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18. Reducto


Cinco miembros de Alba Dorada debidamente uniformados (con sus nuevas modificaciones anti agujas que evitarían que Caleidoscopio los dejase fuera de combate tan fácilmente) ingresaron el interior del parque mientras seguían a varios criminales fichados.

Candy avanzó junto a Gus, mientras que Jonah, Valka y Amelia se iban del otro lado, buscando cubrir más terreno y evitar que se les escapasen por error.

Candy se sentía horriblemente nerviosa. Quedaban pocos días para salvarle la vida a su hermano y si Caleidoscopio se les escapaba esa noche, probablemente ya no tendrían más chances de atraparla. Esta era su primera y única oportunidad de atrapar a Julieta, probablemente tardarían otro día interrogándola para averiguar el antídoto y parte del siguiente elaborándolo. Apenas habría tiempo.

— Solo podremos con dos de ellos - Anunció Jonah a través de su comunicador de Alba Dorada. Candy recordó que él, Valka y Amelia estaban agazapados tras el enorme quiosco vacío.

— No hay problema. Déjenme a Julieta, ustedes encárguense de los malasangres.

Candy intentó ignorar la expresión insegura de Gus, quien no estaba acostumbrado a ver a su novia en modo comando y todavía no sabía si eso le gustaba o le asustaba. Mientras ambos avanzaban por los serpenteantes andadores bajos del pequeño parque, trataban de evitar hacer ruido y no acercarse tanto a Julieta y Ulises, pues de lo contrario los descubrirían y el plan se iría al traste.

— ¿Cómo van con eso? - Preguntó Candy a través de su comunicador.

Del otro lado, Jonah le dio órdenes a Valka para que se escondiese tras unos arbustos en la dirección hacia la que se dirigían Noah y Nathan. Cuando la chica mandó a su escolta malasangre a adelantarse, Valka vio su oportunidad de oro y caminó agachada a una velocidad sorprendente. Jonah y Amelia fueron del otro lado de esa zona del parque, cubriéndose tras los altos y cuadrados arbustos, evitando ser vistos por Noah, quien estaba esperando pacientemente a su escolta.

Cuando Nathan se acercó al anfiteatro abandonado, sitio donde aparentemente se encontrarían Noah y Julieta, Valka aguardó pacientemente, quitándole el seguro a su muñequera. Aquél aparato cargado con agujas llenas de sedante le había salvado en varias ocasiones. Ahora, cuando vio a Nathan sacar una aparatosa pistola de bengalas y dispararla contra la rama de un árbol, supo que esa era la señal para que Julieta supiese que era seguro acercarse. 

Entonces Valka le disparó dos cargas de sedante.

— Ya capturamos al escolta de Noah - Anunció Jonah, intentando no alzar mucho la voz al hablar a través del comunicador - ¿Te parece bien si lo llevamos a la camioneta de una vez?

Candy le dio autorización, aunque también le pidió a Jonah que fuese del otro lado, pues Julieta le había pedido a su propio escolta (Ulises, si la memoria no le fallaba a Jonah) que vigilara mientras ella hablaba con Noah. Jonah decidió dejar a Valka y Amelia la tarea de arrastrar a Nathan a la camioneta mientras él iba a noquear al otro malasangre.

Gus tiró del brazo de Candy para esconderla tras un arbusto.

— ¡Oye! - Reclamó ella - ¿Por qué me jaloneas?

Gus le tapó la boca y en cuanto supo que Candy no iba a seguir replicando, señaló el anfiteatro, a poco más de cincuenta metros de ellos. Ahí estaban ya Noah y Julieta. Pronto se darían cuenta de que Nathan no estaba y Ulises no contestaría cuando lo llamasen.

— Hay que acercarnos - Convino Candy en cuando dejaron de estar dentro del campo de visión de Caleidoscopio, quien se había quitado ya el casco frente a Noah.

Lo malo fue que Ulises vio a Jonah antes de que el chico lo viese a él. Ulises intentó coger su arma, pero terminó aplastando una ramita, que al crujir alertó a Jonah.

El agente de Alba Dorada esquivó rodando hacia un lado como si ya le hubiesen disparado. Para cuando Ulises desenfundó su arma de verdad, Jonah ya había desplegado su bastón eléctrico, arremetiendo contra él. Aunque logró arrebatarle la pistola de un bastonazo al pandillero, no consiguió evitar el golpe en la nariz que Ulises le propinó.

— Julieta, tenemos...

Jonah le dio al walkie-talkie que Ulises cargaba con la punta del bastón eléctrico, bastando ese débil golpe para ocasionarle un cortocircuito.

— No vas a hacer nada.

Claro, que Jonah no se esperaba que Ulises le tirase el bastón eléctrico de una patada.

— Con lo bien que me va peleando con los puños.

Ulises se desquitó contra Jonah por la vez del interrogatorio y por haberlo enviado a prisión durante quince segundos que parecieron quince minutos. Jonah jadeaba y luchaba por no perder el aliento, pero sin duda su rival había pasado cuando menos, el último año entrenando para poder golpear gente sin llevarse él varios moretones de más.

Entonces, justo cuando Jonah vio la oportunidad en un descuido que cometió Ulises, un error en su postura...

— ¡AAHH! - Gritó Ulises al recibir un rodillazo directo el pubis.

Jonah se burló por un breve instante. Ahora entendía todos los chistes de ese tal Keith May acerca de lo divertido que era golpear testículos de criminales. Sin embargo, no quiso festejar demasiado antes de tiempo, pues cogió su bastón tan rápido como pudo y mientras Ulises intentaba acercársele para propinarle una segunda ronda de golpes, Jonah le estrelló su bastón (apagado) en la sien, dejándolo inconsciente al instante.

Todavía resoplando y jadeando, encendió su comunicador para pedirle a Amelia y Valka que viniesen a buscar a Ulises. Acto seguido, se desplomó en el suelo y, aún sujetando su bastón, le apuntó a la cabeza de Ulises para poder electrocutarlo un poco si decidía levantarse.

Finalmente.

Candy le pidió a Gus que diese un rodeo y esperase del extremo contrario del anfiteatro para bloquearles una posible vía de escape mientras ella se agazapaba a escuchar lo que sea que Julieta y Noah estuviesen diciendo.

— ...pero no entiendo, ¿Qué pasó exactamente? Julieta, dicen que tú... que envenenaste al...

— ¿El hermanito de una agente de Alba Dorada? - La interrumpió Julieta, con todo su traje puesto a excepción del casco.

— De Candy - La corrigió Noah Nakamura, algo incómoda por el hecho - Ella es mi...

— No son amigas - Se burló Julieta, riéndose con un tono de desprecio en la voz - ¿No te interrogaron dos veces? Y mira, tu padre casi te mata a golpes ayer. No creo que ningún amigo quiera causar que tus padres te golpeen.

— Pero Juli, me golpeó porque no quise hablar. ¡No quise decirles lo que sabía de ti!

— Para haber dejado de ser mejores amigas, me seguiste apoyando - Reconoció Julieta - Eso... bueno, no me lo esperaba.

Candy se contuvo de gritarle en la cara que probablemente Noah le obedecía por miedo y no por lealtad, pero se aguantó. Podría escuchar cosas más importantes si se quedaba ahí escondida.

— Noah, Noah, Noah - Empezó su monólogo del villano Julieta. Aunque Candy no podía verle la cara, con tan sólo escuchar su voz, podía imaginársela perfectamente; altanera, dando lentos pasos y moviendo las manos al hablar - Desde que los malasangres asediaron La Ciudad, quedé arruinada.

— Pues no fuiste la única - Comentó Noah en voz baja - Caín...

— ¡Tu novio Caín! ¡Se suicidó! ¡Ay, qué dolor! - Exclamó exageradamente Julieta - Mientras tú eras una tóxica asquerosa con Caín, a mí me echaron de casa cuando se enteró mi madre de que me juntaba con Nathan y Ulises.

— ¡Se drogaban! - Exclamó Noah, reviviendo varios recuerdos de hace más de un año - ¡Ulises me gustaba y ligaste con él, me robó mi teléfono, Nathan fue visto peleando con Kai en la noche del asedio! - Chilló Noah, desesperada - No era para echarte de casa, pero...

— Ah, y no hablemos de Kai ahora mismo - Reclamó Julieta, indignándose.

— Él me dijo que desde que dejamos de hablar, desde que pelearon él y tú... dijo que ibas a drogarte con los malasangres, que eras parte de...

— Del Quincunce - Afirmó Julieta, nombrando aquella legendaria organización criminal por la que Alba Dorada fue fundada originalmente - ¿Y qué? ¿Qué opción tenía? ¿Sabes cuántos conocidos desaparecieron antes de eso? ¿A cuántos se llevó el Quincunce por oponerse a ellos? ¿Ahora me dirás que después de todo lo que pasó, te pondrás del lado de Kai?

Noah debió haber negado con la cabeza, porque a continuación, Candy pudo escuchar a Julieta recordándole a Noah todo lo que pasó con Kai antes del asedio y después de la graduación, poco antes de que Kai se largase a estudiar a otra parte.

— Terminé haciendo tratos con los malasangres gracias a Ulises. Luego, Nathan pudo escaparse del reclusorio durante un motín. Conseguimos veneno y drogas suficientes para costearnos este traje que tenían guardado los malasangres y después...

Candy no necesitaba ver a Julieta para saber que había extendido los brazos, como indicando la magnificencia de su plan.

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