Yoongi estaba malditamente feliz y todo porque su adorable pareja lo estaba.

Resultó que decorar un pino había sido muy entretenido después de todo, y seguramente algo tenía que ver el haber estado rodeado de sus amigos, con Jimin cantando animadamente entre carcajadas mientras enseñaba la letra a los otros omegas.

Y tal parecía que la felicidad se propagaba con facilidad y fuerza, su conejito la estaba esparciendo entre su gente con una facilidad sorprendente.

—Yoongi, ellos también tienen un árbol —sonrió su pequeña pareja, señalando a una de las familias que arrastraba un pino.

Luego de que unos curiosos los hubieran visto ayer dirigirse no solo a su cabaña, sino que también a la de Jin y seguido a la de Jungkook con un pino para decorarlo, ellos también lo estaban haciendo.

—¿Puedo ir ayudarlos? —pregunto haciéndole ojitos.

—Estaré en mi oficina cualquier cosa —besó su frente—. Y no estés tanto tiempo afuera, las temperaturas descienden a medida que pasan las horas —le recordó.

—Solo una hora —prometió—. Iré a buscar a Tae —chillo ya corriendo.

Por mucho que le gustaba la confianza de su conejito en su gente, no le gustaba que estuviera solo afuera.

—¿Quieres que vaya con él? —pregunto Jungkook que había estado alrededor, ayudando a cargar los pinos.

—Sí, por favor. No dejes que el anciano Chul y su grupo se le acerque —suficiente tenía con ese idiota que le había colocado dudas en la cabeza de su omega.

Asintiendo con su cabeza, el joven alfa se apresuró en alcanzar al pequeño conejito.

Dirigiéndose a su oficina, Min frunció el ceño cuando más de una persona se le quedó mirando. Cruzando la puerta del edificio de dos pisos, en vez de subir a su oficina, entró en la de Namjoon.

—¿Tengo algo en la cara? —preguntó observando a su amigo—. Varias personas me miraron mientras venía hacia acá.

—Tu respuesta podría estar arriba —respondió—. Algunas de las personas que te mencione ayer te esperan y el anciano Chul está con ellas.

—Por qué no me sorprende —gruñó saliendo con su amigo pisándole los talones.

Al llegar arriba, en la sala de espera había por lo menos unas siete personas y entre ellas estaba el imbécil de Chul.

—Bueno, ya era hora de que el líder se dignara a aparecer para cumplir con su trabajo —anuncio levantándose del sofá, colocándose a la cabeza del pequeño grupo de omegas.

—¿Qué significa esto? —pregunto tensando su mandíbula ante la falta del contrario, cruzó sus brazos sobre su pecho.

Chul sonrió—. Tengo la solución a su problema —anunció con orgullo en su tono y siguió hablando, impidiendo a Yoongi responder—. Estas personas están dispuestas a ser su pareja y tener a su hijo, su heredero y futuro líder.

Yoongi cerró sus ojos y contó mentalmente hasta mil, ya que en ese momento el diez no le serviría para nada.

Mientras Min se tomaba unos segundos para controlar su rabia y dragón, Namjoon observaba sorprendido la osadía del hombre frente a ellos.

—Tu líder ya ha encontrado a su pareja —le recordó Namjoon.

El viejo dragón movió su mano con desdén, quitándole importancia.

—Ese sujeto no puede darle herederos al líder, no es digno de él. Estas personas están dispuestas a tener el gran honor de ser la pareja del alfa Min y dejar a ese niño quedarse alrededor como su juguete u amante —espetó.

Una de las mujeres dio un paso al frente.

—Líder, yo incluso estoy dispuesta a mantener a su mascota bajo nuestro mismo techo —anunció con orgullo.

Solo escuchar la desagradable forma en la que degradaban a su pareja hizo que Yoongi perdiera el control.

Pánico cundió en la habitación cuando Min gruñó y agarró de la garganta a Chul, enterrando en la arrugada piel sus largas y afiladas uñas que habían crecido.

Con su otra mano agarró de la garganta a la mujer que había dado un paso al frente, al lado del viejo Chul.

—Yoongi, sé que quieres matarlos, yo también desearía hacerlo después de escuchar esa mierda, pero no debes —le recordó con pesar Namjoon, colocando su mano en su antebrazo.

Los cuerpos apresado desde su garganta se revolvían buscando la forma de escapar y obtener algo de oxígeno para sus pulmones.

—Estas personas han insultado a mí pareja —gruñó con su voz algo distorsionada, su dragón estaba muy por la superficie, enviando su deseo a Yoongi de matar a las personas frente a ellos.

Las restantes personas dentro de la habitación chillaron de miedo mientras contemplaban con horror a su líder.

—El anciano Chul ha insultado a tu pareja, ellos solo han caído en las palabras de él —le recordó.

—Y ellos saben que Jimin es mí pareja, le he dado el anillo que solo la pareja del líder debe de llevar —gritó enfurecido, soltando de su agarre a la mujer.

La omega tomó una gran bocanada de aire y luego corrió al lado del pequeño grupo amontonado en una esquina de la habitación.

—El anciano Chul dijo que no era su pareja, que solo le había dado el anillo para mantenerlo a su lado como su mascota —chillo la mujer que había estado ahorcando hasta hace poco.

—¡¿Y qué mierda es lo que quieren?! —grito esta vez Namjoon—. Todos saben que la marca de compañeros es algo íntimo, algo que no se muestra a cualquiera —gruñó—. ¿Acaso no podían confiar en la palabra de su propio líder al anunciar que había encontrado a su pareja?

—P-pero el anciano Chul...

Yoongi gruñó interrumpiéndole y lanzó al viejo hombre al otro extremo de la habitación.

—¿Cuántos más piensan esto? —pregunto volteando hacia el pequeño grupo.

—T-todos lo saben —gimió asustado uno del pequeño grupo.

—Mierda —gruñó Yoongi observando al viejo alfa volver a levantarse.

—Todos están de acuerdo en que no es apto de ser su pareja —pronunció con esfuerzo Chul.

—No dejes que nadie salga de aquí —le ordenó a Namjoon—. Recibirán un castigo por este insulto —anuncio antes de largarse por su pareja.

—¡No es justo! ¿¡Por qué solamente nosotros!? —grito la mujer que Min había ahorcado.

—Porque solo ustedes fueron lo suficientemente estúpidos como para creer en la palabra del anciano Chul, sobre la de su propio líder y presentarse aquí —respondió Namjoon, cerrándole la boca a la mujer.

—¿Y de dónde dices que sacaste esta idea? —pregunto el hombre con apariencia de Santa Claus, pasando sus dedos por su blanca barba de forma pensativa.

Jimin rió mientras colocaba el último adorno en el pino.

—Es una bonita tradición o costumbre que tienen los humanos por estas fechas —explicó.

—Algo bueno que tienen —murmuró contemplando con cariño a sus dos hijos observar con curiosidad el árbol.

Jimin hizo una mueca y tocó su pecho, donde estaba la marca de su apareamiento.

—Algo le pasa a Yoongi —murmuró preocupado, ganándose la atención de Taehyung y el alfa Santa.

—¿Sucede algo? —pregunto Taehyung mientras observaba desde la puerta a su hijo jugar en la nieve con Jungkook.

Ese hombre había nacido con el instinto paternal en él. Al pelirrojo omega le encantaba la conexión que estaba desarrollando con su bebé.

—No lo sé, siento a que a Yoonie le pasa algo... —murmuró saliendo de la cabaña.

—¿Y dicen que no es su pareja? —bufo el hombre Santa, llamando la atención de Taehyung.

—¿Quién dice eso? —cuestiono sobresaltado, frunciendo el ceño.

Haciendo una mueca, el alfa observó a su familia antes de señalar hacia afuera.

—¿Conoces al anciano Chul?

—Desafortunadamente —resoplo recordando el desagradable encuentro.

—Bueno, no sé si fue él precisamente pero sí sé que su grupo ha estado esparciendo el rumor de que el pequeño rubio no es en verdad la pareja del líder pero que el alfa Min quiere mantenerlo a su lado de todas formas por lo cual le dio el anillo. Se dice que el líder está buscaba a un omega con el cual tener sus hijos —explicó—. Obviamente no le creí, al igual que la mayoría de aquí. Ya hemos visto con nuestros propios ojos como el líder Min actúa alrededor de su conejito, pero algunos creyeron en el rumor y siguieron al anciano Chul.

—Ohh esa perra con su estúpido grupo de marionetas —gruño el pelirrojo, sacando una gran carcajada al dragón—. Gracias, debo irme.

Sin decir una palabra más, el omega fue directo a su pareja para explicarle lo que había descubierto.

—Yoongi estará furioso —Jungkook dijo luego de escuchar a su pareja. Observó la cabaña de donde había salido el shifter zorrito—. ¿Cuándo va a salir Jimin?

—¿De qué hablas? Minnie ya salió —respondió tomando a su hijo entre sus brazos.

—Mierda, no lo vi —exclamó buscándolo con la mirada inmediatamente.

Cuando lo vio conversando no muy lejos se relajo, o eso fue hasta que vio cómo el pequeño rubio golpeaba una mano que tocaba su orejita peluda.

—¡No lo toques! —gritó Taehyung al ver como empujaban con fuerza a su amigo, mandándolo directo al suelo de forma brusca.

Hoseok comenzó a llorar sobresaltado por el grito de su padre.

—Oh mierda —pronunció el alfa corriendo hacia Jimin al verlo levantarse y saltar sobre el hombre que lo había empujado.

Agarrando la pequeña cintura lo tiró hacia atrás, justo a tiempo para esquivar un puño.

Jimin llevó sus pequeñas manos hacia su boca cuando contempló cómo el puño impactaba en la quijada de la pareja de su amigo.

Sin inmutarse, Jungkook hizo una mueca y luego escupió un poco de sangre.

—Jimin, ve con Taehyung por favor.

Asustado, el pequeño rubio asintió con su cabeza y corrió hacia el lado de su amigo para apreciar todo con una distancia prudente.

—¿Qué tienes en la cabeza al querer golpear a alguien más pequeño que tú? —gruñó Jungkook.

—Esa pequeña mierda me golpeó primero —se excusó.

Con ambas manos Jungkook lo agarró del cuello.

—Esa pequeña mierda como tú le llamas, es la pareja de tu líder por lo que le tendría más respeto si fuera tú —vociferó.

—Solo porque seas el niño que el alfa adoptó no significa tienes el derecho de ordenar —espetó intentando sacarse las manos del joven alfa, pero el agarre era fuerte.

—Te lo digo como el líder de la línea alpha, quienes vigilan y protegen el terreno mientras tú trabajas, comes y duermes como un bebé —le soltó bruscamente, les dio una fría mirada antes de volver con los dos omegas.

—Ay dios —exclamó Taehyung observando donde su pareja había recibido el golpe—. ¿Estás bien?

—Sí, no fue nada —aseguró acariciando la cabeza de su pequeño hijo durmiente.

—Lo siento —susurro Jimin observando el suelo—. Fue por mi culpa.

—No fue nada Jimin —aseguró— ¿tú estás bien? —pregunto en cambio.

El conejito hizo una mueca culpable y asintió con su cabeza.

Frunciendo el ceño al ver que su amigo escondía sus mano tras su espalda, Taehyung rodeó a su amigo y se exaltó al ver gotas de sangre manchar el blanco suelo.

—Estás sangrando Minnie —pronunció tratando de no alzar su voz por su dormido hijo.

Jungkook rápidamente tomó los brazos del pequeño omega, llevándolos hacia adelante.

Jimin gimió de dolor ante el movimiento—. Creo que caí sobre una roca —pronunció revelando el corte en el centro de su mano izquierda.

—Tu muñeca está algo hinchada —dijo el alfa revisando con cuidado la mano.

—No importa, tengo que ir a ver a Yoongi —refunfuño aguantando el dolor y ardor.

—¿Estás loco? Si tu pareja te ve así de herido el que va a sufrir las consecuencias va a ser mi Kookie, y estás sangrando —regaño Tae.

—Si cambio voy a sanar —susurró mordiendo su labio inferior.

—Primero quiero limpiar el corte, vamos a mi casa o donde el médico, tú escoges —ordenó Jungkook, no estaba preguntando al respecto, el pequeño rubio se percató de ello.

—Tu casa —dijo con un puchero, observando como el alfa desgarraba una parte de su camiseta en una larga tira que comenzó a enrollar sobre su mano—. No tenías que hacer eso...

—Perder mucha sangre es malo —respondió—. Solo es una camiseta, tengo más —sonrió leve, intentando quitar la expresión entre culpable y preocupada de Jimin—. Esta bien Jimin, seré rápido y así podremos ir con el líder Min —prometió.

Jimin observó a su amigo y luego al alfa frente a él, asistiendo con su cabeza comenzó a caminar con el par a su lado.

Aunque el conejito sabía que uno no podía ser del agrado de todos, de igual forma se preguntó a qué se refería aquel hombre que tiró de su orejita y le empujó cuando anunció que solo era un juguete.

¿Qué estaba pasando ahora?