🐾Capítulo 37
Yoongi terminó la llamada de Namjoon luego de haber prometido estar ahí en unos diez minutos.
—Bueno pequeño, es hora de ir con papi y tus hermanas —anuncio observando al ya no tan pequeño huevo que había estado acunando con su mano contra la piel directa de su abdomen.
Como sus pequeñas ya habían desarrollado la mayoría de sus sentidos y ahora podían mover perfectamente sus pequeñas extremidades, querían curiosear todo lo que sus hermosos ojos y orejitas captaran.
Al final Jimin había tenido razón, sus hijas en su forma animal eran demasiado curiosas. Una verdadera suerte que ya les había terminado el jardín secreto ya que ni loco iba a permitir a sus bebés salir al peligroso y engañoso bosque.
Y aunque la nieve se había derretido casi en su totalidad, para este papá dragón la aún escasa que permanecía seguía siendo peligrosa.
Solo cuando el sol estuviera en lo alto, el río completamente descongelado, el bosque que los rodeaba de un verdoso vivo, dejando de vestir de blanco totalmente, que permitiría a sus pequeños conejitos a ir a explorar más allá, por lo que ahora se deberían de sentir satisfechos con lo que les había dado.
Pero realmente su pareja estaba encantado con ello, por lo que, tal vez si tenía suerte, sería en un largo tiempo más adelante.
Echando para atrás su silla y levantándose de esta misma, Yoongi se levantó sin dejar de acunar al huevo contra su abdomen, entonces comenzó a bajar las escaleras para llegar al jardín de sus conejitos.
Sentándose en el verde césped, el dragón observó a su alrededor buscando las pequeñas bolitas de esponjoso pelaje y a su omega.
El primero en salir de su escondite fue Jimin, que dando suaves saltitos alegres llegó hasta él y se levantó en sus patitas traseras para colocar las dos delanteras sobre la rodilla del alfa.
—Hola bebé ¿dónde están Eun-bi y Ye-won? —preguntó alzando su mano libre para acariciar la cabeza del conejito.
Jimin observó hacia atrás, donde el tronco de un árbol hueco estaba escondido entre unos arbustos.
Alejándose de su dragón, el omega fue hacia el otro extremo y cambió colocándose su ropa ya preparada anteriormente.
Tomando a sus dos pequeñas hijas, fue devuelta donde Yoongi y con toda la confianza del mundo se sentó en su regazo.
—Estas señoritas se han portado muy bien —sonrió hacia su pareja—. ¿Y nuestro dragoncito?
—Aún no hay más cambios o indicios de que ya quiere salir —respondió dejando al tercer bebé regalón de ambos, en especial de Jimin, entre sus hermanas.
—Pero si esta mañana se agrieto un poquito su cascarón, mira —mostró tomando a su tercer hijo para señalarle donde estaba la pequeña y fina línea.
—Pero no ha hecho ningún otro intento por salir, conejito.
—Bebé, papá y papi ya te quieren conocer amor —susurro con cariño, con un tono lleno de amor mientras dejaba un casto beso en el huevo que ya era prácticamente del tamaño de su mano.
—Ya podremos conocerlo —alentó dejando que sus pequeñas mordieran sus dedos para entretenerlas.
—¿Vas a salir? —pregunto sabiendo la respuesta, pues había escuchado la llamada perfectamente.
—Sí, voy a ir a dejar a los omegas al lugar asignado para que se encuentre con sus familias —asintió y Jimin mordió su labio inferior.
—No tardes mucho, creo que ellas podrían cambiar hoy —susurró lo último como si fuera un secreto, contemplando a sus pequeñas—. Las siento más inquietas que otros días —explicó.
—Bueno, eso es algo que no me quiero perder —aseguró imaginándose por fin pudiendo conocer las hermosas facciones de bebé de sus preciosas conejitas.
—¿Esperabas a alguien? —pregunto el alfa al sentir un golpeteo en la puerta.
—Oh, sí —sonríe—. Hobi ha estado cambiando mucho últimamente y como ni Taehyung ni Jungkook quieren que salga hacia el bosque, le invité aquí, a mi refugio —respondió girando su cabeza para contemplar el pequeño paraíso que le había dado su dragón.
—Entonces hay que dejarles entrar, ¿no? —anuncio tomando sin problemas el cuerpo de su omega mientras se levantaba del suelo, haciendo ver su notable fuerza de dragón alfa.
Estar entre los brazos de su pareja era algo a lo que Jimin ya estaba totalmente acostumbrado y encantado, por lo que no dijo absolutamente nada mientras era trasladado con sus bebés.
Saliendo por la cocina y directo a la sala, Yoongi dejó a su pareja en el suelo antes de abrir la puerta.
—Hola —saludo Taehyung ingresando junto a su hijo.
—Bueno, me iré aprovechando que Tae ya está aquí —anunció Min—. ¿Quieren que encienda la chimenea antes de irme? —preguntó contemplando a ambos omegas.
—No, ya no hace frío como la primera vez que llegamos aquí —aseguró Jimin.
—Obvio Minnie, la primavera ya está aquí —dijo divertido el pelirrojo, comenzando a recorrer con curiosidad la casa para ver las nuevas reformas.
—Llegaré en una hora más —prometió inclinándose para besar a su pareja—. Jungkook también irá conmigo y él estará trayendo consigo un teléfono móvil —informó.
—Tú también deberías de tener uno, ellos no te comerán, Yoonie —rio el conejito, acunando entre sus brazos a sus tres bebés.
Encontrando muy divertido que su alfa no se llevará muy bien con los avances tecnológicos de los humanos, podía conseguirlos para su gente pero que él los usara ya era algo diferente, en especial con los celulares que era algo bastante común entre todos.
El dragón arrugó su nariz—. No me llevo muy bien con esas cosas, es por eso que solo hay teléfonos fijos en la casa y oficina.
—Te enseñare a usarlos —aseguró Jimin con una risita.
Rodando sus ojos el alfa le brindó una sonrisa antes de salir de la cabaña y dirigirse cerca de las montañas, donde estaba el lugar más despejado para poder cambiar sin ningún problema.
Al llegar, ya todos estaban reunidos, esperándolo listos.
—Preguntamos si querían que le hiciéramos una caja especial para que no se sintieran atrapados pero ellos insistieron en que se sentían más seguros en las cajas de contenedor —explicó Jungkook señalando la gran estructura rectangular de metal.
—Bueno, al menos así podremos trasladar a todos junto y de un solo viaje —asintió—. ¿Namjoon se quedará aquí?
—Sí, él y Jin están viendo y acomodando a los que se van a quedar —respondió—. De todas formas me dijo que por seguridad llevara dos de mi equipo.
—Esa es una buena idea —asintió—. Bien, diles que suban, ya nos vamos —ordenó.
Observando a sus hijas contemplar curiosamente al pequeño zorrito frente a ellas, Jimin sonrió.
—¿Alguna vez pensaste en tener todo esto? —pregunto de la nada Taehyung, observando lo mismo que su amigo.
Ambos omegas estaban sentados en el jardín secreto que le había hecho Yoongi, observando a sus hijos interactuar y jugar.
—¿Qué cosa? —preguntó observándolo, posando distraídamente su mano sobre el huevo que yacía sobre su regazo.
—Todo esto —exclamó alzando sus brazos—. Felicidad, amor, una familia, un hogar. Porque te juro que yo no —suspira—. En medio de todo mal, Hoseok fue mi pequeña esperanza en ese infierno y yo sabía, que ningún otro cambiaformas me iba a querer luego de que se enteraran por lo que viví y cómo obtuve a mi bebé pero...
—Pero Jungkook llegó a tu vida —termino comprendiendo perfectamente el pequeño rubio.
—Sí —asintió sonriendo enamorado—. Me costó entender porque alguien como él, me querría a mí y a mi hijo... Pero Jungkook insistió hasta hacerme entrar en razón.
—Te entiendo Tae, luego de perder a mi familia y ser obligado a vivir entre los humanos, en algún punto acepte que nunca podría tener a alguien que me quisiera realmente, de llegar a tener algún día una familia —aceptó.
Después de todo, era algo difícil mantenerse entre los humanos sin levantar sospechas alguna.
¿Cómo se supone que iba a encontrar a alguien que realmente lo ame cuando tenía que ocultar su naturaleza?
—Aunque el momento más difícil en mi vida, luego de perder a mis padres y hermanos, fue ser secuestrado... De cierta forma lo agradezco —comentó Jimin, y Taehyung entendió ese sentimiento.
Era difícil de explicar, pero si no hubiera sido por aquel horrible accidente, Taehyung nunca hubiera tenido a Hoseok, probablemente no habría conocido a alguien tan increíble como su amigo rubio y alguien tan amable y amoroso como su alfa.
Así como Jimin nunca hubiera conocido a alguien tan fuerte como Taehyung, y a su pareja, aquel dragón que desde el primer día le brindó protección, seguridad y amor, lo que siempre había deseado.
Si no hubiera sido por Seung-hoon y su manada, ninguno sería tan feliz como en el presente momento, que estaban rodeados de alegría y amor después de tanto sufrimiento y dolor.
Ambos tenían ahora una familia propia.
—Nunca lo hubiera imaginado pero... Sí, pienso lo mismo que tú —asintió Taehyung y observo curioso el huevo de dragón—. ¿Aún no hay señales de ese pequeño?
Jimin tomó al huevo y suspiro—. No, el doctor lo revisó y dijo que podía escuchar perfectamente el latido de su corazón y que estaba completamente sano.
—¿En serio? —preguntó sorprendido.
—Sí —sonrió—. Cuando estoy en mí otro forma, yo también los puedo escuchar, es fuerte, constante y tierno.
—Ya quieres que salga, ¿eh? —rió atrayendo la atención de su hijo.
—Estoy emocionado con la idea de ver a un pequeño dragón ¿te lo imaginas? —chillo con emoción—. Pero también lo estoy con que mis pequeñas niñas cambien, Yoongi ya les tiene todo preparado.
—Sabes que como shifter su desarrollo en su otra forma es un poco más rápido ¿cierto? Pero que cuando se transformen en humanos, serán unos bebés normales de cuatro semanas que no podrán moverse como ahora —dijo observando a su hijo quien cambió y comenzó a gatear hasta él.
—Lo sé, el doctor nos explicó aquello. También nos advirtió que nuestras pequeñas podrían estar algo irritadas y malhumoradas por ello pero que no podrían volver a cambiar por lo menos hasta que cumplan los cinco meses —recordó y volvió su mirada hacia sus pequeñas antes de volver a mirar al huevo.
Taehyung pego un pequeño brinco asustado ante el repentino grito de su amigo.
—¿Qué? ¿Qué sucede? —cuestionó asustado.
—Mira, se quebró un poco más el huevo —chillo mostrándole a su pequeño.
Aquella pequeña línea ahora llegaba hasta la mitad, pero no hubo más cambio que ese.
—Eso es genial, pero no me vuelvas asustar así, idiota —regaño volviendo a colocarle la ropa a su pequeño sol.
—Lo siento —rió dejando al huevo en el bolsillo delantero de su suéter antes de tomar a sus pequeñas que le observaban curiosas.
—Son tan lindas y esponjosas que me las quiero comer a besos —rió el pelirrojo.
—¿Conejito? Ya llegamos —aviso Yoongi apenas cruzó la puerta junto a Jungkook.
Levantándose de un salto Jimin fue a recibir a su pareja.
—Bienvenido a casa —pronunció enterrándose con cuidado entre los brazos de su pareja—. Eso fue rápido.
—Estoy en casa, y te dije que no iba a tardar mucho —rió.
—¿Cómo les fue? —pregunto Taehyung siendo abrazado por su pareja.
—Bien, todos se fueron con sus familias y quedaron en mantenerse en contacto por si algo así vuelve a ocurrir —contestó con un encogimiento de hombros el alfa menor.
—Algo me dice que pronto estaré recibiendo llamadas, pero no precisamente por eso —comentó Yoongi—. Parece que la manda de lobos de Seung-hoon no es la única que está haciendo lo que quiere, por lo que quieren reunir a un representante de cada cambiaformas para crear una especie de consejo y así poner orden finalmente ya que obviamente los humanos no van a meter sus manos en nuestros asuntos —eso pareció sorprender a todos.
—Así que de eso hablaban tanto —adivino Jungkook.
—Nosotros somos los últimos shifters dragones que quedan y estamos bastantes alejados de todos, aún no sé qué decidir —confesó—. Primero lo hablaré con Namjoon para ver qué me aconseja, tener contacto con otros cambiaformas tampoco es malo.
—Bueno, pero será mejor que le digas mañana —aconsejó Tae—. Jin estaba muy emocionado con la fiesta para los omegas que decidieron quedarse.
—¿Es hoy? —preguntó Jimin arrugando su nariz, había tenido planeado pasar la tarde acurrucado junto a su dragón e hijos.
—Sí, y no pueden faltar ya que también todos quieren celebrar la llegada de sus hijos —les recordó esta vez Jungkook.
—Está bien —refunfuñó el conejito, dándose vuelta para ocultarse en el cuello de su alfa.
—Entonces nosotros nos iremos a preparar —anuncio a forma de despedida Jungkook, saliendo de la casa junto a su pareja e hijo.
—¿Tenemos que ir? —preguntó Jimin.
—A menos que quieras que todos nos vengan a buscar, yo creo que sí —asintió divertido el dragón—. Ven, vamos a bañarnos mientras los pequeños duermen —animo.
—Sabes que no podemos dejarles solos —rió dirigiéndose a la habitación junto a su alfa—. Además, si nos bañamos juntos, no terminaremos rápido —dijo coqueto, tal vez moviendo exageradamente sus caderas para diversión de Yoongi.
—Tienes razón —coincidió atrapando las caderas de su pareja con sus manos, inclinando su cabeza besó el cuello del omega—. Así que... Por qué no te bañas primero mientras yo cuido de los pequeños.
—Está bien —dijo en un suspiro, dejando a sus tres pequeños en el nido de mantas donde seguían durmiendo—. Yoongi, tienes que soltarme —señalo riendo, pues el alfa lo seguía manteniendo apegado a su cuerpo, atacando su cuello.
Dejando un notable chupón, el dragón finalmente lo soltó y golpeó suavemente el trasero del menor.
—De acuerdo, ve antes que me ponga a trabajar para hacer más conejitos.
—¡Yoongi! —rió el menor, corriendo hacia el baño para que su alfa no le atrapada y cumpliera sus palabras.
Mirando a los pequeños en su nido, Yoongi suspiro con una sonrisa.
—Creo que tendremos que cuidarnos hasta que ustedes sean más grandes pequeños —comentó ignorando la tentación de a bañarse con su pareja.
Cuando el teléfono interrumpió, Yoongi sabía que era Jin sin siquiera haber contestado todavía. Aun así salió de la habitación para contestar la llamada.
—Tienen que venir —anunció el omega.
—¿Qué pasó con saludar? —preguntó rodando sus ojos—. Y no te preocupes, si vamos a ir.
—Si no están aquí en una hora más, trasladaré la fiesta hasta tu casa y tendrás que aguantar a todos —advirtió antes de cortar la llamada.
—Vaya, gracias por la confianza —murmuro entre dientes, volviendo a su habitación se detuvo de golpe bajo el marco de la puerta.
Dos hermosas bebés completamente desnudas dormían profundamente en el nido, dejando al huevo entre ellas.
—Conejito, creo que te gustaría ver esto —anuncio cuando se recuperó de la sorpresa.
—¿Qué sucede? ¿Es el huevo? —preguntó exaltado, saliendo con rapidez del baño con una toalla alrededor de su cintura y otra más pequeña sobre su húmedo cabello.
Al igual que el dragón, se quedó sin aliento al apreciar por primera vez a sus hijas en su forma humana.
Tal y como en su otra forma, Eun-bi tenía su cabello de un hermoso negro con reflejos azules, parecido al de Yoongi mientras que Ye-won de un gris brillante. Ambas con una nariz pequeña y labios delgados.
—¿S-son nuestras pequeñas? —preguntó acercándose al mismo tiempo que su pareja—. Son tan hermosas —susurró tomando con cuidado a una entre sus brazos.
Cuando la otra se agitó, inmediatamente Yoongi la tomó también entre los suyos.
—Parece que ellas querían estar bien presentes para conocer a los demás —susurró el alfa.
—Sí, así parece —sonrió Jimin, dejando que unas lágrimas de felicidad se arrastrasen por sus mejillas.
Y entonces, en ese pequeño momento lleno de felicidad, otra personita decidió que ya era hora de conocer a sus padres también.
Una especie de crujido llamó la atención de ambos adultos, y cuando miraron hacia el pequeño nido, un pequeño dragoncito con grandes ojos entre grises y azules les contemplaba aún escondido dentro del cascarón del huevo.
El pequeño soltó una especie de pequeño gruñido y chillido mientras intentaba salir, por fin haciendo reaccionar a estos padres.
—Oh, bebé —chillo Jimin sentándose rápidamente en la cama junto a su pareja y mientras sostenían a sus hijas con un brazo, ambos ayudaron al pequeño y hermoso dragón a salir del huevo—. Eres tan hermoso tu también, bebé —dijo encantado.
—Es la primera vez que veo a un dragón completamente de un blanco tan puro y hermoso... —comentó Yoongi.
—Como la nieve —agregó Jimin, riendo bajito cuando el dragoncito restregó su pequeña cabeza en su palma y luego en la de Yoongi.
—Tal parece que todos querían que los conocieran —sonrió el líder dragón.
—¡Ah! La fiesta Yoonie, tenemos que prepararnos y prepararlos a ellos —dijo exaltado y emocionado.
—Vamos, preparemos a nuestros pequeños para que todos los conozcan, que conozcan a mi familia.
—Nuestra familia —sonrió Jimin observando con amor a su alfa.
Entre risas, ambos padres vistieron por primera vez a sus hijas. Cuando todos estuvieron listos y arreglados, salieron de la cabaña con una expresión orgullosa en sus rostros.
Y así, la familia Min presentó a sus pequeños bebés. Dos hermosas mujercitas de llamativos ojos y un pequeño dragoncito que se escondía bajo la ropa de su papi y salía solo de vez en cuando para curiosear el colorido exterior antes de volver a esconderse.
Dejando a sus dos hijas con su padre, Jimin se alejó para ir por una bebida. Observando a sus amigos y luego a su pareja, Jimin sonrió con nostalgia.
Nunca pensó, que por haber estado escapando de sus secuestradores en ese entonces, encontraría a la persona con quien querría pasar el resto de su vida.
Ahora podía ver e imaginarse su futuro, y le encantaba saber que seria en compañía de su alfa.
Como si sintiera su mirada, el alfa dejó de hablar con sus amigos y observó en dirección de su pareja. "Te amo" Módulo con sus labios Yoongi, contemplando a su pareja con una hermosa sonrisa.
"Te amo" Susurró en respuesta Jimin, volviendo a acercarse a su pareja, hijas y amigos.
Junto a su familia.
Fin. 🐾
Y así, fue exactamente como un conejito y un dragón se conocieron, encontrando la felicidad, el amor y su propia familia.
El epílogo lo estaré subiendo este domingo <3
PD: Ya estoy mejor, perdón por preocuparles <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro