Capítulo63
Esta historia está publicada en papel por el equipo Penguin Random House grupo editorial. Puedes encontrarlo en diferentes países (explicados en un capítulo especial) y también vía Amazon.
*
Fue como si hubiesen clavado algo en mi pecho. Me sentí traicionado, imbécil, un hijo de puta en carne y hueso. Fue como estar dormido y despertar con espinas y agua fría en la espalda. Pestañé un par de veces y antes de golpear cosas quise respirar profundo auto controlándome, no quería que los gendarmes vinieran por mí.
- ¿Por qué? -Mi voz estaba controlada. Creo haber puesto un cien por ciento de mi voluntad.
- Antes de ir donde Mark, estuve pensando mucho -Confesó. -Quería pagar por toda la mierda que he cometido. Es tan fácil hacer daño y tan difícil arrepentirse -Sus ojos me miraban fijamente. -Entonces sin pensarlo dos veces fui a la comisaría, dije mi nombre y entregué las cosas con las que había matado a Mark. Algunos policías amigos me intentaron hacer recapacitar diciéndome que podían hacer de todo por sacarme de ahí, pero dije que no. Me siento muy culpable, Caín. Siento que merezco estar aquí... Que en realidad lo merecía hace tres o cuatro años atrás, pero como dices tú -Se acercó a mí. -Nunca es tarde para tomar buenas decisiones.
- ¿Por qué no me lo dijiste antes? -Le pregunté, me sentía totalmente mal.
- Porque no -Comentó. -Pensé que aprenderías de tus errores como yo no lo hice, pensé que serías más inteligente antes de culpar a la primera persona que estuviese contigo en ese momento.
- Eres un mentiroso, jamás cambiaste -Escupí. - ¿Por qué esperas que yo haga algo si tú no lo hiciste? -Subí el tono de mi voz. -Soy tu hijo ¡Maldita sea! Tengo tu puta sangre y debes tener más que claro que hacemos lo mismo cuando estamos enojados.
- ¿Crees que es culpa mía no haberte dicho para que actuaras así con la chica que estaba o está enamorada de ti e hizo de todo por sacarte adelante? -Frunció el ceño. - ¿Crees que yo soy el culpable de tu actitud?
Me quedé mirándolo por unos segundos. La verdad es que él no tenía la culpa de nada.
- No -Respondí de mala gana. -Soy un idiota -Escupí. -Si tan solo hubieses hablado en ese mismo momento yo estaría con ella ahora ¿Sabes? -Lo miré fijamente.
- Aprende de tus errores, Caín -Repitió. - Cuando tienes a alguien a tu lado que da todo por ti, no puedes de un segundo a otro culparla de todo lo malo que ha pasado en tu vida. Hay veces en donde tienes que mirar más allá.
- Estás loco -Me puse de pie.
- ¿Dónde vas?
- Me voy de ésta porquería en donde sí quieres estar.
- No te vas de aquí antes de darte cuenta de todas las cosas idiotas que has hecho -Me señaló amenazante. Lo miré fijamente y me senté nuevamente.
- ¿De qué demonios quieres que me dé cuenta ahora? ¿De qué fui un hijo de puta con ella? Lo admito, sí, pero por tu culpa.
- ¿Por qué crees que es mi culpa?
- Por no haber hablado antes porque si me hubieses dicho desde un principio que estás aquí porque quieres, yo hubiese ido antes a disculparme con ella porque realmente ella es lo único que necesito -Dije con rabia entre mis palabras.
- El único culpable aquí del sufrimiento de esa chica, eres tú -Dijo frío. -Y te lo digo de esta manera tan fría para que te des cuenta. Si tan sólo hubieses escuchado todo lo que ella tenía para decirte y hubieses confiado en ella, nada de esto estaría pasando. Te adelantaste a tratar mal a la única persona que confió en ti cuando estabas en la mierda, a decirle que todo era su culpa, cuando ambos sabemos que me entregara o no a la policía yo merezco estar aquí ¿No? -Sus ojos estaban fijos en los míos. -Ella hizo de todo por sacarte de la mierda, Caín. Hasta vino a hablar conmigo como última opción para ayudarte y ¿Qué hiciste tú? Te hundiste en tu puto orgullo. No dejaste que la persona que te amaba más que cualquier chica puede quererte desde ahora en adelante te protegiera como lo hiciste tú cientos de veces con ella -Me sacó en cara. -Era sólo una vez en donde ella quería demostrar su amor por ti y tú la mandaste a la mierda. Te encerraste excluyéndola de tu vida. ¿Y crees que todavía yo soy el culpable? Tú y tu puto orgullo son los culpables de que hoy seas el ganador de boxeo nacional y no tengas lo que realmente quieres que es a ella.
Me mantuve en silencio y me puse de pie, tenía razón. Lo miré por última vez y caminé para salir de ahí. Pase frente a los gendarmes y me retiré en silencio. Estaba estúpidamente enojado con él y a la vez conmigo. En cierto punto Darell tiene razón, no le di prioridad a la única persona que en ese momento se mantenía a mi lado confiando en que iba a cambiar, le fallé como nunca.
Salí del lugar dirigiéndome a mi auto, me subí y senté. Apoyé mi cabeza en el respaldo del asiento pensando lo peor. Golpeé el volante con la palma de mi mano, enojado. Mi garganta estaba apretada y sólo quería hablar con ella ¿Por qué ahora? He sido un imbécil, no soy capaz de ponerme frente a ella para decirle "Nada es tu culpa, perdóname" Al fin y al cabo no creo que me entienda.
Mi siguiente parada fue el sucio gimnasio, no había entrenamiento, pero necesitaba hablar con Anthony antes de que mandara a todo el mundo a la mierda.
- ¿Qué haces aquí? -Me preguntó. Estaba entrenando a unos chicos.
- He venido a hablar contigo.
Él frunció el ceño mirándome. -Respecto al dinero que pusiste en mi casa la tarde pasada ¿Por qué lo hiciste?
- Eres mi entrenador y representante, mereces la mitad -Me encogí de hombros. -Pero no vengo a hablar de esa mierda.
- ¿Vienes de la cárcel? -Se quedó mirándome.
- Si -Respondí. Le había comentado a Macheen que iría a ver a Darell.
- ¿Y?
Me senté en un banco y él se quedó de pie mirando como peleaban unos chicos en el ring.
- Darell se entregó a la policía -Dije con un gusto amargo. Él volteó a mirarme sorprendido, pestañó un par de veces y yo asentí en silencio. -Soy tan estúpido, Anthony.
- ¿Fuiste a hablar con Cailín?
- ¿Con qué cara quieres que la mire?
- Con la misma cara de idiota que tuviste todas las veces que le sacaste en cara que había tenido toda la culpa porque tu padre cayó en prisión.
- Estoy hundido.
- No -Se quedó mirándome. -Nunca es tarde.
- Si tan sólo Darell hubiese hablado antes nada de esto estaría pasando.
- Claro -Se encogió de hombros irónicamente. -Pero luego vendría un problema y aunque ella haya sido la única que está contigo la hubieses culpado igual.
- Claro que no.
- Claro que si -Frunció el ceño.
Pase una mano por mi cabello. La verdad es que no quise seguir hablando y me fui al departamento. Lo único que hice ahí fue moverme de un lado a otro intentando meter en mi cabeza que el único imbécil había sido yo. La traté tan mal, fui tan estúpido.
Mis ojos cristalizados no me permitían ver con claridad las cosas a mi alrededor. Estaba desesperado. Miré en silencio la pulsera que se encontraba en mi muñeca. Debía llamarla, tal vez jamás va a entender mi actuar con ella, pero de alguna u otra manera debo pedirle perdón.
Marqué su número con nervios, pero luego de que me mandara al buzón de voz unas tres veces, llamé a mi amigo. Demoró en contestar.
- ¿Hola? -Contestó Dante.
- Hola hermano ¿Cómo estás? -Pregunté con un nudo en mi garganta. Me sentía tan estúpido y en el momento en que Dante supiera todo, iba a tratarme de imbécil como todos lo han hecho.
- No tan bien ¿Y tú? -Respondió de mala gana. Al parecer había llamado en un mal momento.
- Creo que estamos igual -Me removí inquieto por el departamento.
- ¿Ya te enteraste?
- ¿De qué? -Fruncí el ceño confundido.
- Cailín tuvo un accidente anoche -Me contó.
En ese momento sentí que mi respiración se cortó. Tragué el nudo de mi garganta tratando de no pensar lo peor.
- ¿Cómo? ¿Dónde está? -Tomé las llaves del departamento por inercia junto a las llaves del auto.
- Hospital central ¿Vendrás? Aquí te cuento.
- Si, claro -Salí del departamento y luego cerré. Bajé en el ascensor apretado el botón "1" frenéticamente pensando que éste bajaría más rápido. -En quince minutos estoy ahí, Dante.
-Está bien, nos vemos hermano -Se despidió y luego colgó.
Creo que la velocidad del auto marcó más de lo que alguna vez corrí. Estuve en diez minutos en el hospital central pensando en que sólo había sido algo pequeño, no quería pensar estupideces aparte de lo que me había enterado con Darell. El día no podía ser peor.
Me dirigí a la sala de urgencias y ahí estaba Dante, Zoe y Annie. Los saludé y los tres se quedaron mirándome sin expresión en su rostro. Annie tenía sus ojos hinchados por haber estado llorando y el rostro de mi amigo lo delataba completamente.
- ¿Qué sucedió? -Pregunté en un tono bajo para el que si dispusiera a contarme.
- Anoche salió junto a Tyler a una fiesta, por lo que me contó Tyler, había un grupo de personas cerca de ellos que comenzaron a pelear y luego se armó una pelea enorme dentro del lugar. Tyler sostuvo a Cailín a su lado y caminaron hacia donde toda la gente estaba corriendo para salir. Tyler dejó a Cailín delante de él cuando vio a un tipo reventar en la cabeza de Cailín una botella de vidrio -Comentó Dante. -Tyler no pudo hacer más que sacar a Cailín del lugar en sus brazos porque se había desmayado. La subió a su auto y hace poco fue a su casa a comer algo y volverá más tarde.
- ¿Qué han dicho los doctores? -Quise ignorar todo tipo de orgullo que tenía en contra de Tyler en ese momento.
- Que ella todavía no despierta -Respondió. -Le han estado haciendo exámenes. Está con oxígeno, suero y cuello ortopédico. También con una herida profunda en su cabeza, pero todo está marchando como ellos quieren por el momento.
Respiré profundo y me senté a un lado de Annie. Ella se quedó mirándome.
- ¿Por qué has llorado? -Le pregunté.
- Estoy preocupada -Respondió.
- ¿Segura que es sólo por eso? -Baje la voz para que sólo ella me escuchara.
- Discutí con Jaxon ayer -Respondió en el mismo tono de voz que yo. Sus ojos enseguida se llenaron de lágrimas. -Estábamos en su departamento bebiendo algo y ocurrió lo de Cailín, me desesperé y quise venir. Él se negó en traerme porque estábamos con alcohol en el cuerpo y él no podía conducir. Lo mandé a la mierda y él a mí. Terminé saliendo a las cuatro de la madrugada de su departamento en busca de un taxi. -Me contó haciéndome sentir incómodo. -Él no fue por mí. El taxista me robó mi bolso, dejándome sola cerca del departamento de Dante. No he visto a Jaxon desde anoche.
- Es un idiota -La miré. -Conozco a mi amigo y sé que llegará aquí pidiéndote perdón.
- Espero -Respiró profundo quitándose algunas lágrimas que habían rodado por sus mejillas.
El tiempo pasó. No había salido ningún doctor a darnos información en dos horas. Ya estaba comenzando a colapsar. Me removí inquieto hasta que me puse de pie y sin decirle a nadie me dirigí a donde estaban algunos doctores conversando.
- Buenas tardes, soy Caín Bennet -Me presenté. Ellos se quedaron mirándome. -Estoy buscando la sala en donde está Cailín Taylor ¿Me pueden decir en dónde está?
Un doctor notó que estaba preocupado y me dijo que lo siguiera hasta que entramos a un pasillo, pero se detuvo a mitad de éste.
-Yo soy el encargado de ésta chica, estamos observándola hasta que despierte. No puede recibir visitas de ningún tipo.
- Lo sé, pero nos han tenido más de dos horas ahí afuera sin siquiera decir una cosa de ella. Somos sus amigos y no estoy dispuesto a que no me informen sobre la salud de Cailín ¿Me entiende?
- Lo comprendo, Caín. Lo que pasa es que no hemos notado avances en estas horas y no iremos a decirles a cada momento como ella se encuentra si está igual a como llegó anoche ¿Comprende?
- No me importa, si debe ir a repetirnos cada segundo lo que está pasando con ella aunque sea lo mismo, usted debe ir ¿Alguna vez ha tenido a un ser querido en éstas condiciones?
- No, pero te entiendo. Cada día hay estos casos. Ella no es la única persona que no ha despertado de un accidente. Sólo lleva algunas horas dormida, otros llevan meses.
- Lo sé, pero no me importa. Ella es única para mí y aunque lleve cinco minutos dormida quiero saber cómo se encuentra -Lo miré fijamente.
- Si quieres puedes entrar a verla por un rato hasta que lleguen las enfermeras.
- ¿En serio?
- Si, creo que si no dejo que entres vas a quemar el hospital -Se burló, pero yo no sonreí ni nada. Lo seguí hasta que llegamos a una puerta, la abrió y me hizo pasar. -Si te preguntan qué haces aquí, diles que el doctor Parker te autorizó. No salgas de aquí porque un guardia te lo pidió, a veces se creen los dueños del hospital.
- Muchas gracias, doctor -Sonreí.
- Nos vemos -Se retiró.
Caminé en silencio pausadamente, sólo se escuchaba una máquina que estaba funcionando. Deslicé una cortina encontrándome de golpe con la camilla en donde se encontraba Cailín. Sus pestañas estaban pegadas a sus pómulos. El oxígeno estaba tapando su nariz y boca, el suero estaba inyectado en su brazo y el cuello ortopédico la mantenía recta. Tragué saliva al ver esa escena tan escalofriante para mí y tan desagradable para ella. Me acerqué aún más a ella, mis ojos estaban pegados en su rostro. Tenía un parche enorme en un costado de su cabeza y el mentón un poco raspado.
- No puedo creerlo -Dije casi a mi subconsciente. -Si tal vez me hubiese mantenido a tu lado, nada de esto estaría pasando.
Me sentía tan mal.
Me senté en una silla que estaba a un lado de la camilla y llamé a Dante para decirle que había logrado entrar a verla, pero que había sido una excepción. Le comenté como se encontraba y luego colgamos.
Cada vez que mis ojos hacían contacto visual con ella sentía que me destruía más por dentro. La extraño y no sé en qué demonios estaba pensando cuando me alejé de la única persona que logró sacar todo lo bueno de mí. Estoy arrepentido de no haber escuchado a mi padre, a Anthony, a mis amigos y a Annie quien se encargaba de decirme a cada segundo lo hijo de puta que estaba siendo. ¿Por qué no me di cuenta antes? ¿Antes de besar a esa chica en la oficina y luego de haber destruido más a Cailín diciéndole y recalcándole que no estábamos juntos? Ya es suficiente. No puedo creer que el orgullo de una persona logre mover sentimientos que se mantenían fijos por ella. Ella es todo. Es la persona por la cual me levantaba feliz por la mañana, iba feliz a estudiar porque debía pasar a su departamento para irnos juntos. Es la persona la cual hizo que saliera de la mierda de vida que estaba teniendo. Cada día despertaba tranquilo porque sabía que lo peor de mi vida podría ser perderla, nada más que eso. Ya no la tengo y la perdí por imbécil, no porque ella haya encontrado alguien mejor que yo ni tampoco por haberse enamorado de otro, sino porque yo arruiné cada uno de los sentimientos que ella tenía hacia éste idiota orgulloso.
Envidio a Tyler, pero no puedo odiarlo. Él no hizo nada para separarnos. Él aún no la conocía cuando yo me encargué de arruinar lo nuestro, pero llegó en el momento preciso en donde Cailín estaba devastada por un amor que tal vez jamás volvería a recuperar la consciencia con ella. Él se quedó con ella luego de que Caín Bennet la mandó a la mierda por algo que no tenía la culpa. Que estupidez. Envidio que ahora él disfrute sus sonrisas, sus carcajadas de niña. Tal vez sus abrazos por la noche, sus besos llenos de cariño y su forma de mirar que hace que cualquier persona caiga a sus pies. Envidio que él tenga tan de cerca su inteligencia para decir las cosas, sus gritos cuando pelea, lo fuerte que era y lo débil que se encontraba cuando estaba cerca de mí. Realmente perdí a quien muchos llamarían la mujer perfecta para mí vida.
De pronto sentí que la camilla se movió, levanté la vista viendo que Cailín movía sus manos y fruncía el ceño. La máquina que enseñaba los latidos del corazón comenzó a sonar con rapidez y las líneas cada vez eran más rápidas.
-¡No! ¡Sácame de aquí! -Soltó un grito que hizo que me levantara del asiento. -¡No me sueltes, no, no Tyler! -Gritó con fuerza. Intenté calmarla, pero cuando descubrí que no lo lograría, iba a dirigirme a buscar una enfermera, pero sus ojos se abrieron de pronto. Miró todo su alrededor hasta que se encontró con mis ojos
- Cailín -Me acerqué a ella de inmediato. Ella miró sus manos, luego llevó la mano a su cabeza tocándose el parche. Iba a quitar el oxígeno, pero la detuve. -No, no lo hagas.
- ¿Qué hago aquí? -Su respiración estaba agitada. -¿Qué ocurrió? ¿Dónde está Tyler? -Se sentó desesperada.
- Calmate por favor -Tomé su mano y ella enseguida la esquivó con agresividad. -Llamaré a una enfermera.
-¿Qué me pasó, Caín? -Sus ojos llenos de lágrimas me suplicaban una explicación.
- Tuviste un accidente, pero ahora todo está bien -Le dije y ella frunció el ceño.
- No, no... -Se quedó mirándome. -Yo no recuerdo -Las lágrimas recorrieron sus mejillas y sé quitó el oxígeno con rabia.
- Ya basta -Me exalté. Me acerqué a ella y la sostuve de sus hombros para que se quedara en la posición que se encontraba. Si iba en busca de una enfermera no sé cuánto podría demorar y no quería dejarla sola. -Todo está bien ahora. -Ella se removía mirando hacia todos lados. -Mirame, Cailín. Mirame a los ojos. -Sus ojos café se clavaron en los míos. -Estoy aquí, nada malo te pasará. Ya pasó, es parte del pasado y debes estar en shock por eso no recuerdas, pero dentro de unas horas ya recordarás todo.
- ¿Qué haces aquí? -Su voz se reguló y yo volví a ponerle el oxígeno.
- Vine a verte -La miré. -Sólo he venido a conversar contigo.
- Quiero a Tyler aquí -Su voz sonó seca. Fue como si estuvieran arrancando mi pecho de un tirón. Me quede helado, ni siquiera pude pestañar ante lo que había dicho.
***
BESOPOS XOXOXO
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro