8
Los murmullos de los presentes incluyendo a los soldados de este reino no se hacen esperar. Permanecí atenta frente a todos estos hombres que me miraban y hablaban sin ningún tipo de pudor.
Los líderes de cada reino murmuraban y hacían gestos con las manos, especulando sobre mi aparición, hasta que por fin uno de ellos decidió hablar por todos ellos.
—¿Quién nos asegura que no eres una impostora? — prepotencia, altanería y superioridad era como se sentía ese señor, me miraba como si fuera poca cosa.
—Deberían saber que mi pueblo pereció cuando yo estaba naciendo, supongo que la flor de la vida, les podría dar esa respuesta, pero solo los más puros pueden entrar al santuario, solo mi madre ha sido capaz de entrar ¿O me equivoco? — permanecen atentos a lo que digo, debo ser una autentica reina, y eso solo se puede demostrando que no tengo temor alguno a lo que piensen de mi — tenemos un enemigo en común — continuo mientras que camino hacia a ellos, paseando por los espacios entre sus soldados — Anssana, sometió a mi pueblo, es hora de que ataquemos con fuerza, debemos darle un golpe fuerte, que vea que ya no estamos dispuestos a agachar la cabeza y eso solo se podrá si unimos fuerza, tienen razones para no confiar en mí, pero eso no es una opción.
Las palabras me salen como si conociera los secretos de cada reino, me siento tan desenvuelta hablándoles, en ningún momento titubeó, me mantuve segura. Me sentí tan fuerte demostrándole mi fuerza, demostrando que por mis venas corre la sangre de una gran mujer, una mujer que será recordada por siempre.
Los demás líderes se miran entre sí, hasta que uno de ellos se arrodilla llevando una mano a su pecho, poco a poco los demás lo hacen hasta que por último el líder con aire de superioridad y prepotencia hace lo mismo.
En su mirada puede ver el odio que tiene hacia a mí, es un hecho que tengo que cuidarme de este sujeto y de la reina, Ahimina, son una amenaza.
Prácticamente la reina, Ahimina, se queda en un segundo plano, pues los lideres quieren hablar conmigo, incluso me han ofrecido que me quede en sus palacios por seguridad, me queda claro que no todos confían en la reina.
Hablamos sobre una estrategia de vigilancia y para eso tengo que ir a mi ciudad de origen, todo un reto para poder sobrevivir. En mi ante brazo se formó un tatuaje bastante lindo, con el símbolo de la flor que significa mi nombre y la flor de la vida, marca de mi pueblo. Pensé que tendría alguna visión pero no, esta vez no pasó nada, solo el tatuaje.
Mi padre el cual también estaba oculto en el mimo lugar apareció cuando ya estábamos en una sala, que la reina amablemente nos dio, claro que para ella amablemente es ser excluida de la reunión.
Les conté sobre mí a los líderes, quienes me hicieron muchas preguntas, conteste a todo lo que querían saber.
—Muéstranos tus poderes — dijo uno de ellos del cual ya olvide su nombre.
Tus emociones son la clave para dominarlos
Recuerdo lo que me dijo mi padre me aparto de ellos, cierro los ojos y pienso en algo feliz, siento como aparece algo en mis manos, como se enreda hasta llegar a mis hombros, un olor a rosas se instala en mis fosas nasales. Al abrir los ojos, tengo mis brazos y hombros cubiertos de muchas rosas de colores, morada, anaranjadas, blancas, rosadas de todos los colores.
Sonrió ante lo que he hecho, los líderes se miran entre sí y se arrodillan ante mí nuevamente. Hablamos sobre las posibilidades positivas y negativas de nuestra ofensiva. Anssana, se ha hecho muy fuerte, pero todo se puede destruir.
No puedo recuperar el tiempo y nacer antes para ayudar a mi madre, pero ahora puedo intentarlo que sea necesario para que la gente que mi madre cuido por mucho tiempo vuelva a ser la misma gente activa, sin miedo, sin opresiones, esa que alguna vez tuvo fe en su reina.
Yo quiero ser su reina, cuidar de ellos, llevarlos a la victoria, a la libertad, pero se, que no será fácil, aun no sé nada sobre combate pero mi padre se encarga de eso y yo pondré de todas mis energías para aprender. Quiero ver que mis raíces renazcan, el que no arriesga no puede ser un monarca digno, si me falta valor no puedo ser su reina, no hago más que recordar los sueños, las visiones, y todo lo que mi padre me ha contado.
Antes de mi están aquellos inocentes que han perdido la esperanza, la que alguna vez tuvieron, ese raro de sol que iluminaba sus días. Tengo miedo de no tener las fuerzas suficientes para terminar con el tormento que ha permanecido por dieciocho años en mi pueblo.
El tiempo se detuvo conmigo, no saber de nada de mí, que todo ahora sea una avalancha de información que desconocía, sirenas, magia, dragones y una loca que quiere matarme. Mi único cómplice es mi padre, con su ayuda seremos libre de esa amenaza, pero desde que me di cuenta que a la reina, Ahimina, me hace pensar que esta de lado de, Anssana, no tengo pruebas y nunca he acusado a alguien sin tener como probarlo, pero eso es lo que la reina me hace pensar.
Después de pensar en todas las opciones eficaces que tenemos los líderes se van, tenemos un plan, camino a mi habitación que me asignaron junto con mi padre, ambos sabemos que no estamos seguros aquí, pero quiero caminar o mejor dicho nadar por este reino que no conozco, quizás después pueda hacer un tour turístico, claro que su voy, seria con la guardia arriba, no se quienes me aceptaran.
Salgo del castillo, nado por la ciudadela submarina, he decidido dejar mi cabello al natural, nada de pelucas al igual que mis ojos, nada de pupilentes. Sus habitantes me observan al pasar, por un momento me pongo a pensar:
¿Cómo me recibirá mi pueblo?
¿Estarán feliz de verme?
Por algo que desconozco, me siento triste, a pesar de que nunca he estado allí, no conozco su cultura, sus ritos o lo que sean que hagan, una lágrima se pierde entre el agua, una niña sirena llora y me acerco a ella.
—Hola pequeña ¿Te perdiste? — la niña me observa atentamente.
—Mi mamá me ha dicho que no hable con desconocidos _ sonrió, es tan dulce esta niña.
—Tu mamá tiene razón, pero yo no te haré daño — jamás podría hacerle daño a alguien — ¿Quieres ver un truco de magia?
—¡No! Los magos están prohibidos aquí, si la reina se entera te matara como a mi padre, yo también tengo magia pero no lo sabe, piensa que no lo tengo — es una traidora, pero algo no cuadra.
Se supone que cada raza vive alejado de las otras especies, que cada poder tiene su propia ciudadela, a menos que, haya pasado lo que mi madre hizo, mezclar su sangre con un humano, en este caso una sirena con un mago.
—¿Cómo te llamas? — le pregunto.
—Me llamo, Serena.
—Te llamas como el anime Sailor Moon, eso es genial — digo emocionada.
—¿Quién? — la niña pregunta con curiosidad.
—Nada, mejor busquemos a tu mamá.
Tomo a la niña de la mano y juntas empezamos a nadar buscando a su mamá. Pasamos por varios corredores, pero nada.
¿Cómo se le ocurre dejar a su bendición sola?
Tengo que encontrar a la comunidad de magos que seguramente viven escondidos aquí, sobreviviendo, esperando por mí como dice mi padre.
—¡Mami! – la niña se suelta de mi mano y nada hacia una sirena. La sirena me mira agradecidamente.
—Muchas gracias por encontrar a mi hija, estaba muy angustiada por ella.
—De nada, pero señora — no sé cómo llamarle — tenemos que hablar
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro