11
—¿Mi energía? No entiendo — digo
—El árbol de la vida te dio un don o al menos ese es el que has manifestado hasta ahora — me mira y sigue haciendo el té — le diste de tu energía a, Astilbe, el veneno de las serpientes estaba haciendo efecto, por eso el dolor de cabeza — ¿Astilbe? En mi mente aparece el rostro de ese hombre que calló a mi lado, tiene un nombre peculiar.
—¿Es malo que eso pase? — interrogo.
—Como yo lo veo, si, cada vez que lo haces le estas dando cinco años de tu vida a la persona que ayudas, te quitas ese tiempo de vida, pocos podemos hacer lo que tu — ¡Cinco años de mi vida! Eso es mucho, viviré cinco años menos.
—Entiendo, lo que hiciste haya fue increíble, en cambio yo no pude hacer nada — mi voz es triste, me siente frustrada.
—Mientras más te bloquees no podrás hacer nada, tus emociones son la clave de todo una vez que lo dejes salir todo será pan comido. Tus miedos te dominan.
¿Mis miedos?
Tengo muchos, miedo de decepcionar a los que han sobrevivido, miedo de que por mi culpa otros mueran como ha pasado, miedo de manchar la imagen de mi madre miedo de no poder protegerlos.
—Ven — levanto la cabeza y esta deja algo sobre la mesa.
Camino tras de ella y aún sigo sin saber cómo cambiarme de ropa, pasamos por muchos caminos rústicos, agua goteando en algunos pasillos. Caminamos por un largo túnel por así decirlo hasta que llegamos a una pared cubierta una planta con flores blancas, unas hermosas orquídeas, estas comienzan a brillar cuando, Arana, las toca.
Ante mi aparece un hermoso jardín pero esa ilusión se acaba cunado cuando la luz de lo que parece ser el sol desaparece todo es sombrío. Hay ruinas, arboles marchitos, pastos secos, sin vida, camino hasta poder ver más de todo esta parcela, no puedo ver a el límite de este lugar.
—¿Dónde estamos? — pregunto, tiene una apariencia sombría, transmite tristeza, dolor, el viento mueve mi cabello, cierro los ojos y un escalofrío recorre mi cuerpo.
—Lo que queda de mi hogar — todo desolado, camino entre la tierra, con la mirada al frente. En uno de mis pasos, un hueso se rompe, lo miro y no puedo evitar sentir odio — Cuando era niña — la miro - una mañana después de que nacieras, Anssana, llego con su ejército — lo que ella comienza a decir aparece ante nosotros, personas atravesando nuestros cuerpos, corriendo, luchando por sus vidas — Dijo que la reina Lirio, había muerto, que ocuparía lo que hace mucho le pertenecía, mis padres, mi abuela y otros magos formaban el consejo, trataron de hacer cambiar de que cambiara de opinión pero ese no paso, mato a mis padres, vi como los incineraba, todavía puedo escuchar sus gritos de dolor cuando vengo aquí — lo que me cuenta es tan atroz.
—Lo siento — no sé qué más decirle. Las alas salen de su espalda para que darse flotando frente a mí.
—¿Lo sientes? — Dice sarcásticamente — he tenido que luchar, he tenido que crecer escondida, mientras que tú, niñata estúpida lo tuvo todo ¡Yo no tuve nada! — sus palabras me duelen, me hieren en lo más profundo de mis sentimientos.
—Lamento mucho por lo que has pasado, pero no es mi culpa que no me haya criado aquí, que mi padre me haya llevado lejos, yo no tuve una madre, nunca vi su rostro, ni siquiera sé dónde está enterrada o lo que sea que hagan aquí — trato de parecer lo más tranquila que puedo pero tengo miedo.
—Todos te ven como un ángel salvador cuando he sido yo quien les ha buscado comida, quien les provee de todo lo que nos hace falta — me ataca con rayos de energía.
—Arana, cálmate por favor — suplico — podemos hablar sin tener que lastimarnos.
—¿Lastimarme tu a mí? No me hagas reír — lanza otro rayo y caigo al suelo — te paralizaste a la primera, eres una cobarde, no te necesitamos, te queda grande el título de princesa, tu madre estará retorciéndose en las llamas por ver la hija que tuvo — un enojo profundo aparece en mí, el rubí que está en mi cuello brilla.
La tierra en la que estoy parada comienza a temblar, de mi mano derecha brota una guía de espinas, muevo mi brazo y ondeó la guía hasta que esta golpea a, Arana, esta cae al suelo, veo sangrar su rostro, esta hace que las raíces de los arboles salgan de las profundidades, las ramas de estos se vuelven guías, a mi alrededor aparece un circulo de fuego dorado impidiéndoles tocarme, levanto mis manos hacia el cielo.
—¡Basta! — Grito — ¡Basta! Yo no soy la culpable de tu trauma, no eres la única que tiene algo por lo que luchar, no eres la única huérfana aquí — la miro desafiante — Muscari, no es mi padre pero tengo suerte de contar con él, decide de qué lado estas.
—Tu a mino vas a venir a ordenas, eres una aparecida, venida a más, dices sentir dolor por que hemos sobrevivido, pero no puedes sentir lo que no has vivido.
Arana, levanta una de sus manos hacia el cielo, las nubes se vuelven grises, rayos y truenos iluminan en un santiamén, mi cuerpo flota hasta estar a su altura, dirige los rayos y truenos hacia a mí, pero estos se desvían, pues el fuego dorado que me rodea los ha impedido.
—Yo soy, Cala, princesa y única descendiente de Aethiopica, ante mi perecerán todos aquellos que han hecho daño y tú te estas pudriendo con tu rencor, úsalo, usa eso para destruirla, juntas, unidos podremos hacerlo — le tiendo mi mano — ¿Qué decides? — Su expresión cambia, sonríe como si nada de esto hubiera pasado.
—Mi trabajo está hecho — dice tranquilamente.
—¿Qué? — es lo único que puedo decir.
—Solo tenía que tocar tu punto débil para que en verdad dejaras salir ese miedo que te tenia bloqueada, mírate eres toda una princesita llena de carácter - se acerca a mí — ¿Me odias? — La miro incrédula — tenía que hacer que sacarás tu coraje de alguna manera, lo que dije no lo siento.
—Desde que llegue a ese bosque en el que nos encontramos, me he sentido más rara de lo normal, escucho lamentos, quejidos, este lugar es una carga de todo eso — confieso — desde niña he soñado que, corro en un bosque, el lamento de algo persiguiéndome, pájaros negros por encima de los arboles iluminados por la luna. La marca que tengo en mi muñeca derecha quemándome, un gran dragón negro con grandes alas y alguien con una gran capa de terciopelo sobre su cuerpo y con una capucha sobre su cabeza, levanta su mano y una luz cegadora. Mis sueño siempre termina con esa luz, mi papá no sabe de mi sueño, pero el día que llegamos al bosque y me contó toda esa historia que creía era m cuento para dormir, el sueño apareció en mi mente.
—No sé lo que puede significar pero quizás mi abuela pueda ayudar — escucharla me da una esperanza.
—¿Cómo es que llegamos a este lugar?
—Las flores que estaban en esa guía nos trajeron, solo con pensar un lugar apareces ahí, pero.
—Ya vamos con el pero — ash
—Pero también si no lo sabes usar puede ser la entrada de, Anssana.
—¿Pero si, Anssana, tuviera de esas flores podría aparecer de todas maneras? — pregunto preocupada
—Nosotros que conocemos este lugar no necesitamos visualizarlo por así decirlo, ella necesita de estas flores y haber estado aquí para poder entrar, como mi abuela dijo antes, este lugar es uno de los que dejo protegidos tu madre.
Orquídeas blancas que te pueden llevar a donde hayas estado, es algo muy fantasioso que si no lo hubiera visto no lo creería.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro