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Capítulo65

Esta historia está publicada en papel por el equipo Penguin Random House grupo editorial. Puedes encontrarlo en diferentes países (explicados en un capítulo especial) y también vía Amazon. 


Era un beso triste, como si jamás fuese a besar sus labios nuevamente. Las lágrimas se mantenían en mis ojos cerrados, mi garganta estaba apretada y lo único que pedía es que ese momento no acabara pronto.

CAÍN.

No me detuve y ella tampoco me detuvo. Podía sentir sus ganas de mandar todo a la mierda, pero luego ahí estaba rendida conmigo... Besándome sin pedir nada a cambio y nada me hacía sentir peor que eso. Ambos estábamos dañados, compartiendo dolor y más estupidez que alegría. Mi garganta estaba apretada y controlando mis ganas de mandar todo la mierda como ella quería, la atraje más a mí apretando mis dedos en su piel.

Se separó de mí en un segundo. Sus ojos café se quedaron fijos en los míos, hinchados y cristalinos.

- Caín -Su voz se quebró.

- Te necesito -Bajé la voz mirándola.

Ésta vez fue ella quien se acercó a besarme con desesperación. Se notaba a kilómetros lo mucho que nos necesitábamos el uno al otro. Ninguna persona a nuestro alrededor tenía el poder que tenía ella sobre mí ni yo sobre ella. Cuando estábamos los dos, solos, mirándonos fijamente todo desaparecía y ya ningún sentimiento ajeno importaba. Nos volvíamos totalmente egoístas juntos, pasábamos a llevar a quien se nos diera la puta gana para ser tan sólo una tarde felices y quedar satisfechos.

La atraje hacia mí subiéndola a mis caderas, entré al departamento y me dirigí con ella en mis brazos a su habitación. No había palabras entre nosotros, no había culpa, no había nada más que un "Te extraño" oculto tras miles de egoísmos.

Me posicione encima de ella besando cada centímetro de piel descubierta. Nuestra ropa se volvió un estorbo. Nadie era más mía que ella, ni nadie más suyo que yo. Cuando sus labios hacían contacto con mi piel me sentía en el cielo y cuando sus dedos se enterraban en mis tatuajes no podía existir un dolor más satisfactorio. Éramos nuestros y nada se interponía. El orgullo y dignidad de ambos se iban a la mierda cuando se trataba de ambos. Podríamos habernos llenado de palabras queriendo superarnos, pero cuando nos teníamos frente a frente... El viento y tensión entre nosotros mandaba a la mierda esas palabras crudas y sin sentido.

Bloqueé todos sus movimientos adentrándome en ella con delicadeza, al principio siempre parecía ser amor, pero al final simplemente era sexo desenfrenado y satisfactorio para ambos. Ella me miraba a los ojos, yo sólo quería cerrarlos. Oía sus gemidos con satisfacción y sus uñas en mi espalda me hacían ser aún más agresivo.

Todo siempre termina bien... En este tipo de situaciones.

Mi cuerpo cayó encima de ella. Su corazón y el mío al mismo ritmo, pero nuestros pensamientos en diferentes sintonías.

Me acosté a su lado mirando el techo, ella se quedó mirando mi perfil.

- No sé hasta qué punto podemos llegar -Escuché su voz a mi lado.

- Yo tampoco lo sé -Mi mirada siguió en el techo.

Se puso de pie completamente desnuda. Su cabello negro llegaba hasta su cintura, volteó y caminó hasta el baño. Tan hermosamente irreal.

Desperté de mis pensamientos cuando escuché el agua de la ducha. Ninguna sonrisa se paseaba por mi rostro y al parecer tampoco por el de ella. Tomé mi ropa y caminé hasta el baño de Dante, me di una ducha rápida, incluso salí antes que ella y me vestí. Me senté en un banco del balcón y encendí un cigarrillo, no fumaba hace tanto tiempo que hasta me daban ganas de toser.

Cailín salió con su cabello húmedo y con ropa nueva. Se quedó mirándome y se sentó a mi lado en el balcón.

- ¿Desde cuándo fumas de nuevo? -Me preguntó.

- Desde hace dos minutos -Respondí exhalando el humo y luego tosiendo.

Nos quedamos en silencio y el timbre sonó. Cailín me dio una mirada fugaz, pude sentir el miedo en sus ojos, pero se puso de pie decidida. Abrió la puerta, miré por entremedio de la persiana, era Tyler. Vi que se saludaron con un beso en la boca, la misma boca que yo estaba besando hace minutos.

- ¿Estás sola? -Le preguntó.

- No -Le respondió ella. -Estoy con Caín.

Corrí la persiana que separaba el living del balcón, le hice un gesto a Tyler y él me respondió el mismo gesto.

- He venido a ver cómo está -Le dije. -Me estoy fumando un cigarrillo, no puedo entrar para saludarte.

- Está bien -Respondió Tyler saliendo al balcón y tendiéndome una mano, la recibí y luego seguí fumando mi cigarrillo lentamente. - ¿Y Dante?

- Fue por Zoe -Escuché la voz de Cailín.

- Creo que es hora de irme -Boté el cigarrillo y entré al departamento. -Adiós Tyler -Me despedí de él. Luego mi mirada se fue directamente a ella. -Adiós Cailín, me alegro de que estés mejor.

- Gracias -Respondió con su voz en un hilo. Besé su mejilla y luego me fui.

Se sentía mal dejarla ahí con él, pero qué más da. Sigo completamente destruido después de esa escena tan estúpidamente íntima entre los dos, no logré renovar ni un poco mi corazón desecho ni tampoco armar las piezas del rompecabezas de mi vida. Sólo vine aquí para dejarle claro que sigo enamorado de ella e irme a casa seguro de que ella sigue enamorada de mí.

CAILÍN.

- ¿Estuviste llorando? -Me preguntó Tyler.

- No -Respondí de inmediato. -Estuve leyendo desde el celular por mucho tiempo y comenzaron a dolerme los ojos -Mentí.

- Ah... ¿Realmente él vino para saber cómo estabas?

- Si -Mentí. Era irreal la forma en cómo se me hacía fácil mentir cuando se trataba de Caín.

Tyler miró en silencio el departamento y luego apoyó su espalda en el respaldo del sillón.

- ¿Quieres algo? -Le pregunté.

- No, almorcé hace poco -Me sonrió. Le sonreí de vuelta. -Te extrañaba -Me abrazó y luego besó mi cuello.

Suspiré en silencio. Sus besos se fueron a mis labios, parecía como si él quisiera intensificar el beso, pero me detuve en seco.

- No, Tyler -Lo detuve.

- ¿Por qué? -Me sonrió. -Estamos solos.

- Lo sé, pero Dante pronto volverá.

- ¿Y?

- No.

- Está bien -Rodó los ojos.

Gracias a Dios, Dante llegó veinte minutos más tarde, lo que me hizo mirar a Tyler con cara de "Te lo dije". La verdad es que con Tyler no ha pasado nada más allá. Hemos tenido suficientes oportunidades para hacerlo, pero siempre hay algo que impide que lo hagamos o simplemente soy yo que no quiero continuar con eso.

Cuando llegó la noche, Tyler tuvo que irse, ya que al otro día había clases. Todavía estaba marcando ocupado y mirando mi cama desordenada. Quise borrar todo lo que había pasado de mi cabeza haciendo la cama, pero se me hacía tan difícil. Me tendí mirando el techo recordando que hace algunas horas a mi lado estaba Caín desnudo enseñándome todos sus tatuajes, es tan para mí, pero tan dañino a la vez.

Mi primo golpeó la puerta de mi habitación unas cuantas veces hasta que lo hice pasar, cerró la puerta a su espalda y se sentó en el sofá que había a un lado de mi cama.

- ¿Caín vino a verte? -Me preguntó.

- Si ¿Eres adivino o algo?

- No -Me respondió. -Me había dicho que iba a venir a verte para saber cómo estás después del accidente.

- Ah, sí vino -Respondí.

- ¿Y?

- Me contó que fue a ver a Darell a prisión -Le comenté y él abrió un poco más sus ojos. -Dijo que Darell fue quién se entregó a la policía, que yo no había tenido la culpa de nada.

- ¿Estás bromeando?

- Claro que no.

- ¿Estaba mal?

- Muy mal, Dante -Lo miré. -Está muy arrepentido por cómo se comportó conmigo. Estuvimos conversando, sacando todas las cosas que él tenía para decirme y yo simplemente quería escucharlo.

- ¿Y?

- No lo soporté, primo. -Le conté. Aunque él sabía a lo que me refería, era absolutamente obvio que quería escucharme. -Nos besamos y todo.

- ¿Todo?

- Todo -Bajé la voz.

- ¿Por qué tan fácil, Cailín? -Frunció el ceño, confundido.

Sólo había una respuesta ante esa pregunta.

- Él sigue siendo la parte que no puedo quitar de mi pecho, Dante -Confesé. -Es como si me importara una mierda todo cuando se trata de él. Soy capaz de dañarlo a él, a mí y a todas las personas que están incluidas en mi vida por tan sólo minutos de alegría.

- Las cosas no son buenas así, Cailín -Dante parecía más disgustado de lo que se escuchaba. -Caín es como mi hermano, lo sabes. Pero siento que esto ya se salió del control de ustedes.

- No lo sé -Miré un punto fijo en el cobertor de mi cama.

- ¿Piensas decirle a Tyler?

- Si -Levanté mi vista chocando con la de él.

- ¿Qué crees que te diga?

- Ni idea -Me encogí de hombros. -Supongo que no sabrá que decirme. Siento que es tan bueno, que hasta podría perdonarme ésta estupidez.

- ¿Y tú qué esperas?

- Yo espero que llegue mañana y mi cabeza esté aclarada, eso es lo único que quiero en este momento.

- Sea lo que sea, te apoyaré.

- Gracias -Le sonreí.

--

Parecía como si jamás hubiese pasado.

La ducha fue lenta y llena de pensamientos erróneos. No podía ni siquiera imaginar el rostro de Tyler cuando le dijera todo lo que había pasado con Caín.

Para mi mala suerte, el día se pasó muy rápido. No quise comentarle nada a Annie, sentía que ésta vez necesitaba guardarme todo para mí porque nadie más que yo me entendía mejor.

Mi teléfono sonó en mi bolso, lo saqué mirando la pantalla "Tyler". Respiré profundo antes de contestar. Me gustaría que en este momento no existiera nada más que mi cuerpo en este mundo.

- ¿Hola? -Contesté mirando la calle por si venía el autobús.

- Hola ¿Cómo estás?

- Bien ¿Y tú? ¿Ya saliste?

- Estoy bien y no, todavía no salgo. Han alargado una hora más de esta clase, luego iré a verte.

- Está bien -Respondí. -Entonces nos vemos más tarde.

- Así es Cailín, adiós. Nos vemos -Colgó.

Llegué al departamento y Dante no estaba, obviamente estaba en la misma clase que Tyler. Dejé mi bolso en el sillón y me dirigí a mi habitación, amarre mi cabello en una coleta y luego me senté en la cama. Estuve revisando algunos cuadernos, pero la verdad es que no lograba concentrarme. Hay veces en donde me gustaría desaparecer de la faz de la tierra. No hay nada peor que sentir incertidumbre.

Mi celular sonó con un mensaje de texto, miré la pantalla leyendo "Caín". Mi estómago se contrajo. Lo abrí y ahí se extendía.

"¿Estás ocupada?"

"Si" Le respondí el mensaje.

"Quiero que hablemos sobre lo que sucedió ayer"

"Hoy no puedo, lo lamento"

"¿Cuándo puedes?"

No contesté.

Era un día frío. A veces no entendía mucho el clima, pues puede ser invierno, pero hay un día en donde siempre hace mucho calor, como también puede ser verano y hay un día en donde hace mucho frío.

Pasó una hora en donde mis nervios cada vez eran más notorios. Todo era tan irreal en mi cabeza. No quería encontrarme a Tyler de frente para decirle la verdad, pero ya tenía una decisión y nada ni nadie me haría cambiarla.

Escuché la puerta de entrada abrirse, la voz de Dante y Tyler hicieron que mi corazón se acelerara aún más. No era un gran momento para estar nerviosa, mi vida iba a irse a la mierda nuevamente. Pero necesito recuperar a la antigua Cailín, soy honesta y no tengo pelos en la lengua para decir las cosas, pero Dios... Tengo sentimientos.

Salí de mi habitación encontrándonos de frente. Besé a Tyler y luego a mi primo en la mejilla. Dante enseguida buscó algo para comer, pero al parecer Tyler no tenía mucha hambre.

-¿Cómo puedes comer tanto? -Le preguntó Tyler. -Almorzamos hace una hora.

-No importa -Dante se encogió de hombros. -Éste cuerpo necesita nutrirse bien.

Tyler y yo reímos de mi primo.

- ¿Cómo estuvo tu día? -Escuché su voz.

- Normal, se me ha pasado bastante rápido. ¿Y el tuyo?

- Agotador -Resopló. -Y a las seis debo ir a entrenar.

- ¿Y si vamos al parque? -Le pregunté cambiando radicalmente el tema de conversación. Él frunció el ceño.

-¿Segura? Hace frío.

-No importa, sólo quiero tomar aire y hablar contigo a solas.

-¿Sobre qué?

- Vamos -Me puse de pie por inercia. Creo que ninguno de mis movimientos o palabras estaban siendo pensados.

Salimos del departamento dirigiéndonos al parque que se encontraba al frente. Nos sentamos en una de las bancas. Apoye mi espalda en el respaldo y respiré profundo haciendo que el aire blanco saliera de mi boca.

- ¿Qué pasó? -La voz de Tyler se mantenía firme. Lo miré en silencio buscando las palabras adecuadas, pero ¿Qué palabras adecuadas hay para dañar a alguien? "Espero que esto no te afecte..." Que estupidez, claramente no hay.

- Hay algo que debo contarte, pero no sé por dónde empezar.

- Presiento que será una larga tarde -Quitó la mochila de su espalda y se apoyó en la banca al igual que yo, mirando un punto fijo en frente de nosotros.

Me acomodé para mirarlo. Sus ojos azules estaban fijos en tal vez un árbol del parque, pero yo me mantenía mirando su perfil.

- Ayer cuando Caín vino a verme estuvimos conversando sobre algunas cosas -Comencé paulatinamente. -Me contó que su padre había sido el que se entregó a la policía y que yo no tenía la culpa de nada. -Suspiré. -Está muy arrepentido y muy mal.

La mirada de Tyler se fijó en la mía, pero no dijo nada.

- Lo extraño -Confesé. -Pero también sé que me hace mal. -Ahora la mirada azul de Tyler se mantenía fija en mis ojos. -Cuando nos conocimos tu y yo, dijimos que seríamos totalmente sinceros ¿No? -Él asintió. -Quiero ser honesta contigo.

- Pues adelante.

- Me besé con Caín -Luego de decir eso tragué saliva.

- ¿Sólo besos? -No había ningún rastro de expresión en su rostro.

- No -Respondí dolorida.

Tyler desvió su mirada hacia adelante y respiró profundo.

- Creo que he sido muy estúpida en mi vida y en éste momento estoy en la cúspide -Confesé y él negó con su cabeza, pero no me miraba. -Siento que no puedo con todo lo que pasó y con lo que está volviendo a pasar.

- ¿Y cuál es tu solución?

Aún no explotaba el Tyler que esperaba. Tan sólo unos segundos faltaban para que comenzara a decirme todas las verdades en mi cara, prefería eso antes de un Tyler totalmente reservado.

- Creo que es tiempo de que todo acabe. Siento que todavía no estoy preparada para tener una relación nueva, no quiero seguir haciéndote daño gratuitamente ni que tu me soportes así.
- ¿Dices que todo fue una mentira?

- No -Respondí de inmediato. -Cuando te conocí realmente iluminaste todo lo que él había apagado. Siento que te quiero y realmente te quiero mucho, Tyler. Siento que podría estar horas junto a ti sin aburrirme, pero no logro quitar de mi cabeza su imagen. No sé si logres entenderme, creo que nadie más que yo lo hace... Pero si te quiero y por eso quiero que estés bien y te aseguro que lejos de mí es donde mejor puedes estar.

- Si te entiendo -Me miró. -Entiendo que me quieras, entiendo también que puedes estar completamente feliz conmigo y que venga una persona a destruir todo eso con tan sólo un par de palabras. Lo que no entiendo es que... ¿Por qué todas se enamoran de tipos que son así?

- Tal vez porque dentro de todo lo malo, sabes que realmente la mayoría de las cosas son buenas.

- No sé, Cailín -Bajó la voz. Parecía fastidiado.

- Perdón, Tyler -Tragué el nudo de mi garganta. -Sabes que jamás quise hacerte daño.

- Lo sé, pero lo estás haciendo.

Me quedé en silencio mirándolo. Como bien decía, al final del día todo es una mierda.

- ¿Ahora irás detrás de él? -Me preguntó con un tono de voz normal, como si el que me estuviese preguntando fuese mi mejor amigo.

- No sé lo que pasará luego de ésta situación.

- Claramente volverás corriendo a donde él a decirle lo mucho que lo amas y todo eso ¿No?

- No estés siendo sarcástico, realmente me siento muy mal.

- Es sólo que me molesta esta situación, Cailín. Siempre soy honesto contigo ¿Cierto? -Asentí y él continuó. -¿Qué pasa si su padre jamás le hubiese dicho que se entregó a la policía? Él hubiese seguido ignorándote, hundiéndose en su orgullo y no hubiese venido a tu departamento a llorar y dar lástima como lo hizo ayer. Hubiese seguido siendo el idiota que te humilló y trato mal en diferentes ocasiones. ¿Y tu qué? Hubieses seguido conmigo hasta que pasaran los meses y luego te dieras cuenta que seguías enamorada de él. Todo hubiese sido igual, pero más lento y con él lejos y tú sin haberte involucrado con él.

-Tal vez iba a darse cuenta de alguna manera, Tyler. No todas las personas son perfectas, también cometemos errores.

- Pero estás muy equivocada al pensar que puedes estar bien junto a él.

- ¿Qué sabes tú? -Fruncí el ceño.

- No sé las cosas que tuvieron que pasar para estar juntos, pero lo que si sé es que cuando estás en una relación con alguien... No puedes ir dañando a todos los que se les dé la gana o hacerse daño a ustedes mismos, Cailín.

Me quedé en silencio mirándolo. No quería discutir con él.

Tyler se puso de pie y colgó la mochila en sus hombros. Me miró por última vez.
- En realidad Cailín... No sé por qué sigo gastando mis palabras para hacer que recapacites -Me miró hacia abajo. -Espero que tomes la decisión que te haga más feliz y todo siga yendo bien en tu vida.

Me quedé sentada mirándolo.

- Te quiero, Cailín y la verdad es que no quiero verte mal por estupideces ni idiotas.

- Yo también te quiero, Tyler.

- Sólo te diré una cosa que siempre me decía mi mamá -Se agachó frente a mí apoyando sus manos en mis piernas. -Cuando te vuelves un egoísta amando a una persona, detente, piensa y cuenta hasta diez... No lo estarás haciendo bien. Ni para él, ni para ti, ni para nadie.

Besó mi frente y volteó para irse sin mirar atrás. Quedé congelada sentada en la banca. Creo que por primera vez dentro de mi alocada existencia con Caín estaba siendo solidaria y pensando en alguien más.

Me quedé sentada en la banca del parque por un largo tiempo, tratando de encontrar la solución que me hiciera bien.

Me duele haber acabado de ésta manera con Tyler, tan repentina, tan brusca y sin dolores. Fue como si él estuviese esperando que le dijera algo así, pero ¿Qué más voy a esperar? Prácticamente lo engañé con Caín y siento que la verdad fue bastante solidario al no tratarme como una puta como lo hizo una vez Ian y también Caín diciéndome que era fácil cuando jamás dormí con Tyler.

No sé si mi estadía en ésta ciudad ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida. Rescato el reencuentro que tuve con Annie y lo genial que ha sido convivir con mi primo, también rescato el grupo de amigos que logré tener y los momentos buenos que me regaló Caín y su temperamento.

En este largo año, he aprendido que no todo es color de rosas. Hay personas malas, prácticamente que se están pudriendo por dentro y quieren hacerle daño a cualquier idiota que esté cerca, como Mark, como Kendall en un principio. También aprendí que hay personas que te apoyarán estén de acuerdo contigo o no, te regañarán, harán de tu cabeza un lío, pero finalmente todo eso lo hacen porque tan sólo quieren lo mejor de ti, como Dante y Annie. Hay seres que aparecen en tu vida para que te des cuenta que existe el despecho, el rencor y el orgullo. También que después de todo, esos seres son personas totalmente buenas que tan sólo utilizaste, pero que quieres únicamente de manera especial... Como Ian. Hay personas que son caídas del cielo, que cuando estás mal siempre aparecen para alegrar tu vida y llenarla de colores, te hacen olvidar por un tiempo que estás viviendo una mierda de vida para llevarte a su vida y hacerte entender que no todo es tan malo como parece. Esa gente sólo espera lo mejor de ti y están dispuestos a todo por ver una sonrisa en tu rostro, pero luego de tanto encariñarte con tal persona, has llegado a un punto en donde te sientes egoísta por estar haciendo daño sin darte el menor tipo de cuenta. Que son tan buenos y tú tan mierda, que son tan alegres y tu sólo llegas a entregarles frustraciones. Que tienen demonios, si, pero tienen más amor por la vida que tú... Tal como Tyler. Y está él o ella... La persona que logra enamorarte, arrancarte el corazón para llevarlo consigo todo el tiempo. Es capaz de hacerte sonreír en dos segundos y luego quebrarte con un par de palabras. Impulsivo, frío y a la vez intenso. Lleno de demonios que tú estás dispuesta a combatir para estar junto a esa persona, pero llegas a cierto punto en donde no puedes entrar, su puto orgullo. Aquella persona que no le importa si te hace daño porque tiene más que claro que tu estarás a su lado quieras o no. Aquel que te derrite con una mirada y es capaz de todo por ti y tu de todo por él. Una persona con tanto odio que le asusta enamorarse o sentir que necesita a otra persona. Independiente y descariñado. Conflictivo y masoquista. Esa persona que a pesar de que puedas tener miles de tipos en tu vida, nunca dejará de poseer tu mirada ni tu corazón... Así como Caín.

Tal vez si me hubiese quedado junto a mi tía, nada de esto me estaría pasando... Pero como dice ella "Todo pasa por algún motivo" o "Todo pasa por algo" Así creo que decía.

CAÍN.

Estuve la mayor parte del día mirando los mensajes de texto para saber si ella los respondería, pero no fue así. Anthony me dio el día libre, ya que según él, me notaba cansado emocionalmente. Lo estoy. Después de lo que pasó con Cailín en el departamento, no pude evitar ilusionarme nuevamente con que iba a perdonarme, pero no puedo ser tan estúpido, ella jamás perdonará todo lo que le dije e hice.

Los minutos parecían pasar lentamente, evité mirar el celular una vez más. Ella no vendría aquí, ni me llamaría ni mandaría mensajes aunque su vida dependiera de ello. Ella tenía orgullo al igual que yo.

Lo que no pude evitar fue pensar en todo lo que había hecho para que ella se alejara de mí y lo egoísta que estoy siendo con ella al ir a su departamento a contarle lo ocurrido, hacerla sentir sensible, aprovecharme y besarla y terminar teniendo sexo. Egoísmo puro. Tal vez ahora ella tenga un lío con Tyler quién se supone que la hace "feliz", hijo de puta. Si tan sólo el no hubiese aparecido de repente en este momento tal vez no me sentiría tan culpable.

El timbre sonó y dude en ponerme de pie para abrir, la verdad es que no tenía ganas de recibir visitas. De todas formas me puse de pie, ya que la televisión estaba encendida y se notaba que había alguien ahí adentro.

Ni siquiera miré por el ojo de la puerta. Giré la manilla y luego abrí, mi mirada chocó con sus ojos café. Ella había estado llorando y si no la conociera tanto no podría decir que estaba a punto de llorar nuevamente. Sus ojos se fijaron en los míos y no tuve reacción alguna, parecía un sueño. Después de estar pensando en que no vendría jamás por mí, ahí está.

- Cailín que...

Las lágrimas recorrieron sus mejillas y se lanzó a abrazarme con fuerza haciendo que mis palabras quedaran en el aire suspendidas. Sólo pude reaccionar a corresponder su abrazo, pero ella se separó de mí unos centímetros y me besó. Ese beso llegó a mis pulmones. Me llenó de oxígeno nuevo, hizo que mi corazón latiera más rápido de lo que ya lo hacía. Tan sentido, tan íntimo, tan mío. Las lágrimas seguían recorriendo sus mejillas, pero en ese momento nada importaba, ella estaba ahí.

Tan comprensiva, inteligente, hermosa, inmadura un par de veces, infantil, orgullosa, cariñosa, amiga, confidente, honesta, conflictiva, sensible y chillona. Era mía. Blanca Nieves de carne y hueso estaba ahí para mí. Ella, con todo el orgullo que podía sentir conmigo decidió quitárselo para besarme y abrazarme. Para sentirme cerca. No le importó si yo estaba solo, con gente, dispuesto a verla o no. Ella sólo vino aquí llenando sus pulmones de valentía y quitando tal vez la última gota de dignidad que le quedaba para entrometer cariño y perdón dentro de nuestros errores. Es perfecta. Tan perfecta que dudo que sea perfecta para mí, pero en esta vida me conoció y conmigo es con quién ella eligió estar, sea un imbécil, un hijo de puta, un estupido, orgulloso y un idiota que no mide sus palabras... Ella decidió estar conmigo ignorando todo tipo de mal comentario respecto a nuestra relación. Evitando quiebres emocionales de su amiga y enojos de su primo y mi mejor amigo.

En toda nuestra existencia en el mundo vamos conociendo a un sinfín de personas, buenas, malas, ricos, pobres, etcétera. Pero no todas esas personas logran dejarte sin aliento. Llega un punto en tu vida que no sabes si estás soñando o estás despierto, pides que alguien te de una bofetada para despertar, pero la bofetada no llega. Hay un cruce de miradas, unos microsegundos en donde sólo una persona puede quitar todo el aire de tus pulmones y dejarte estático. Estés donde estés, vayas con quién vayas. De la forma en cómo conocí a Blanca Nieves, es dudoso decir que me dejó sin respiración o que me enamoré a primera vista de ella, pero si hubo cruces de miradas eléctricas que me dejaban estático por algunos segundos. Ella podía odiarme, pero me encantaba mirar como me odiaba. Me gusta la forma en cómo camina, sus labios al hablar y sus cejas fruncidas cuando está discutiendo, incluso me gustó cuando estaba despeinada y con sus uñas partidas por haber golpeado a Kendall.

No sé en qué momento pude cambiar tanto por una persona. No lo creía posible.

Pero ella está aquí, yo estoy con ella. Me está besando y abrazando, más cerca del paraíso no puedo estar.

***

FIN.

BESOPOS XOXOXO

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