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Capítulo 22

— ¡Están tocando la maldita puerta, abrid! —grita desde su habitación Uranus.

¿Quién sera a estas horas de la mañana? ¡Son las ocho!

— ¿Esperáis a alguien? —hablo casi gritando desde el pasillo donde se encuentran las habitaciones.

— ¡No! —confirman los tres.

Genial, ¿y quién será?

Voy arrastrando los pies, ya que estoy medio dormido todavía y no despierto del todo, paso por el salón y parece una pocilga, camisetas por allí, pantalones por allá, comida por la mesa.

Esto es un desastre.

Vuelven a tocar la puerta cuando ya estoy cerca de ella.

— ¡Tranquilidad, ya voy!

Cuando abro la puerta, me encuentro con cinco personas ahí paradas con sus maletas a su lado.

— ¿Queréis decirme quienes sois vosotros y que hacéis a estas horas de la mañana aquí? —digo adormilado.

— ¿Se encuentra Odell? —pregunta una de las tres chicas.

— ¿Odell? —digo confundido. ¿Conocen a mi primo?

— Sí, Odell Doskas. ¿Se encuentra en este lugar? —habla la misma chica de pelo lacio y rubio.

— Yo pregunte primero. ¿Quién diantres sois?

— ¿Amigos de Odell? En recepción nos comunicaron que se encontraba en esta cabaña con sus primos, tu debes ser uno de ellos, ¿estoy en lo correcto? —ahora me habló uno de los dos chicos.

— Esperad, voy avisarle que estáis aquí, ¿me podríais decir vuestros nombres?

No me di cuenta que ellos todavía seguían en la entrada y no los había dejado pasar por lo menos al salón.

— Lo siento, pasad, quedaros en el salón mientras voy a por él —me hago a un lado y abro más la puerta para que puedan entrar con sus maletas —. Dejad las maletas allí.

Todos dejan las maletas en la recepción de la cabaña y pasan directos a la sala. Sigo sus pasos hasta llegar a donde ellos.

—Me presento, yo soy Calix, uno de los primos de Odell —cuando mi nombre sale por mi boca todos se miran para finalizar mirarme a mi.

— ¿Eres tu? —estoy bastante confundido con esta pregunta que me hicieron. ¿Soy yo qué?

— ¿Cómo? No entiendo de lo que hablas, perdonad.

— Ya entenderás. En fin, ellos son Cyrene, Eleni, Theron, Adrienne y yo soy Urian.

— Un segundo,voy a por él, esta en su habitación.

¿Cómo sabían que Odell estaba aquí? Odell casi nunca utiliza el móvil. No lo he visto escribir. Bueno no estoy las veinticuatro horas del día junto a él.

Toco tres veces con mi nudillo en la puerta de mi primo y no es hasta que da el permiso para entrar, abro la puerta.

— ¿Que necesitas Calix? Es temprano.

— Eso se lo reprochas a tus amigos que ahora mismo estas invadiendo nuestro salón.

— ¿Qué?

— Tus amigos se encuentra en nuestro salón y debo decir que te están esperando —digo despacio para que su cerebro capte el mensaje.

Cuando procesa la información que le acabo de decirle, hace a un lado las sabanas blancas, anda descalzo hasta la puerta y le paro.

— ¿No te vas a poner algo? —señalo su cuerpo. Él se mira así mismo y gira sobre su propio eje y se pone un pantalón y ahora sí, sale directo hacia la sala. Toco la puerta de Uranus y la de Denes y me quedo entre medias de las dos hasta que ellos se dignan a asomar sus caretos.

— ¿Y ahora que quieres? Déjame dormir, es temprano Calix —habla Denes.

— Odell tiene visita de sus amigos, ¿no tenéis curiosidad? —subo de arriba abajo las cejas con diversión.

— ¿Quienes están? —curiosea Uranus. Claro él debe conocerlo.

—Eleni, Cyrene, Urian, Theron y Adrienne —nombro sus nombres pensativamente.

— Esto va a estar interesante —no habla muy alto pero le escuchamos.

— ¿De que hablas? —lo mira Denes.

— Adrienne y Odell.

— Por fin va a ver un poquito de cotilleo por aquí. Eso es bueno —dice Denes sonriente.

— ¿Los enanos estarán despiertos? —me encojo de hombros sin saber que decir.

Los dos cierran las puertas de sus respectivas habitaciones y los tres seguimos el camino que da al cuarto de los terremotos. Cuando estamos en frente, oímos ruido a dentro de ella y sin pedir permiso, entramos y nos encontramos con un panorama que no sabíamos si reír. Juliun estaba correteando por toda la habitación desnudo, ¿el por que? No tengo ni la menor idea.

— ¿Que hace Juliun en bolas? —carcajea Denes.

— El niño se ha vuelto loco.

— Tenemos a un exhibicionista en casa —silbo.

Sus hermanas y mi hermano paran de reír y nos miran y no es hasta que Juliun pasa por nuestro lado que se da cuenta que estamos aquí y se detiene.

— Vamos a desayunar ya que estamos todos despiertos, y tú Juliun antes de salir a desayunar te pones algo —les dice Uranus.

— ¿No puedo salir así? — hace pucheros. Soltamos otra carcajada y el nos mira sin entender.

— No — digo negando con la cabeza.

Juliun va a su armario y busca uno de sus calzoncillos de súper héroe favoritos. Voy a ayudarle, ya que la mayoría de las veces le cuesta ponerse la ropa.

Cuando ya esta presentable, salimos todos juntos del cuarto, hasta que los renacuajos salen disparados y los perdemos de vista.

— Esto ha sido un show en toda regla —habla Denes mientras caminábamos.

— ¿Cual show? —pregunta la voz de Odell.

— Te has perdido un gran espectáculo de uno de los monstruitos.

— ¿Eryx o Juliun?

— El pequeño de la casa.

La mirada de Odell se desvía a la de Juliun y este mira hacia otro lado y todos reímos por la acción que acaba de nuestro primo.

— Mejor, vayamos a desayunar, tengo un hambre terrible, algunos nos han despertado de nuestros maravillosos sueños —habla dramáticamente Uranus. Que vamos a hacer con él.

— Id a sentaros en la mesa, renacuajos —le indico a mis primos y hermano. Como son tan obedientes me hacen caso a la primera.

Los demás ponemos rumbo a la cocina para poder preparar algo para desayunar todos, ya que somos cinco personas más.

— ¿Llegara toda la comida? —pregunto.

— Podríamos llamar a recepción para que nos traigan más, ya que ahora somos más numerosos.

No podría decir que me habían caído o me caen como una patada en el culo. Ya que eran demasiado simpáticos hasta casi llegar al limite de ser excesivos, ahí viene mi problema de comunicación con las personas, al no estar social con las demás personas; haciendo una excepción con mis familiares no se como actuar delante de esta gente.

¿Y si solo soy yo mismo? Sería lo más lógico.

Me encuentro en estos momentos esparcido en el sofá lo más cómodo que puedo ya que Eryx se encuentra encima de mi.

— Pulga, salte de encima, me aplastas.

— Eso no es cierto, no pesa ni treinta kilos, exagerado —se une a la conversación Denes.

— No exagero —le hago cosquillas a mi hermano.

— Para Calix —dice entre risas. Se retuerce pero se agarra de mis brazos para no caerse al suelo.

— ¿Por que no vas a molestar un rato a Denes? —digo con malicia.

— ¿Qué? ¡No! Que moleste a Uranus.

— ¿Y por que a mi? —pregunta el recién nombrado, piensa en algo y llama a mi hermano para que se acerque a él. Uranus nos hace una seña a Denes y a mi también y me levanto del sofá —. ¿Y si en vez de molestarnos entre nosotros, nos aliamos y vamos a fastidiar un rato a mi hermano y sus amigos?

Todos sonreímos estando de acuerdo con el plan de Uranus. Ellos no se encuentran aquí dentro de la cabaña, si no fuera en los terrenos verdes.

— ¿Salios o que? —habla Denes.

Odell y sus amigos se habían ido afuera a estar un rato al aire libre y poder tomar un poco de sol por petición femenina.

Todos iban unos pasos más adelante que yo, los renacuajos saltando, corriendo y gritando felices y Uranus y Denes parloteando de cualquier cosa que en estos momentos no me interesaban.

Pensando yo en mis cosas, no hemos tenido noticias ni de Xanthus, los gemelos o de Rastus y Halia. Los echaron del hotel, pero se que no se rinden tan fácilmente.

¿Y mis primos? No tengo ni idea, tampoco hemos tenido noticias de Hester o de Sander.

¿Podrían haber desaparecido junto con los demás? Posiblemente, aunque no sería demasiado bueno.

Deben darse cuenta que ellos no son su familia y nosotros sí.

— Calix, ¿vendrás o te quedaras ahí plantado como un seto?

— Ya voy, ya voy —ellos no avanzan hasta que llego a ellos.

— ¿En que estabas pensando? —me pregunta Denes.

¿Por qué siempre preguntan lo que estoy pensando?

— En nada, tranquilos.

Sigo andando, pasando a mis dos primos pero me paro al no verlos a mi lado.

— ¿Vais a mover vuestro culo u os quedareis ahí plantados como dos setos? —pregunto divertido.

— Estas chistoso hoy Calix. Si quieres te llevamos a un circo —cada día son más idiotas. No lo puedo creer.

— ¡Hey! Sois más lentos que unas tortugas. Moved vuestros culos y venid —alza algo la voz Odell para que lo escuchemos perfectamente.

¿Se ha vuelto simpático radicalmente? Ya estaba más amable pero no era para tanto. Creo que la llegada de sus amigos lo ha cambiado radicalmente.

Llego hasta él y le susurro al oído.

— ¿Quién te ha cambiado primo? ¿Puede ser una chica llamada Adrienne? ¿No es la que esta sentada a tu lado? Y la tomas de tu mano.

No quería ser malo, pero estaba disfrutando de esto. Se sentía bien. Era una burla sana. Ya que no lo hacía con mala intención.

— Que graciosillo —susurra también. Se mueve algo incomodo en sus sitio y yo solo se sonreír de boca abierta.

— Gracias, me alagas —pongo mi mano izquierda en el pecho —. Hola a todos —saludo en general. La educación ante todo.

— Os voy a presentar. El es Calix, ya lo conocéis, igual que a mi hermano pequeño Uranus. El que esta al lado de Calix es Denes. Y a los renacuajos ya los conocéis. Denes ellos son mis amigos, Theron, Urian, Cyrene y Adrienne.

— Como ya están hechas las presentaciones, ¿podemos ir a la piscina?

— ¿Tú queriendo ir a la piscina? ¿Te encuentras bien? ¿De nuevo tienes fiebre? —se que se esta burlando ya que mayormente no me gusta ir a sitios públicos y lo saben bien pero hoy me apetece y no es por estar enfermo o cualquier cosa, he cambiado de parecer radicalmente, tan solo me apetece ir.

— ¿Vamos o no?

— Vamos.

— ¡Hey renacuajos! Nos vamos a la piscina, comeremos allí. Iros a poner los bañadores.

— Vamos todos entonces.

Nos levantamos del césped y caminamos unos pasos hasta llegar a las puertas correderas que dan al salón.

Mientras Denes, Uranus y los terremotos nos íbamos a nuestras habitaciones, Odell llevaba a sus amigos para que se instalaran en las demás habitaciones para que se acomodaran en ellas y se cambiaran para irnos.

Tocan mi puerta y yo avanzo hasta ellas a pasos rápidos para abrirla y encontrarme cara a cara con mi hermano con su bañador ya puesto.

— ¿Que sucede? —lo miro bien y veo que no tiene sus chancletas —. ¿Dónde se encuentran tus chanclas Eryx?

— No lo se —mira hacia el suelo —, no las encuentro.

— Hey —lo llamo pero sigue mirando al suelo —no pasa nada Eryx, vamos a buscarlas. No iras descalzo hasta la piscina —. Vamos enano.

Cierro la puerta con la mano derecha y con la otra sujetaba la mano de mi hermano. Me agarraba con fuerza sin querer soltarse, estaba demasiado raro, casi nunca me suele cogerla, pero creo que hoy es la excepción.

— ¿Ocurre algo? Te conozco, dime lo que te sucede.

Mi hermano es un niño sonriente que su humor siempre esta por encima de las nubes y no baja, pero en estos momentos esta algo decaído.

— ¿Te incomoda algo? —soy consciente que solo estoy hablando yo y mi hermano sigue sin decir palabra alguna —. ¿Eryx, sigues en este planeta o te fuiste a vivir a marte?

Ahora soy yo el que aprieta un poco su mano para que reaccione y hable aunque sea una palabra.

— Entra dentro —mi hermano me obedece y entra al cuarto que comparte con los tres hermanos — Veo que ya estáis listos —les comento a los tres en cuanto los veo, id al salón y esperadnos allí.

Ellos asienten y salen de uno en uno. Aglaia cuando pasa por mi lado hace que me agache hasta su altura y me susurra algo al oído.

— Eryx no se encuentra bien, esta demasiado apagado desde que volvimos de estar afuera. No se si alguno de los amigos de nuestro primo le dijo algo.

— Gracias princesita, ahora ve con tus hermanos —ella asiente y se va, dejando a mi solo con Eryx.

Cierro la puerta y voy a sentarme junto con mi hermano que se encuentra a los pies de su cama, son sus piernas colgando ya que no llega a pisar el suelo con sus pies.

— ¿Ha ocurrido algo con los amigos de Odell? —niega con la cabeza e intento descifrar su cara, pero no encontraba nada relevante —. ¿Entonces? —al final me voy a desesperar, mi hermano no suelta prenda —. Eryx, si no hablas no te voy a poder ayudar, lo sabes , ¿no? —asiente.

No me lo podía creer. ¿Que le podría haber pasado para que no quisiera decir nada?

—Permiso —habla Denes asomándose por el hueco de la puerta y el marco. Cierra la puerta tras de si y avanza hasta nosotros —. Todos estamos listos, ¿vosotros?

— Vamos en un momento.¿Nos puedes dejar a solas? —Denes asiente pero en cuanto ve a Eryx así, se detiene y se sienta a su otro lado.

Mientras Denes intenta sonsacarle a mi hermano que le sucede yo miro por toda la habitación a ver si encuentro sus chancletas, me iba a dar por vencido hasta que las encuentro de bajo de una de las camas. Las pongo en alto y le hablo a mi hermano.

— Que mentirosillo estas hecho granuja. 

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