En estos momentos estoy cagado, ellos se han vuelto locos. Si hubiéramos visto el maldito vídeo entero ahora tendríamos algo más de ventaja ya que sabríamos de que va todo esto.
— ¿Pensabais que nos habíamos ido? —pone sus dedos en su barbilla haciendo que pensaba. Como odio a este tipo —Sí, nos fuimos, pero volvimos para haceros la vida de cuadros. ¿O quizás nunca más veréis la luz del sol? —sonríe macabramente.
¿En su vida anterior fue un psicópata? Da demasiado miedo.
Veo a Denes mirar a Tadd con una cara impasible. No demuestra ninguna emoción en su rostro pero se que por dentro se esta cagando en Tadd. Me devuelve la mirada y lo afirmo.
Observo bien a mi alrededor. Ezio, Halia y Rastus deben estar por alguna parte. No tienen que estar demasiado lejos.
— ¿Nos buscabas Calix? —habla la voz femenina de Halia. En estos momentos me repugna su voz.
— Veamos que piense —me hago el pensativo. Hay que ganar tiempo que nos tienen que venir a rescatar de este desastre de situación —. No, la verdad que no os buscaba a vosotros. ¿Por que debería de hacerlo?
— Pero si ha salido su verdadero yo de dentro —habla con burla. Se acerca hasta mi y me da un par de toques con su dedo indice en mi pecho. En el último toque no le dejo que me lo de y le aparto de un manotazo su mano. Será mujer, de eso no me olvido, pero si me vuelve a tocar se me va a olvidar.
— ¡Maldita perra! —susurra muy bajo Denes, haciendo que solo yo lo escuche. Se me asoma una medio sonrisa que me delata.
— ¿Que te causa tanta gracia? —ahora el que se pronuncia es el gemelo que tiene agarrado a mi hermano como si fuera un animal.
— De las idioteces que haces —suelto una carcajada sin gracia —me parece demasiado patético que tomes de rehén a un niño —señalo a mi hermano —para que nos tengáis a nosotros —. Sois unos verdaderos patéticos, vosotros cuatro y vuestro primo Xanthus.
Ezio y Tadd abren mucho los ojos. Eso no se lo esperaran que supiera. ¡Bombazo para ellos!
— Tengo algo que no quieres que acabe muerto, ¿cierto? —me congelo.
Tengo que morder mi lengua para no contestar. Solo tengo que ignorar sus palabras. Si no lo él que va a pagar las consecuencias es mi hermano.
— Calix —solloza mi hermano suplicante —no quiero estar aquí.
— ¡Eryx, mírame! —el sube su mirada hasta posar sus ojos en los míos —no va a pasar nada. Todo saldrá bien.
— Pero que conmovedor —aplaude dramáticamente —. ¿Salir vivos de aquí? Nadie va a salir con vida de este lugar menos nosotros cuatro —Ezio se señala así mismo y a los tres restantes.
— Lo que pienso realmente es que vosotros deberíais estar fuera de este hotel ya que si estoy en lo correcto este hotel pertenece a nuestra familia no a la vuestra y con una llamada a la seguridad de aquí os podríais quedar de patitas en la calle de nuevo. ¡Que alegría! Os perdería de vista por fin. Eso sería un milagro.
— Que valiente te estas volviendo Calix —dice con algo de burla en su voz.
¿Ya veremos quién el que se burla el último? Ahí me reiré yo.
¿Donde andaban los demás? ¡Estamos solos! Ellos son cuatro y nosotros dos y Eryx que no se puede defender, aunque ahora que me fijo puede que si. Le hago un gesto a mi hermano con los ojos para que comprenda que suba su pierna y golpee la de Tadd. Mi hermano lo comprende a la primera y le da un un zapatazo en la espinilla y Tadd retrocede unos pasos perdiendo el equilibrio, cae al suelo. Eryx corre hasta a mi y le extiendo los brazos. Se cuelga de mi cuello.
— ¡Hey, quietos! —dispara al aire Halia. No le hacemos caso. Denes va por delante corriendo. Tenemos que llegar lo más rápido un lugar donde este atiborrado de gente. Oigo pasos tras de nosotros. Se que son ellos —. No tenéis escapatoria. No hay lugar donde esconderos.
— Calix corre más deprisa, nos van a alcanzar.
— Voy con Eryx en brazos. Se me dificulta más correr.
— Bájame —susurra en mi oído mi hermano.
En cuanto toca el suelo con sus pies, sale disparado y yo empiezo a correr de nuevo, más veloz que antes.
— Por allá —indica Denes. Iremos a recepción. Veo por encima de mi hombro para ver si los veo y no. Los perdimos de vista una vez nos mezclamos entre la gente.
Llegamos a recepción agotados de tanto correr. Nos acercamos al mostrador ya que vimos que no se encontraba nadie más.
— Buenas tardes, ¿en que les puedo ayudar? — pregunta con una sonrisa plasmada en la cara que se le borra en cuanto nos ve las caras —. ¿Ha ocurrido algo?
— Empecemos por el principio. Hace una semana aproximadamente echasteis a cuatro jóvenes de este hotel —él asiente conforme.
— ¿Pasa algo con esos muchachos? —al parecer no logra entender lo que le intentamos explicar.
— Esos jóvenes han vuelto y nos iban a atacar de no ser por mi hermano que le ha dado a uno de ellos en la espinilla. ¡Exijo que lo saquen inmediatamente de este hotel!
— De acuerdo —se queda sentado sin hacer nada, ni siquiera coge el teléfono para llamar a seguridad.
— ¡Llame! ¿A que espera? —él hombre mira asustado detrás. Seguro que ya nos han encontrado. Denes ya estaba furioso y desesperado.
— Eryx, ponte tras nosotros. ¡Ya! —mi hermano hace caso a la primera. Nosotros volteamos a donde miraba el recepcionista que se ha escondido debajo de la mesa como un vil miedica. Ahora es mi turno de abrir los ojos. Xanthus se encuentra delante de mi, a pocos pasos.
— ¡Lo que ven mis ojos! —parpadea repetidas veces para luego sonreír —Calix, amigo. ¿Que tal te ha ido en esta maravillosa isla? —Eryx se agarra muy fuerte de mi camiseta.
— Tranquilo Eryx —le acaricia el pelo Denes.
— Hasta que has llegado tu con tu panda de ineptos, genial, en estos momentos ha decaído mis ánimos —mi primo no aguanta y suelta una carcajada.
— Te recordaba callado, amigo.
— No vuelvas a llamarme amigo. Y respondiendo a lo que acabas de decir. Las personas maduran y cambian pero otras —le miro de arriba abajo —no saben lo que significa.
— ¿En donde se metieron el resto de la familia? Los míos se encuentran aquí —señala a los gemelos —. Os veo demasiado solitarios.
¡Cabrón! No logro entender como pude confiar en una persona como ese sujeto que esta ahí parado.
— Pienso que habláis alardeando —escucha la voz de Uranus.
¡Llegaron!
Odell se pone a la par mía, al principio lo veo con un semblante serio pero luego se le asoma una medía sonrisa.
— He podido alcanzar a escuchar que mis primos estaban solos, ¿no?—ríe sin gracia Uranus —aquí nos tenéis y no les vamos a dejar solos. Nosotros somos seis y cuatro niños pequeños, vosotros al contrario sois cinco y con gorilas que os cubren las espaldas. Por cierto. Cuanto tiempo sin veros Eudor, Corban —les saluda con gracia mi primo —a ti por el contrario Xanthus, no tengo ganas de ver tu cara que por desgracia ahora tengo que verla.
— ¿A estas alturas no tenéis el conocimiento que los malos siempre salen vencedores?
— Como si estuviéramos en una película —susurra por lo bajo Denes y rio.
— ¿Te crees un actor de cine, querido Xanthus? —juego un poco.
— Actor no, pero modelo podría ser —egocéntrico.
— Si se piensa que es un actor y esta en una película —habla bajo Odell a mi lado.
Veo a Hester y a Lysander y los dos se encuentran demasiado serios y sin hacer ningún comentario. Muy curioso eso.
Mi cabeza maquina y maquina y los pensamientos que están rondando son demasiado malos. Sobretodo para nosotros y más para Uranus, Denes y Odell que son sus hermanos.
Me acerco un poco más a Odell y le susurro cerca de si oído.
— ¿Seguro que son de fiar? —él me mira con confusión pero en un segundo le cambia la cara y ahí me doy cuenta que hasta él no sabe si confiar o no confiar.
Sabemos que estamos en desventaja, pero tener que dar por hecho que miembros de tu familia se pasen al otro bando solo por que les han comido la olla, es una gran putada.
— ¿Nos dejareis marchar? Tengo prisa y esta situación me irrita y a la vez me aburre hasta llegar al punto de casi dormirme.
— ¿Dejaros ir? Eso ni muerto.
— Mira machote, tengo sueño y estoy cansado. Necesito reponer fuerzas. ¿Además que nos vas a hacer? ¿Secuestrarnos de nuevo? Vas a acumular más delitos a tu expediente —Denes la va a cagar. Xanthus se va a enfurecer y la va a tomar en nuestra contra. Tiene que cerrar el pico.
— Denes, cálmate y cierra esa boca grande que tienes. No la jodas más —hablo entre dientes. Este no aprenderá nunca a cerrar su gran bocaza. Siempre tiene soltar alguna.
— ¿Yo ir a la cárcel? —pregunta con cierta gracia.
— Tu solo no, te acompañara tu séquito, pisándote lo talonees —Denes se hace el pensativo —mejor que te metan a un manicomio. Estas realmente enfermo.
Levanto mi mano derecha y le pego una gran colleja. Ahora es el turno de ellos para reírse.
— ¿Que coño ha sido eso? Duele joder —se soba la zona afectada. No me disculpo ya que ser lo merecía.
— Un golpe —digo con simpleza —, y si no te callas habrá más de esos. Nos esta perjudicando.
— Como si tu hicieras algo para poder salir de aquí —bufa.
— Se acaba de hacer otra brecha. Que pena me da —se burla Ezio.
— No te burlaras tanto cuando estés entre rejas, capullo.Ahí seré yo el que lo haga —sonríe mostrando los dientes Uranus.
— Bueno ya me cansé de niñerías. ¡Cogedlos! —nos señala Xanthus.
— A la de ya corres Eryx. Escóndete en un lugar seguro. Yo iré a por ti después. Ve a la guarida —susurro sin que me escuche nadie más que mis primos Odell y Denes que son los que están a mis costados.
Todo lo vivo en cámara lenta. Los gorilas avanzando zancada a zancada en nuestra dirección. Sus pasos resuenan en el suelo de mármol que hay en el suelo. Veo a Hester y a Hester y a Lysander coger por atrás, cada uno a su hermano. Observo a Uranus y Denes forcejear pero no consiguen soltarse.
Odell y yo nos miramos entre nosotros y el me hace una señal para que antes que lleguen los gorilas, salgamos pitando de este lugar. El más seguro creo yo que es la cabaña.
— ¡Ya! —le digo a mi hermano. Sale detrás de mi, sin embargo no sale por la salida de nuestro lado si no que va dirección donde se encuentra Xanthus.
¡No!
— Odell vete. Yo iré a por mi hermano —le digo.
— No os dejare solos —responde tajante —los pequeños están a salvo.
— Eryx ven aquí ahora mismo —intercepto a mi hermano antes de que lo toquen los guardias de Xanthus o él mismo. Le cojo en brazos y me lo llevo.
— Voy a por mi hermano y Denes. Mi hermana y Lysander están dementes.
Estando de acuerdo con él me llevo a mi hermano deprisa a la cabaña y sin bajar a mi hermano al suelo. Estaba incomodo y lo notaba, ya que se revolvía sin cesar queriendo bajar.
— ¡Eryx estate quito de una vez! ¿O quieres que nos atrapen?
— No.
— Obedece entonces y deja de moverte. Pronto llegaremos —a lo lejos veo la cabaña e intento acelerar todo lo que me permiten mis piernas y el peso de mi hermano. Que aunque no sea mucho ya es un peso más que cargar. Es parecido si lleva una mochila llena de libros. Al querer avanzar no lo haces tan ágilmente ni velozmente si eres tu simplemente.
Ahora si bajo a mi hermano y lo dejo con los pies en el suelo, le agarro la mano y busco la llave de la puerta en mi bolsillo delantero del pantalón. En cuanto abro la puerta, dejo pasar a mi hermano para después entrar yo y seguido cerrarla con pestillo. Conduzco a mi hermano rápidamente hasta la sala de juegos y abro el pasadizo. Bajamos las escaleras casi corriendo.
Mi corazón va a mil por hora por todo lo que ha pasado en menos de ocho horas.
La voz robótica de la chica nos da la bienvenida y nos da paso. Eryx sale corriendo soltándose de mi mano y gritando los nombres de mis primos.
Veo a mis tres primos salir de la sala de ver películas y venir hasta nosotros.
— ¿Donde se han quedado os demás? —pregunta Aglaia al mirar a lo lejos sin ver a nadie más.
— Vienen en un rato, no os preocupéis. Id a jugar —les indico. Y una vez que estoy solo me derrumbo y susurro —. O eso espero.
Me arrastre por la pared hasta que mi culo tocó el suelo, encojo mis piernas hasta que dan contra mi pecho.Abrazo mis piernas con mis brazos y empiezo a llorar.
¿Como llegamos a este punto? Al punto de ser apuntados con pistolas. A tener contacto con unos locos mentales.
Suena mi móvil y no tengo ganas de contestar. La persona que me esta enviando los mensajes es demasiado insistente.
Saco el teléfono de marras y lo desbloqueo y leo los mensajes.
Esta vez os ha salido bien las cosas.
Habéis podido salvaros el culo.
La siguiente vez no sera tan fácil.
Os vigilamos.
Estamos más cerca de lo que esperáis.
Xanthus.
Me levanto del suelo donde me encuentro sentado y voy hacia la puerta por donde minutos antes hemos entrado mi hermano y yo. Espero hasta que estas se abran y recibir a mis primos. Al primero que veo es a Denes.
— ¿Me echabas de menos melón?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro