Después de saber el veredicto de juez me quedé más tranquilo. Ese mismo día salí del hospital y a petición mía me llevaron sin muchos ánimos a los juzgados.

Todos nos sentimos contentos, bueno mis tíos Kalonice y Daecon no tanto, al fin y al cabo uno de los acusados era su primogénito y hermano de nuestros tres primos pequeños.

Las clases me esperaban en la gran institución.

Todo lo que empezó a principios de verano, terminó hace casi un meses. La familia está a salvo y todos volvimos a nuestros respectivos países, donde cada uno de los miembros de mi familia vivían.

Me fui sin terminar las clases y vuelvo totalmente cambiado y renovado. ¿Cuánto habrán cambiado las cosas? Yo creo que casi el cien por ciento. ¿Los acontecimientos pueden cambiar radicalmente a alguien? Yo pienso que sí. por que a mi me ha cambiado.

Voy caminando tranquilamente por la acera, acercándome cada vez más a mis clases.

Intento ser invisible para el resto de la humanidad pero esta vez mis clemencias no son bien recibidas.

— ¿Mirad a quién tenemos aquí? —la voz horrorosa de Zabat —. Volvió el mudito. ¿A dónde fuiste de vacaciones? ¿Al caribe? —se burla —. Te extrañamos al final del curso —todos soltaban carcajadas conforme me miraban y me señalaban. Pero yo ya no me callo, ahora respondo a la gente que me quiere ofender y ver destruida. Esa gente, la gente que está ahora mismo parada enfrente de mí, no tienen vida y la que llevan la desperdician tratando mal a la gente.

— Pero si aquí tenemos al rey de las idioteces —lo señalo de arriba abajo. Zabat abre los ojos de par en par porque no pensaba que le iba a contestar y menos de esta forma —. Ya no soy una persona indefensa como la que era hace un par de meses. Las personas cambian a lo largo de los años y en meses lo he podido hacer y da la casualidad que la persona que se fue de esta ciudad —señalo a la institución —, ya no existe. Ha cambiado —sonrió. Le dejo con la palabra en la boca y paso entre la multitud para empezar a subir las escaleras.

Nunca pensé en enfrentarme al gran idiota de mi clase, el que siempre se burlaba de los chicos tímidos y solitarios. Yo aun lo soy pero eso no significa que no tenga a gente a mi lado que me acompañe a cada paso que doy.

Semanas atrás quizás hubiera pensado en volver a la rutina de volver a estudiar pero a estas alturas, cambie de parecer. ¡Quiero huir!

Se que el estudiar te llevará a un mejor futuro pero también es algo estresante estar más de tres horas sentado en una silla , incomoda a cualquiera, hasta a un profesor, aunque ellos tienen la ventaja que pueden pasearse por toda la clase.

Por los pasillos aún no se encontraban casi alumnos, la mayoría se encuentran fuera, reencontrándose con sus amigos. Yo como por ahora no los tenía, no podía hacerlo.

¿Me deprime pensar en esto? A estas alturas de la vida, no.

Entro en el aula que en teoría nos tocaría a las primeras horas. Aunque sea la universidad, casi todas las personas son las mismas, menos los profesores. Me libré de mis amargados profesores. No voy a decir que los extrañare, porque estaría mintiendo. De lo que me había librado.

Me asomo por el marco y veo a unas cuantas personas, deje que aire saliera y entre al aula.

Avanzo entre las mesas hasta llegar al sitio que más me iba a gustar; al lado del ventanal.

Siento que alguien se sienta en el pupitre de al lado y veo de reojo que es una chica.

— Hola, me llamo Idylla, soy nueva aquí —habla la chica en un tono no muy alto que apenas la puedo escuchar.

— Yo me llamo Calix, encantado de conocerte Idylla. Si quieres te puedo dar un tour por toda la ciudad.

Hasta que llegó el profesor y toda la clase estuvo sentada en sus respectivos asientos estuvimos conociéndonos. Ya que a decir verdad aquí dentro no conocía a nadie. Tan solo de vista. Y me alegraba conocer gente.

Creo que todo podría cambiar de ahora en adelante en este nuevo inicio, lo podía presentir.

"Todas las historias empiezan de alguna forma y así empezó la mía, algo normal de hecho y termina casi de la misma forma en que empezó, pero con un mejor final. Espero que hayáis disfrutado de toda mi historia, muchas gracias y hasta pronto".

¡Y aquí termina Calix! Me ha encantado escribir este libro, empezarlo y poder terminarlo. Todo tiene un comienzo y un final, este ha sido el de Calix Areleous Doskas.

Gracias a todas las personas que me habéis leído y apoyado desde un principio pero también a la gente que se ha sumado más tarde y los que estabais esperando a que lo terminara para leerla completa.

ErnestoAGonzalez IsBlueCiel andreaneocat Liz-2603 darcysty05 OnlyEuge0002 -KarinaMD ivannah5sos MarianaSimonelli28 SofiuCabrera Esfelu zcami4 MarluzPorfirio angel_af_24 Karen1-Rios life_in_the_moment