13. Interrogatorio trunco
Jonah entró al cuarto oscuro en el que tenían sentado al detenido con un foco de luz amarilla como única iluminación. Un cristal de un solo sentido estaba en una de las paredes para que pudiesen observar, tras el que estaba el resto del equipo. Gus y Candy tomados de las manos y después, Valka cruzada de brazos, frunciendo el ceño al ver a Jonah entrar.
Ya había entrado ella antes que el chico y no había podido sacarle información, aunque Jonah insistía en que él podría intentar persuadirlo de hablar sin recurrir a la violencia física u otros métodos de tortura para hacerlo hablar.
— ¿Cuál es tu nombre? - Preguntó Jonah serenamente.
El joven y guapo pandillero malasangre lo observó iracundo, aunque ni contestó ni intentó atacarlo, lo que al menos para Jonah, significaba un importante progreso.
— Significa que si guardas silencio, no te liberaremos pronto. ¿Entiendes eso?
Pese a que Jonah se comportaba de forma medianamente educada, Candy podía darse cuenta de que estaba conteniendo las ganas de írsele encima.
— Nathan. Nathan Summers - Añadió al ver a Jonah a punto de exigirle el apellido también. De alguna extraña manera, Jonah estaba siendo amenazante con él.
Valka lo notó antes que los tortolitos. Jonah llevaba varios alfileres prensados al guante del uniforme. Al posar la mano en el hombro de Nathan, el chico se ponía inusualmente nervioso, aunque no demostraba estar sufriendo daño real.
— ¿Y qué hacías con Ulises? Cuéntame, es importante.
— Me harán daño si se enteran de que les dije.
Jonah negó con la cabeza.
— No lo permitiremos.
Nathan no lucía precisamente aterrado: su preocupación era más calmada, como si estuviese considerando cuántas veces lo golpearían por haberlos delatado. Jonah no se desesperaba todavía, aunque sin duda estaba deseando que aquél interrogatorio se agilizase.
— ¿Qué hacías con él? Contesta.
— Estábamos... nos juntamos a fumar entre semana porque el viernes no íbamos a poder todos.
— ¿Todos? ¿Había alguien más con ustedes? - Se extrañó Jonah, pues recordaba perfectamente que tanto Valka como Gus habían informado que nadie más estaba con ellos cuando los encontraron y atraparon a Nathan.
— Yo...
Nathan se calló. Jonah pareció entender que no conseguiría sacarle nada más por las buenas, pero no permitió que el pandillero viese su frustración.
— Quiero un abogado - Fue lo último que dijo.
— Abran la puerta - Pidió Jonah.
Valka se acercó a la entrada y le quitó el pasador para dejar salir a Jonah para después volver a dejarlo puesto. Candy y Gus también se aproximaron a la sala común para sentarse a debatir lo que harían. Al parecer, dejar a Nathan encerrado en una habitación con iluminación barata sin más que una botella de agua y un sándwich de hace dos días no había resultado muy bien para invitarlo a confesar, pero al menos Jonah había conseguido sacarle un dato: Había más de una persona con él cuando lo atraparon.
— ¿Significa que estaremos revisando expedientes a lo imbécil durante varios días más? - Se quejó Valka.
— ¿Tienes una mejor idea? - La confrontó Candy, frustrada.
— Pues... - Empezó a hablar Gus - Heredia, la abogada auxiliar de Base Uno podría echarnos la mano - Recordó Gus - Quizá ella pueda convencer a Nathan, ¿no creen?
— Sí, quizá sea lo mejor - Coincidió Jonah.
Los cuatro se juntaron a descansar por primera vez desde que empezó el incidente. Gus tenía un día libre en su universidad, así que los cuatro estaban ahí de tarde, faltando poco más de una hora para que anocheciese, lo que significaba que Gastón pronto tendría que ir a dejar a Jonah, Gus y Candy a sus respectivas casas.
Valka fue y volvió del almacén por una enorme bolsa de frituras de queso para comer mientras ella y el resto del equipo se revolcaban en su propia miseria.
— ¿Amelia aun no ha terminado la otra misión? - Preguntó Valka tras zamparse varias frituras de queso al mismo tiempo en su pequeña boca.
— Creo que está fuera de la ciudad aun - Respondió Candy, quien llevaba un largo rato viendo al techo mientras abrazaba a Gus, quien no quería moverse y apenas respiraba para no incomodarla, pues era la primera vez en días que se demostraban afecto.
— Ya bésense - Reclamó Valka al verlos tan juntitos en el sofá - No sean tan puritanos.
Casi de inmediato, dejaron de abrazarse, algo cohibidos por la idea de ser tan afectuosos en público (y en general).
Cuando escucharon un golpe seco en el césped del patio, los cuatro se pusieron de pie al mismo tiempo, Valka todavía con la bolsa de comida chatarra en las manos. Jonah fue el primero en correr a la entrada solo para tirarse al piso justo después.
— ¡Es Ulises! - Gritó Jonah antes de girar a un lado para esquivar un balazo disparado a donde se encontraba apenas.
De inmediato, Valka corrió a buscar sus muñequeras (guardadas en alguna parte de Base Uno) mientras que Gus se interpuso entre Candy y la puerta tan sólo para que a su vez, Candy corriese hasta la puerta y, con tan solo una bandeja de aluminio como arma, corriera directamente hacia donde estaba Ulises.
Gus se tomó un momento para razonar que el malasangre estaba armado con al menos una pistola y dos de sus amigos (entre ellos su novia) habían corrido desesperadamente hacia él con intención de derribarlo. Acobardado pero sin rendirse, Gus salió también al patio y cogió un par de ladrillos que había en el suelo para usarlos como proyectiles de baja calidad.
— ¡Liberen a Nathan o mataré a los que encuentre!
Gus le arrojó un ladrillo a Ulises, pero este le pasó rozando a un lado, así que lejos de causarle daño alguno, solamente lo irritó, provocándolo a vaciar varias balas de su cargador hacia Gus, quien se cubrió detrás de una maceta, salvándose de milagro.
Ulises intentó dispararle a Jonah de nuevo, pero una voz femenina llamó su atención desde el segundo piso.
Cuando el primer dardo de Valka (convenientemente situada en un balcón del segundo piso del edificio) se clavó en la chaqueta de Ulises, el chico se desesperó, apuntándole a Jonah, quien apenas se había levantado. Gus no podía salir de su escondite sin arriesgarse a recibir un disparo encima por hacerse el héroe y a Valka le daba miedo dispararle a Ulises y arriesgarse a que él matase a Jonah.
— Dispárame si tan valiente - Lo retó Jonah, de frente al malasangre - Quiero ver que lo intentes.
Sin embargo, Ulises no tuvo tiempo para demostrar si era capaz o no de dispararle a Jonah, pues Candy le arrojó su bandeja como si fuera un frisbee y le dio en los dedos, haciéndolo soltar el arma por un breve instante y al agacharse para recogerla, ella misma cargó contra él, empujándolo aún más lejos del arma mientras lo golpeaba con escasa fuerza pero un ímpetu inigualable. Gus cogió el arma de Ulises rápidamente y le apuntó con ella una vez Candy fue hecha a un lado por él.
— Me temo que nos vas a tener que acompañar - Ordenó Gus - Muévete con las manos en alto o te disparo.
— No te atreverías pequeño imbé...
Gus disparó en el espacio entre las piernas de Ulises, convenciéndolo de colaborar.
— Llamaré a Heredia de una vez - Sugirió Jonah jadeando, refiriéndose a la abogada auxiliar de Base Uno - Creo que podremos presentar cargos con Ulises... aunque quizá no podamos culpar al otro de nada.
Candy escupió al suelo (el acto menos educado que había cometido en mucho tiempo) antes de asentir.
— Creo que es hora de que Gastón nos lleve a casa.
Nadie protestó. Valka se quedaría a recibir a la abogada mientras sus amigos volvían a casa después de un largo día interrogando a Nathan y lamentándose de sus existencias.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro