Capítulo 22
Narra __________
-¡_________! -de un segundo para el otro estaba rodeada por todos los de la 1-A haciéndome preguntas sobre cómo me encontraba.
-Tranquilos chicos, estoy bien -respondí sonriendo nerviosa.
-Pero... ________-San... -me apuntan a los vendajes que tenía en todo el cuerpo.
-Eso es lo que pasa cuando quieres controlar un poder así. Ustedes lo saben hacer, yo necesito aprender más -respondí con una sonrisa leve para calmarlos-. Bueno, me dijeron que ustedes prepararon la comida, ¿me dejan probar?
Al instante todos me extendieron sus platos de comida hasta mi rostro. Miré la comida sorprendida pero disfrutando del olor.
-Huh, se ve bien -comenté- ¿Qué les parece si mejor nos sentamos?
-Seguro -responden viéndose más calmados por suerte. Me senté en una dr las mesas y a mi derecha se sentó Shoto.
-Me... preocupaste... -murmuró apoyando una mano sobre su nuca.
Lo miré un momento, sonreí enternecida y lo abracé. Al instante sentí esa calidez de su lado izquierdo y como me devolvía el abrazo. Suspiré tan relajada y estando muy cómoda mientras sentía que los restos de sombra queriendo apoderarse de mi cuerpo, finalmente desaparecían y me dejaban tranquila.
-Eres tú... -susurré inconscientemente mientras pensaba en esa segunda opción que Aizawa mencionó en lugar de mi papá.
-¿Huh?
-Que lo siento -respondí.
Shoto me sonríe suavemente y yo me aferré a él unos segundos más antes de separarme y probar de la comida frente a mí.
****
****
En lugar de practicar con las sombras, practiqué mi super fuerza. Pero sería a escondidas, ya que Aizawa me dejó en el mismo lugar que la vez pasada para que practicara mis sombras. De todas formas me funcionó, pues me dio tiempo de pensar en cómo mejor mi fuerza y me di cuenta que podía dirigirla a mis piernas. Así que además de puñetazos volátiles, también doy grandes patadas.
-Eso no es lo que dije que practiques.
Me tensé enseguida y me di la vuelta nerviosa al escuchar la voz de Aizawa tras de mí, pero abrí los ojos de par en par al instante en que lo vi.
-¿S..Shoto? -murmuré.
-No eres muy disimulada. Cuando te reuniste con los chicos lo supe -menciona Aizawa-. Tu segunda opción.
-¡Me engañaste! Por eso me dejaste ir con ellos -reclamé molesta.
-Pues sí.
-¿Qué sucede? -pregunta Shoto confundido.
-Ayudarás a _________... -
-No -sentencié enseguida-. Aizawa te dije que no lo haría. No involucraría a nadie más en esto.
-¿Quieres controlarte o no?
-¡Sí! ¡Por supuesto que quiero! pero no cuando está en juego la vida de alguien más -respondí desesperada-. Shoto, ¿lo entiendes? Si me ayudas a entrenar, puede que mueras, recuerda porqué estoy alejada del resto.
Él me mira y luego a Aizawa pero suspira y se acerca a mí a paso decidido.
-Hazlo.
-¡¿Estás loco?! ¡No lo haré!
-Si controlar tu poder significa no tener que volver a escucharte gritar de esa manera... o verte como ayer... entonces no me importan los riesgos.
-Si mueres y no consigo controlarme nunca, ¿qué será después? Habrías muerto para nada. No pienso jugar con la vida de alguien.
-Quiero ayudarte. Así que solo acéptalo, no me pasará nada, está el profesor Aizawa con nosotros -responde completamente seguro y eso es lo que más me preocupa.
Mis ojos se cristalizaron enseguida. El simple hecho de pensar que podría herirlo o hasta matarlo... era demasiado.
-No puedo... -me alejé abrazándome a mí misma-. Tengo miedo.
Al instante sentí que me abrazaba y esa calidez me cubría por completo, no solo su lado izquierdo. Ahora todo en él me parecía cálido y reconfortante.
-Puedes hacerlo... Creo en ti.
-¿Estás seguro de esto? -pregunté.
-Lo estoy.
Suspiré profundo cerrando los ojos. Me aferré a él y empecé a dejar que las sombras aparecieran una vez más. Podía ver como mis manos se tornaban de aquel color oscuro y se extendía por mi brazo a gran velocidad. Exhalé temerosa, mi aliento se vio congelado. Me espanté enseguida pero Shoto enterró mi rostro en su hombro para que dejara de ver eso que tanto me asustaba.
Ahora más que nunca debía controlarme...
Apreté los dientes y sentí aquel dolor punzante. Caí de rodillas pero Shoto no dejó de abrazarme en ningún momento.
-S..Shoto tienes que... alejarte... -hablé intentando apartarlo al sentir mi cuerpo helado y pesado.
-No lo haré -respondió aferrándose a mí.
Apreté los dientes y detuve las sombras para evitar que esto se volviera una tragedia que no podría superar jamás.
-________, no te detengas ahora -dice Aizawa.
-Pero...
-Si quieres llegar lejos tienes que superar tus miedos -comenta Shoto.
Cerré los ojos nuevamente y escondí mi rostro en su cuello para seguir aunque no estuviera del todo segura.
Contrólate. Contrólate. Contrólate...
Me aferré a Shoto en el momento en que sentí como las sombras en mis dedos se extendían hasta formarse aquellas garras tan afiladas.
-D..Duele... -murmuré.
-Pero si lo consigues dejará de doler.
-E..Eso no lo sabes -lloriqueé.
-Es lo más probable.
Sentí el dolor de mi espalda cuando las alas se formaron. Las sombras se expandieron hasta cubrir mi espalda por completo y finalmente podía sentir como llegaban a mi cuello. Solté un grito de dolor y terror, Shoto se aferra a mí de nuevo. Intentaba calmarme.
Las sombras ya habían tomado posesión de todo mi cuerpo, solo faltaba la cabeza. Debía evitar que mi cerebro fuera afectado por ellas y eso es lo más difícil. Sentí como poco a poco iba perdiendo el control...
-Shoto... -murmuré adolorida.
Vi horrorizada como mi mano estaba lista para atravesar el cuello de Shoto en ese momento para apartarlo de mí. Reaccioné agarrando mi propia mano y con otras sombras empujé a Shoto lo más lejos posible.
-No. No haré eso -me convencí sujetando mi muñeca y apoyando mi frente contra el suelo.
Mi vista comenzaba a ser borroso por segundos, pero pude ver a Shoto junto a Aizawa quien estaba preparado para cualquier cosa.
-¡Agh! -levanté la mirada hacia el cielo mientras las sombras se expandían hasta mi cabeza.
Sentí el instante en el que las sombras tomaron posesión de mi cerebro por completo... y finalmente, dejé de ser yo misma. Justo lo que no quería que sucediera.
-¿_________? -escuché a Shoto cuando todo se mantuvo en silencio.
Bajé la mirada hacia ellos pero solo podía verlos como si no los reconociera como mi compañero y maestro.
-Yo... voy a matarlos -sonreí de lado mientras mi voz salía distorsionada.
El cabello de Aizawa se elevó junto a sus cintas pero antes de que borrara mi poder cubrí su cabeza con sombras. Sujeté su cuerpo fácilmente. Shoto me miraba sorprendido y preocupado. En menos de un segundo aparecí frente a él.
-Ay Shoto... debiste haber huido cuando tenías oportunidad... -comenté con cierto tono divertido mientras deslizaba una de mis garras bajo su barbilla-. Ahora no puedo dejar que salgas de aquí con vida.
Mi sonrisa desaparece cuando algo me golpea en la cabeza con tanta fuerza que consiguió alejarme y sorprendiéndome. De la nada vi a todos los chicos y a las pussycats que habían llegado.
-_________... -las chicas dan un paso al frente, asombradas por mi nueva apariencia.
-¿Les gusta? Esta es mi verdadero yo -me levanté del suelo para que me vieran mejor-. No la patética niñata que ni siquiera recuerda para qué fue creada.
-¡________! ¡¿De qué estás hablando?! ¡Vuelve con nosotros! -grita Uraraka.
-¡Sí, te queremos de vuelta! -le sigue Mina.
Los miré con sorpresa pero no pude evitar estallar en carcajadas. El estómago me dolía tanto por la risa que lo sujeté mientras me retorcía de la diversión.
-¿De... De verdad creen que eso funcionará? ¡Joder, que risa! -volví a reír, incluso me limpié una lágrima-. Todos... Todos son unos completos idiotas, viniendo aquí como animales al matadero.
-¡________! ¡Por favor! -ruega Kirishima con nerviosismo-. ¿Qué es lo que estás diciendo?
-¿Aún preguntan? -los agarré a todos sin que tengan oportunidad de hacer algo-. Les había advertido que mi don es peligroso, que si llegaba a descontrolarme lo único que habría al rededor sería muerte... Bueno... digamos que me descontrolé un poco.
Miré a Izuku y lo atraje hasta mí mientras lo veía forcejear e intentar escapar, pero por supuesto que es inútil.
-Sería lindo empezar contigo... después de todo, eres el responsable de que ese tipo dejara de vernos, le haces daño, ¿no lo sabías? A mí no me importa, mi verdadero padre es quien quiero que me vea. Pero... tú serás un problema.
Él me mira sorprendido pero con el terror cruzando por su rostro. Levanté mi mano formando una cuchilla de sombras, lista para rebanarle la cabeza.
-¡Midoriya!
Sonreí de lado y me dispuse a cortarlo, pero abrí los ojos de par en par. La sangre salpica un poco y gotea hasta el suelo.
-¿Qué...? -murmuré viendo como mi mano izquierda sujetaba aquella cuchilla, impidiéndome matar a Izuku- ¿Tú? ¿Ahora?
Pude sentir la oportunidad.
Aparté la cuchilla de Izuku y me obligué a mí misma a hacerla desaparecer. Sujeté mi mano por la muñeca y di varios pasos en retroceso.
-¡Déjame! ¡Vuelve a tu maldito rincón a llorar y déjame matarlos a todos! ¡No los necesitas! -exclamé.
Las sombras en mi rostro comenzaron a desvanecerse poco a poco hasta que la mitad de mi rostro estaba libre.
-Les dije que no vinieran sin importar lo que pasaba... ¡Debieron escucharme! -grité soltando varias lagrimas.
Todo me dolía.
Caí al suelo de rodillas y comencé a gritar de dolor por el esfuerzo que hacía al tratar de mantener controlada las sombras. Intenté liberar a Aizawa pero no podía.
Por un momento volví a perder el control y sonreí volviendo hasta Izuku, lo sujeté del cuello para partírselo pero volví a agarrar mi muñeca y alejarme.
-_________.
-Fue mala idea, muy mala idea... ¡Nunca debí hacer esto! -solté.
Conseguí soltar a todos y alejarme volando para no tener la oportunidad de volver a atraparlos. Me alejé tanto como me fue posible pero el dolor en mi cabeza por unas imágenes extrañas, o recuerdos, me invadieron. Caí golpeándome contra unos árboles y el suelo. Solté quejidos de dolor, me sujetaba la cabeza y hacía todo lo que fuera posible para controlar las sombras.
Pero una voz conocida y desconocida resonó por mi cabeza. Imágenes de mí atrapada en un contenedor con un líquido extraño aparecieron, un hombre de traje. No podía ver su rostro... pero me ha llamado "hija"...
¡Que esto se detenga por favor!
Mi cuerpo cae al suelo después de mucho tiempo, no sabría decir exactamente cuánto. Mi respiración estaba agitada, mi cuerpo temblaba y apenas pude abrir los ojos cuando sentí la mano de Aizawa sobre mi brazo.
-Ya estás bien... -mencionó desactivando su don.
Lo miré con los ojos cristalizados después de tanto tiempo llorando por la desesperación. Me lancé a abrazarlo, escondiendo mi rostro en su pecho para ocultarme, volví a sollozar.
-Lo siento... Lo siento... Lo siento...
Aizawa solo acariciaba mi cabeza mientras yo buscaba con desesperación esa calidez que tanto necesitaba ahora. Pude escuchar los pasos de los chicos acercarse a nosotros pero manteniendo la distancia para darme espacio. No podía dejar de disculparme, me sentía terrible.
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