🐾Capítulo 16
Dentro de una cálida y pequeña cabaña, una risa infantil hacía eco siendo acompañada por una dulce carcajada de un adulto.
Y es que Jimin no podía evitar reír mientras contemplaba los esfuerzos del pequeño Hoseok que intentaba quitarse una de las tantas prendas en que lo había envuelto. Como todo lo que tenía el conejito a su disposición era ropa demasiado grande para un bebé, todo quedaba sueltamente en el pequeño cuerpito y el pequeño zorrito por alguna razón encontraba muy gracioso aquello.
Hoseok se carcajeo alegremente cuando cayó de espaldas sobre la felpuda alfombra al tironear de una camiseta.
—No Hobi, Yoongi ya llegará —rió mientras volvía a sentar sobre su traserito al bebé, deseando que su pareja se apresurara con esa ropa que iba a conseguir con los recientes padres, Jin y Namjoon.
Jimin aún estaba feliz por sus nuevos amigos y su reciente bebé, una hermosa niña según le había informado su pareja.
"Un bebé propio" pensó mordiendo su labio inferior pensativo.
Él no le podía dar uno a su pareja, por más que lo deseara. Aunque Yoongi le había dicho que no se preocupara de ello y que había otras formas de tener un bebé, el shifter conejito quería tener uno propio, él mismo.
Un pequeño o pequeña que tuviera los rasgos de ambos. Sabía que su pareja también lo anhelaba, a pesar de que no lo anunciara a lo cuatro vientos.
El omega tan solo tenía que ver cómo observaba y actuaba el dragón alrededor de Hoseok... Bueno, quién no querría mimar a la pequeña bolita de fuego sonriente.
—Eres una ternurita hermosa —pronunció melosamente, levantando el pequeño cuerpo del infante.
Hoseok sonrió y comenzó a mover sus manos, logrando finalmente que una de las camisetas que Jimin le había puesto cayera.
—Si Yoongi tarda más llegaremos cuando todo haya terminado —pronunció con un puchero, escuchando el alegre canto hasta su cabaña.
Realmente deseaba salir de su casa e ir a la fiesta pero, no podía salir con Hoseok vistiendo ropa tan desabrigada.
—¿Qué haremos pequeño? —pregunto al infante, volviendo a sentarlo frente a él sobre la felpuda alfombra.
—¡Dah! —chillo el pelirrojo bebé cuando la puerta fue abierta y Yoongi se apresuró a entrar.
—Ya estoy aquí conejito —sonrió acercándose al sofá donde estaban las dos pequeñas personitas sentadas en el suelo frente a la chimenea.
—Tardaste —le reclamó con un puchero su pareja.
El alfa se acercó y lo besó antes de sentarse al lado de su pareja.
—Me entretuve hablando con los chicos, y cargando a la pequeña Nayeon —confeso sacando de una bolsa ropa abrigada para Hoseok, afortunadamente todo en tonos neutros como blanco y amarillo.
—Son bonitos —sonrió el omega, comenzando a desvestir al pequeño Hobi quien inmediatamente rió.
—Jin dijo que cuando saliéramos nos aseguremos de cubrirlo con una manta —recordó el alfa, observando con ternura a su pareja actuando tan maternal.
—Cierto, Tae me dijo lo mismo —asintió Jimin, bajando las pequeñas piernas que volvían a subir una y otra vez ya que Hobi intentaba tocar sus pequeños piecitos mientras el omega intentaba colocarle un pantalón—. Pensaba en usar mi manta.
Yoongi sonrió, sabiendo perfectamente a cuál se refería su conejito.
—¿Hasta cuando lo cuidaremos? —pregunto curioso, aunque no sabía nada respecto a cuidar bebés, estaba entusiasmado con la idea.
En especial con un bebé tan bonito y risueño como Hoseok.
Aunque... Un bebé de su linda pareja sería igual de hermoso o incluso más.
—Hasta mañana y no me mires así —susurró el pequeño hombre, tomando entre sus brazos a un ya vestido Hoseok mientras se levantaba.
—¿Así? ¿Cómo? —pregunto siguiéndolo hasta su habitación.
—Como si me fueras a comer, hay un bebé presente —le recordó girando para observar a su dragón extender la manta que buscaba.
Yoongi se carcajeó mientras cubría a Hoseok con la manta, plantando un suave beso en la frente de su pareja.
—Solo porque hay un bebé presente me controlare —ronroneo en el oído del conejito, deseando que Jimin volviera a dejar libres sus orejitas de conejo para contemplar esa tierna apariencia de su conejito.
Pero sabía que el omega no lo haría si estaba usando aquel gorro de lana con el gran pompón ya que la presión sobre ellas le dolía y tampoco quería que su conejito se volviera a quejar de que sus orejitas se congelaban debido al frío.
—¿Estamos listos? —preguntó dirigiéndose a la entrada de la casa.
Jimin observó todo a su alrededor, esperando recordar algo que podría haber olvidado, pero nada.
—Solo estaremos por unas horas, cuando lleguemos tendré que darle a Hobi su leche de fórmula —dijo el pequeño hombre rubio saliendo.
—Jungkook y Taehyung deben de encargar cosas para Hoseok, Jin dijo que por el momento le podía pasar algunas prendas que aún eran grandes para Nayeon —pronunció el shifter dragón caminando al lado de su pareja mientras se dirigían al centro del pueblo.
—Oh, eso sería bueno —sonrió Jimin—. Solo espero que todo salga bien, Tae tenía algunas dudas al respecto de su apareamiento.
—Lo estarán—reconfortó el alfa, rodeando con su brazo los hombros del menor—. Ambos son pareja.
Suspirando Jimin creyó en las palabras de su alfa. Cuando llegaron al centro del pequeño pueblo, el conejito quedó sin palabras ante la hermosa vista.
Luces de diferentes colores estaban por todos lados, largas mesas llenas de comida, personas cantando y otras bailando alegremente alrededor de una gran fogata al centro.
—Woow —exclamó con emoción.
—¿Quieres comer algo o bailar? —pregunto Yoongi con orgullo ante la reacción de su conejito.
—No podemos bailar con Hobi —rió el pequeño hombre rubio.
El alfa arqueó una ceja y rodeó desde atrás el cuerpo de su dulce pareja, comenzando a moverlo suavemente en un balanceo.
—Esto no califica como bailar —rió el omega inclinando su cabeza hacia atrás, divertido.
—Para mí, sí —sonrió besando la frente de su pareja.
Sonriente Jimin negó con su cabeza, podía sentir a personas mirándoles con curiosidad pero, no podía hacer o pensar en nada más que en el hombre detrás de él.
—Comamos algo, Hobi ya se está poniendo inquieto —pidió y enseguida fue dirigido hacia donde estaban las largas mesas.
Yoongi tomó una de las sillas y se sentó jalando de su pareja para que cayera con suavidad en su regazo. Sonrió ante la carcajada de su conejito, amaba escuchar y verlo tan sonriente.
Jimin bajo un poco la manta y le permitió a Hoseok contemplar mejor a su alrededor.
—¿No debí de hacerlo? —pregunto Jimin cuando sintió la intensa mirada de un grupo de personas.
—Tal vez se están preguntando si es nuestro bebé, como Taehyung aún no se ha mostrado más que ante Jin y Namjoon —explicó Yoongi, dándole una feroz mirada a aquel grupo hasta que dejó de acosarlos.
Eso era comprensible, por lo que el pequeño rubio lo dejó pasar y permitió que su gran alfa lo alimentara. Deseaba hacer lo mismo por él pero era algo difícil de hacer con un bebé un poco inquieto entre sus brazos.
Aunque Yoongi se encargaba de eso muy bien, dejando un trozo de carne entre sus labios para enseguida quitárselo con los propios.
—Gracias —susurro luego de que el shifter dragón le diera de beber zumo.
—Dadadah —exclamó el pequeño zorrito, contemplando el vaso de zumo.
Sonriendo Jimin tomó el vaso y le dio un poco, ambos observaron encantados al menor balbucear por más mientras esperaba con su boquita abierta.
Una persona parada frente a ellos hizo que ambos la miraran, dejando de darle zumo a Hoseok. La hermosa mujer sonrió amable, pero solo observaba a Yoongi, incomodando un poco a Jimin.
—¿Alfa, me permite tener un baile con usted? —preguntó mordiendo su labio inferior.
Min se inclinó besando el cuello de su pareja antes de hablar.
—¿Mi conejito quiere que vaya? —pregunto observando solo a Jimin.
El pequeño omega observó a la mujer quien recién le dedicaba una mirada. Jimin arrugó su nariz y bajó su cabeza para observar a Hoseok, negó suavemente con su cabeza.
—Lo siento, ya no aceptaré bailes a menos que sean con mi pareja —negó Yoongi.
—¿Es su pareja? —preguntó sorprendida—. Pensé que eran solo rumores —exclamó.
Jimin se removió, estaban obteniendo más atención de lo deseado, incluso el pequeño Hoseok se estaba poniendo incómodo.
Yoongi resopló con disgusto, había pensado que para estas alturas ya todos sabrían que estaba emparejado.
Levantándose junto a su pequeño hombre, alzó su mano atrayendo la atención de los restantes. Los cantos pararon y todos se acercaron rodeándolos.
—¿Qué haces? —susurró su pareja con algo de pánico.
—Está bien —aseguró besando su sien antes de observar a su gente—. Como ya bien saben algunos, he encontrado a mi pareja, él es Park Jimin —anuncio.
Los murmullos se extendieron logrando que el cuerpo de Jimin se tensara, esperando una respuesta negativa.
Una mujer algo mayor dio un paso adelante, pidiendo permiso para hablar, cuando Min asintió con su pareja, ella lo hizo.
—¿Ese pequeño botón rojo es su hijo? —pregunto observando a Hoseok.
Instintivamente Jimin lo atrajo más a su cuerpo cuando todos le colocaron atención. Un brazo de Yoongi lo rodeó atrayéndolo a su cuerpo, logrando calmar su inquietud.
—No, es el hijo de Taehyung, pareja de Jungkook y amigo de nosotros —respondió Yoongi, observando a todos—. ¿Algo más?
Todos negaron con su cabeza y luego sonrisas llenaron sus rostros mientras gritaban sus felicitaciones. Los cantos volvieron y todos comenzaron a dispersarse.
—Salió mejor de lo que esperaba —rió Jimin visiblemente más relajado y alegre.
—Te dije que todo estaría bien —le sonrió el alfa, besándolo castamente.
La misma mujer que pidió el baile se volvió a acercar.
—Lo lamento, no lo sabía —se excusó con expresión apenada, esta vez observando solo a Jimin.
El pequeño conejito sonrió y negó con su cabeza.
—Está bien —movió su mano y el destello de su anillo llamó la atención de la mujer, quien entreabrió sus labios y observó la mano del alfa para descubrir la misma joya.
Cuando la mujer se alejó, un pequeño grupo de cinco personas se presentó ante ellos. Jimin los reconoció como las personas a las que Yoongi les había gruñido anteriormente, no le gustó e intuía que no eran personas agradables cuando el fuerte cuerpo que le rodeaba se tensó, eso no anunciaba nada bueno.
—Alfa Min —asintió el más grande, quien parecía ser el vocero del pequeño grupo.
—Anciano Chul.
—¿En verdad es su pareja? —observo al shifter conejito de manera despectiva, haciendo gruñir a Yoongi—. Nunca lo había visto por aquí.
—Lo és, tiene mi marca y el anillo —gruño.
—No es un dragón —adivino Chul—. ¿Qué eres pequeño joven?
—Un shifter conejo —susurró en respuesta, no gustándole como le miraban aquellas personas.
Un suave murmullo surgió entre ellos, manteniéndolo en meros susurros que no se lograban entender, pero el descontento perfectamente sí.
Debió de suponer que no a todos sería de su agrado.
—¿Cómo tendrá hijos, alfa? —cuestionó Chul, volviendo a observarlo.
—Hay otras formas de tener un hijo y ese es un tema que sólo discutiré con mi pareja —advirtió apenas conteniendo su descontento.
Realmente, el grupo de Chul siempre le estaba causando problemas. Al ser los más antiguos, habían creado su pequeño grupo y siempre discutían alguna decisión de Yoongi, creyendo saber qué era lo mejor para el pueblo solo por tener más años y lamentablemente... Algunas personas le creían aquello.
—Solo nos preocupamos por el futuro de este lugar y la descendencia Min —se excusó diciendo, como si eso arreglara todo.
—No es necesario —aseguró firme.
Chul observó a su líder y luego a Jimin, sonrió de manera supuestamente amable, algo que no logró, y se alejó con su pequeño grupo.
Rápidamente Yoongi se ubicó frente a Jimin y lo observó fijamente.
—No te preocupes por ellos, es un grupo que siempre me da problemas, no eres tú —le aclaró inmediatamente.
—¿Estás seguro? —pregunto mordiendo su labio inferior, no quería causar problemas.
—Pregúntale a Namjoon, a Jungkook o a quien sea, sabrás que es verdad —aseguró—. Ya lo viste, todos te aceptaron —le recordó.
Jimin asintió y permitió que una pequeña sonrisa se deslizara entre sus labios.
—¿Estás cansado? —pregunto el alfa viendo como el omega movía a Hoseok.
Sin esperar respuesta, Yoongi tomó al infante, asegurándose de que la manta lo cubriera lo acomodó en uno de sus brazos para tener una mano libre.
Feliz, Jimin tomó la mano extendida y disfrutó de la fiesta un poco más antes de que se retiraran a su casa.
Jimin solo esperaba no volverse a encontrar con ese pequeño grupo, no creía que fueran muy amables con él si se los encontraba a solas, en especial ese hombre llamado Chul quien le dio una extraña mirada.
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