Capítulo 24
Eryx, Cadie, Juliun y Aglaia se estaban divirtiendo en el agua, mientras nosotros estábamos afuera, tumbados en unas toallas supervisándolos que no les pase nada.
— Este lugar es tranquilo y maravilloso. ¿Como lo descubristeis? —pregunta con interés.
— El día en el cual llegasteis al hotel, fui a andar con Sander del tema que ya sabéis, que no me fiaba nada en ellos, Ezio nos siguió hasta este lugar. Yo me escondí por allí —señalo unas rocas a mi derecha —. Y Sander por allá —Denes y Uranus miraron hacia donde yo señalaba —. Tan solo vinimos a descubrir que había mas allá del puente.
— Y al volver te encontraste con nosotros.
— Exacto.
— Al menos es un lugar tranquilo para ellos —Denes señala donde están los renacuajos.
— La verdad yo no se como pueden estar tan tranquilos —Uranus habla mirándolos.
— Todavía pueden ser inocentes un par de años más —bromea Denes.
— Estos niños crecen rápido.
— Aguafiestas —hablan a la vez.
— ¿Que pasa Calix, sin tabla de surf no te gusta meterte al agua? —ríe Denes por lo que acaba de decir Uranus.
Se podría interpretar de esa forma ya que cada vez que se metían a la piscina el noventa y nueve por ciento de las veces no voy con ellos.
— Muy gracioso. No es por eso. ¿Te tengo que recordar donde me encontraba cuando llegasteis? —niega con la cabeza.
— En donde te encuentras en estos momentos —se divierte mi primo.
— Calix, Denes, Uranus —nos llaman.
— ¿Pasa algo? —nos ponemos en alerta. Los tres nos ponemos de pie a la vez y los renacuajos se ríen de nosotros.
— Venid con nosotros —lo cuatro se salpican entre ellos, nosotros nos miramos y corremos hasta ellos. Denes coge en brazos a Cadie y Aglaia, Uranus a Juliun y yo a mi hermano. Se intentan bajar de nuestros brazos pero no lo logran.
— ¿Queréis algo? —hablo por todos mientras los observo divertidos. Le hago cosquillas a mi hermano y cada vez se me escurre más hasta que cae cal agua. Al menos no esta demasiado alto, ya que estaban en la orilla —. Granuja —le llamo a mi hermano —nada antes de que te atrape.
Mientras mi hermano nada para huir de mi yo miro divertido a mis primos. Poso la mirada de nuevo en Eryx y se encuentra cerca mío nadando. A mi hermano le gusta la natación aunque él siempre dirá que quiere surfear como yo. Pero a él le veo más en competiciones de natación que de surf como yo.
Doy unas brazadas y me encuentro a la par de mi hermano.
— Te atrape —lo cojo de nuevo en brazos para tirarlo unos metros más más para allá. Eryx no se queja, tan solo ríe, aunque esta vez ha tragado agua y esta tosiendo —no más juegos por hoy —. Salgamos del agua.
Mi hermano empieza a tiritar en cuanto sale del agua y yo le miro raro. Hace más de treinta grados. ¿Como puede tener frío? Hace demasiado calor.
— Pasarme una toalla. Eryx esta helado —Uranus me lanza la toalla de mi hermano y lo arropo con ella —. ¿Mejor? —él asiente y va a sentarse con sus primos.
Uranus esta respondiendo a algún mensaje ya que teclea la pantalla del móvil repetidas veces. En una de esas veces sube la mirada y nos mira.
— Odell y compañía vienen hacia aquí.
— ¿Saben llegar? —pregunto confundido.
— Si yo no me he podido, ellos podrán también. Solo tienen que seguir el sendero.
No era del todo cierto. Donde se encontraba el puente, ya no era un sendero. Pero lo podías encontrar fácilmente, si no te perdías.
— Por sea caso ve a buscarlos. Que esperen en la cascada.
— Sería lo más conveniente —ahora es Denes el que aporta algo. Uranus asiente y se levanta.
— Entonces ahora nos vemos —sacude su bañador que esta lleno de arena, pero como esta mojado, se le pega a las manos —¡Mierda!... Bueno, me voy.
Yo me encontraba en silencio hasta que mi tripa empezó a rugir. Llevaba un par de horas sin comer y mi cuerpo requería de algún alimento comestible.
— Pienso que tienes hambre —dice Denes con diversión mirándome y señalando mi tripa con el dedo indice.
— ¿Ves algo comestible para comer aquí? —Denes busca en la mochila que ha traído y saca una bolsa de patatas y me la tiende para que las coja.
— Gracias —le agradezco —renacuajos —intento llamar la atención de los enanos. Cuando tengo toda la atención de ellos alargo el brazo para que vean lo que tengo. Estos renacuajos siempre tienen hambre y se que van a querer.
En cero coma los encuentro a mi al rededor queriendo coger la bolsa y coger la mayor cantidad de patatas. Son unos golosos de primera.
— Hey, hey, con tranquilidad, que no se acaban.
— ¿No esperáis para comer? Que mala gente sois —escucho la voz de Uranus.
¿Ya ha vuelto? ¡Que rápido!
Los veo sentarse cerca nuestro, pero antes dejan sus cosas al lado de las nuestras.
— Que lugares tan interesante descubristeis —Urian contempla el lugar con demasiada fascinación.
— No es por desmerecer a nadie, pero el primero que lo descubrió junto con Lysander fui yo. Ellos nunca vinieron aquí hasta ahora —me refiero a mis primos. Asintieron concordando conmigo —¿Traéis más comida? Me muero de hambre.
— Te acabas de terminar de comer la bolsa.
— Hey que ellos también comieron de ella —hablo de mis primos pequeños y mi hermano.
— No comieron ni la mitad. Algún dí engordaras.
— Claro, con este cuerpo que tengo —lo señalo con gracia.
— ¿Te volviste egocéntrico? —niego a la pregunta que hace Uranus.
Coge —me lanza Urian un paquete de galletas oreo. Se me hizo la boca agua
en cuanto las vi.
— Todavía no comprendo como es que no engordas, comes demasiado Calix.
— Hago ejercicio.
Entre risas, burlas, charlas, pasamos todo el día allí disfrutando del sol y del agua, cuando ya empezaba a oscurecer, empezamos a recoger todo lo que estaba esparcido por la arena y pusimos rumbo al hotel. Queríamos llegar antes de que anocheciera si no podríamos llegar al puente, sería demasiado peligroso pasar por ahí sin luz, alguien podía salir lastimado y no queríamos eso.
Al fin y al cabo creo que me va a gustar estar rodeado de algunas personas, no de centenares pero si de gente cercana.
Sí voy avanzando paso a paso puede que vaya hablando con más personas y confiar en ellas, ya que yo no confío mucho en personas desconocidas, no sabes que sorpresas te puedes llevar. Un día confías y al otro te pueden apuñalar por la espalda.
Alguna gente no se que cosas se les meten a la cabeza que prefieren hacer mal las cosas que bien, les da igual a cuanta gente se lleva por delante, solo les importa ellos mismo, eso lo he entendido a lo largo del tiempo y ahora lo tengo más latente con el tema de mi familia.
El ser que más me decepcionó radicalmente fue Xanthus, quería encontrar "Yate" a toda costa, si se llevaba a cien por delante tan solo pestañearía los ojos y problema resulto y no tendría ningún resentimiento.
— Calix vamos, no te quedes ahí plantado como un monigote —es cierto lo que me decía Denes, me encontraba plantado sin mover mis piernas para andar en medio de el sendero. Los demás habían avanzado algo más y están unos pasos más adelante que yo.
— Voy, lo siento.
Me sentía cansado, con ganas de descansar, de dormir hasta que fuera el día siguiente.
— Estoy muerto de cansancio —hablo por lo bajo y echando la cabeza para atrás mirando hacia arriba, mirando a los arboles.
— Es que después de que te has comido casi toda la comida que han traído, no has parado de moverte.
— Había que bajar la comida, primo.
— Estoy aburrido —resoplo. Todos en la sala me ignoran, y siguen en las conversaciones mientras yo estoy en uno de los sillones más apartados.
Me levanto del asiento ya agotado de tener mi culo pegado a una silla, paso de largo a todos y voy por pasillo hasta llegar a la sala de juegos, cierro la puerta detrás de mi, por las dudas, me agacho para poder mover el juguete, me vuelvo a poner de pie y avanzo hasta meterme por el hueco de la pared para bajar.
Bajo casi corriendo las escaleras y llego hasta la puerta. Estas se abren y me adentro a la "guarida".
Voy hasta la sala donde investigamos, al entrar, veo que todo esta patas arriba. Las fichas esparcidas, carpetas por el suelo y las sillas tiradas.
¿Que pasó aquí? No entiendo nada, aquí aparte de nosotros y los amigos de Odell. Espera...los amigos de Odell. Ha tenido que ser uno de ellos. Uranus, Denes, Odell y yo no hemos podido ser, hace días que no entramos a este lugar.
¡Denes!
Baja urgentemente a la "guarida"
¡Urgente!
Calix
Espero que me conteste rápido o que vengan directamente aquí. No se cual de las dos opciones esperar de una persona como él.
En menos de diez minutos lo tenía plantado en la puerta mirando todo con confusión.
— ¿Y este desastre? —me encojo de hombros.
— En cuanto he entrado me lo he encontrado a mi. No he movida nada, te he mandado directamente un mensaje para que vinieras lo más rápido posible.
— ¿Quién ha podido ser? No pueden entrar nadie fuera de la familia, ya que solo abre la puerta i reconoce alguna de nuestras voces.
— Alguien pudo grabar nuestras voces y ponerla para poder acceder.
— Los gemelos, Rastus y Halia ya no son una amenaza, no están en este hotel, los echaron.
— Ha venido gente nueva a la cabaña que han estado con nosotros. Dentro y fuera de este lugar, Denes.
— No se que decirte Calix, tu desconfías de muchas personas a la primera —le iba a decir algo pero me hace una señal para que no lo hiciera —, pero no sueles fallar en muchas ocasiones. ¿Los vigilaremos? ¿Les diremos a Uranus y a Odell?
— No se si seria conveniente decirle a Odell.
— Cierto. Apropósito...¿para que has bajado?
— Me aburría demasiado arriba y desde hace unos días que no entrabamos aquí a investigar algo.
— Como te encanta estar en soledad.
— Me has pillado.
— Aunque conmigo te lo pasas genial, melón.
— Ordenemos esto de una vez, esta patas arriba.
Antes de hacer cualquier cosa nos pusimos a recoger y dejar más decente de lo que estaba en estos momentos. Cuando ya estuvo todo prácticamente en su sitio , me senté en una de las sillas y abrí una de las carpetas donde anteriormente había guardado unos papeles referente a "yate".
— ¿Que buscas?
— Algo referente a este hotel que le vinculen también a la familia de los gemelos.
— ¡Dios! Creo que te volviste un paranoico.
— Nuestros padres están desaparecidos quien sabe donde y con Xanthus buscándoles. Tampoco nos olvidemos de J.P.
— Ya me olvidé de J.P, pero me lo tenías que recodar, ¿cierto? No podrías haber mantenido tu boca cerrada.
— Desde que salimos de Alemania no hubo ningún mensaje de él. No hay que preocuparse...o eso creo. Déjame buscar y para eso necesito un ordenador.
Denes resopla fuertemente. Creo que en estos momentos no me soporta pero que se le va a hacer.
— ¿Hay ordenadores? —pregunta mi primo.
— Debería haber alguno por alguna parte. Son más útiles que los móviles a la hora de buscar información.
Se levanta de su silla que estaba a mi costado derecho y empieza a buscar por los armarios y cajoneras que ubicaban por todo el espacio.
— ¡Encontré uno! ¡Milagro! —cuando lo saca de uno de los armarios, lo mira detenidamente el portátil. No se que le ve, es uno normal.
— ¿Por que lo miras tanto? Es un ordenador normal.
— Normal no, es uno de los modelos más recientes en el mercado —abro los ojos. Eso quiere decir que no hace mucho están aquí —. No es el único, hay 5 más.
¿Para cada uno un portátil? Cada día me sorprenden más. Y si Denes esta en lo correcto, alguien ha tenido que venir aquí a dejarlos.
¿Pero quien? Es la pregunta.
— Toma, este es el tuyo.
— ¿Cómo?
— Cada uno tiene su nombre grabado justo en la parte de abajo de la tapa, a un lado.
Miro donde me indica mi primo que esta mi nombre grabado y las iniciales de mis dos apellidos. Areleous y Doskas.
— Yo cogeré el mio. Dos mentes piensan más que una. Te ayudare.
Cuando encendemos los ordenadores, una voz robótica parecida a la de la "guarida" nos da la bienvenida desde los altavoces de este.
Pienso seriamente que esto es idea de nuestros maravillosos padres y abuelos. Programaron los ordenadores para el día que los utilizáramos.
¿Hay algo dentro que nos ayudaría a entender todo?
Rápidamente se encendió, de un momento a otro, la pantalla se volvió negra para después empezara a reproducirse un vídeo donde salían nuestros padres.
— Denes —toco su brazo —. Mira esto. Llama a los demás, que bajen todos menos los amigos de Odell, esto es personal.
— De acuerdo. Ahora los llamo —coge su móvil que esta encima de la mesa y baja la pantalla de su portátil, que estaba apunto de encenderla. Se lleva el teléfono a la oreja y espera a que le cojan la llamada.
— ¡Bajad ahora mismo con los pequeños! Que no bajen los amigos de Odell. Solo debemos verlo nosotros. Dile a tu hermano Uranus. Os esperamos, no tardeéis.
Hablan un par de cosas más y Denes corta la llamada.
— Odell no esta de acuerdo, parece que no entiende que es privado y por que deje a sus amigos un rato se van a morir. Y no es así.
Mientras esperamos cada uno esta a la suyo, yo viendo los rostros que salen en la pantalla y mi acompañante tiene su mano su teléfono y lo esta moviendo de una mano a otra.
¡Esperar es aburrido!
— No tenéis que esperar más, estamos aquí. ¿Que tenemos que ver que es tan importante?
— ¡Esto! —giro la computadora para que vean lo que hay en la pantalla y abren los ojos —Os dijo que era importante.
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