustada, pero asiento. Nos colocamos espalda con espalda para protegernos mutuamente. Un robot se acerca a mí a gran velocidad, intento darle un golpe pero él sostiene mi brazo y me lanza al suelo con rudeza.

—¡Alexa! —exclama Michael intentando socorrerme, pero el robot arremete contra él, lanzándolo lejos.

Me levanto con dificultad, el robot tiene fuerza. Me paralizo al observar que la máquina empieza a correr hacia mi, cierro mis ojos esperando el impacto pero nunca llega. Abro los ojos y observo que Michael acaba de destrozar la cabeza del robot con una vara de metal.

—¿Estás bien? —pregunta Michael mientras se acerca a mí. Asiento un poco sorprendida—. No te paralices cuando veas a tus enemigos venir.

Asiento apenada. Con rapidez me acerco al robot para empezar a revisar su sistema. Abro la caja de cables eléctricos, me asombro de ver miles de cables de diversos colores.

—¿Qué haces? —pregunta Michael mientras cubre mi espalda de los robots.

—Busco algo útil que nos ayude con ellos —contesto. Elijo un cable al azar, para luego estirarlo hasta romperlo. El robot emite un brillo en su "mano", dónde aparece una espada—. ¡Bien!

Tomo la espada entre mis manos. Michael está distraído por lo que no nota la presencia de un robot a sus espaldas, este lo tira al suelo con brusquedad. Observo al robot asustada, este se abalanza sobre mi, pero coloco la espada frente a mí y esta atraviesa a la máquina, destruyéndola.

Abro los ojos asombrada, y suelto la espada con miedo. Jamás había hecho algo así, ni siquiera a un robot.

—Michael ¿Estás bien? —pregunto mientras lo ayudo a levantarse. Él asiente.

Desde nuestro sitio contemplamos cómo Kennie y Harry están destruyendo a los robots. Ella está sobre un robot, que trata de quitársela de la cabeza. Harry lo está atacando desde el suelo. El robot cae, pero antes de eso, Kennie salta de él. Cuando el robot está en el suelo, Kennie arranca todos los cables de su interior, el robot hace aparecer una vara electrificada en sus bordes.

Un robot se abalanza hacia ella, pero Kennie lo esquiva y sube a su cabeza, donde luego inserta su vara electrificada en la cabeza del robot, quién cae al suelo.

Kennie tiene habilidades de una guerrera, pareciera que ella entrenara.

—Buen trabajo —Escucho a mis espaldas. Se trata de Jeremy entrando a la habitación—, tienen potencial. Alexa, usaste tu inteligencia a tu favor, pero debes dejar de paralizarte frente a una situación así.

Suspiro, no soy buena en batallas, temo defenderme.

—Significa que están listos para su primera misión siendo portadores de Calix.

Ahora que realizaré mi primera misión, debo dejar el miedo atrás.