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🎄X} Cálido Refugio

La mañana de Navidad llegó, envuelta en un manto de paz. La nieve cubría la ciudad con una gruesa capa blanca, y el aire fresco traía consigo la promesa de un día lleno de sorpresas. Felix despertó emocionado, sintiendo que el espíritu festivo impregnaba cada rincón de su hogar.

Se vistió con cuidado, poniéndose la bufanda que Hyunjin le había regalado la noche anterior. Cada vez que la tocaba, recordaba la sinceridad de las palabras de su amigo. Había algo mágico en la forma en que se habían abierto el uno al otro, y no podía esperar para continuar explorando lo que significaba estar juntos.

Cuando llegó a la casa de Hyunjin, encontró que la entrada estaba decorada con guirnaldas y luces brillantes. Al abrir la puerta, la calidez del interior lo envolvió como un abrazo. Hyunjin lo recibió con una sonrisa radiante, vestido con un suéter festivo que lo hacía ver aún más adorable.

-¡Felix! ¡Feliz Navidad! -exclamó Hyunjin, abriendo los brazos para un abrazo que llenó a Felix de una calidez indescriptible.

-¡Feliz Navidad! -respondió Felix, sintiendo que su corazón se derretía ante la alegría de su amigo.

En la mesa del comedor, una deliciosa cena navideña esperaba ser devorada. La comida tradicional estaba dispuesta con esmero, y el aroma a pavo y especias llenaba el aire. Felix no podía recordar haber visto una mesa tan hermosa, y la emoción de compartir la comida con Hyunjin hizo que su estómago rugiera.

-Comamos antes de que se enfríe todo -dijo Hyunjin, sirviendo la comida con entusiasmo.

La cena transcurrió entre risas, anécdotas familiares y un par de juegos improvisados que ambos habían inventado para entretenerse. Hyunjin parecía disfrutar cada momento, sus ojos brillaban con una luz que hacía que Felix sintiera que el tiempo se detenía.

Después de la cena, se acomodaron en el sofá, una manta suave sobre sus piernas, rodeados de luces parpadeantes. Felix sintió un aire de tranquilidad, un refugio perfecto del frío exterior.

-¿Te gustaría abrir los regalos? -preguntó Hyunjin, mostrando un pequeño árbol adornado con regalos.

Felix asintió emocionado, y ambos comenzaron a repartir los paquetes. Cada regalo traía consigo una historia, un pedacito de su amistad. Felix se sorprendió al recibir un álbum de fotos que Hyunjin había hecho con recortes de sus momentos juntos, desde sus primeras aventuras hasta las más recientes. Cada página estaba llena de risas, sonrisas y recuerdos que parecían cobrar vida.

-Es hermoso, Hyunjin. No puedo creer que hayas hecho esto -dijo Felix, sintiendo una oleada de cariño por su amigo.

-Quería que tuvieras algo que representara lo que hemos compartido, algo que pudieras mirar cuando me extrañes -respondió Hyunjin, sonrojándose levemente.

Con los corazones latiendo con fuerza, continuaron abriendo regalos hasta que llegó el momento de intercambiar los suyos. Felix sacó un paquete pequeño y envolvente, cuidadosamente preparado. Cuando Hyunjin lo abrió, sus ojos se iluminaron.

-¡Una brújula! -exclamó, observando el objeto con admiración-. ¿Por qué una brújula?

-Porque quiero que siempre encuentres tu camino, sin importar adónde vayas -dijo Felix, sus ojos fijos en los de Hyunjin-. Y espero que siempre vuelvas a mí.

Hyunjin sonrió, sus ojos brillando de una forma que hacía que Felix se sintiera como si estuvieran en un mundo solo para ellos. -Gracias, Felix. Esto es perfecto.

Los dos se quedaron en silencio por un momento, el ambiente lleno de emociones. Las palabras no eran necesarias; el entendimiento y la conexión que compartían se hacían más fuertes con cada instante.

Entonces, Hyunjin se inclinó hacia adelante, su voz suave. -Hay algo más que quiero hacer en esta Navidad.

Felix sintió que su corazón latía con fuerza mientras Hyunjin sacaba un pequeño paquete que había estado escondido detrás de los otros regalos.

-Este es para ti -dijo Hyunjin, entregándole el paquete.

Felix lo abrió con cuidado y encontró un delicado collar con un colgante en forma de estrella. -Es hermoso, Hyunjin. ¿De verdad querías regalarme esto?

-Sí -respondió Hyunjin, sus ojos fijos en los de Felix-. Quiero que siempre lleves una parte de mí contigo. Y que cada vez que mires al cielo, recuerdes que siempre estaré aquí para ti.

Felix sintió que la emoción lo invadía, y, sin pensarlo, se levantó y abrazó a Hyunjin, apretándolo con fuerza. -Gracias por hacerme sentir tan especial.

En ese abrazo, los dos supieron que habían creado algo extraordinario. En medio de luces y risas, el amor entre ellos se consolidaba, y cada día que pasaba se sentía más y más como un hogar.

Mientras el día avanzaba, la nieve continuó cayendo suavemente, cubriendo todo con su manto blanco. Y en el calor del hogar de Hyunjin, Felix se dio cuenta de que había encontrado su lugar en el mundo: junto a su mejor amigo, compartiendo un amor que florecía en cada rincón de su corazón.

Read you soon...
-Mimi 🦋

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