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Capítulo 39

Esta historia está publicada en papel por el equipo Penguin Random House grupo editorial. Puedes encontrarlo en diferentes países (explicados en un capítulo especial) y también vía Amazon. 


– Le conté que me incomodaba que Caín estuviese cerca de ti por los diferentes problemas que tuviste por culpa de él, que no estuviera cerca de Caín cuando tu estuvieses cerca de Annie y él.

– ¿Qué? –Mis ojos se abrieron un poco más.

– Jaxon sigue siendo amigo de Caín, pero estuvo de acuerdo conmigo cuando le dije eso, sólo quiero cuidarte Cailín.

– ¿Y qué piensas que le puedes decir a mi primo?

– Lo mismo –Se encogió de hombros. –Que te aleje un poco de Caín.

– ¿Y qué pretendes Ian? ¿Dejar a Caín solo, en un agujero? –Lo miré molesta.

– No, Caín no me importa. Sólo estoy intentando protegerte.

– Pues veo que Caín que era tu mejor amigo no te interesa ni siquiera un poco porque lo estas dejando sin amigos, empezando por ti. Sé que influyó que estuviésemos juntos en que ustedes se alejaran, pero no me vas a alejar de nadie, no creas que tienes control sobre mí, no intentes protegerme de esa manera porque yo no soy así –Me puse de pie junto a mi mochila dejándolo con la palabra en la boca.

Salí del casino enojada, ahora es donde Ian empieza a conocer como realmente soy, impulsiva, exaltada y tal vez algo peleadora. No puede pasar a llevarme de esa manera, todas las personas tenemos libertad y si yo quiero juntarme con la peor persona o mejor es mi problema. Éste chico no posee sensibilidad por su ex mejor amigo, el cual lo ha ayudado en diversas situaciones. No puedes poner entre la espada y la pared a personas que son tus amigos y los amigos de tu supuesto enemigo... No debería odiarlo, no es algo digno. Si Annie y yo peleáramos más que enojarme, me dolería que ella le dijera a personas de mi entorno que se alejaran de mí, me sentiría como un insecto mal nacido, como una mosca, ya que a nadie le gustan.

Afortunadamente pude ir a mi departamento, ya que no tenía clases, podría haberme ido antes, pero sólo me quedaba para almorzar con Ian.

Ian me llamó un par de veces, pero no contesté, me envió mensajes y no los respondí.

– ¿Qué haces aquí? –Le pregunté a Dante que estaba sentado en el sillón almorzando.

– No tuve clases hoy –Sonrió.

– Que bueno –Me senté en el sillón de enfrente. –Estoy horriblemente enojada –Escupí.

– ¿Discutiste con Ian? –Me preguntó divertido.

– No sé si discutir, pero me molestó algo que quiere hacer.

– Cuéntame –Me miró con atención.

– Quiere que me aleje de Caín.

– ¿Y? Supongo que es normal.

– No es tan sólo eso, le dijo a Jaxon que cuando yo estuviese cerca de Annie y de él intentara alejarse de Caín y quería decirte a ti que prácticamente me alejaras de Caín también –Le conté molesta.

– ¿Estás bromeando?

– Claro que no.

– Creo que su rivalidad ahora si está presente como una muralla ¿Qué le dijiste?

– Que no tiene control sobre mí, no puede hacer eso... Tampoco puede alejar a todas las personas del que era su mejor amigo, tú sabes todo lo que Caín ayudó a Ian.

– Tienes razón –Opinó. –No puedo creerlo, es un imbécil.

Me quedé en silencio mirándolo por unos minutos y luego me puse de pie para ir a mi habitación. Hundí la cabeza en mi almohada sin siquiera pensar en algo concreto, no tenía ganas de hablar, tampoco de escuchar o de recibir consejos, no necesitaba nada más que mi cama.

--

– Cailín –Escuché a larga distancia, alguien tocó mi hombro y abrí mis ojos lentamente, era Ian. Frote mis ojos unos segundos y lo miré. –Lo lamento, he venido a hablar contigo.

– No quiero hablar sobre lo que pasó en la tarde –Dije en un tono tranquilo. Me senté en la cama mientras él se corría unos centímetros atrás para darme espacio.

– Yo sí, fui un idiota –Habló con dificultad. –Lo lamento. Pensé que las cosas estarían bien así, pero creo que me equivoqué, es sólo que tengo celos.

– No quiero que vuelvas a tocar ese tema una vez más –Lo miré. –No alejes a las personas de él. Si a ti te incomoda que esté cerca, puedo mantener la distancia, pero no caigas en querer que todos se alejen de una persona.

– Lo entiendo, ahora si lo hago. Ya hable con Jaxon y Dante me preguntó en cuanto llegué, pero todo está bien ahora –Dijo con un brillo peculiar en sus ojos.

– ¿Todo bien entonces?

– Todo bien –Me sonrió, le devolví la sonrisa y se acercó a abrazarme con fuerza. –Te quiero Cailín y de verdad quiero que todo esté bien entre nosotros.

– Yo también –Le sonreí y luego besé sus labios.

Ian se quedó hasta tarde junto a mí, pero por mucho que intentaba sentirme cercana a él... No conseguía hacerlo.

El día en que entregaron las calificaciones, Caín estaba sentado atrás como siempre, había tenido la mejor calificación de la clase y después venia yo, todos me observaban raro ya que usualmente siempre estoy salvándome por un pelo de las malas calificaciones. Miré a Caín y le sonreí en silencio, él me devolvió la sonrisa.

– De nada Blanca nieves –Escuché detrás de mí cuando salimos del salón de clases.

– No sabes cuánto te lo agradezco –Caminé a su lado mientras que algunas miradas estaban puestas en nosotros.

– No hay de qué, no me costó para nada –Se encogió de hombros. Me quede en silencio mientras nos dirigíamos a la cafetería, supongo. – ¿Vino Ian?

– No lo sé –Respondí nerviosa. Le había dicho a Ian que intentaría mantenerme alejada de Caín lo suficiente y que me viera con él me causa un poco de nerviosismo.

Cuando llegamos al lugar, recibí un mensaje de Ian diciéndome que no había podido asistir a clases porque le dieron un turno excelente -Según él- y debía trabajarlo.

– No vino –Resoplé.

– ¿Desayunamos? –Me sonrió de medio lado. Lo seguí hasta que ambos compramos algo y nos sentamos juntos.

Estaba comiendo en silencio, no sabía sobre que hablarle a Caín... No estaba segura de sí estaba bien o no sentarme a desayunar junto a él.

– Hoy tengo una pelea –Me dijo supongo que para entablar un tema de conversación.

– ¿Con quién?

– No creo que lo conozcas –Se encogió de hombros. –Pero en realidad es bastante conocido en el boxeo.

– ¿Y le ganarás?

– Podría ganarle sin una mano y tuerto –Bromeó y yo reí. –Si quieres puedes ir a verme, ya le dije a Dante y él dijo que iría.

– ¿Y Jaxon con Annie?

– También.

– No me gusta sentir que estoy estorbando, de seguro Dante irá con Zoe.

– No estarás estorbando, luego voy a estar yo –Su mirada estaba fija en la mía. –O si quieres puedes llevar a Ian –Desvió su mirada a su sándwich.

– No creo que Ian quiera ir.

– Yo tampoco –Sonrió de medio lado. –Pues ahora está intentando alejarme de todos como supe.

– ¿Quién te contó? ¿Fue Dante?

– Claro que no. Las cosas se saben enseguida... Sobre todo si eres Caín Bennet –Alzó sus cejas con una sonrisa.

– ¿Y no harás nada al respecto? –Entrecerré mis ojos.

– No –Su respuesta fue dura. – ¿Por qué lo haría? Las personas que realmente deben estar en mi vida no van a alejarse por unas tonterías infantiles.

– Pero Ian es tu amigo...

– Era mi amigo –Me interrumpió. –Y ¿Sabes? No lo necesito en mi vida de todas maneras.

– Creo que si no hubiese llegado, ustedes seguirían tan amigos como siempre.

– No Blanca nieves –Sus ojos celestes estaban puestos en los míos. –Si realmente hubiésemos sido amigos tu ni otra mujer nos hubiesen alejado. Tú no tienes la culpa de nada.

– Pero en fin... Ahora estás bien con Kendall –Me encogí de hombros.

– ¿Qué? –Rió.

– Has estado con ella mucho tiempo.

– ¿Que es mucho tiempo?

– En tu departamento teniendo sexo, aquí en el instituto.

– No te confundas, no caigas en tus celos infantiles.

–No estoy celosa –Reí.

– Te explicaré, aunque no deba –Bromeó. –El día en que llegaste histérica a mi departamento Kendall fue a verme, pero no pasó nada... Nada de sexo.

– ¿Con tu polera y con el cabello húmedo? –Sonreí irónica. –Eres un descarado, no debes mentir.

– Es cierto, lo prometo. Ella llegó, estuvimos conversando un rato... Se duchó y en realidad si íbamos a tener sexo, pero llegaste tú y no me importó nada más Cailín. Además no era mi polera, era la de ella... Yo no le presto mi ropa a nadie.

– Sigues siendo un maldito traidor –Lo miré fijamente.

– ¿Crees que no lo sé?

– Sólo quería recordártelo.

– Sé que ella estuvo a punto de matarte, pero ese día estaba hecho pedazos –Me observó con sinceridad en sus ojos. –Quería beber, fumar, tener sexo con todas las putas que conozco... Quería sacarte de mi cabeza Blanca nieves y no lo logre y no lo he logrado –Dijo algo molesto. –Y me enoja que sea así porque sé que a mi lado no estarás bien jamás.

– Voy a ir a verte Caín –Dije sin más. No quería que sus palabras me confundieran aún más. –Sola.

– ¿Hoy?

– Si, iré a verte pelear.

– Eres un ángel –Me sonrió.

Me quede en silencio mirándolo mientras él sonreía sin mostrar sus dientes.

CAÍN BENNET.

Era la mejor noticia que había recibido en el día. No importa que no estemos juntos, sólo quiero estar cerca de ella.

Llegué a entrenar antes de la pelea un poco emocionado y feliz. Anthony me observaba extraño mientras reía con algunos compañeros.

– Te ves feliz hoy –Escuché a Anthony detrás de mí mientras bebía agua sentado en una de los bancos.

– Es que lo estoy –Volteé a mirarlo.

– ¿Te están saliendo las cosas bien?

– Algo así.

– ¿Te vendrá a ver alguien especial?

– Me vendrá a ver una princesa –Le guiñé un ojo y me puse de pie a golpear el saco.

– ¿Quién?

– Blanca nieves –Moví mis cejas de arriba hacia abajo y el rió sin entender, pero no siguió haciéndome preguntas.

--

Los guantes de boxeo eran mi mejor compañero aunque no me agradaban, Anthony me ayudo a ponérmelos y luego me dio algunas palabras de apoyo, además de las tácticas que tenía que usar para derrotar a éste tipo.

– ¡Por un lado! ¡Dan Offerman, se hace llamar el rey, el ganador de los últimos meses! -Lo presentaron. Lo vi salir con un tono de victoria, como si ya hubiese ganado la pelea. Su cabello rubio platinado y sus ojos café oscuro no me intimidaban, nada lo hacía. Lo había visto pelear un par de veces y realmente era bueno, pero yo soy mejor.

– ¡Y por otro lado directo desde las peleas clandestinas Caín Bennet señores! -Me presentó. Algunos me abuchearon y otros me aplaudían y gritaban alentándome... Anthony decía que ya tenía público que me quería.

Me senté dentro del cuadrilátero y Anthony se puso delante de mí.

– Concéntrate, no mires afuera y sólo fíjate en él. Pelea tranquilo, ataca para ganar puntos y te irás con dinero a casa esta noche –Me sonrió y reí. –Hoy lo despedazas y saltas a la fama Caín, estarás en las nacionales.

– Allá voy –Asentí. Mire afuera buscando a los chicos y ahí estaban, Dante, Zoe, Jaxon, Annie y Cailín. No sé qué excusa le habrá puesto ella a Ian, pero me alegraba y me ilusionaba que estuviese aquí.

La pelea comenzó muy rápido, Dan era rápido por eso era uno de los mejores. Sus puños me dieron un par de veces en la mandíbula, pero no me desequilibre. Escuchaba a Anthony gritarme que cuidara mi rostro y que golpeara con lo que me había enseñado y opte por eso. Falso golpe abajo y arriba... Resultó. De a poco comenzábamos a cansarnos y a sudar, nos golpeábamos sin que ganara ninguno y Dan parecía enojarse aún más. Volví a sentarme en los minutos de descanso.

– Vas bien, lo estás haciendo enojar y ganarás. Golpea más, atrévete... Se tú, pero sin enojarte.

Me puse de pie mirándolo fijamente "Se tú..." Allá voy. Cambie el ritmo de la pelea llevándolo rápidamente a sólo golpear, lo deje descansar unos segundos cuando el árbitro me separo de él y luego continué, toda la gente le gritaba a Dan, pero la pelea era mía. Un último golpe en la mandíbula y su cuerpo cayó al suelo como un saco de papas. El árbitro contó y aunque era uno de sus más de cinco intentos de ponerse de pie, ésta vez no lo logró.

– ¡Y el ganador es Caín Bennet! –Escuché por los altavoces. Por un momento no lo asimilé, levanté mis brazos quitándome los guantes y le sonreí a Anthony.

– ¡Estoy orgulloso! –Anthony golpeó mi pecho de un puñetazo y yo reí. –Es una de las mejores peleas que has tenido Caín.

– Gracias.

Ya no sentía la presión de las peleas clandestinas, de ellas salía enojado y queriendo seguir golpeando a alguien, pero de aquí salgo libre y alegre.

Luego de unos minutos entré al lugar que eran algo así como camarines y me encontré con Dan quien me felicitó diciéndome que lo había hecho genial, jamás pensé que un contrincante me felicitaría. Me senté en uno de los sillones y descanse.

– ¡Lo hiciste pedazos! –Escuché a Dante detrás de mí. Me puse de pie y volteé a mirarlo, estaban todos. Me felicitaron y luego se sentaron conmigo en los sillones.

– Así que ella es Blanca nieves –Escuché a Anthony y su mirada estaba fija en Cailín.

Rodé los ojos y asentí. Ella no entendió nada, pero tampoco preguntó para que le explicara.

– ¿Y ahora qué? –Preguntó Jaxon.

– Vamos a mi departamento, hagamos algo –Respondí.

Todos estuvieron de acuerdo y así fue.

***

BESOPOS XOXOXO

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