🐾Capítulo 36
Yoongi metió ambas manos en los bolsillos de su chaqueta y resistió el impulso de dar media vuelta para volver a su renovada casa junto a su conejito y sus pequeños bebés.
Sonrió recordando a sus pequeñas hijas a quienes ya les creció un hermoso pelaje.
Mientras que Eun-bi lo tenía de un hermoso y esponjoso azul oscuro con ojos color gris, el pelaje de Ye-won era de un brillante y liso plateado con sus ojitos azules.
Y su tercer bebé dragón, al cual aún no habían podido concederle un nombre debido a que desconocían su sexo, no presentaba señales de estar preparado para salir de su pequeño mundo en forma de cascarón, lo cual tenía bastante ansiosos a ambos padres primerizos.
Ya frente al edificio donde estaba antiguamente ubicada su oficina, se obligó a cruzar la puerta para atender los otros asuntos importantes.
Supuestamente, los cambiaformas con los cuales pudieron contactar ya deberían de haber venido por los omegas desaparecidos, pero ni Namjoon ni Jungkook le habían mencionado nada al respecto y él quería saber qué ocurría con ello.
—No pensé que saldrías de tu casa todavía —dijo Namjoon al verle en su oficina.
—Jimin y los bebés están durmiendo —dijo tomando asiento frente al otro alfa—. Quise aprovechar para informarme sobre el estado de los omegas que rescatamos y también qué pasó respecto a los shifter con los que lograste contactar.
—Bueno, puede que haya un problema con eso —suspira.
—¿Por qué ese suspiro? —preguntó frunciendo el ceño.
—Ya conseguí contactar con el resto —interrumpió Jungkook entrando con una hoja en su mano, cargando al pequeño Hoseok—. Ah, hola líder Min —sonrió algo burlesco.
Yoongi rodó sus ojos y sonrió—. ¿Qué haces con el pequeño sol?
—Taehyung ahora está ayudando a los omegas que rescatamos, todos se sienten más tranquilos con él alrededor al ya conocerle —respondió dejando la hoja sobre el escritorio.
—Y aquí está el problema —anunció Namjoon golpeando con su dedo índice la hoja, unos nombres estaban marcados con una pequeña cruz—. Con los pocos omegas que habíamos logrado "entablar una conversación" Que no fueron más de cinco, luego de contactar con su familia inmediatamente vinieron por ellos pero...
—Aún no han podido lograr algo con los otros —afirmó.
—Al menos no hasta ahora —aceptó—. Con la ayuda de Taehyung y el doctor hemos avanzado.
—Treinta y cinco omegas fueron rescatados en total, todos en mal estado tanto física como psicológicamente —dijo Jungkook—. Los cinco que estaban un poco mejor y habían sido secuestrados hace pocas semanas, se fueron inmediatamente pero los otros... —hace una mueca.
—El médico los revisó a todos —prosiguió Namjoon—, pero dos que estaban en peor estado murieron dejando a sus hijos, cuatro cachorros en total.
—De los dos omegas que murieron, alcanzamos a hablar con ellos y contactar con su familia, le contamos lo sucedido, pero ellos han decidido que no quieren cuidar de los niños si estos llegan a ser shifters lobos y no gatos —agregó Jungkook con el ceño fruncido.
Yoongi tenso su mandíbula al escuchar aquello.
—Nos estaba faltando contactar a las familias de diez omegas pero... —observa la hoja—. Según Jungkook y lo que pudo averiguar, ya no tienen familia y por ende, ningún lugar al que ir.
—¿Cuándo van a venir por los que sí se pusieron en contacto? —preguntó el líder.
—Esa es otra cosa, la mitad de ellos se sienten nerviosos al entrar en nuestro territorio ya que sabes lo poco común que son los shifter dragón... Nos temen a pesar de estar agradecidos —explicó Namjoon.
—Puedo entender eso —asintió—. Diles que escojan un lugar y nosotros los trasladaremos hacia allá —resolvió primero—. Respecto a los que no tienen familia, solo hay que hacer lo mismo que con Jimin —sonríe—. Ofrecerle un hogar con nosotros para que formen su propia familia.
—Tendremos que construir más cabañas para ellos —dijo Jungkook moviendo sus brazos para mover al bebé.
—Creo que lo mejor sería hacer una gran casa con muchas habitaciones para ellos, no creo que quieran estar solos en un lugar que no conocen por ahora —pensó el líder—. Jimin me tenía a mí y Taehyung te tenía a ti, ellos nunca estuvieron solos aquí si lo piensas.
—Creo que eso sería bastante acertado, luego de un tiempo, cuando se adapten a esta vida y con nosotros, tal vez quieran tener un lugar propio pero por mientras, sería mejor que permanecieran juntos —coincidió Namjoon.
—Ahora sin los lobos y sin peligro, podría usar a mis chicos para algo productivo y pedirles que ayuden a construir —propuso el joven dragón alfa.
—Si, ya que todos los demás están trabajando en la nueva casa de Yoongi —se burló Namjoon.
—No desde ayer, oficialmente ya está terminada y amueblada —anunció orgullosamente—. Incluso alcanzamos a terminar la sorpresa para mis pequeños conejitos.
—¿Aún no cambian? —pregunto Jungkook curioso.
—Jimin ya lo hace, pero las pequeñas aún no y su hermanito o hermanita todavía no da señales de querer salir y conocernos —comentó y se levantó dirigiéndose a la puerta—. Avísenme cuando decidan el lugar, iré personalmente.
—Está bien —asintió Namjoon y enseguida Yoongi se retiró para ir de vuelta a su casa con su pareja e hijos.
Al llegar, contempló ansioso las nuevas remodelaciones antes de encender la chimenea.
Con eso listo, fue hasta su habitación para contemplar a su pequeña pareja dormir con sus hijos dentro del nido.
Con cuidado, se acercó y se sentó en el borde de la cama, sacando a sus curiosas conejitas que intentaban salir del nido sin despertar a su papi.
Solo había pasado un par de semanas más, pero éstas habían sido lo suficiente como para que las dos pequeñas conejitas ya desarrollaran bien su pelaje entre otras cosas.
Tanto Eun-bi como Ye-won ya comenzaban a moverse más que antes para el horror del dragón, que ya se había acostumbrado a la tranquilidad de sus pequeños bebés.
Lo cual era divertido para cierto par de omegas que ya se podían imaginar cómo iba a sufrir Yoongi cuando las pequeñas se transformaran en hermosas bebés que lloraban en medio de la noche y necesitaban más cuidado y atención que en ese mismo momento.
El tercer bebé, el dragoncito, había crecido mucho más a comparación del primer día pero, seguía siendo un poco más pequeño que la mano de Jimin por lo que aún no nacería según las palabras del médico.
El pequeño omega arqueó su cuerpo y movió sus largas orejas, al percibir cierto ruido abrió sus ojos y se encontró con una hermosa escena que calentó su corazón.
Su alfa, su dragón, estaba jugando cuidadosamente con sus dos pequeñas, teniéndolas sobre su espalda le acariciaba la pancita logrando que estas movieran sus pequeñas patitas con diversión.
Saliendo del nido, Jimin cambió y se colocó el suéter que le habían dado sus amigos, con cuidado colocó al huevo en el bolsillo especial para mantenerlo en calor.
—Hola bebé, ¿dormiste bien? —preguntó Yoongi, dejando de jugar con sus pequeñas para contemplar a su pareja.
—Bien, ¿y tú? ¿Por qué estás levantado tan temprano? —pregunto observando a sus pequeñas arrastrarse hacia él.
El alfa rió—. Ya es tarde conejito.
Ugh, las mejillas de Jimin adquirieron cierto color rojo debido a su equivocación.
—Ohh... —pronunció levantando a sus pequeñas para dejarlas en el cálido bolsillo al lado de su hermanito o hermanita.
Dentro de poco dejarían de caer los tres juntos.
—Y, además, tenía que arreglar unos asuntos por lo que aproveche de salir mientras ustedes dormían —anuncio y sonrió con emoción—. Dígame señor Min Jimin, pareja del líder Min Yoongi, ¿le gustaría conocer cómo quedó su casa?
—¡¿En serio?! —chillo apenas conteniéndose de saltar al regazo de su alfa, todo por sus pequeños bebés.
Yoongi rió levantándose de la cama, tomando unos pantalones para su omega, ropa interior y unos calcetines junto a los zapatos.
—Sí conejito, todo está terminado finalmente.
—Quiero verlo todo —dijo con emoción, rápidamente colocándose la restante ropa que le había entregado su dragón.
Con un brazo rodeando la cintura del pequeño omega, el shifter dragón lo guió fuera de la habitación.
Lo primero a la vista era una parte de la muralla que había sido retirada, cruzando un pasillo este conectaba a tres puertas que le guiaban a las habitaciones las cuales Yoongi mostró.
—Por mientras estaremos usando esta —anunció el dragón en la primera habitación, la cual estaba más cerca de su cuarto y había una puerta que los conectaba.
La habitación ya estaba perfectamente arreglada y amueblada, equipada con todo lo que iban a necesitar para cuando sus pequeños cambiaran.
Y Jimin se enamoró perdidamente de las tres cunas de sólida madera blanca tallada a mano que estaban en el centro de la habitación.
—Cuando estén más grandes, ellos podrán tener su propia habitación.
—Me gusta todo —anuncio girando hacia él, rodeándolo con sus brazos y teniendo cuidado de sus pequeños.
—Y eso que me falta una sorpresa más —su tono fue tan emocionado que solo despertaba más la curiosidad del conejito.
—¿Es tu oficina? —preguntó.
—No, pero también está terminada —respondió.
—Entonces quiero verla —pidió mirándole intensamente—. Quiero ver dónde trabajará mi alfa y estirar un poco más mis piernas.
—Claro, está bien pero primero...
—Tu oficina primero, ¿si? —pidió haciéndole ojitos.
—Aw, eres un conejito mandón cuando quieres ¿no? —se burló con una sonrisa.
Aunque quería mostrarle su sorpresa a su pareja, sabía que de todas formas iba a hacer lo que le pedía su pareja.
Ayudando al rubio omega a colocarse su chaqueta, Jimin siguió al alfa fuera de la casa.
Un hermoso sol estaba en lo alto brindando unos suaves y cálidos rayos de luz que aún no eran lo suficientemente fuertes como hacer entrar en calor a Jimin o derretir toda la nieve del lugar. Pero si era agradable y reconfortante.
—Vamos —guió colocando su mano en la espalda baja del conejito.
Obedientemente Jimin siguió a su pareja, al lado de su casa, cerca de su cocina había una extraña cabaña de dos pisos que de hecho estaba conectada por una puerta a la cocina, o al menos la parte inferior que estaba hecha de un extraño vidrio que no le permitía ver el interior, pero la parte superior estaba hecha con madera y tenía unas escaleras por fuera.
—Tu sorpresa es la de abajo, como está conectada a la cocina quería mostrártela primero pero cierto conejito no quiso —se burló y Jimin bufó.
—No hay nada mejor como dejar las sorpresas para el final —se defendió y se adelantó subiendo las escaleras con su pareja siguiéndole desde atrás.
—Bueno, aquí mi nueva oficina temporal —mostró.
Era exactamente igual a su otra oficina, solo que tal vez menos espaciosa que la anterior, incluso estaba el mismo ventanal a espaldas del escritorio.
—Y aquí, la única otra entrada además de la cocina a tu nuevo jardín secreto —mostró señalando una especie de escotilla detrás del escritorio, cerca de una esquina apegada a la pared.
—¿Jardín secreto? —pregunto curioso.
Pero Yoongi solo le sonrió antes de levantar la escotilla y revelar unas escaleras, se adelantó bajando primero para ayudar a su pareja después.
Con cuidado, Jimin comenzó a bajar y cuando estuvo al alcance de su alfa, sintió que este agarraba su cintura con ambas manos y le ayudaba a terminar de bajar con cuidado.
Cuando llegó abajo y dio media vuelta, sus ojos se llenaron de lágrimas y el aire quedó atrapado en sus pulmones.
Yoongi en verdad había creado una especie de jardín, pero para su conejito.
Un hermoso jardín artificial estaba presente ante él, con todos los juguetes que querría un conejo en su vida, incluso con varios lugares en los cuales podría esconderse y hasta le habían construido una pequeña casa. Y lo más hermoso, era que a pesar que desde afuera no pudo ver el interior, desde adentro a través de la gran ventana podía apreciar claramente el exterior y recibir los rayos del sol.
Yoongi había trabajado el interior para que incluso estuviera cálido en invierno y fresco en verano, gracias a un aparato de los humanos que había conseguido.
—¿Te gusta? —pregunto de pronto nervioso y no ansioso el dragón.
—No. Me encanta, es perfecto y, y... Realmente no sé qué hice para merecer esto, para merecerte a ti —sollozo acercándose para abrazarlo con cuidado.
—Hey, no digas esas cosas amor. Llegaste a mi vida conejito, te quedaste conmigo y me has dado tres hermosos hijos, una familia, tu amor, felicidad y tú mismo —respondió con una ternura firme en su tono—. Eres lo más valioso que tengo Jimin, y ahora también están nuestros bebés que tú, diste a luz.
—Te amo —murmuró contra su pecho.
—Yo igual conejito —dijo besando su cabello—. ¿Por qué no dejas que nuestras hijas exploren contigo? Yo cuido del pequeño dragón mientras tanto —invitó.
—Es una excelente idea, gracias —sonrió entre lágrimas de alegría.
Separándose, Jimin se quitó su chaqueta y se la entregó a su pareja junto al ya no tan pequeño huevo.
Ambos se sentaron en el suelo, el omega dejó a sus curiosas hijas a su lado sobre el césped sintético e inmediatamente cambió.
Riendo bajo, Yoongi ayudó a su pareja a salir de entre su ropa y luego apreció con amor a su pareja recorrer y luego volver con sus hijas, invitándoles a conocer con él su nuevo jardín.
—Pronto tú estarás ahí con ellos —murmuró el alfa mirando a su tercer hijo—. Sal pronto, bebé.
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