Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 40

Esta historia está publicada en papel por el equipo Penguin Random House grupo editorial. Puedes encontrarlo en diferentes países (explicados en un capítulo especial) y también vía Amazon. 


– ¿Ian no quiso venir? –Le pregunté a Dante cuando estábamos en mi departamento. Los demás habían ido a comprar.

– No, Cailín lo invitó, pero dijo que no quería venir.

– Él es el idiota que se está alejando de todos –Rodé los ojos.

– Así es ¿Pero qué vamos a hacer?

– Nada –Me encogí de hombros. –En realidad ya no me importa.

– A mí tampoco –Dijo Dante. –Se está comportando como un imbécil.

– ¿Y Cailin?

– Cailín se aburrirá de él, tarde o temprano.

– Espero que temprano –Reí.

– Es tu noche hermano –Me guiñó un ojo.

– No puedo creer que después de toda la mierda que pasó sigas confiando en que a mi lado va a estar mejor.

– Es que no hay otra manera Caín.

– No estoy seguro de esto, Cailín es demasiado para mí y no quiero que nada malo le pase. Intente protegerla esa vez, pero ellos fueron más rápidos.

– Te daré un consejo, como hermano... No pienses en tu entorno cuando quieras estar con alguien, así no conseguirás nada.

– Sabes muy bien que es una mierda –Bufé.

– Lo sé, pero también sé que ahora tienes un lado enamorado.

Reí mirándolo. – Imbécil, jamás me volverás a ver así otra vez.

Me duché rápidamente y luego me vestí, me daba confianza que Dante me dijera "Es tu noche hermano" Tal vez él si pensaba que Cailín estaba enamorada de mí y no de Ian.

Cuando los chicos llegaron con comida y cosas para beber, nos sentamos en diferentes lugares del living mientras compartíamos, nunca pensé en tener un grupo de amigos, pero se sentía bien. Nos reíamos a carcajadas recordando cosas.

Eran alrededor de las cuatro de la madrugada y a todos comenzó a darles sueño, aparte de que Jaxon y Annie estaban algo ebrios, Dante no bebía y yo estaba dejándolo. Zoe y Cailín no bebieron más de un vaso cada una.

– Hay dos habitaciones por ahí, pueden acomodarse –Les dije.

Annie y Jaxon se encerraron en una habitación, de seguro mañana tendría que limpiar todo. Zoe y Dante se quedaron mirando unos segundos y Cailín sonrió incómoda.

– Yo puedo prestarle mi cama a Cailín, ustedes vayan tranquilos –Reí mirando a Dante.

– Bien, tengan cuidado –Dijo Dante antes de desaparecer en la habitación.

Cailín entró algo incómoda mientras yo cerraba la puerta detrás de mí.

– No te sientas incómoda, ya has estado aquí otras veces –La miré.

– Si, lo sé –Me sonrió.

Me quité todo solo quedando en bóxer y una remera. Ella se quedó con todo menos con sus zapatillas.

– No vas a dormir así –Fruncí el ceño.

– ¿Por qué no?

– Porque es muy incómodo dormir con jeans y no puedo abrazarte así en la noche –Bromeé y ella sonrió.

– No tengo nada con qué dormir.

Me puse de pie y busque en mis cajones, le pase un short y una remera, ella me sonrió.

– "No le presto mi ropa a nadie" –Imitó mi voz y yo reí.

– Eres diferente para mí Blanca nieves –Baje la voz.

Ella se desvistió sin ningún pudor quedando en ropa interior y luego se cubrió con mi ropa. Se metió a la cama y ahí se quedó, bien lejos de mí.

No lograba dormir, pero al parecer Cailín lo logró enseguida. Me acerqué a ella y la abracé, su espalda estaba apegada a mi pecho y uno de mis brazos estaba por debajo de su cabeza y el otro descansado en su abdomen... Que bien se sentía dormir así.

--

Desperté con Cailín apegada a mi cuerpo totalmente, su cabello despeinado estaba por todo su rostro y mis almohadas, no había mejor despertar que tenerla aquí.

Intenté ponerme de pie sin despertarla y lo logré, entre al baño y luego salí al living, había una nota encima de la mesa, la abrí. "Nos fuimos temprano, sigue siendo tu noche... Cuida a mi prima hijo de puta. Dante". Pestañé un par de veces y sonreí, rompí la nota y la tire a la basura antes de que la viera Cailín.

– ¿Dónde están todos? –Escuché a mi espalda y me sobresalté, esta chica era como un gato.

– Me asustaste –La miré y ella sonrió. –Se fueron.

– Entonces yo también debería irme –Miró a su alrededor.

Lucia tan mía... con su cabello despeinado, sus ojos almendrados y sus labios definidos. No podía ser de alguien más, no puedo regalar a la mujer más linda que he visto en el mundo.

Me acerque lentamente y ella no se corrió ni un centímetro.

– No es necesario que te vayas –Le dije intentando no sonar arrastrado como una serpiente.

– Debes querer hacer tus cosas y en realidad no tengo nada que hacer aquí sola.

– Estás conmigo.

– Ian debe estar esperándome en el departamento, Caín.

– Ya basta Cailín –Su mirada estaba puesta en mis ojos.

– ¿Basta de qué? –Alzó sus cejas.

– De pensar que puedes enamorarte de Ian alguna vez.

– No pienso eso.

– Quiero estar contigo –Dije de pronto y ella se sorprendió... Su rostro era tan expresivo como sus palabras.

– ¿Por qué ahora? ¿Por qué cuando estoy con alguien más? Claro, cuando un niño tiene un juguete lo ignora, pero cuando alguien más quiere jugar... Es lo que más desea en ese momento ¿No?

– No es eso –Hablé. –Ya no soporto esto. No puedo ni siquiera mirarte porque luzco como un imbécil haciéndolo. No podemos estar tan cerca sin ser nada.

– Yo no tomé esta decisión.

– No seas dura Blanca nieves, me equivoque... Quiero ser mejor.

Podría jurar por mi vida o la de ella que jamás había pronunciado esas palabras en una oración "Me equivoqué" a la única persona que podría habérselo dicho era a mamá... Anthony dice que siempre es mejor reconocer los errores y ahora quiero reconocer que fui un idiota.

– Lo lamento Caín –Ella iba a voltear, pero tomé su codo haciendo que me mirara. No dije nada y nuevamente me acerqué a besarla esperando que ella me besara o simplemente que me diera una bofetada.

Al principio no me besó, pero luego sus labios cedieron. El beso cada vez
fue intensificándose, necesitados de cariño... Queriéndonos cada vez más. Sus pequeñas manos se fueron a mi cuello y mis manos a su cintura. Cada segundo pasaba más rápido de lo normal, la necesitaba tanto a mi lado. Apegue su espalda a la muralla y ella sonrió, ese era mi pase para continuar. Tomé su cintura y la subí a mi cadera, ella rodeó mi cuerpo con ambas piernas y la lleve a mi habitación, la deje tendida en mi cama y me posicioné encima de ella.

– Caín –La escuché mientras besaba su cuello.

– ¿Me detengo? –Me alejé unos centímetros.

– No –Respondió rápidamente. –Solo quiero...

– Ian no se enterará –Dije algo molesto, pero en ese momento no me interesó demasiado. Sólo quería tenerla junto a mí.

Continué besando cada centímetro de su cuerpo mientras ella cada vez entraba en confianza, de a poco la ropa nos fue estorbando y quedamos completamente desnudos, realmente era bellísima, como una escultura completamente para mí. Estuvimos bastante rato besándonos, deseándonos y tocándonos... Todo parecía ir lento ahora y nuestras miradas cómplices se encontraban a cada segundo.

Me posicioné nuevamente encima de ella ésta vez completamente desnudos, quería hacerla totalmente mía como ya lo había hecho.

– Quiero hacer una última pregunta –Dije mirándola. Ella me observó en silencio. – ¿Ian ya llegó hasta aquí?

– No, ni siquiera a la cuarta parte –Respondió y no necesité nada más para creerle.

Me adentre en ella con confianza, esta vez ambos estábamos extrañándonos y siendo totalmente nosotros... Sus gemidos eran algo subidos de tono, pero a mí me encantaban.

De pronto, sentí la puerta como si alguien hubiese entrado... Me despreocupe y continué pensando en que podía ser el departamento de al lado, pero cuando escuche pasos me detuve en seco y Cailín se cubrió con las sabanas. Rápidamente me puse bóxer y antes de acercarme a la puerta de la habitación, ésta se abrió dejándonos ver a Ian.

Pestañé un par de veces sin saber qué hacer, Cailín rápidamente se puso de pie a ponerse su ropa interior.

– ¡¿Qué demonios pasa con ustedes?! –Gritó alterado. – ¡Sabía que pasaría esto!

– ¡¿Cómo diablos entraste aquí?! –Me acerqué a él para sacarlo de la habitación.

– ¡Pensé que estábamos bien Cailín! –Su mirada cristalizada se fue a la de ella. Cailín lo miró con culpa.

– Ian, puedo explicarlo... –Sus ojos enseguida se cristalizaron, supongo que estar en una situación así a cualquiera haría llorar.

– ¡Explicarme ni una mierda! Eres igual que todas, una puta que ilusiona y nada más –Dijo con rencor en sus palabras.

Le di un puñetazo a Ian que lo desequilibró, pero él me golpeó devuelta.

– ¡Ya basta! –Escuche a Cailín gritarnos jalándome hacia atrás. Nos separamos mirándonos.

– ¡Vete de aquí! –Le grité a Ian.

CAILÍN TAYLOR.

Parecía una película, pero mi corazón iba a salir de mi pecho. Me sentía totalmente culpable por el enojo de Ian, no podía evitar que mis ojos estallaran en lágrimas.

– ¡Eres un hijo de puta Caín! –Lo miró Ian con rabia en sus ojos.

– Vete de aquí maldito enfermo –Caín respondió.

– Ten –Le lanzó las llaves al pecho. –Sabía que iban a estar aquí.

– Ian, espera –Dije mirándolo.

– Ni siquiera me hables, eres una mierda Cailín. No vales la pena, nada... Simplemente fuiste un puto tropiezo en mi vida.

Las lágrimas recorrieron mis mejillas con culpa, el daño que le estaba haciendo a Ian no era nada más que mi culpa. Vi a Ian salir de la habitación y rápidamente comencé a vestirme, Caín me observó.

– ¿Dónde vas?

– Voy a buscarlo –Subí mis jeans rápidamente.

– Cailín, luego hablarás con él.

– No, está muy mal y debo disculparme con él Caín.

– Todo se fue a la mierda ahora ¿Entiendes? Él no volverá aquí ni tampoco por ti.

– Lo sé –Mis ojos se cristalizaron nuevamente mirándolo. –Pero quiero hacer las cosas bien aunque sea por una vez.

– No las estás haciendo bien Blanca nieves –Dijo desviando su mirada y luego tomo un pantalón para ponérselo.

– Ya basta Caín, esto pasó porque ambos queríamos. No toda la culpa es mía.

– No estoy hablando de eso –Respondió mientras terminaba de subir su pantalón. Lo quedé mirando mientras esperaba que continuara hablando, pero no lo hizo.

– No entiendo a qué te refieres, sólo quiero hacer esto bien. Necesito hablar con él, eso es todo.

– ¿Y qué vas a decirle? –Se acercó a mí un tanto desafiante. – ¿Qué todo es tu culpa? ¿Qué eres una mierda y que estás arrepentida de haber hecho algo así? –Su ceño se frunció. –Pues si vas a decirle que él es diez veces mejor que yo y que todo lo que pasó justo ahora es un error y prácticamente que tú eres una idiota por haberle fallado así, pues vete y no vuelvas Cailín.

– ¿Qué? –Mi ceño se frunció, justo ahora no estaba entendiendo la forma de actuar de Caín. – ¿A caso crees que estar con una persona dentro de una relación y luego ir a tener sexo con otra no es una traición?

– No estás enamorada de él, lo estás de mí y no quieres admitírtelo a ti misma Blanca nieves. Es una pérdida de tiempo ir donde Ian para esperar que te perdone.

– Lo haré, te guste o no te guste Caín porque quiero que me perdone por estar enamorada de un imbécil como tú y no de él –Escupí. –No que vuelva a estar conmigo.

– Entonces no vuelvas más aquí –Su mirada celeste estaba fija en la mía. –Si vas a decirle mierda de mí entonces vete.

– No tengo porque decirle mierda de ti si puedo decírtela en tu cara –Lo miré. –Y estás comportándote como un idiota justo ahora. ¿Acaso crees que teniendo sexo conmigo y con un par de palabras lindas vas a lograr traerme de vuelta? ¿Olvidas todo lo que me hiciste? –Fruncí el ceño molesta. –Eso no es luchar por alguien que amas, no es luchar por mí... Porque prácticamente te estoy dando las oportunidades en una bandeja así que vete a la mierda, debes pensar antes de hablar –Dije enojada y volteé para irme.

Él quedó sorprendido mirándome y ni siquiera fue capaz de ir por mí. Salí corriendo del departamento y presione frenéticamente el botón del ascensor hasta que me dejó en el primer piso.

Llegué al departamento algo cansada, Dante me observó por unos minutos con preocupación y supe enseguida que se había enterado de todo.

– Soy la peor –Dije cerrando la puerta a mi espalda.

– No lo eres –Me sonrió sin mostrar sus dientes.

– ¿Dónde está Ian?

– Llegó aquí alterado y luego se fue, supongo que a casa o al trabajo.

Lo llame un par de veces desde el celular de Dante, pero no contestó así que llame a Jaxon y tras un par de preguntas me dijo que estaba en el trabajo.

– Voy a verlo –Le dije a Dante tomando mis cosas, él no alcanzó a decirme nada porque ya estaba afuera.

***

BESOPOS XOXOXO

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro