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Capítulo 30

Esta historia está publicada en papel por el equipo Penguin Random House grupo editorial. Puedes encontrarlo en diferentes países (explicados en un capítulo especial) y también vía amazon. 

*

Estuve todo el día con Cailín, pero cuando llegó la noche ella dijo que se quedaría en la casa de Annie y así aproveche de ir a casa de Ian para que conversáramos. Creo que llegue en un pésimo momento porque Danielle comenzaba a sentirse mal y todos estaban preocupados por ella. Los ayude un rato a llevarles las cosas y a hacer reír a Danielle, Ian me observaba desconcentrado hasta que finalmente pudimos hablar.

– ¿Podemos hablar ahora? –Le pregunté cuando estábamos solos en el jardín de su casa.

– Te dije que te olvidaras de lo que tenía para decir –Respondió encendiendo un cigarrillo.

– No, por algo te diste el tiempo de ir a mi departamento Ian.

– Es una estupidez en realidad –Aclaró su garganta y se sentó en un banco de cemento.

– Es sobre Cailín –Recordé.

– Caín –Me observó. –Somos amigos desde que tenemos uso de razón, no voy a decirte esto para complicar tu vida ¿Si?

– Te gusta Cailín –Exhalé el aire de mis pulmones.

– Si lo sabías no deberías haber venido hasta acá a preguntarme –Se encogió de hombros.

– Lo supe cuando la viste esta mañana Ian.

– De todas maneras Caín ¿En qué demonios estás pensando? ¿La llevas a la cama así como así?

– No, Ian basta –Bufé. –No sabes lo que pasó en realidad. Cailín se ha convertido en alguien importante para mí.

– ¿Y esperas que te crea?

– ¿Por qué no lo harías?

–Porque te he visto mandar a la mierda a la mitad de las chicas del país Caín.

–Pero Cailín es diferente para mí Ian, deberías haberlo sabido desde antes. Me conoces, soy como tu hermano.

–Te conozco y sé que eres un hijo de puta con las mujeres.

– No lo seré con ella –Dije seguro de mis palabras.

– Eso espero. Ella realmente no es igual a las putas con las que has estado.

– Claro que no, pues no es una puta Ian.

– Eres tan malditamente contradictorio Caín –Resopló tirando el cigarrillo al suelo y luego pisándolo. –Hace unos días decías que no querías nada con nadie, que no te interesaba nadie y más cosas ¿Y ahora qué? ¿Estás jugando a quien se enamora primero? Porque podría apostar con mi vida que Cailín está enamorada de ti Caín.

– Entonces ya basta de tratarme como si fuera una mierda –Escupí. –Ya no pudo enamorarse de ti y ya está conmigo ahora.

– Eso es lo que menos me importa en este minuto –Recalcó. Ian tenía una manera peculiar de decir las cosas directamente o sólo conmigo era así. Me dice las cosas sin pelos en la lengua y yo a él y todo está bien. –Sé cómo eres Caín, sé que te alejaras al primer puto problema que tengas, que no soportarás que ella llore o sufra por tu culpa. Sé que no tienes el suficiente valor en tu cabeza para poder estar con una chica como Cailín.

– ¿De qué demonios estás hablando? Ya deja de ser tan imbécil conmigo justo ahora Ian.

– Soy casi tu hermano maldita sea –Bufó. –Sé cómo eres y no quiero que nuevamente destruyas a alguien más. Si te gusta Cailín esfuérzate por ser mejor Caín.

– Lo estoy haciendo y no quiero que te entrometas, no quiero que nuestra relación de amistad cambie por una chica Ian.

– No va a cambiar –Aseguró. –Pero quiero verte cambiar a ti con alguien que realmente te importa.

–Lo harás.

Ian se quedó en silencio mirándome. Le sonreí y él sonrió a la vez. Siempre nos decíamos las cosas así, alterados y tratándonos como si fuéramos los peores animales del mundo para luego abrazarnos y ser como siempre hemos sido, unidos.

– ¿Ahora te queda claro que no eres la única persona que se puede fijar en ella?

–Eso lo tengo más que claro –Desvié mi mirada. –Lo que no tengo claro aún es si ella puede llegar a fijarse en otra persona.

– No seas ególatra hermano –Rió. –Tú tienes pulmones y ella también los tiene, ambos respiran por sí solos... Debes tener claro que no eres indispensable en su vida ni en la de nadie.

Me quede en silencio pensando en ese comentario. Claro que tenía razón, nadie es indispensable en la vida de nadie y eso estaba bien.

CAILÍN TAYLOR.

Llegue a la casa de Annie alrededor de las nueve de la noche. Preparamos cosas para comer y luego nos fuimos a su habitación. Me contaba cosas sobre Jaxon y su familia, pero yo no sabía si contarle sobre lo que había pasado con Caín, aunque realmente necesitaba desahogarme con alguien

– Estuve con Caín –Le comenté. Ella me miró para que siguiera hablando. –Nos acompañó a donde mi tía, pero descubrí miles de cosas –Le dije y ella seguía escuchándome con atención. –Resulta que mi padre me dejó una carta en donde me explicaba que conocía a Darell y que eran muy amigos, pero mi padre lo había engañado. Luego que mi tía María había tenido un amorío con Darell y bueno, muchas cosas –Bufé.

– No puedo creerlo –Abrió sus ojos un poco más.

– El tema es que me quise venir y Caín se ofreció a venir conmigo y así fue. Hablamos mucho, al fin pude hacer que se abriera conmigo Ann. Jugamos en la playa y nos reíamos a carcajadas –Dije feliz. –Y en la noche me quedé en su casa.

– ¿Tuviste sexo con él? –Sus ojos se abrieron como platos, asentí en silencio y ella rió emocionada. – ¡Al fin!

– Pensé que odiabas a Caín –Rodé los ojos. –Annie, eres tan bipolar.

– No lo odio, pero tener sexo no tiene nada de malo ¿Y es un animal en la cama?

– ¡Ann! –Reí.

– Está bien, lo lamento –Sonrió.

– Me dijo que iba a cambiar o algo así. Dijo que quería hacerme bien –Susurré.

– Eso está bien amiga ¿Confías en él?

– Si, lo hago –Aseguré. –Pero eso es lo que me da miedo Ann. No quiero verme enamorada de Caín para que él luego me deseche como si nada.

– Cailín –Me sonrió. –Todos en la vida sufren por amor, pero si él realmente te quiere todo estará bien.

– Tienes razón, ya no debo pensar en estas cosas.

Nos quedamos conversando sobre diferentes cosas y mi celular sonó, era un mensaje de un número desconocido.

"Vamos a encontrarte, estés donde estés y haremos de tu vida una mierda" Fruncí el ceño y Annie me preguntó quién era, le mostré el mensaje y ella sonrió.

– De seguro es una estúpida broma.

– ¿Quién me haría una broma así? –Sonreí algo confundida.

– No lo sé, pero ¿Quién estaría buscándote?

– Ni idea –Me encogí de hombros mirándola.

Rápidamente cambiamos el tema de conversación hablando sobre el instituto y las chicas de ahí. Kendall no me había molestado y eso me aliviaba mucho.

--

Llegué a mi departamento alrededor de las diez de la mañana, me duche y me vestí. Intenté ordenar todo lo que más pude y luego me senté en el sillón a ver televisión. No sabía si llamar a Caín, no estaba segura de lo que éramos. Mi celular sonó nuevamente, ésta vez era una llamada desconocida. Me rehúse a contestar, ya estaba comenzando a temerle a ese número.

El timbre sonó y mi cuerpo se puso rígido. Era horrible estar sola. Me puse de pie algo nerviosa, miré por el ojo de la puerta y me alivie cuando vi a Caín.

– Eres tú –Suspiré abriendo.

– ¿Quién más? –Entró y luego me observó. Lo quede mirando por unos minutos y él besó mis labios como por un reflejo.

– ¿Que fue eso? –Mi voz se cortó y sonreí a la vez.

– Un saludo –Se encogió de hombros. Pestañé un par de veces y luego él rió de mi expresión. –Estamos juntos Cailín, eso es todo.

– ¿Por qué no me había enterado de eso?

– Porque no te lo dije –Respondió como si fuera obvio.

– ¿No pasará nada malo? –Le pregunté nerviosa.

– Voy a ser mejor Cailín, eso es todo –Me sonrió y besó mi frente. Le sonreí tranquila. Todo iba bien. – ¿Almorzamos juntos?

– Está bien, pero todavía no sé qué cocinar.

– Vamos afuera, no quiero estar encerrado.

Decidimos salir, buscamos por todos lados un lugar de comida china hasta que encontramos. Caín pidió y luego nos quedamos conversando, estaba dispuesta a hablarle sobre los mensajes y las llamadas perdidas, pero nuevamente mi celular comenzó a sonar, esta vez contesté.

– ¿Hola? –Caín me observaba y luego llegó la mesera con las cosas que habíamos pedido. – ¿Hola, quien habla? –Pregunté un par de veces, pero sólo escuchaba la respiración de una persona. Colgué sin decir nada.

– ¿Quién era? –Me preguntó

– No lo sé, no me respondió.

– Tal vez era Dante y las señales se cortaron –Se encogió de hombros.

– Tal vez –Sonreí.

Luego de unos minutos comenzamos a comer y se me olvidó por completo contarle a Caín sobre el mensaje y las llamadas. Salimos del lugar alrededor de dos horas después y nos fuimos a un parque cerca de la playa que estaba ahí. Caín me contaba anécdotas de las peleas y yo lo miraba con atención. Nuevamente mi celular sonó, otro mensaje.

– Espera –Detuve a Caín y abrí el mensaje.

"Alejarte de Caín sería tu mejor opción" Fruncí el ceño mirando mi celular.

– ¿Qué sucede?

– Caín –Lo miré. –Sabes que ayer...

– ¡Cailín! –Escuché su voz chillona. Rodé los ojos mirándola y guarde mi teléfono dejando a Caín en incertidumbre.

– Kendall –Sonreí falsamente.

– Que sorpresa encontrarlos por aquí, vine a dar un paseo con mi perro y aquí están –Su presencia ni siquiera me había hecho darme cuenta de que andaba con un perro. Pequeño, flaco, feo... Chihuahua, como los odio.

– Estamos ocupados –Le dijo Caín. – ¿Necesitas algo?

– No –Se sentó a mi lado. – ¿Cailín te contó que me disculpe con ella cuando salió con Ian? ¿Cierto?

– ¿Que?

– ¿No le contaste? –Ella me miró fijamente como si se sintiera ofendida. –Nosotras estamos bien ahora, no tenemos ningún problema.

– No tuve tiempo de contarte –Le expliqué a Caín y él asintió.

– Pensé que estabas saliendo con Ian –Rió maliciosa.

– Somos amigos –Dije sin más. Realmente me estaba haciendo sentir incómoda.

– Ella está saliendo conmigo Kendall –Habló Caín mirándola directamente a los ojos. Kendall guardó su odio y sonrió o hizo una mueca que parecía una sonrisa.

– Los felicito –Dijo ella poniéndose de pie.

Sonó tan perfecto. "Está saliendo conmigo Kendall" Un chico tan misterioso y lleno de tatuajes como Caín estaba defendiéndome frente a una víbora. Esto era la mejor escena de la película.

– Bien, debo irme –Volteó Kendall con su cabello platinado hacia la dirección contraria.

– Ésta chica busca el momento perfecto para fastidiarme –Reclamé.

– ¿De verdad se disculpó contigo?

– Si, pero ya sabes –Me encogí de hombros. –Es una estupidez.

– Supongo que si –Habló él mirando hacia otra dirección y luego su mirada se fijó en la mía. – ¿De que estábamos hablando?

– Sobre esto –Saqué mi celular. –Cuando estaba con Annie anoche, me llego un mensaje que decía que me estaban buscando y que iban a encontrarme, harían de mi vida una mierda –Le conté, el frunció el ceño. –Me llamaron en la mañana cuando estaba sola y no quise contestar, en el restaurant igual, pero nadie me contestó y recién me llego esto –Le pasé mi celular y él leyó sin entender.

Tomó su celular y copió el número, llamó un par de veces sin recibir respuestas. Se puso de pie molesto.

– Me vas a acompañar –Me dijo. Me puse de pie de inmediato. –Pero no harás nada, ni siquiera vas a mirar a las personas que hay ahí ¿Me oíste bien?

– Si –Asentí obedeciéndole.

Caminamos hasta su auto, me pasó una chaqueta que pertenecía a él.

– Amárrate el cabello y ponte la capucha.

– Caín –Lo miré asustada. – ¿A dónde vamos?

– Luego voy a explicarte, sólo obedéceme.

Hice una trenza en mi cabello hacia atrás y me puse el polerón que cubría hasta la mitad de mis muslos, la capucha me cubría aún más.

Caín anduvo a toda velocidad hasta unas calles oscuras y eso que era de día.

– Te vas a quedar aquí –Me señaló.

– No, quiero ir contigo –Tenía un mal presentimiento.

– No te pasará nada malo aquí, créeme –Se estacionó en una calle en donde pasaban varios vehículos.

– Promételo –Mis ojos se llenaron de lágrimas.

Él se quedó mirándome unos segundos.

– Diablos, no –Bufó. –Ven conmigo.

Aunque fuera el peor lugar del mundo, me sentía mucho más segura a su lado que en su auto y sola. Me baje del auto dirigiéndome hacia donde iba él. No me dio la mano, sólo me dijo que caminara a su lado. Entramos a un lugar oscuro, lleno gente desconocida para mí y parece que muy conocida para él. El olor a cigarrillo fue como una bofetada, jamás había sentido tanto en mi vida, me aguante las náuseas.

– Que tal Caín –Lo saludó un tipo. Ni siquiera lo miré, yo estaba mirando hacia el suelo, no quería que me vieran.

– Necesito hablar con Mark –Su voz parecía como si mandara el lugar, supongo que ser hijo de Darell Bennet tenía sus beneficios.

– Mark, Bennet junior está aquí y quiere hablar contigo –Habló por teléfono. –Con una chica.

– Ella no es peligro para nadie, dile que no haga más preguntas y me deje subir –Le dijo Caín un tanto fastidiado.

– Está bien, sube –Le indicó.

Caín me tomó del brazo y me hizo caminar junto a él, mi corazón latía con fuerza. Algo andaba mal o si no, no estaríamos aquí. Nos paramos frente a una puerta, mire a Caín asustada y él me hizo un gesto que me indicaba mantener el silencio. Golpeó un par de veces y una voz cruda y ronca se escuchó "Pasa" Me adentré a la sala junto a Caín mirando siempre el piso.

– ¡Caín! –La voz rasposa del hombre me hacía imaginar que había fumado tanto cigarrillo en su vida.

– Mark –Creo que se saludaron.

– ¿Quién es la chica? –La voz de Mark sonó desafiante.

Caín me quitó el gorro y yo lo miré directamente a los ojos. Su cabello blanco como la nieve, sus ojos celestes y su mirada penetrante hicieron estremecerme. Tenía una cicatriz que iba desde su pómulo derecho hasta su mandíbula.

– Cailín Taylor –Dijo Caín haciéndome sentir con aun más miedo ¿Por qué me exponía delante de él de esa manera? –Grábate bien su rostro Mark porque si le llega a pasar algo, voy a matar a todo ser humano que se cruce en mi camino. Seré un puto desastre.

***

BESOPOS XOXOXO

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