Capítulo 9
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Me puse de pie mirándolo molesta ¿Realmente era tan impulsivo? Caminé detrás de él mientras le escribía un mensaje de texto a Annie "Me he ido más temprano, trabajo en pareja con Caín el malvado. Nos vemos mañana"
Caín subió a su auto y yo abrí la puerta del copiloto.
– ¿Dónde vamos? –Fruncí el ceño.
– A un lugar en donde hayan personas con problemas psicológicos o traumas.
– En ese caso deberíamos entrevistarte a ti –Dije poniéndome el cinturón.
– ¿Por qué? Si la traumada eres tú –Encendió el auto. Lo miré en silencio. –Ni siquiera tenemos las preguntas que debemos hacerle a la persona que entrevistemos –Dijo mirándome.
– ¿Sabes? –Alcé mis cejas. –No quiero hacer esto hoy ¿Puedes dejarme aquí?
– ¿Eres bipolar o qué?
– Detén el auto –Dije tratando de calmar mis emociones.
– Cailín, ni siquiera sabes dónde estamos.
– Detén el auto, Caín –Lo miré fijamente.
– No.
– ¡Detén el puto auto! –Abrí la puerta y él frenó con rapidez gastando las llantas. Me saqué el cinturón y me bajé del auto algo desesperada. Caín se quedó inmóvil mirándome, estaba sorprendido por mi actitud repentina, pero me importó una mierda.
Caminé en dirección a tomar un autobús, no quería pasar ni un segundo al lado de Caín.
Mientras caminaba, podía sentir que el auto de Caín seguía estacionado ahí, pero ni en un millón de años volvería a subirme. Las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, necesitaba sentarme y pensar, no podía estar tan exaltada en la calle.
– ¿Estás bien? –Una voz conocida interrumpió mi camino. Levanté mi mirada chocando con la de Ian.
– Ian –Hablé secándome las lágrimas –Estoy bien ¿Qué haces aquí?
– Trabajo aquí –Indicó un local de comida rápida que ni siquiera había visto por lo apresurada que estaba. –Salí a botar algo y me encuentro contigo llorando.
– No es nada –Sonreí. –Estoy bien, debo irme.
– ¿Estás segura?
– Si, hablamos luego –Lo miré y él ni siquiera me sonrió. Parecía preocupado.
Seguí caminando sin mirar atrás. No quería encontrarme con nadie más, necesitaba estar completamente sola. Caminé por un largo rato hasta que encontré un parque en el cual podía sentarme en silencio sin que nadie me hablara porque simplemente no quería hablar con nadie.
No sé si lo que siento por Caín es odio o sólo rencor. Algo en mi interior me dice que él no es el culpable de todo lo que pasó y simplemente debo convencerme de eso, pues Caín sólo tenía siete años cuando Darell lo obligó a matar a mi padre. Estuve ahí, no puedo culpar a Caín por algo que yo misma vi. Si Caín quizá tan sólo se diera el tiempo de explicarme su punto de vista podría entender mejor las cosas, pero lo único que él hace es hundirme más en mi agujero. No puedo perdonar tan fácil algo como el asesinato de mis padres, me hicieron mucha falta. Quizá Caín, aunque sea frío y apático, tenga razón al decirme que debo superarlo pues pasó hace catorce años... pero para mí es algo imposible, para mí no es algo normal. Me cuesta estar cerca de una persona a la cual le tengo rechazo porque simplemente no soy una persona falsa.
Quizá si denuncio a Darell me quitaré un peso de encima, pero de todas maneras estaría culpando a Caín.
– Cailín –Levanté mi mirada al escuchar mi nombre. Nuevamente era Ian, seque mis lágrimas e intenté parecer normal, pero no lo logre.
– ¿Estás siguiéndome? –Sonreí.
– No –Rio. –Este es el camino para ir a tomar el autobús que me deja en casa.
– Pensé que venías en auto.
– No, se gasta mucho dinero –Se sentó a mi lado ¿Te sucedió algo?
– Nada –Me encogí de hombros. –He tenido algunos problemas.
– Si quieres puedes contarme –Apoyó su espalda en el respaldo de la banca mientras sacaba un cigarrillo.
– ¿No le dirás a nadie? –Lo miré. Su mirada se fijó en la mía por unos segundos. – ¿Ni siquiera a Caín?
– ¿Qué te sucedió? –Frunció el ceño. – ¿Tiene que ver con Caín? –Asentí en silencio y él se acomodó en la banca mirándome. –Cuéntame.
– Pasó hace muchos años –Hable mirando el césped que estaba frente a nosotros mientras Ian fumaba un cigarrillo a mi lado.
– ¿Y? Hay cosas que pasan hace años y a las personas le siguen afectando.
– Conozco a Caín hace catorce años y yo no lo sabía –Dije frunciendo el ceño. –Es decir, lo sabía, pero no sabía que exactamente era él –Ian me escuchaba con atención. –Hace catorce años mis padres fallecieron, los mataron frente a mí –Miré a Ian, pero él no pareció sorprenderse por mi historia. –Un hombre y su hijo, ese hombre obligó al niño a dispararle a mi padre y así lo hizo. Luego el hombre mató a mamá sin piedad dejándome sola ahí.
– Lo lamento mucho –Dijo mirándome complicado.
–Nunca supe por qué los habían matado, ni menos quien había sido... Hasta que vi a Caín –Mi voz se cortó. Ian abrió sus ojos como platos, me miró fijamente armando las piezas del rompecabezas. –Ese niño era Caín y el hombre era Darell.
– No puedes estar hablando en serio –Botó el cigarro casi a la mitad al suelo y lo pisó.
– No estoy bromeando –Mis ojos cristalizados miraban a Ian con honestidad. –No puedo más con esto –Tragué el nudo de mi garganta. –Quizá han pasado catorce años y no me afecte ahora no tener a mis padres, pero no puedo dejar que estén por ahí sin pagar por lo que hicieron.
– Cailín espera –Negó con su cabeza tratando de aclarar sus ideas y corrigiéndome. – ¿Estás completamente segura de que era Caín y Darell?
– Si, él también lo sabe. Me lo reconoció, pero simplemente no le interesa.
– Caín siempre ha sido frío, no le interesará tampoco –Desvió su mirada. –No puedo creerlo. Conozco a Caín desde que éramos pequeños, no puede haberlo ocultado por tanto tiempo.
– Lo hizo Ian, lo ocultó.
– ¿Y por qué estabas llorando ahora? –Su mirada se fijó en la mía.
– Tuve que mudarme –Le conté. –Darell entró a mi departamento, me quería decir que dejara a Caín en paz.
– Te voy a contar algo –Su mirada se fijó en la mía. –Conozco a Caín desde que tengo uso de razón. Darell siempre ha sido muy duro con él porque él vivió una vida muy difícil y le enseñó a pelear, a defenderse, a matar, a todo lo que se te pase por la cabeza –Frunció el ceño, como si lo que me estaba contando la pareciera realmente malo. –Recuerdo que Caín nos decía que ya no soportaba vivir más con su padre, pero simplemente llegaba Darell para llevarlo a casa a enseñarle quizá que cosas. No sé si él era malo porque quería o porque simplemente la vida le exigía que fuese así. –Me sorprendí un poco al escucharlo. –Hasta el día de hoy Caín es como un muro, hasta con nosotros es bastante frío, pero Jaxon y yo sabemos y estamos acostumbrados a como es él. Recuerdo que la mamá de Caín era todo el cariño de la pequeña familia que tenían. Caín desde siempre ha tenido que pasar por estupideces por culpa de Darell, por los errores de su padre. No voy a entrar en detalles de qué cosas fueron porque no me corresponde –Dijo manteniendo totalmente su lealtad con su amigo. –Pero hace tres año fue la gota que rebalsó el vaso de Caín. Mataron a su madre y a su novia por culpa de Darell –Mi pecho se apretó. –Si bien Caín no estaba enamorado de la chica, ella no merecía morir de todas formas –Se encogió de hombros. –Pero su mamá lo era todo.
– ¿Por qué la culpa la tuvo Darell? –Mis ojos estaban bien abiertos.
– No sé si debo contártelo, sólo creo que es mejor así –Sonrió. –Y todo el mundo se llena la boca diciendo que Caín mató a su madre, que la única chica con la que ha estado despareció, cosas así que simplemente Caín ha tenido que soportar.
– No sabía todo eso –Me mantuve mirándolo unos segundos tratando de procesar todo.
– Por favor no le cuentes a Caín que te he dicho todo esto –Dijo Ian algo complicado. –No me lo perdonaría.
– No te preocupes por eso, no le diré nada –Sonreí.
– Es sólo que quiero que tengas en cuenta que si hizo eso a los siete años de edad no fue porque él quiso, sino porque su padre lo obligó a hacerlo. No es necesario que lo estés culpando en todo momento de algo que quizá a él lo tiene más que sacado de quicio.
– Si, supongo que tienes razón –Suspire. –Sólo que no es para nada fácil.
– Supongo que no –Me sonrió.
Nos quedamos en silencio por un segundo y luego recordé que debía ir a donde Dante porque o si no se preocuparía.
– Debo irme –Me puse de pie.
– Si, vamos –Se puso de pie también. –Vamos para el mismo lugar.
Caminamos hasta la parada de autobús mientras conversábamos de cualquier cosa irrelevante. Las calles, los autos, los horarios de trabajo que tenía y cosas así. Ahora me doy cuenta que quizá no debo ser así con Caín, ya que nada es culpa de él sino de su padre. Aun así es difícil, me costará, pero debo superarlo de una vez.
– Ian, quiero preguntarte algo –Dije antes de que se fuera. Estábamos en el edificio en donde Dante vivía.
– Dime –Sus ojos claros se fijaron en los míos.
– ¿Qué dices sobre denunciar a Darell? –Le pregunté con valentía, al fin y al cabo Ian se ha criado con Caín y conoce a Darell más que yo.
– Es una pérdida de tiempo –Respondió de inmediato. –No digo que no debas hacerlo, pero es una pérdida de tiempo. Darell es muy poderoso y no estará en la cárcel a no ser que cambien a todos los jueces, policías, oficiales, todo... Del mundo –Dijo muy claro. –Es mejor que olvides a Darell, Cailín. Él te dejará en paz cuando tú dejes de querer denunciar o dejes de hacerle la vida difícil a Caín.
– Gracias Ian –Sonreí mirándolo. –Nos vemos –Él besó mi mejilla y sólo se fue.
Ya era de noche, subí en el ascensor. Aun no sacaba copia de las llaves del departamento así que toque el timbre, escuché pasos hasta que la puerta se abrió.
– ¿Qué hace llegando a esta hora señorita? –Habló Dante. Andaba con el torso desnudo y un pantalón deportivo.
– Trabajo con un compañero –Me encogí de hombros.
– ¿Compañero? –Frunció el ceño.
– Si –Sonreí.
– ¿Es heterosexual?
– ¡Dante!
– Está bien, lo lamento –Levantó sus manos mostrándome las palmas y riendo. –Pedí pizza, por si quieres. Está en la cocina.
– Bien –Sonreí. –Creo que desde ahora aprenderás a cocinar comida o terminarás como una ballena –Dije mirándolo y el entrecerró sus ojos –Una muy fea.
– Soy muy lindo –Se sentó en el sofá y encendió la televisión. –Mi mamá siempre lo dice.
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Llegue al instituto intentando tener una nueva disposición con el trabajo de salud mental con Caín. No le diría el motivo de mi cambio de ánimo, pero intentaría de todas formas estar en paz con él por último por la estancia de hacer ese maldito trabajo.
– Cailín –Escuché su voz detrás de mí. Respiré profundo y volteé a mirarlo. –Avancé el trabajo y encontré una persona a quien entrevistar –Dijo despreocupado. Por un momento pensé que me preguntaría por qué le había contado todo a Ian.
– Si, hoy creo que debemos avanzar –Dije sin más. No le des importancia. No es su culpa, no es su culpa.
– ¿A qué hora sales?
– A las dos.
– Salgo a las tres –Dijo, como refiriéndose a que yo tomara la decisión de esperarlo.
– Te espero, voy a estar en la biblioteca.
– Está bien –Dijo sacándose la mochila y abriéndola. –Ahí está lo que avancé, puedes ver si falta algo o sobra ¿Si? –Estiró su mano para pasármela.
– Está bien –Lo tomé.
– Nos vemos a las tres –Dijo y luego volteó caminando por el pasillo.
Caminé hasta el salón que me tocaba. Estuve todo el día ocupada. Recién a las dos de la tarde pude desocuparme e ir a la biblioteca. Busque el trabajo de Caín entre mis cosas y comencé a leerlo, no le tenía fe a su trabajo, hasta que vi lo bien redactado que estaba. Las preguntas eran coherentes e interesantes y la introducción tenía más de diez líneas así que estaba bien. La persona a la cual entrevistaríamos tenía dieciséis años, una chica abusada que quiso ayudar a Caín. Creo que quería desahogarse. Había más jeroglíficos que no entendí. Agregué algunas preguntas más y se me pasó el tiempo muy rápido revisando todo.
– Estoy aquí –Escuché detrás de mí.
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BESOPOS XOXOXO
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