Capítulo 36
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– En realidad no, no lo sé –Me miró fijamente.
– Pensé que eras mi mejor amigo Ian.
– Lo soy.
– Estas con la chica de la que estoy enamorado, eso no es ser un amigo.
Sus ojos se quedaron en los míos, no sabía si su mirada contenía enojo o algo más.
– Tú estuviste con ella cuando en realidad a mí me gustaba, Caín.
– Tú ni siquiera sabes todo lo que pase con Cailín.
– No me interesa lo que pasaste con ella –Dijo frio. –Tú no supiste valorarla, cuidarla. ¿Recuerdas cuando te dije que al primer problema saldrías corriendo? ¿Y qué paso? Saliste corriendo sin siquiera poder mirarla a los ojos. No estas hecho para una relación y ya.
– ¿Y qué harías tú? –Mi garganta se encontraba apretada en ese momento. –Tú no sabes ni una mierda –Escupí. –Todo el daño por el que ella estaba pasando era por mi culpa, por mi puta culpa ¿Entiendes? No sabes las ganas que tenía de mandar todo a la mierda, pero tenía tantas ganas de estar con ella que quise seguir adelante, pero el último problema me destruyo, Ian... No quiero que esto termine como con Ellie.
– Eres un cobarde, no tienes el valor suficiente para enfrentar tus problemas.
– Los enfrento ¿Sabes? Lo hago cada día. Tengo un papa narcotraficante, con múltiples homicidios, mi madre murió por culpa de él, mataron a Ellie por culpa de él... ¿Sabes acaso lo que es vivir esperando que todo cambie? Cailín cambio mi vida Ian, pero lamentablemente las personas de alrededor no cambian.
– En realidad si lo sé. Tengo mamá y dos hermanas a las que debo mantener, mi padre es alcohólico y mi hermana padece una enfermedad que nos está dejando en la ruina. Tengo dos trabajos diferentes, pero me estoy esforzando en hacerlo bien.
– Tu vida no tiene nada que ver con la mía –Lo miré con enojo. –Con tu vida Ian... Con tu vida yo sería feliz. Si tuviera que trabajar por mis hermanas y mamá, me sentiría orgulloso de eso.
– Estoy orgulloso de eso –Recalcó en mi cara. –No bebo, no fumo ni tampoco ando matando gente –Habló como si quisiera restregarme en la cara lo que yo si hacía o había hecho.
– Lamentablemente Cailín nunca se va a enamorar de ti –Fui lo bastante serio para dejarlo congelado. –Aunque yo este fuera de su vida, no voy a dejarla Ian... Debes tener eso en tu cabeza, voy a protegerla en cualquier lugar y me importa una mierda si está contigo o con otra persona.
– Para eso no te necesito –Habló enojado. –Conmigo no tendrá problemas y estoy yo para ayudarla, vete al diablo Caín y haz tu vida nueva ahora que estás comenzando a surgir un poco en las peleas legales, aléjate de nosotros... Ya no te necesitamos.
Lo mire algo shockeado por lo que había dicho, me separe un poco de él y lo aplaudí dejándolo confundido delante de mí.
– Vete a la mierda Ian –Escupí. –Entre tú y yo ya no hay nada en común.
– Caín...
– Cuando estés ahí abajo en un puto agujero como te encontré la primera vez, ya no estaré más.
– Hermano, no estoy dejando de ser tu amigo.
– Yo si –Hablé con rencor.
Su mirada cautelosa se quedó en la mía y aunque estaba quebrando todo límite de reglas en mi vida respecto a mis amigos, no me importó. Mi padre siempre me dijo que cuando hiciera algo lo hiciera siempre decidido y sin arrepentimiento, pero también me dijo que las discusiones por una mujer con un amigo de los fieles, no valía la pena.
Ian quería seguir hablándome, pero lo ignore y salí de ahí. Cuando conocí a Ian, el parecía un chico tímido sin nada que hacer en su vida, pero poco a poco se fue soltando y finalmente fuimos amigos. Su vida era casi tan mierda como la mía, su padre en ese entonces estaba en la cúspide de la alcoholemia y su familia estaba quedando en la calle gracias a que ese tipo vendía todo lo que tenía a su alcance por conseguir botellas de alcohol. Ayude a Ian a sacar a su familia de ese barrio, mi padre intervino muchas veces en las discusiones que tenían cada día Ian y su padre hasta que Darell hizo que tuviera tanto miedo que se marchó y ahora supuestamente sigue en rehabilitación. Ian siempre me agradeció el haberle dicho a papa que él estaba mal, pero en realidad no me interesaban tanto sus agradecimientos, solo quería verlo bien junto a sus mujeres... Más de lo que me molesta hoy que esté con Cailín, me duele y como no estoy acostumbrado a sentir el maldito dolor, me enoja y prefiero que se quede en enojo.
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Anthony y el saco de boxeo se convirtieron en mi mejor compañía, luego de unos días de haber estado yendo hasta los días que no me correspondían, supe que había una puerta que daba a una pequeña y humilde casa que era la de Anthony.
– No deberías pasar tanto tiempo en esta porquería –Me dijo Anthony cuando me vio golpeando una y otra vez el saco, lo hacía por inercia más que con fuerza.
– No tengo nada mejor que hacer –Respondí mirando el saco. Eran alrededor de las siete de la tarde.
– ¿Que llegas a hacer a tu casa? –Bebió agua de mi botella.
– Ducharme, estudiar y dormir para tener otro día de mierda –Me detuve.
– ¿Estudiar?
– Estudio –Lo miré. –Este año termino diseño gráfico y psicología.
– ¿No eres un cabeza hueca? –Se burló.
– Claro que no –Reí.
– ¿Y tus padres?
– Mis padres –Sonreí, volví a mirar el saco y continué golpeando. –Mataron a mi madre y mi padre vive en otro lugar.
– ¿Darell Bennet?
Me detuve en seco mirándolo sin entender por qué lo conocía.
– ¿Que?
– Sé que él es tu padre –Se encogió de hombros. –Lo conozco.
– No sé por qué me sigue pareciendo extraño que todos lo conozcan –Bufé.
– Porque no eres igual a él.
– Gracias.
El sonrió con gracia –Darell se ha convertido en un gran tipo ahora.
– No me interesa en realidad –Me encogí de hombros y me senté en uno de los bancos.
– ¿Por qué?
– No me gustan las preguntas Anthony, menos si se trata de mi vida personal.
– Conozco a tu padre desde que teníamos diecisiete años –Ignoró mi comentario. – ¿Sabes por qué nos alejamos? Porque yo triunfe legalmente y el no quiso seguirme. No me escucho ¿Sabes? No me escucho cuando le decía que en algún momento todo se iría a la mierda, que se enamoraría, tendría hijos y ya nada ilegal tendría sentido en su vida.
– Sigue sin escuchar –Reí.
– Claro que no –Me miró serio. –Si el siguiera sin escuchar, créeme que ni siquiera tendrías su apellido, que si pudiera te haría pisotear a todos en el boxeo para ser el primero, pero él quiere que te esfuerces por ser mejor.
– Ni siquiera sabes por qué me alejé de él.
– No es difícil saber –Rió. –Porque por su culpa mataron a tu madre.
– Ya basta –Dije con enojo. –No quiero hablar sobre eso.
– Bien, pero quieras o no el sigue siendo tu padre y es la única familia que tienes aquí contigo.
– No hay nada que necesite de él.
– No seas mal agradecido –Su mirada fue aún más seria. –Si no fuera por él, tu estarías bajo tierra, Caín.
– ¿Sabes por toda la mierda que he tenido que pasar por ser Caín Bennet?
– Eso no es nada –Dijo frio y me sentí casi insultado por la forma en como lo decía. –No sabes lo que es el verdadero dolor, realmente no lo sabes.
– Perdí a mi madre si mal no recuerdas.
– Tu padre ha sufrido diez mil veces más que tu –Sus ojos permanecían fijos en los míos y cada vez sentía más ganas de golpearlo.
Me quede en silencio mirando su frio rostro y el no continuó hablándome. Luego de un rato decidí irme, no me quedaba nada más que hacer. Me senté en el asiento del auto, mire por el vidrio que estaba frente a mí y apoyando la cabeza en el respaldo suspiré. "Cambia tu vida Caín" Repetía mi subconsciente. Encendí el motor del auto y en minutos estuve en mi departamento, duchado y en la cama, todo parecía más aburrido que de costumbre.
CAILIN TAYLOR.
Dante solo habla con Caín por teléfono y cuando se juntan lo hacen fuera del departamento, supongo que Caín no pretende verme y Dante tampoco la hace gracia que me vea. Ian se alejó totalmente de Caín, pero no me quiere decir que sucedió realmente aunque tampoco insisto demasiado para que me lo diga aunque en realidad si me importe.
– Pensé que nunca más almorzarías conmigo –Dijo Annie en cuanto me senté en frente de ella en la cafetería. Le sonreí en silencio.
– Ian me extraña, pero hoy quería sentarme con mi amiga.
– Gracias –Rió.
– ¿Y Jaxon?
– Salió más temprano y debía ir a trabajar –Me quede en silencio mirándola por unos segundos, ella miro de reojo hacia los lados y luego fijo su mirada en la mía.
– ¿Que te sucede? –Le pregunté.
– Debo contarte algo, le prometí a Jaxon que no lo haría, pero eres mi mejor amiga –Bajó la voz.
– Entonces dime –Insistí.
– Es sobre Caín e Ian.
– ¿Que?
– ¿Sabes por qué están tan distanciados?
– No, Ian no quiere decirme –Resoplé.
– Caín fue a hablar con el –Me contó. Fruncí el ceño sin entender del todo. –Hablaron sobre ti.
– ¿Caín?
– Si, Caín estaba enojado o bien dolido –Se encogió de hombros. –Le dijo a Ian que estaba con la chica de la que él está enamorado, Ian simplemente lo mando a la mierda –Mi garganta se apretó en ese momento. –Caín se enojó aún más y le dijo que no serían amigos nunca más o algo así.
– No puedo creerlo ¿Quién le contó a Jaxon?
– Ian –Me respondió segura. –Caín esta algo distante, está concentrado en boxear y estudiar.
– Creo que estoy haciendo las cosas muy mal Ann –Reflexioné. –Ellos no deberían haber peleado por mí, no por una chica Annie.
– Creo que Caín si está enamorado de ti.
– ¿Qué puedo hacerle? –Baje la voz algo angustiada. –Me dejó sola cuando más necesitaba de su apoyo, realmente lo extraño, pero Ian es diez veces mejor que él.
– Pero no estas enamorada de el –Me restregó en la cara.
Me quede en silencio mirándola. Annie siempre dice las cosas como son, al principio decía que Caín no tenía sentimientos y que poco menos era un hijo de puta, pero ahora cuando ve que el chico de metal está enamorado, su visión cambió totalmente.
Luego del instituto, fui a la casa de Annie a ayudarla con un trabajo, no vi la hora y a eso de las nueve de la noche tuve que irme. El autobús se demoró en pasar y cuando pude sentarme el chofer dijo que el recorrido había acabado. Creo que las personas ya sabían, pero yo no tenía idea de que ese día había recorrido solo hasta las once de la noche, la batería de mi celular casi estaba acabándose y necesitaba llamar a Dante, pero encender la pantalla iba a consumirme todo lo que me quedaba. No quería mirar atrás, estaba cerca del edificio de Caín, pero mi última opción era pasar a pedirle que me fuera a dejar al departamento. Mi corazón estaba acelerado, pues a esa hora había muy pocas personas en la calle y los recuerdos comenzaban a atormentarme. Alguien pasó por mi lado y choco su hombro junto al mío, di un salto y este chico se volteó.
– Lo lamento –Dijo de repente. Usaba una chaqueta negro con capucha. Sonreí por gentileza y seguí mi camino. –Hey espera, te ves asustada ¿Necesitas ayuda?
– No gracias –Cada vez mis pasos eran más rápidos.
– Puedo ayudarte, en serio –Corrió detrás de mi mientras mis pies casi no se veían de lo tan rápido que estaba caminando. –Si te detienes puede ser más fácil –Pero no obedecí y de pronto sentí que del codo me volteó hacia el con fuerza. –Entrégame todo lo que tienes y no voy a hacerte daño.
Sentí como el llanto se posó en mi garganta, a unos metros estaba el edificio de Caín, pero jamás podría llegar ahí sin antes caerme por los nervios.
– Vamos, te estoy hablando ¿O eres sorda? –Me tironeo del brazo y sacó un tipo de cortaplumas. Me habían hecho tanto daño anteriormente que en realidad ahora lo material ya no valía nada. Le pase mi billetera y mi celular.
– Es lo único que tengo –Dije en un tono bajo.
El tipo reviso y luego su mirada se fijó en la mía.
– ¡Es una puta broma! –Jaló de mi brazo y me tiró al suelo. –No me sirve. –Intente ponerme de pie, pero él me golpeo dejándome en el suelo nuevamente, antes de poder arrancar ya estaba llorando.
Creo que soy un blanco fácil para cualquier delincuente.
El tipo arrancó mi chaqueta y luego mi mochila completamente y antes de que pudiera ponerme de pie, él ya estaba corriendo.
Me puse de pie en silencio mientras mi cuerpo tiritaba del miedo, corrí al edificio de Caín sin pensarlo dos veces y el conserje me detuvo en la entrada.
– ¿Señorita está bien? –Se acercó.
– No, no –Bajé la voz. –Voy a subir –Dije nerviosa.
– ¿Necesita algo?
– No, no gracias –Apreté frenéticamente el botón del ascensor.
Cuando estuve arriba el llanto no paraba y cada vez sentía que me daría una crisis de pánico, pero debía mantenerme fuerte. Toque el timbre y luego de unos minutos la puerta se abrió, era Kendall.
***
BESOPOS XOXOXO
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