Capítulo 21
Maratón (3/3)
— Solo leo informes de personas. Nada fuera de lo común.
— También hay cuentas., en esta carpeta que estoy mirando.
Pasando cada ficha pero para en uno de ellos que no pasa desapercibido ante mis ojos y es un apellido Vlahos. El apellido de los gemelos.
— Tengo algo.
— ¿Y que es lo que es? —todos paran de hacer lo que estaban haciendo, desconectando y me prestan atención.
— En esta hoja salen un nombre de hombre y un apellido que me sé a la perfección.
— ¿Cual? —preguntan intrigados.
— Vlahos.
— Me suena ese apellido de algo pero no caigo en quién.
— No es una persona, son dos. Los gemelos Ezio y Tadd.
Pongo la hoja en medio de la mesa para que todos vean y ellos se acercan sus cabezas para observarlo.
— Vanko Vlahos —dice el nombre y el apellido con repulsión, Odell.
— Ese nombre lo he visto antes —habla serio Denes, cogiendo sus papeles y revisándolos —. Aquí lo tengo.
Pone el papel al lado del mío y señala el nombre con su dedo indice. En se podía apreciar perfectamente escrito el nombre de Vanko.
— Cada día que pasa entiendo menos. ¿Que tiene que ver el padre de los gemelos en esto?
— ¿Te crees que estaría tan confundido como tu si lo supiera? Esto es una mierda.
— Lo primero que hay que saber que relación hay entre estos nombres y nuestros padres.
— Podría ser que sean del mismo año.
— Empecemos entonces mirando las fechas de todas las personas de la lista.
— Aparentemente todos son de 1975. Hay hombres y mujeres.
Nos pasamos todo el día entre papeles y más papeles, nos dolía la cabeza de ver todo igual. Hacía ya varios días que había mejorado notablemente, hace años que no me enfermaba tan grave. La noticia buena es que ya estoy dando guerra a mis primos y ayudando en todo este asunto.
¿Sander y Hester?
Hace unos días que nos mandaron un mensaje demasiado extraño. Hemos intentado contactar de nuevo con ellos. No dan señales de vida. Eso es de extrañar, ellos siempre cogen enseguida las llamadas y no da directamente al buzón de voz. Las cosas en la cabaña intentamos que sea lo más normal del mundo aunque todos estemos tensos de ir a donde se están quedando y cerciorarnos de que se encuentran en buenas condiciones.
Nunca imagine plantearme en acusar a una o varias personas . Con el cuarteto de los misterios nunca podrías acertar si no te asegurabas antes.
¿Cuando va a acabar todo esto? ¿Cuando acabemos muertos en medio del mar?
Tantas incógnitas que resolver y muy pocas respuestas.
Necesito dejar de pensar tanto y relajarme aunque sea por unas horas, lo necesito; miento, lo necesitamos.
— Chicos dejad de hacer lo que estáis haciendo —me miran sin entender nada.
— Ni de coña, estamos avanzando en la investigación o como lo queréis llamar —me dice mirándome Odell.
— ¿Acaso no puedes descansar un rato? Que yo sepa no eres un robot de fabrica.
— Estas más chistoso de lo normal.
Se están obsesionando demasiado con todo esto y no es bueno, al final se va a volver un paranoico. Todo se nos esta saliendo de las manos. No somos astutos no listos, somos por asi decirlo muy críos en esto.
En pocas semanas terminaba el verano, no había rastro de nuestros padres, gente nos acosaba para conseguir algo que no tenemos, aunque ahora sabemos que no es un barco, es un hotel, y estamos justo en ese lugar, lo que ahora deberíamos saber que tiene este maldito hotel que quiera Xanthus.
Hay otra incógnita sin resolver.
Como por ejemplo saber quién es J.P. Me quito a la idea de que puede ser Xanthus ya que el me ha confirmado por su comportamiento que no se esconde tras dos siglas. No es de los que tienen miedo, son de los que atacan y van sin miedo y si se tiene que llevar a tres por delante lo hace.
Es un maldito. Un mentiroso.
A mi me inculcaron desde pequeño valores que creo que a Xanthus le saltaron de lección o no se la enseñaron por que no quisieron, pasando de temario completamente.
Cambiar de personalidad drásticamente es algo que yo no aunque quisiera no me saldría hacerlo. Creo que Xanthus lo tendría todo planeado desde hace meses o quizás mas años.
Volviendo al tema del fin de verano. No se si a estas alturas quiero empezar la universidad, por los pasillos me encontraría con Halia y Rastus y no estaba muy cómodo. No íbamos a estudiar lo mismo si que nos veríamos.
Xanthus
Tic tac, los días pasan y se os acaban las oportunidades.
¿Queréis ganar?
Jugar bien a vuestras cartas, sin trampas, sin papeles.
¿Cómo? ¿Ahora esto es un juego? ¿Que pasara si perdemos? ¿Moriremos? Esto esta pasando de blanco a oscuro y no me gusta nada. ¿Chantajes? Puede que nos lo este haciendo. ¿Con que? Todavía no nos lo ha dicho.
Lo que esta claro que esto no es una simple aventura de verano de unos primos que se llevan bien, ya se eta convirtiendo en algo demasiado serio y creo que a la policía no podemos ir.
En las carpetas no solo involucran al padre de los gemelos, si no a los nuestros también. Justamente son del mismo año. También hemos descubierto que iban al mismo instituto en sus años pero que nunca llegaron a entablar conversación alguna. Eso no me cuadra. Tiene que haber algo más que tengan en común entre ellos.
— ¡Mirad esto! Xanthus me ha escrito un mensaje. Esto se nos esta saliendo de control.
Me encontraba en la sala junto a mis primos no estábamos haciendo nada irrelevante.
— Nos están vigilando aunque no haya rincón por el cual observar. Lo mantenemos todo cerrado, pero el sabe sobre las carpetas —se pasan mi móvil y leen el mensaje queme ha escrito y cuando me lo devuelven los noto demasiado pensativos —. ¿No abriréis la boca para decir nada?
— ¿Cómo ha podido suceder? Estamos metidos en la cabaña siempre —señala Uranus hacia todos lados.
— No tengo la menos idea. Si esto se ha convertido en un juego, habrá que jugar bien nuestras cartas.
— Si me hubieran dicho que este verano no iba a ser como los demás no hubiera ido a casa de los abuelos. No tenia pensado ir a una aventura bastante peligrosa a Madagascar.
— Los veranos siempre han sido tranquilos en Dortmund pero no es nuestra culpa que este año cambiara drásticamente. No hay que lamentarnos y estar pensando en años anteriores por que este sea diferente.
— ¿Salimos un rato? —pregunto yo —. Parecemos unos vampiros todo el día metidos entre cuatro paredes y hace un buen día. Los tres me miraron dubitativos pero al final decidieron hacer lo que yo les había propuesto.
— ¿Quién va a por los terremotos? —pregunta Uranus.
— Tú por hablar —Odell y Denes soltaron una carcajada por mi comentario. Uranus bufó pero se levantó para ir a por ellos.
Vuelve corriendo y con la cara desencajada y nosotros le miramos sin entender.
— ¡No están! —abrimos los ojos de par en par.
—¿Qué? —hablamos a los tres.
— Lo que oís. La puerta corredera estaba abierta pero ni rastro de los terremotos.
— Vamos, no hay tiempo que perder.
Eso me pasa por no estar atento a mi hermano pequeño.
— ¿Dónde podrían estar? —alzo una ceja en dirección a Denes —. Suponía que pensarías en ellos.
Si no me equivocaba los únicos con motivos para llevarse a Eryx y mis primos son los gemelos, Halia y Rastus. De eso estos cien por ciento seguro. Si se los hubieran llevado Hester y Sander...¿habrían avisado? Quiero pensar que si.
Quisiera pensar que esto solo ha sido una broma de mis primos y hermano pero como esta el percance no puedo pensar tan positivamente.
— ¡Vamos! No hay tiempo que perder. Menos mal que no es de noche. Amos a la cabaña de Hester primero, la de al lado es la de los gemelos, Rastus y ahora mi Uranus, creo.
Todos asienten confirmando que están de acuerdo.
¿Y si lo que quieren es que salgamos todos para escabullirse dentro?
— ¡Parad! —todos paran y me miran inquietantes para saber que voy a decir ahora —. Dos se quedaran aquí.
— ¿Por que? —pregunta Uranus.
— ¿Y si entran mientras no estamos?
— Tienes razón —afirma Odell —. Iremos Calix y yo. Vosotros esperad.
Cuando ya estábamos saliendo por la puerta nos dimos la vuelta para ver a Denes y a Uranus.
— ¡Tened cuido! —asentimos y ahora si salimos de la cabaña.
La gente caminaba alegre por el camino, los niños inocentes antes nuestros ojos, correteaban sin alejarse mucho de sus padres y nosotros parecíamos unos maniáticos fijándonos por cada rincón que si veíamos a nuestros primos y por mi parte también a mi hermano.
— Mira Calix —Odell me habla para que mire hacia donde esta señalando —. ¿Esos no son mi hermana y nuestro primo?
— Exactamente son ellos.
— ¿Ves a los renacuajos? —paso mi miranda rápidamente por los alrededores. Veo a un niño de espaldas andar y se perfectamente que es mi hermano y al lado van tres niños más.
¡Esto es increíble!
— ¿Que quieren conseguir con esto? ¿Que no les hablemos?
— No lo se. Mi hermana me esta decepcionando demasiado. Los tienen como marionetas, hacen con ellos lo que les da la gana.
Llegamos a ellos andando bastante rápido y nos plantamos delante de ellos. Ellos llevan su mirada a nuestros ojos para mirarnos fijamente y abren los ojos.
Sí. Os pillamos.
— ¿Cómo os atrevéis a llevaros a los enanos sin avisar? —hablo furioso —. ¿En que estabais pensando?
Dubitativamente y con algo de tartamudeo Sander habla.
— Nosotros no hemos ido a por ellos. Halia fue a por ellos, nos dijeron que les había avisado.
¿Avisarnos? Esto es inconcebible. Encima les miente.
— Claro y lo que digan ellos es todo verdad. ¿Os han lavado el cerebro o algo similar? Ya que estáis irreconocibles —habla Odell demasiado enfadado.
— Odell déjalos, que seguramente también piensan que vuestro secuestro es un sueño que tuvisteis.
— Ve a por los renacuajos —me indica Odell —, en un momento voy yo —solo asiento y voy hacia mi hermano y mis primos.
— ¡Hey terremotos!
— ¡Calix! —mi hermano viene corriendo hasta donde me encuentro yo parado y se cuelga de mi como un mono.
— Eryx, pareces un chimpancé —lo cojo bien y hago que rodee con sus piernas mi cintura. Mi hermano tenía su cabeza apoyada en mi hombro. Levanta su cabeza y se aparta un poco para poder verme mejor. Sonríe y le doy un beso en su pequeña frente. Este niño cada vez pesa más, esta creciendo demasiado —. Pesas mucho ya hermanito.
— No soy un mono.
— Yo creo que si.
— Vamonos, no soporto estar cerca de mi hermana y de Lysander. Odio decir esto pero es lo que siento —mi primo llega.
— De acuerdo —me giro a mirar para atrás, todavía con mi hermano en brazos para ver donde estaban los tres hermanos y se encontraban a mi lado. Quizás vinieron detrás de mi hermano cuando corrió en mi dirección y no me di ni cuenta.
— En casa hablaremos con vosotros —habla serio Odell.
— No los acojones más de la cuenta —le susurro a este —Eryx baja, pesas bastante para que te lleve en brazos hasta la cabaña.
Mientras vamos caminando nos les quitamos el ojo de encima, ellos van saltando, riendo, en cuanto a nosotros íbamos callados y pensativos al mismo tiempo.
¿Por que mentirían? ¿Por que les defendían? ¿Acaso nosotros no somos su familia?
A ellos no les conocen tanto como a nosotros.
En cuanto abrimos la puerta de casa Denes y Uranus casi nos hace caer a todos.
— Con tranquilidad chicos.
— ¿Dónde se encontraban? —si tu supieras.
— Tu hermanito Lysander y su hermanita —hablo yo refiriéndome a Odell y a Uranus.
— ¿Qué?
— Lo siento mucho por decir esto pero se están volviendo más estúpidos desde que les hacen caso a todo y además mientes por ellos.
— No te cortes —habla Denes.
— ¿Cómo se los llevaron? —pregunta esta vez Uranus.
— Según tu hermana fue Halia. También tuvo la osadía de decirnos que ella nos había comunicado que se llevaban a los renacuajos. No me he tragado nada.
Cerramos la puerta y entramos al salón todos juntos.
— Queremos preguntaros algo. ¿Quién os llevo junto a los primos? —los veo mirarse entre ellos ante mi pregunta y el que responde es mi hermano.
—Halia.
— ¿Y desde cuando os vais con alguien que no conocéis mucho?
— Nos dijo que os diría. Y Eryx quería avisarte Calix pero ella no nos dejo. Dijo que era un juego.
— Menudo juego —susurra Denes a mi lado.
— El juego ha comenzado —recuerdo el mensaje de Xanthus.
— El mensaje —dice Odell. Parece que me ha leído la mente.
— Si quieren juego, juego tendrán. No, nos quedaremos en el camino.
— Jamás.
— Muy conmovedor —aplauden. Nos giramos a mirar quién es y nos encontramos cara a cara con Ezio.
— ¿Cómo has entrado?
— Por la puerta —dice señalándola.
— Sal por donde acabas de entrar. No eres bienvenido Ezio Vlahos.
—¿Y quién me lo ordena? Es un hotel que yo sepa. No es vuestro —si tu supieras que somos dueños de todo esto.
— Nosotros —le miro mal —Uranus, llevatelos de aquí a su habitación y quedate con ellos.
— Que desconfiados —habla con burla.
— Chicos venid, corred.
— Tú vienes con nosotros, andando —le dice Odell guiándolo.
Llegamos hasta donde escuchamos los gritos y es en la sala de los juegos. Allí sentados se encuentran Halia, Rastus y Tadd.
Odell lo empuja no con mucha sutileza.
— Hay que llevarlos a otra habitación —le susurro a mi primo mayor. Ese asiente.
— Hay que llamar a la seguridad del hotel —dice Denes sacando al móvil.
— Vuestro jueguito se ha acabado —sonrío.
— No tenéis ese poder para echarnos de aquí.
— Creo que vosotros ahora vais por debajo de nosotros. Tenemos más poder del que podréis imaginar.
— Aseguraos que no vuelvan a pisar este hotel —el guardia asintió y se los llevaron.
Un problema menos o eso creíamos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro