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Caliente


Jeon JungKook está caliente.

Y vaya, declarado así hasta parece broma. Pero no lo es. JungKook está tan caliente que incluso el roce de la sábana le estimula.

Se ha despertado sin saber qué hora es (porque salió la noche anterior y ni enterado cómo regresó) con tamaña calentura que lo ha llevado a cuestionarse si no es que acabó ingiriendo algo extra durante la fiesta. Da igual. Su erección no está para ser diagnosticada sino atendida.

El problema empieza cuando no puede tocarse como manda el deber. ¿Cómo va a tocarse si, por razones que desconoce, ha despertado en la cama de uno de sus hyungs? Para colmo lo siente respirar contra su nuca y el calor corporal no ayuda a que se le baje el problema.

¿Qué puede hacer?

Podría levantarse e irse, obvio. Solo que la mano de HoSeok lo tiene acorralado y si se mueve un centímetro puede que explote... Porque JungKook está caliente. Tanto, que la respiración de su hyung le eriza la piel y quiere retorcerse de dicha de sentirlo tan pegado a él. Podría moverse de modo tal que la mano que cae perezosa sobre su abdomen roce la punta de su pene. Si hace otra maniobra, hasta podría lograr que su erección se asome debajo del elástico del pijama que trae. ¿Cuándo es que se cambió de ropa? Otro misterio.

Pasan los minutos y en lugar de mermar la excitación, causa lo contrario. JungKook puede, ahora más despierto, ver que está de cara a la pared. Es decir, que ambos, HoSeok y él, le dan la espalda a JiMin. Si es que ese hyung está allí y no en otra parte. Así, cubierto por el cuerpo de Seok, parece un refugiado. ¿Cachondo? Sí. ¿Protegido? También.

Sus manos pican por sobarse el pene por sobre la ropa aunque sea, pero el movimiento delataría que ha despertado. Y qué incómodo sería que HoSeok lo descubra pajeandose a su lado. ¿Qué sucedería? ¿Lo echaría de la cama? ¿Es algo que él haría si fuera al revés?

Aunque no sería la primera vez que duermen juntos, ni que alguno de los dos haya tenido un inconveniente como despertar con una carpa en frente del pijama. Solo que ahora es distinto porque él está caliente y desea con fuerzas que Seok haga algo.

No quiere complacerse a sí mismo, como buen chico independiente que es. No. Ha despertado con el pene tan duro como mástil y quiere que le hice la bandera el hyung que ahora murmura en sueños contra su oído.

No aguanta más.

Como puede, mete una de sus manos debajo de la sábana y llega hasta su miembro. Lo estrangula como si este se hubiera portado mal y suspira pesado. Jodido está si cree que podrá atender ese asunto sin delatarse. JungKook es ruidoso, tanto o más que HoSeok. Y debe morderse los labios para poder masturbarse. Nunca se ha masturbado tan incómodo como ahora. Pero entiende que si acaba podrá escapar a limpiarse y si lo ve HoSeok sería ya cuando pueda mentir con que no se dio cuenta de lo ocurrido.

Sin embargo, HoSeok parece percibir el vaivén torpe oculto por la sábana.

¡Y OH DIOS! ¡HoSeok ha despertado mientras él se está masturbando!

Aterrado, detiene el movimiento que le daba cierto alivio. ¿Qué hace? ¿Dice algo? ¿Pretende que esta durmiendo? ¿Se hace el muerto con la esperanza de morirse en serio?

Nada de eso, porque HoSeok, sin emitir palabra, lleva su propia mano hasta la muñeca de JungKook que está enterrada entre su pelvis y la pijama de Cooky. Fue un instante donde JungKook perdió todas las excusas que estaba reuniendo para decir ya que HoSeok no se frena en ese punto y avanza, colándose también debajo del pijama, hasta cazarle el pene.

Oh... —Suelta grave, y recuerda que no están solos en el cuarto. Bastante bochorno de ser pillado tocándosela por uno de sus hyungs como para que el otro también lo encuentre.

Aunque si lo piensa bien, HoSeok también debería estar asustado...

Mmm... —No, no, no. Es su misión estarse calladito solo que no lo consigue. No puede callarse si HoSeok se la jala con lentitud y oprime su glande, para descender hasta la base, donde casi se la ahorca.

—Shhh... Minie es de sueño liviano —La voz del hyung sale ronca y JungKook, ¡por favor!, se calienta más por eso.

—¿Qué ha...? —Es en vano que pregunte porque no le interesa la respuesta. No si eso hará que HoSeok lo deje.

El hyung se ríe bajito mientras acomoda mejor su cuerpo, pegándose entero contra él. JungKook reconoce un pene entre sus nalgas mismo si jamás sintió un pene contra sus nalgas antes. No es como que él haya tenido chance de cambiar de roles cuando ha tenido encuentros sexuales esporádicos y casuales.

Ahora, sabe que tiene un pendiente que cumplir. Porque tener la amenaza de un pene contra su culo le parece sumamente sensual. Por eso, sin importarle si parece desesperado, más de la cuenta si se contempla toda la situación, se restriega contra la erección de HoSeok.

—Mocoso, bajate el pantalón —Pide Seok y claro que va a obedecer.

Como puede, contoneándose, logra que el pijama le llegue hasta las rodillas. Nota que no trae ropa interior, mejor. Entonces vuelven a la misma posición de antes y ahora la tela áspera del pijama de Seok le raspa las nalgas, pero le gusta. Ya que estaba en ello, se quitó la prenda superior del pijama. Porque así es menos la sensación de asfixia, justifica.

HoSeok le toma el pene y se lo acaricia en jalones agresivos de a ratos, lentos y cuidados en otros. Como si alternara hasta dar con la medida e intensidad que a JungKook le es agradable. Y JungKook, que está tan caliente que podría gritarle que se apure, decide guiarlo con su mano.

Ñoso... —farfulla con el rostro contra la almohada para evitar alertar a JiMin, que ronca bajito en la otra cama—. Más.

—Mírame, voltéate —A los que no lo conocen como ellos, deben saber que HoSeok por las mañanas no es una persona de palabras cariñosas como el resto del día. En general, prefiere los imperativos.

Y los putos imperativos calientan a JungKook.

No es un sumiso, ¡vamos!, Solo que quien logre tomar el mando primero, es decir, su pene, tiene ventaja en controlar la situación. Se permite ser dócil y se voltea con prisas para encontrarse en la penumbra del cuarto la hermosa sonrisa de Jung HoSeok. Este lo contempla como si quisiera devorarlo enterito. A JungKook jamás se le cruzó por la mente que este deseo de ambos por pasar tanto rato juntos podría deberse a una atracción creciente.

Una teoría que va a explorar en profundidad.

—Bésame —Ordena el rapero.

JungKook lo hace, aunque no abre la boca. No, porque es consciente de su aliento a fiesta y bebidas. Incluso había fumado anoche un par de cigarrillos como buen fumador social que es.

Pegan sus bocas, sus labios maltratandose mientras se acomodan de forma que JungKook queda debajo del cuerpo de HoSeok. El rapero se posiciona encima para poder tocarlo mejor. HoSeok clava un codo en el colchón junto a su cabeza y él intuye que va a tomarle el cabello. JungKook se convence de que dejar crecer su cabello ha sido una acertada decisión porque se calienta, más todavía, cuando Seok lo sujeta y se lo tira para poder exponer su cuello.

Allí, en la piel de su garganta, HoSeok inicia completo asalto y JungKook lo deja. Una mano pasando por entre los rizos de su entrepierna, bajando a sus bolas las cuales las toma con cariño y masajea para luego cachetear sus muslos pidiendo, mudo, que los abra. Lo hace. Si de JungKook depende, con lo caliente que está, se abre en split para que lo recorra a su antojo. Y HoSeok reconoce que está así de dispuesto por lo que vuelve a reírse y le da palmaditas en la cabeza. «Buen dongsaeng», parece congratular.

Su corazón se salta un latido cuando la lengua de HoSeok llega hasta uno de sus pezones. Siente la saliva y le agrada. Le gusta mucho cuando le chupan los pezones. Por eso despega la espalda del colchón para ofrecerse a HoSeok, que lo muerde en reprimenda.

¡Auch!

—Quieto.

Pero, Kook se porta mal. Vuelve a levantarse aunque ahora para capturar a HoSeok y pegarlo a su pecho en el más aparatoso abrazo que pueda darle. Le encanta. Está caliente sí, pero le encanta su hyung. Oh, qué gran revelación. No es como si él no haya sido obvio con su modo tonto de actuar cerca de HoSeok. Sus compañeros de banda hasta se atreven a molestarlo por tal comportamiento y él, ignorando las verdades que le disparan, se aferra al rapero sonriente que nunca objeta nada sobre el tema.

—Te quiero, hyung... —Exhala de pronto y afloja el abrazo para que HoSeok lo vea a la cara.

—También yo —Le susurra HoSeok y lo besa en las mejillas, la frente, el mentón y, por último, la boca.

JungKook, caliente por dos razones, las caricias y la confesión, comprende que también debe hacer algo. No solo dejarse hacer.

Lleva sus manos a las nalgas del rapero, desde ahí le baja el pantalón y aprovecha a apretujarlo cuanto quiere. Le divierte que HoSeok refunfuñe mientras continúa pajeandolo. Le gusta todo.

Está caliente él y ve que, «¡oh gracias Dios!», HoSeok también. Es la primera vez que le ve el pene a su hyung y lo halla apetitoso. Podría tragarlo, o hacer el esfuerzo porque tiene un tamaño considerable. Hasta las bolas que reposan más abajo, lamerlas. Saborear completo el sexo del rapero al que admira.

HoSeok, en tanto, deja el pene para explorar entre sus nalgas. JungKook sí, sí, sí que quiere que le meta ese dedo que burla su ano. Un dedo o dos, o todos. Y el pene y la lengua. Que HoSeok disponga de su cuerpo, él aceptará cualquier pacto por su calentura. Y porque es HoSeok, claro. Confía.

Lo que hace entonces el rapero es buscar lubricar esos dedos juguetones; se los lleva a la boca. Primero los chupa y deja que al final sea él quien los termine de mojar. Mezclan salivas para que, cuando ingrese el primer dedo, no duela tanto... No lo hizo. Fue delicioso para JungKook sentir esa quemazón inicial. Y por eso pidió un segundo dedo. Lo gesticuló, en realidad, porque ya no podía hablar en susurro.

El rapero le metió hasta tres dedos, acariciando su interior a la par que le marcaba el cuello. Había dejado ya de apresarle los cabellos porque prefirió apretar la almohada al sentir las manos de JungKook masturbarlo a la par.

—Sigue —dice HoSeok cuando detuvo los movimientos. Es que, joder, le había rozado la próstata y él se desconcentró—. Cariño, sigue.

Awww. Eso sí pega en su corazón y lo hace sonrojar. Algo de sonrojo por el apodo y otro tanto porque está caliente y quiere acabar. Quiere derramarse sobre HoSeok, ensuciarlo de su semen y enchastrar toda la cama. Los dos, mojados y satisfechos. Eso quiere.

Por eso arremete con más fuerza, tomando la extensión del hyung e imprimiendo entusiasmo lo acaricia. La otra mano se encarga de su propio pene porque HoSeok sigue moviendo los dedos en su culo. Tiene las piernas abiertas —al diablo la sábana que los cubría— el pecho descubierto y algo sudado porque está caliente. Tanto, que siente que el calor se acumula en su pecho, baja por su vientre, se asienta en espera en sus muslos y luego se reúne en sus bolas.

A punto caramelo.

HoSeok busca su boca cuando está por acabar y él mueve más la mano sin importarle si está siendo tosco. Hará que su hyung se derrame sobre él, que lo bañe con el blanquecino premio. Sabe que se lo ha ganado, que si él está caliente, su hyung más y por él. Oh, ¿cómo bajar su líbido si entiende a la perfección que resulta excitante para alguien tan precioso y sexy como es HoSeok? No hay manera. La única, es lograr que llegue primero a la cúspide.

Y sí, JungKook se jacta de ganar en todo. Por eso gana, consigue el objetivo: HoSeok jadea sobre su cara y las caderas dan un corcoveo en lo que se derrama en tiras tibias sobre su torso.

Pero no celebra mucho, no hay tiempo de festejar el triunfo cuando HoSeok lo deja vacío para tomar su pene, y con manos entrelazadas, propulsarlo al orgasmo.

JungKook, al contrario de HoSeok, no es discreto. No, jodidos, no. Da un gemido largo, sufrido, adolorido y extremadamente extasiado. Y él no es de creer en esos viajes espirituales de los que ha leído en internet, pero puede jurar que su alma se le escapó y volvió a caer sobre él haciendo que respire de nuevo.

Oh Dios... —expresa más recompuesto y HoSeok lo recibe en sus brazos—; eso estuvo estupendo. Hay que repetir y más.

—Sí, pero no aquí.

—¡No, aquí no, par de tarados! —grita JiMin que se levanta y se va pisoteando enojado. Hasta da un portazo para enfatizar tal molestia.

—Ups —JungKook debería sentirse mal, atormentado porque lo hayan escuchado acabar como un adolescente inexperto y hormonal. No ocurre.

—No te preocupes, JiMin estará bien cuidado por SeokJin —Hay un trasfondo pícaro en lo que dice el rapero, solo que no lo entiende.

Quiere preguntar a qué se refiere, realmente quiere. Solo que cayó en la cuenta que ahora están solos y pueden, bueno, seguir con lo suyo.

Y Jeon JungKook, de nuevo, está caliente.

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