A medida que pasaban los días, Felix esperaba ansiosamente cada nueva sorpresa en el calendario. Hyunjin había planeado actividades que parecían sacadas de una lista de deseos de invierno: hornear galletas, hacer tarjetas de Navidad, y, aunque no siempre resultaban perfectas, cada actividad traía momentos que los hacía reír hasta dolerles el estómago y sonreír en silencio cuando el otro no miraba.

Para el 10 de diciembre, Hyunjin tenía algo especial preparado. Al abrir el compartimento de ese día, Felix encontró un dibujo simple de una farola y el mensaje: "Nos vemos a las siete en el puente. Lleva gorro y algo para recordar."

Felix frunció el ceño, intrigado. "¿Algo para recordar?" Pasó todo el día tratando de imaginar a qué se refería, y finalmente decidió llevar una pequeña foto de ellos dos cuando eran niños. La había encontrado hacía poco en una caja de recuerdos, y mostraba a un Hyunjin de siete años abrazándolo durante una excursión de la escuela, con sonrisas radiantes en sus rostros.

Cuando llegó al puente a las siete, la vista lo dejó sin aliento. Las farolas estaban adornadas con luces que reflejaban en el río, creando un espectáculo de reflejos que hacía parecer que estaban flotando en un mar de estrellas. Hyunjin lo esperaba en el centro del puente, sosteniendo una linterna decorada con pequeños copos de nieve.

-Hyunjin, esto es increíble -susurró Felix, sin querer romper el hechizo del lugar.

-Quería que vieras esto. Este es el lugar donde vinimos la primera vez que nevó el año pasado, ¿te acuerdas? -Hyunjin sonrió, recordando la tarde en que se habían refugiado bajo el mismo puente después de haber jugado en la nieve.

Felix asintió, sonriendo suavemente. La nieve que caía alrededor de ellos les recordaba la magia de aquella tarde. Sin poder evitarlo, le mostró la foto que había traído. Hyunjin soltó una risa cálida al verla.

-Wow, no recordaba esa foto. Mira, siempre supe que eras tú quien abrazaba más fuerte.

Felix se rió y se puso de puntillas, dándole un empujón suave en el brazo. Estaba a punto de decir algo, cuando se dio cuenta de que Hyunjin lo miraba con una intensidad que le aceleró el corazón.

-Felix... siento mucho si alguna vez te hice sentir que estabas lejos de mí -dijo Hyunjin, su voz suave pero sincera-. Este diciembre quería hacer algo para que recordaras lo importante que eres para mí.

Felix sintió cómo el aire se volvía pesado y ligero a la vez, como si el frío se derritiera solo por la calidez de sus palabras. Se armó de valor y, sin decir nada, tomó su mano, entrelazando sus dedos con los de Hyunjin.

-No tienes que disculparte, Hyunjin. Nunca he dejado de estar aquí. Solo... me alegra que ahora ambos estemos aquí de verdad.

Hyunjin apretó suavemente la mano de Felix y, por un momento, los dos se quedaron en silencio, disfrutando del simple placer de la compañía, mientras las luces titilaban a su alrededor y la nieve continuaba cayendo suavemente.

Esa noche, ninguno de los dos necesitó decir nada más. Las palabras parecían quedarse suspendidas en el aire helado, sin necesidad de ser pronunciadas. El sonido de la ciudad, normalmente tan ruidoso, se desvanecía a su alrededor. Lo único que importaba era el momento que compartían, el entendimiento silencioso que comenzaba a crecer entre ellos, un paso a la vez, cada vez más cercano.

Read you soon...
-Mimi 🦋