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✿; Capítulo único.

Esta historia está dedicada para mí hermosa Lía(Lia_Stories_)

˖꒰ᵕ༚ᵕ⑅꒱

Jimin como todos los días a las 7 de la mañana estaba regando su hermoso jardín. Su sonrisa estaba luminosa con orgullo al ver sus bonitas flores. Después que terminó de regarlas comenzó a cantarles con dulzura inaudita.

El peli-rubio desde que era niño siempre había amado las flores; su olor, su textura, sus hermosos y esplendidos colores. Su abuela tenía mucho que ver con su fascinación por las flores.

Muchas veces Yoongi le recriminaba que su obsesión por las flores era grotesca y con tono gruñón decía "Jimin ¡Dios! Toda tu vida serás un solterón enamorado de las flores" Jimin sonrió al recordar aquellas palabras. En realidad no le tomaba importancia a enamorarse, se sentía bien amando incondicionalmente a sus dulces florecitas. A sus amadas. Estas nunca lo lastimarian.

Una sonrisa dolorosa adorno sus labios. Se había enamorado tres veces y esas tres veces le habían roto el corazón. No quería pasar por eso nunca más, era un sentimiento destructivo y doloroso. Esta bien como estaba, era muy feliz. Y como decían la tercera es la vencida, ya el tuvo esa vencida, ya no buscaría más el amor.

Cuando se despidió de sus hermosas entró a su cálido hogar. Era una casa ancha y espaciosa, sus paredes pintadas de color crema. Su hogar era perfecto y Jimin se sentía bien viviendo ahí.

Se dirigió a su cocina y preparo una ensalada. Cuando terminó de hacerla se dirigió a la sala de estar y se sentó en su sofá de cuero negro. Prendió la televisión y se puso a ver las noticias. No sabe cuántas horas pasaron pero el ruido de un camión y de movimiento al otro lado de su casa lo hizo levantarse curioso. Observó desde su ventana.

Se veia un camión de mudanza. Jimin sonrió emocionado, al fin la casa del lado sería habitada y tendría un nuevo vecino. El peli-rubio no es que fuera muy sociable pero era muy educado y siempre que se mudaba un nuevo vecino a la zona le daba la bienvenida. Se separó de la ventana y decidió esperar que su nuevo vecino se acomodara en su nuevo hogar. Jimin se acarició la barbilla pensativo ¿Qué podría hacerle a su nuevo vecino? Sus ojos se iluminaron con la idea perfecta "Galletas"

Jimin se puso manos a la obra y comenzó hacer unas deliciosas galletas de chocolate.

Después de unas largas horas en la cocina sus galletas estuvieron listas. El bajito las acomodó en un envase de plástico y las cerró, amarro un lazo rojo en el envase y sonrió satisfecho.

Salió de su casa y observó que ya el camión de mudanza había desaparecido. Así que con paso calmado se dirigió a la casa de su vecino. Cuando la puerta de color blanco le dio la bienvenida, Jimin la tocó dos veces y cuando iba a tocar una tercera vez una voz suave lo detuvo con un "Ya voy"

Jimin se quedó expectativo esperando. Cuando la puerta se abrió y un hombre alto con una cabellera negra y ojos negros le devolvieron la mirada. El mundo de Jimin se detuvo. Nunca había sentido una sensación tan abrazadora de calidez, ni como su corazón se desbocaba como loco en su caja torácica. Estaba cautivado con el perfecto hombre delante de él, que no podía articular palabras coherentes. Sus mejillas estaban rojas cuando extendió la cajita de galletas.

Jimin trato de decir algo pero no podía, cerró su boca de golpe sintiéndose un idiota ¡Joder, no podía articular palabras! Estaba tan nervioso y su cuerpo reaccionaba de manera rara, se sentía como si hubiera hallado a su crush o a él amor de su vida.

El chico pelinegro sonrió entendiendo la excesiva timidez de su vecino. Así que tomo la cajita con suavidad.

—Muchas gracias—dijo de manera suave y sonrió grandemente, sus lindos dientes mostrándose—Es un placer conocerte, vecino. Me llamo Jungkook ¿Y tú?—pregunto extendiendo la mano.

Jimin solo pensaba "Es tan hermoso. Parece un ángel. Su sonrisa es tan bonita"

¿Acaso se podía uno flechar tan rápido por alguien? Jimin se preguntaba eso mientras tomaba la cálida mano y la apretaba, porque a Jimin nunca le había ocurrido. Las personas que le gustaron siempre habían compartido con él; día a día. Pero esto para Jimin era sumamente raro. Se sentía como en una película cliché.

—No hay de qué. Es un placer conocerte Jungkook. Me llamo Jimin—dijo y se sorprendió de que al fin pudiera articular algo sin tartamudear—Espero te gusten, las hice con mucho cariño. Yo debo irme...—un sonrojo tiño toda su cara y se fue apresuradamente a su casa.

Jungkook observó la huida de su vecino y sintió ternura. Aquel peli-rubio era muy dulce y definitivamente ya Jungkook lo tenía como uno de sus vecinos favoritos. Se adentro en su casa que estaba aborrotada aún de cajas sin abrir y se sentó en el alto mesón de la cocina. Sus ojos negros bailaron con cariño por el lazo rojo tocandolo y desamarrandolo para abrir el envase. Cuando el dulce aroma de las galletas de chocolate llenaron sus fosas nasales estaba contento. Tomo una y la disgusto de un mordisco, suspiró dichoso. Era como tocar el cielo, esas galletas sabían tan bien. Su vecino era un genio de las galletas, definitivamente.

(♡)

Taehyung caminaba animadamente por la calle. Estaba tan feliz que se subiría a un poste de luz si fuera posible. Una gran sonrisa abarcaba toda su cara, no era para menos, después de tantos intentos Yoongi lo había aceptado al fin y ya podía decir con orgullo que era novio de Min Yoongi.

Su felicidad era tanta que necesitaba contárselo a alguien, por eso se estaba dirigiendo a la nueva casa de su amigo Jungkook. Este se había mudado hace unas semanas.

La zona donde vivía su amigo era muy limpia y de gente adinerada. Lo primero que saltaba a la vista eran los hermosos jardines bien cuidados. Muchas flores, definitivamente la gente de esta zona en particular amaban las flores. No le sorprendía si Jungkook se volvía igual y de la noche a la mañana quisiera ser jardinero.

Cuando llego a la bonita casa pintada de color amarillo brillante, con un jardín bien cuidado y una puerta blanca, se acercó y tocó tres veces. Desde el fondo de la casa se escucho ruidos hasta que la puerta se abrió vislumbrando a un alto despeinado sonriendo perezosamente. Taehyung paso por el lado de este y Jungkook cerró la puerta.

Los ojos del peli-castaño se abrieron de par en par cuando muchas flores y plantas le dieron la bienvenida. Era insólito ¿De cuando acá Jungkook era un amante de las flores? Quizás en el camino tuvo ese pensamiento, pero jamás imaginó que se volvería real. Era surrealista.

—¿De cuando acá amas las flores?—pregunto Taehyung confundido. Su ceño fruncido.

Jungkook al ver la consternación de su amigo soltó una carcajada.

—Desde que tengo un admirador secreto—guiño.

Taehyung ladeó la cabeza aún más confundido y decidió sentarse en el gran sillón marrón.

—Esto es nuevo... ¿Por qué no me habías dicho antes?  —se cruzo de brazos y hizo un adorable puchero—Soy tú mejor amigo. A parte te cuento todo sobre Yoongi—reclamo para después su rostro adueñarse de una sonrisa—¡Al fin somos novios!—cejeo.

Jungkook sonrió y sirvio dos tazas de café. Se dirigió donde su amigo y puso la bandeja en la mesa de vidrio.

—Me alegra saberlo ¡Felicidades, Taecito!— exclamó sonriente y abrió los brazos.

Taehyung se lanzo a los brazos de su amigo y este le acaricio la espalda.

—Jamas pensé que al fin de tantos intentos lograría conquistarlo. Aún estoy en shock.

Se separaron y Jungkook le revolvió el cabello.

—Me imagino, pero después de tantos intentos fallidos te adueñaste de su corazón...¿Aunque no entiendo cómo se fijó en un raro como tú?

Taehyung hizo un puchero y le pegó un codazo.

—¡Oye! Los chicos raros somos un encanto.

—No lo pongo en duda.

Taehyung después de tanto sonreír volvió a fruncir el ceño.

—¿Sabes quién podría ser tú admirador secreto?

Jungkook volteó los ojos y tomo un pequeño sorbo de su taza de café.

—No lo sé... Llevo una semana recibiendo flores y cartas de amor.

Taehyung tomó un poco de café y lo volvió a colocar en la bandeja.

—¿Por qué me vengo enterado horita? ¡Mal amigo!

Jungkook bufó.

—No le tome importancia al principio. Pero ahora estoy intrigado, me gustaría saber quién es.

Taehyung miró pensativo el techo y después sus ojos chocolates observaron a Jungkook.

—Entonces hay que poner manos a la obra cariño. Debemos descubrir su identidad.

—Es complicado.

—¿Por qué lo sería?

—Es que todos aquí aman las flores ¿Cómo voy a encontrar a mi admirador? Es una tarea complicada.

Taehyung chasqueo la lengua. Jungkook tenía un punto. Esta zona era el paraíso de las flores.

—Que lamentable—admitió y después comenzo a reír—Es como una comedia; el tipo te regala flores en un vecindario de personas que aman las flores.

—No le veo la gracia—gruño—Pero admito que mi admirador le ha traído un poco de color a mi vida, me siento muy cálido, Tae.

Taehyung se le suavizó el rostro y dejo de reír para pasarle un brazo por los hombros a Jungkook.

—Te prometo que encontraré a tu admirador, baby.

Jungkook soltó una gran carcajada.

—Te deseo suerte, vaquero.

Después de eso ambos se dedicaron a tomar sus cafés con tranquilidad. Hasta que Taehyung se le vino una idea a la cabeza y salto de su asiento. Jungkook dio un brinco de la impresión, su amigo lo iba a matar un día de estos.

—¡Joder, hombre! Casi me da un infarto—chillo agarrándose el pecho.

—Lo siento, querido. Pero mi cerebro se iluminó y me emocioné y sabes que muy pocas veces pasa—volvió a sentarse cruzando sus piernas de manera elegante—No te has puesto a pensar que tú admirador secreto puede ser tu vecino Jimin de él que siempre me hablas.

Una sonrisa boba se adueño de los labios cerezas del pelinegro. Ese vecino suyo era un encanto. Pero después negó y negó.

—Es imposible.

—No le veo lo imposible. Vive al lado tuyo. Desde que te mudaste te hace galletas. Es el prototipo de admirador secreto.

Jungkook resopló y se hundió en el sofá.

—Es demasiado tímido para ello. No creo que quiera ligar conmigo. Cada vez que habla conmigo es como si entrara en pánico.

—Por esa misma razón, te está dando señales. Lo pones tan nervioso y le gustas tanto que por eso recurre a las flores y a las cartas a escondidas.

Jungkook quería creer por un momento que Taehyung tenía razón, pero no podía hacerse ilusiones. Jimin era tan bonito y dulce. Tan inalcanzable.

—Sigo creyendo que es descabellado.

—Yo creo que tengo razón. Tengo un radar del amor— dijo pícaro y Jungkook rió. Dudaba mucho de ese radar—¿Pero la idea no te desagradaria? ¿Te gustaría que fuera él?

Jungkook dejo de reír y un sonrojo se adueñó de sus mejillas.

—Me encantaría que fuera Jimin. Lo admito, sería el hombre más feliz.

(♡)

Jimin como todas las mañanas regaba sus hermosas flores, estás se encontraban en su jardín trasero. Tenía una variedad de ellas. Cada vez que venía a su jardín la felicidad lo inundaba. Esa paz bonita adueñandose de todo su cuerpo. El aroma de sus hermosas lo envolvía.

Mientras regaba entonaba y cantaba dulces melodías para sus flores. Estaba tan sumido en su pequeño mundo que no había escuchado el timbre. Hasta que la voz de su vecino Jungkook lo interrumpió de su dedicación mañanera.

El corazón del peli-rubio se aceleró. Cada vez que Jimin veía a Jungkook, su corazón era un repiqueo constante. No podía controlar sus emociones ya que nunca había tenido un enamoramiento tan rápido por alguien y su timidez no ayudaba mucho, por eso había recurrido a mandarle flores y cartas a escondidas.

Cerró la llave de la manguera y se dirigió a la puerta. Antes se seco las manos en su overol de color amarillo y abrió. Aquellos hermosos ojos negros y una sonrisa dulce le dieron la bienvenida y el mundo de Jimin se volvió nada. Se quedó estático y rojo, los sentimientos poseyendolo. No sabía cómo actuar, solo miraba aquella obra de arte que era Jungkook.

Jungkook miró al bajito con ternura, aquel dulce overol le quedaba tierno. Y al ver que este no decía nada y estaba estático, Jungkook sintió la imperiosa necesidad de protegerlo del mundo cruel. Tuvo que chasquear los dedos varias veces en el rostro delicado de su vecino hasta que esté reaccionó.

—Yo no se que me pasa, no suelo socializar mucho. Soy un desastre.

—No debes disculparte, entiendo Jimin.

—Te podrás dar cuenta que cada vez que te llevo galletas te las doy y salgo huyendo—parecio abatido cuando lo dijo—¿Por qué te gustaría hablar con un raro como yo?

A Jungkook se le arrugo el corazón y sus dedos atrevidos ya estaban en las rojas mejillas del chico. Jimin abrió los ojos perplejo volviéndose su cara más roja.

—Porque eres el hombre más dulce que conozco. Y el que seas raro solo te hace maravilloso—le conforto—  A veces suelo ser muy raro también. Me gusta vestir de negro. Hablo sin parar cuando estoy emocionado. Me gustan los insectos. Suelo moderme las uñas.

El semblante de Jimin se suavizó y una diminuta sonrisa se extendió por sus labios.

—Entonces seamos raros juntos.

Jungkook sonrió y alejó su mano.

—Me parece bien. Si no es mucha molestía ¿Podrías invitarme a pasar?—pidio.

Jimin pareció apenado y se hizo a un lado.

—Si, lo siento. Pasa Jungkook.

Jungkook entró y el hogar pintoresco y de paredes celestes lo embargó de calidez. Dentro la casa del peli-rubio era cálida, se sentía una atmósfera bonita alrededor. Todo estaba bellamente decorado. El estilo de Jimin estaba en cada cosa.

Jimin le señaló el sofá de color negro y Jungkook se sentó mientras Jimin se perdía por la cocina.

Jungkook tamborileaba los dedos en el reposabrazos y observaba los cuadros en las paredes. Estaba tan concentrado viendo cada cuadro que cuando Jimin apareció, Jungkook no se dio cuenta hasta que este se sentó a su lado.

—Son cuadros muy hermosos—dijo sinceramente.

—Si, lo son—asintió y sirvió el té—A parte de la repostería y mi amor por las flores, amo los cuadros. Soy un coleccionista.

Jungkook dejo de mirar los cuadros y sus ojos negros se enfocaron en Jimin. Una esperanza le recorrió todo el sistema ¿Podía ser Jimin su admirador secreto? ¿Quizás Taehyung después de todo podía tener razón? Su corazón empezó a latir con fuerza.

Jimin se dio cuenta que había cometido un error al decir su gran amor por las flores y un miedo recorrió su columna vertebral. La mirada que le daba Jungkook era pensativa, lo estaba estudiando. Y el bajo se sintió tan nervioso, estaba temblando.

Jungkook dejo de observarlo y agarró la taza ya servida. Tomo un sorbo.

—Sabes, Jimin...

Jimin no agarró su taza, sentía que si la tomaba está se haría añicos y sus nervios lo delatarian. Joder, controlate.

—¿Qué cosa?—trago saliva.

—He recibido muchas flores y cartas desde hace una semana—comento y miro al bajo tratando de decifrarlo, estudiando su reacción, pero solo hayo que este no lo miraba de vuelta ¿Podía significar algo aquella extraña conducta?—¿Sabes quién podría ser?

Jimin que estaba cabizbajo suspiró con tranquilidad. Jungkook al parecer no lo había descubierto. Alzó la mirada con más confianza.

—No. Ni idea. Todos amamos las flores en esta zona. Creo que es una pérdida de tiempo buscar a tu admirador.

Jimin aún no se sentía preparado para enfrentar sus sentimientos por Jungkook. Se sentía tan inseguro consigo mismo y su autoestima era tan baja que lo único que pensaba Jimin es que si Jungkook sabía que era él se decepcionaria y le rechazaría. Jimin no se sentía preparado para el rechazo. No aún.

Jungkook lo recorrió la decepción. Sus esperanzas acabadas. Bajo la mirada.

—Quizás tengas razón, no debería buscar, sería como buscar una aguja en un pajar—su tono parecía desolado y Jimin se sintió mal. Odiaba ver el rostro de su pelinegro decaído, quería abrazarlo pero la timidez no se lo permitía—Pero sabes Jimin, aunque nunca sepa quién es, me siento cálido cuando recibo sus flores—una sonrisa surco sus labios—Mi casa parece un jardín. Toda mi sala de estar está llena de flores y estoy sembrando semillas de flores en mi patio trasero. Ahora soy un amante de las flores ¿Puedes creerlo?

Al escuchar las palabras de Jungkook, una hermosa calidez recorrió a Jimin. Sin pararse a pensar mucho y al dejarse llevar por sus emociones agarro a un sorprendido Jungkook y lo abrazo. Su olor a vainilla le inundó las fosas nasales envolviéndolo. Su sonrisa no dejaba su cara.

—Lo siento, pero estoy conmovido... Ojalá ese chico de la cara y puedas saber quién es—susurro en el hombro del alto.

Jungkook estaba consternado, nunca hubiera imaginado que el tímido de su vecino lo abrazara con tanta eufória solo por tocar el tema de él admirador y las flores, pero ahí estaba y Jungkook se sentía tan feliz. No se puso a pensar mucho en hallar algo raro en la conducta de Jimin y sus grandes manos envolvieron la diminuta cintura, su cabeza se recostó en el hombro de Jimin, el olor a flores lo hizo sentir cálido. Se sentía tan cómodo y bien. No quería soltarlo, quería quedarse en aquellos cálidos brazos.

Jimin era tan cálido como las hermosas flores, acababa de confirmarlo.

(♡)

Yoongi estaba aburrido. Lleva media hora sentado en aquella rústica silla de madera esperado en la cafetería favorita de Jimin, para conversar. Bufó, odiaba la impuntualidad y Jimin lo sabia. Si el bajito no aparecía en 10 minutos, Yoongi juraba por lo más sagrado que saldría de aquí. Como si lo hubiera invocado, Jimin apareció por la puerta pareciendo agotado como si hubiera corrido una maratón.

Jimin se acercó y se sentó. Su mirada pedía disculpas.

—Siento hacerte esperar. Pero hoy no ha sido mi día.

Yoongi lo miro y suspiró.

—Dame unas buenas razones para no levantarme y dejarte aquí hablando con la mesa.

Jimin hizo una mueca.

—No escuché el despertador. Me dejó el autobús y cuando me decidí a usar la bicicleta está me dejó tirado ¿No me explico cómo se dañó?

Yoongi contuvo la risa y tapó su boca. Jimin hizo un puchero.

—Definitivamente la vida no te sonríe hoy—concluye.

—No te burles.

—Debo reírme de algo. Estaba cabreado esperándote, estaba apunto de irme. Así que iluminame, Jiminnie—abrio los brazos y después se sentó recto colocando sus codos en la mesa y poniendo su barbilla en sus manos. Sus ojos grises estudiaban al bajito—No me digas. Déjame adivinar... Tú vecino Jungkook, del cuál siempre me hablas ¿No? ¿Me equivocó?

Jimin se sonrojo. Era tan obvio. Quizás si lo era.

—Ayer me atreví a abrazarlo, Yoongi. Se sintió tan bonito—admitió y agarró sus mejillas rojas en sus palmas—Estoy tan jodido por él.

Yoongi sonrió dulcemente.

—Se nota cariño... ¿Pero hasta cuándo te seguirás ocultando?

Jimin dejo de sonreír y miró fijamente la mesa. De repente su alegría se esfumó.

—No puedo decirle que soy su admirador. No estoy preparado. Estoy seguro que me rechazara—sus hombros caen y su mirada se ensombrece—Odio esta inseguridad. Me siento tan poca cosa y él es tan hermoso.

Yoongi frunció el ceño. Siempre ha odiado que Jimin se sienta inferior, porque Yoongi podía confirmar que Jimin era muy hermoso. Y su personalidad era tan bonita que opacaba a cualquiera. Su amigo era un hermoso ángel.

—Eres un chico hermoso, dulce y maravilloso. Jamás pienses lo contrario porque voy a golpearte. Estoy seguro que Jungkook te dará una oportunidad y si no lo hace es un idiota. Pero debes enfrentar las cosas y dejar de esconderte ¡Me oyes!—     le palmeó las mejillas y Jimin chillo agarrándose la parte golpeada.

—Auch, si Capitán, te estoy oyendo—rió.

—Bueno, entonces ve y confiesate a tu vecino. Si no lo haces juro que te golpeare o le diré yo mismo a Jungkook.

Jimin le recorrió un escalofrío. Jamás dejaría que Yoongi se acercara a Jungkook. Definitivamente Yoongi cuando estaba cabreado daba miedo. Suspirando se dijo que lo haría. Ya no huiria. Le diría todo a Jungkook.

—Esta bien, hoy prometo que lo haré—prometió y después una sonrisa pícara adueñó su cara—¿Y cuando conoceré a tu novio, Taehyung?

Yoongi se sonrojo y se levantó para pedir dos café con leche y unos panecillos. Cuando se sentó de nuevo en la mesa con la comida, Jimin siguió mirándolo y cejeando.

—Pronto lo conocerás. No me forces y come impuntual.

Jimin le saco la lengua.

—Sabes que no soy impuntual, Yoongi gruñón. A parte me muero por conocerlo. Soy tu mejor amigo, debo darle el visto bueno al tipo.

Yoongi resopló. A veces Jimin parecía su madre.

—Lo conocerás pronto—dijo y agarró el panecillo señalando a Jimin—Si sigues hablando voy hacerte tragar el panecillo.

Jimin suspiró y decidió comer, insistiría después. Aunque Yoongi era un gruñon, Jimin lo quería así.

(♡)

Había llegado la tarde. El momento donde todo quedaría dicho.

Jimin se había vestido con unos vaqueros y una camisa blanca con un estampado de un gato. Su cabello estaba bien peinado. Su perfume de fresas inundaba toda su ropa, se había pasado un poco con la colonia pero quería oler bien. Se colocó unas botas de cuero negro y después que estuvo todo en su lugar se dirigió a la cocina y acomodó las galletas de vainilla con chocolate en una cajita.

Cuando se miro en el espejo de la sala de estar sonrió a su reflejo. Este era el momento. Aunque los nervios seguían inundando todo su sistema se sentía preparado. Hablar con Yoongi le había animado. Debía dejar de ser un cobarde y afrontar sus sentimientos. Quizás algo bueno saldría de todo esto.

Cuando salió de su casa y se dirigió a la de su vecino, a mitad de camino se detuvo al observar como Jungkook estaba siendo besado por otro hombre de cabello rojizo. El corazón de Jimin se hizo trizas y sus lágrimas cayeron una a una. Se había hecho ilusiones. Se había creado una película romántica en su estúpida mente. No tenía oportunidad. Jungkook estaba tomado, le gustaba alguien más.

Cómo pudo corrió a su casa y se encerró dentro. Cuando estuvo en su acogedor hogar las emociones dolorosas lo poseyeron. Cayó al piso y las galletas cayeron a su lado rompiéndose y haciéndose añicos.

Se sentía un tonto. Era tonto haber creído que iba a poder tener una oportunidad con Jungkook ¿Cómo había creído eso posible en primer lugar? Y no culpaba a Jungkook, se culpa a si mismo por sentir cosas tan rápido, por ilusionarse con cosas que jamás le serían dadas.

Lloró y se hizo un ovillo en el suelo. Paso horas en el duro piso.

Cuando se levantó sintió sus huesos entumecidos. Se dirigió a su cama y se lanzó en esta.

Desde esa noche, Jimin decidió parar de enviarle flores a su pelinegro. Era egoísta, pero si seguía en este enamoramiento sin esperanzas solo iba lograr herirse más. Y él ya no quería sufrir más, solo quería ser feliz.

(♡)

Taehyung tocó la puerta de su amigo con insistencia. Llevaba días tratando de hablar con él pero este no respondía ni sus llamadas, ni sus mensajes. Y ya él peli-castaño estaba entrando en pánico. Cuando la puerta se abrió el aire volvió a los pulmones de Taehyung, su amigo seguía vivo ¡Gloria al señor! Pero después su cara se llenó de preocupación al notar como Jungkook tenía sus ojos rojos, su cabello parecía un desastre; un jodido nido de pájaros y tenía unas diminutas ojeras surcando sus ojos.

Rápidamente se adentro a la casa y sentó a Jungkook en el sofá. Jungkook estaba arropado con una manta azul y se abrazaba a esta como si fuera su salvavidas.

Taehyung preparo rápidamente unos cafés y cuando estuvieron hechos se dirigió a la sala de estar del alto y colocó la bandeja en la mesa. Cuando sus ojos preocupados miraron a Jungkook, este estaba abrazando su manta y su cara era la viva imagen de la tristeza.

—¿Qué sucede, Jungkookie? —pregunto temeroso—Nunca te había visto tan decaído y me preocupa... ¿A quien debo golpear? Se algunos trucos de boxeo—   puso su cara de malote y infló el pecho, pero Jungkook no sonrió—Me estoy asustando.

Jungkook se hundió más en el sofá y suspiró.

—Estos días han sido una montaña rusa...—se detuvo y volvió agarrar aire—Deje de recibir flores y aquellas hermosas cartas. Jimin me ignora. Y mi jodido ex novio vino atormentarme hace días y me besó y yo estaba tan furioso que le di una tremenda patada en las pelotas. Se lo merecía el idiota... Pero el problema no es ese... El problema es que Jimin no me habla ¡Me gusta tanto! Y ahora ni me mira. Estoy tan deprimido—su tono disminuye y suena tan roto.

Taehyung se le achica el corazón al oír aquel tono. Nunca le había gustado cuando Jungkook sufría o lloraba, era la peor sensación.

—Voy arreglar esto, Jungkookie. Tú solo confía en mi—y lo abrazó.

(♡)

Taehyung estaba en una pintoresca cafetería que le había sugerido Yoongi. Mientras lo esperaba tomaba sorbos cortos de su café. Cuando esté apareció él peli-castaño sonrió feliz. Yoongi lo hacía sentir tan dichoso.

Yoongi también sonrió. A pesar de que siempre tenía un semblante serio, Taehyung lograba que todo él se ablandara. El peli-gris no podía negarlo se sentía flechado por su raro novio.

Pidió un café con leche y se dirigió a la mesa. Beso los labios de su novio y se sentó. Se miraron de manera dulce pero a los minutos ambos parecían pensativos y tristes.

Taehyung fue el primero en hablar.

—Quería que conocieras a mi mejor amigo. Pero ha estado tan deprimido últimamente.

—Tranquilo, entiendo. Mi mejor amigo está igual. Su luz resplandeciente se esfumó y odio no poder hacer nada.

—Me siento de la misma manera. Me siento impotente. He estado tentado de ir a la casa de Jimin y enfrentarlo.

Yoongi pareció confundido y ladeo su cabeza.

—¿Jimin?...—pregunto sorprendido—Mi mejor amigo se llama Jimin—comenzo a reír de manera descontrolada—¿No me digas que tu amigo se llama Jungkook?

Taehyung abrió la boca y la cerró de repente. Estaba realmente perplejo de las coincidencias.

—Si, se llama Jungkook... Esto ya me está dando miedo.

Yoongi lo miró seriamente.

—Cuentame un poco sobre lo que tiene deprimido a tu amigo y después yo te cuento lo que tiene deprimido a Jimin.

Taehyung asintió.

—Jungkook dejó de recibir flores y cartas y después de la nada Jimin comenzó a ignorarlo. Si me preguntas yo creo que Jimin es el admirador secreto de Jungkook, por todo lo que Jungkook me ha comentado. Quizás vio a Jungkook con su ex, pero lamentablemente no vio el final donde Jungkook le dio una patada en las pelotas a él imbécil.

Yoongi acarició su barbilla y sonrió. Todo calzaba.

—Jimin le gusto Jungkook desde que este se mudó y desde un tiempo le comenzó a mandar flores y cartas. Un día le dije que debía confesarse y afrontar las cosas y cuando lo iba hacer me dijo que Jungkook ya le gustaba otro porque lo vio besando a un peli-rojo.

Taehyung pareció emocionado desde su asiento.

—El ex de Jungkook es peli-rojo ¡Dios, amor, esto parece de película!— exclamó alegre—Debemos unir a estos tontos.

Yoongi guiñó.

—Estoy contigo en esto, bebé.

(♡)

Yoongi y Taehyung se dirigieron a las casas de sus amigos. Taehyung y Yoongi se sonrieron divertidamente y cejearon mientras al mismo tiempo tocaban ambas puertas.

Jimin abrió la puerta, estaba vestido con un pijama de pingüinos y tenía un gorrito. Tenía ojeras y miraba a Yoongi con el ceño fruncido. Yoongi bufó ¿Quién era él gruñón ahora? Sin darle tiempo a Jimin de analizar nada lo alzó y se lo colgó en el hombro. Jimin chillo y pataleo pero Yoongi ni se inmutó.

—¿Qué ocurre contigo, Hyung?—pregunto y soltó un gruñido—Bajame por amor a Dios, quiero volver a mi cama.

Yoongi blanqueo los ojos.

—Deja de hacer el estupido vago y enfrenta tú futuro— regaño y Jimin lo miro de manera confundida ¿Qué futuro?—Ahora cállate y coopera.

Jimin se quedó callado pero después entró en pánico. Su amigo lo estaba llevando a casa de Jungkook ¿Qué parte Yoongi no entendía de que Jungkook tenía a alguien más?

Jimin comenzó a protestar pero Yoongi no le prestó atención y se dirigió a la pintoresca casa de color amarillo y tocó la puerta. Taehyung al instante le abrió sonriente.

Yoongi entró con un Jimin en su hombro todo tembloroso ¡Dios iba a sufrir un infarto! Jimin no entendía nada de lo que ocurría. Yoongi lo puso en el sofá y inmediatamente la mirada de Jimin se encontró con aquellos hermosos ojos negros que le miraban con sorpresa. Jimin podía ver las ojeras y los ojos rojos de Jungkook y una culpa golpeó su pecho. Era un idiota. Jungkook no tenía culpa de que Jimin gustará de él y no fuera correspondido.

Jungkook estaba con una bata de seda azul y unas ridículas pantuflas de conejo. Sorbio su nariz y sus ojos se abrieron con sorpresa cuando Jimin estuvo sentado a su lado. El pelinegro no comprendía que ocurría, pero ver a Jimin lo hacía tan feliz. Quería llorar de nuevo. Estaba jodidamente sensible ¡Estúpidas emociones caoticas!

Jimin y Jungkook se observaron y pudieron notar al instante que eran un desastre y les dolía verse de ese modo. Apartaron la mirada cuando Taehyung carraspeo.

—¡Hola bellezas! ¡Camaradas! ¡Sol y luna! ¡Romeo y Julieta! ¡Plutón y Júpiter!

Yoongi golpeó a Taehyung en la nuca. El peli-castaño chilló y se sobo la parte golpeada.

—Deja el dramatismo ¡Dios, no sé porque soy tu novio!— alzo las manos al techo y después les hecho una mirada a los dos confusos chicos—No ves que los pobres no entienden que jodido pasa aquí—señalo a el peli-negro y el peli-rubio que parecían perdidos.

Ambos al mismo tiempo dijeron—¿Novios?—y miraron al extraño par de manera rara.

—Me presento soy Kim Taehyung, mejor amigo de Jeon Jungkook. Novio de esta preciosura aquí presente— dijo emocionado y señaló a Yoongi y este bufó—Mi Jungkookie ha estado tan deprimido porque su admirador secreto dejo de mandarle aquellas hermosas flores. Pero lo que más le deprimia era que Jimin le haya dejado de hablar. Haciendo cálculos y hablando con Yoongi, nos dimos cuenta de las coincidencias. Resulta ser que Jimin si es tu admirador, mi radar no falla, viste Jeon Hazme caso más seguido— tomo aire—Jimin dejó de mandarte flores y comenzó a ignorarte porque te vio besandote con tu ex, eso le rompió el corazón. Lamentablemente no vio cuando lo apartaste y le diste una patada en las bolas. En mi grupo de amigos fue una gran anécdota. El idiota se quejo de tener dolor de pelotas por la tremenda patada que le dio Jungkookie. Fue épico.

Yoongi le tapó la boca a su parlanchín novio y se presentó.

—Min Yoongi. Mejor amigo de Park Jimin. Lo demás ya lo saben. Al ambos descubrir las muy claras coincidencias decidimos ayudarlos, imbéciles. Con permiso, mi novio y yo nos vamos y espero arreglen esto y se hagan novios y vivan felices para siempre—señalo a Jimin con el ceño fruncido—Ya estoy cansado de verte llorar.

Taehyung se quejó.

—Pero yo quiero ver en que termina esto, amor.

Yoongi no le prestó atención y como hizo con Jimin lo cargo y se lo colgó en el hombro y le dio unas palmadas en las nalgas. El peli-castaño chilló con sorpresa, pero después una lenta sonrisa adueñó sus facciones.

—¡Hagamos cochinadas!

Yoongi se sonrojo y salió huyendo de ahí. Kim Taehyung no tenía vergüenza, ni pudor.

Jimin y Jungkook se quedaron cabizbajos asimilando toda la información. Sus corazones latían fuertemente. Se sentían tan nerviosos. Las mariposas se adueñaban de sus estómagos.

Cuando Jimin alzó la mirada se encontró con aquellos hermosos ojos negros y por inercia sonrió. Jungkook sonrió de vuelta. Sin decir palabra alguna se acercaron y se abrazaron. Todo se sentía bien, todo volvía a sentirse correcto.

—Lamento ignorarte. Lamento hacerte llorar. Pero creía que te gustaba alguien más y que lo nuestro no tendría esperanza—dijo un arrepentido Jimin—Soy tan tímido y inseguro... Pero de algo estoy seguro, apartare este miedo porque me gustas mucho, Jeon Jungkook y quiero intentarlo.

Todo el ser de Jungkook se llenó de alegría y ternura.

—No te disculpes. Entiendo tus miedos, entiendo tus dudas, te entiendo tanto. Y se que es apresurado pero también me gustas mucho, Park Jimin y quiero intentarlo contigo—confeso y tomo las mejillas del peli-rubio y planto un dulce beso en su frente.

Jimin sonrió bobamente y con una seguridad envolviéndolo se acercó a Jungkook y le planto un casto y delicado beso. Jungkook se sonrojo y a los instantes una pequeña sonrisa se adueñó de su cara con el tierno contacto.

—Iremos despacio ¿Te parece? Aún hay muchas cosas que no se de ti. Quiero conocerte, Jungkookie—pidio el bajito y recostó su frente de la contraria.

—Me parece bien, cielo. Tenemos mucho tiempo por delante. También quiero conocerte, Jiminnie. Todo de ti—abrazo la cintura de Jimin y susurró—A pasitos de tortuga.

Jimin sonrió bellamente.

—A pasitos de tortuga, cariño.

Eran tan diferentes pero calzaban a la perfección. Y eso era todo lo que necesitaban.

( ◜♡◝ )

Hola mi Lia preciosa. Este One-shot lo escribí para ti. Espero lo ames tanto como yo.

Quería hacerte algo dulce y bonito porque tú eres un amor. Cómo me dedicaste un OS de amapolas quise hacer uno inspirado en las flores.

Se que me quedo muy largo pero estaba muy inspirada la verdad... Definitivamente agradezco de corazón que apoyes mis historias ya sea con un voto o un comentario :") soy muy feliz.

También amo como escribes y sabes que voy apoyarte y leer cada historia que escribas.

Eres una chica muy adorable y maravillosa. Siempre espero tus historias o saber de ti, te agarre cariño en poco tiempo. Eres estupenda.

Espero de corazón que te guste este humilde OS :') seré la mujer más feliz si te gusta. Loviuuu bebita ♡

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