Capítulo 27
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– ¿Que?
– Patrick estaba en la tienda –Me contó. –Un auto negro se lanzó contra ella y la volteó, no sé quién diablos era o si simplemente fue un accidente por un borracho. Lo único que quiero es llegar allá.
– Tranquilo primo, todo estará bien –Acaricie su hombro y él sonrió.
Fueron unas eternas tres horas. Ni siquiera nos detuvimos en alguna bencinera a comer algo o para entrar al baño, ni siquiera llegamos a la casa de mi tía... Nos fuimos directamente al hospital. Zoe me acompañó al baño mientras que Dante sólo quería saber noticias.
– Dante está muy mal –Comentó Zoe mientras nos lavábamos las manos.
- Si, sólo debes apoyarlo -Intenté aconsejarla para que no se sintiera incómoda.
Salimos del lugar y nos acercamos a los chicos. Ahí estaba el novio de mi tía, Patrick y mi tío Luis, el hermano de mi tía y de mi papá. Los salude a todos y nos quedamos cerca.
– ¿Estás bien? –Me preguntó Caín, se sentó a mi lado al ver que estaba sola.
– Si –Respondí sin darle mayor importancia.
– Has estado distante –Bajó la voz para que sólo yo escuchara.
– Lo sé, es intencional.
– ¿Por qué? –Sonrió con gracia.
– No es un buen momento para hablar sobre eso.
– Tienes razón, lo siento.
Me quede en silencio esperando que saliera algún doctor para informarnos que todo estaba bien, pero algo en mi interior me decía que había algo más.
Vi a un tipo vestido con una bata verde, se sacó la mascarilla y se dirigió hacia nosotros. Le tendió la mano a Patrick y se quedó frente a todos. Me puse de pie mirándolo, trague saliva y mi intención fue escucharlo claramente.
– El accidente fue muy fuerte –Finalmente habló. –Gracias a Dios, María iba con cinturón de seguridad. Aun así, como el auto se volteó, ella se golpeó una parte muy delicada de la columna, en donde pudo haber quedado parapléjica, pero no fue así. Ella aún esta dolorida, estará alrededor de una semana en observaciones y con medicamentos, se fracturó la pierna izquierda y el brazo derecho. En éste momento no puede recibir visitas porque está muy débil.
– ¿Ella estará bien? –Se adelantó mi primo para hablar.
– Si, ella estará bien. Sólo necesita descansar lo suficiente. No es necesario que se queden aquí porque no podrán entrar, pueden volver mañana.
– Gracias doctor –Habló Luis. El doctor siguió su camino y nosotros nos quedamos mirando atónitos.
– Creo que nos deberíamos ir a casa –Dijo Patrick mirándonos. –Ustedes deben venir cansados y con hambre, mañana podemos volver.
– Está bien –Asintió Dante.
El camino a la casa de mi tía fue corto. Llegamos, ayude a mi tío a preparar algo para comer junto a Zoe mientras los demás estaban conversando en el living. Fue una noche bastante larga en donde Dante estaba histérico, nervioso y podría apostar que no cerró sus ojos para dormir en ningún momento.
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– Que feliz me siento de verlos –Habló mi tía. Nos miró directamente. Su rostro estaba aún golpeado y parecía muy débil. Dante se acercó a abrazarla y luego yo.
– Ayer no nos dejaron entrar –Le dije mientras nos sentábamos en las sillas de los costados.
– Estaba peor –Bromeó ella. Dante la miraba con tanta compasión que me dolió un poco verlo así.
Estuvimos conversando un rato, subiendo su ánimo con bromas y contándole las anécdotas que nos habían pasado en el instituto, la gente que habíamos conocido... Pero jamás le hable de Caín ni de todos los problemas que he tenido psicológicamente. Golpearon la puerta tres veces, Dante habló para que entraran y se asomó Caín.
– Perdón por interrumpir, pero la enfermera dice que pueden ir rotando y Patrick quiere entrar –Dijo sonriente. La mirada de Caín se fijó en la de mi tía y ella lo observó fijamente, su rostro palideció.
– ¿Qué hace él aquí? –Preguntó María luego de unos segundos, Caín salió de la sala algo confundido. – ¿Es tu novio? –Me preguntó.
– No, es un amigo ¿Qué sucede?
– ¡¿Dónde lo conociste?! –Se alteró y quiso sentarse en la camilla, pero las agujas la detuvieron.
– Mamá cálmate ¿Qué te sucede? –Dante tocó su hombro e intentó hacer que se relajara.
– Aléjense de él, aléjense –Repitió mirándonos. Dante me observó, pero mis ojos ya estaban rebalsados en lágrimas. Darell me había dicho que conocía a mis padres, a mi tía y hasta Dante. María sabía todo.
– ¿Lo conoces verdad? –Mi pecho se apretó y me puse de pie mirándola. Ella me miró con preocupación. –Lo sabías todo y me lo ocultaste todo este tiempo.
– No hija, no es así –Intentó nuevamente sentarse y Dante la detuvo.
– Entonces dime ¿De dónde lo conoces? ¿Por qué sabes quién es él?
– No puedo, ahora no... –Cerraba sus ojos con fuerza.
– Cailín, ya basta –Me regañó Dante en un tono duro. Lo mire en silencio y luego volteé para salir de la sala, ella me llamó, pero yo no respondí.
Salí a la sala de espera, Caín y Zoe me miraron, los ignoré y camine hasta salir del hospital. Respiré profundo y me senté en una de las bancas de afuera. Escuché a alguien correr, mire hacia atrás, Caín.
– ¿Qué te pasó? –Me preguntó acercándose a mí. No se sentó, me observó de pie.
– ¿Conoces a mi tía? –Levanté mi vista chocando con la de él.
– Tengo vagos recuerdos de haberla visto alguna vez, pero no sé... No me acuerdo –Respondió sincero. –Fue hace mucho tiempo.
– Todo el puto mundo me miente –Escupí poniéndome de pie.
– ¿De qué demonios estás hablando? –Me siguió.
– De que ella sabía todo –Volteé a mirarlo. –Darell me dijo, me lo dijo –Repetía con enojo.
– Cailín ya basta –Bufó Caín. – ¿Podrías ser clara?
– Darell me dijo que conocía a mis padres, a mi tía y hasta a Dante –Lo miré. –Sé que mi tía sabía que Darell y tú mataron a mis padres y jamás me lo dijo.
– Estás especulando demasiado.
– No, no estoy haciéndolo.
– ¿De qué diablos estás hablando? –Escuché a Dante detrás de mí. – ¿Cómo que Darell me conocía y a mi madre también?
– Él me lo dijo –Bajé la voz.
En cuanto llegamos a casa, mi corazón aún latía con fuerza. Caín se mantenía a mi lado y Zoe se mantenía al margen, todavía no tenía suficiente confianza con ella para contarle mis problemas. Subí a la habitación en la cual estaba durmiendo y me senté en la cama moviendo mi pierna de arriba hacia abajo. Algo andaba mal.
– Cailín –La voz de mi primo me desconcentró.
– ¿Qué pasa?
– Mamá me dijo que te diera esto –Estiró su mano pasándome un sobre.
– ¿Qué es esto? –Lo recibí.
– No lo sé, jamás fue abierto.
– Gracias –Suspiré.
Dante me dejó sola mientras que yo miraba el sobre por todos lados, blanco y viejo. Lo rompí encontrándome con una carta escrita. Fruncí el ceño, confundida.
"Cailín, mi bella hija... Tal vez en este momento estés muy confundida leyendo esta carta pero quiero decirte que soy yo quien la escribe, tu padre. Estoy escribiendo esta carta mientras tú estás jugando en el patio con tan sólo seis años de edad."
En la primera parte de la carta. Mi estómago estaba apretado, pero ni siquiera una pequeña lágrima quería asomarse por mis ojos.
"Ya tienes la suficiente edad para saber todos los problemas que tengo y para saber que si o si, voy a morir. Si te llega esta carta es porque ya no estoy junto a ti y lo siento mucho. Cuando era joven tomé malas decisiones, mentí, engañé, estafé y hasta eliminé a algunas personas en mi camino. Pensé que era el rey del mundo hasta que conocí a Darell Bennet, un buen amigo del cual gane todo su odio, lo deje en la ruina. No voy a entrar en detalles, pero lo he traicionado y no tendrá compasión conmigo, ni contigo, ni menos con mamá. Tu madre nunca ha estado de acuerdo con mi vida, pero me ayuda a ocultarme siempre, ella está en donde estoy yo y no sabes lo culpable y arrepentido que estoy en este momento.
Quisiera poder hacer de ti una mujer linda, fuerte y con personalidad. Estar contigo hasta que ya ni siquiera pueda moverme de la cama, pero el destino no lo quiere así. Tu tía María sabe todo lo que vendrá, ella tiene un amorío con Darell y de seguro él le cuenta todo. Por cierto, le he pedido que no te diga nada hasta que leas esto. No te enfades.
Se fuerte, alegre, toma buenas decisiones y por ningún motivo vayas por el camino fácil. No llores por personas que no lo merecen, no poseas rencores ni odio. Haz lo que sea por llenarte de buenos momentos, de rodearte de personas que te quieren. Se buena con las personas y no juzgues a un libro por su tapa. Recuerda que nosotros te amamos y queremos que seas feliz. Nunca olvides de dónde vienes.
Perdóname por no ser lo que esperabas de un héroe. Te amo hija.
Gael Taylor."
Pestañé un par de veces confundida volteando la carta para ver si había algo más escrito, pero no había nada. Parecía tan irreal, en mis sueños más locos mis padres me dejarían una carta y yo la leería. Las piezas del rompecabezas comienzan a unirse justo ahora, por eso María conocía a Darell y obviamente a Caín. Una pequeña y fugaz idea se pasó por mi cabeza ¿Y si Caín en realidad era hijo de mi tía? Pero a la misma vez pensé que eso era casi imposible porque Caín y Dante tienen la misma edad y son muy diferentes para poder ser gemelos. La mamá de Caín falleció, es así. Si mi padre fue amigo de Darell antes de todo lo malo, yo conocía a Caín antes.
Baje corriendo las escaleras, Caín me observó unos minutos. Abrí el mueble en donde mi tía guardaba todas las fotos, Dante se acercó a mí y comenzó a ayudarme a romper las bolsas antiguas llenas de fotos. Las dejé en el suelo y me senté. Revise una por una sin encontrar lo que yo quería, hasta que Caín se quedó mirando las fotos y recogió una. Mi mirada se fue a su rostro que en segundos palideció, pero no expresaba emociones. Me puse de pie y la arranqué de sus manos.
– Eres tú –Bajé la voz mirando la foto. –Con Darell y mi padre.
– No sabía que esto existía –La voz de Caín seguía tan sorprendida como mi mirada. Papá tenía a Caín en sus brazos y Darell reía a su lado.
Volví a sentarme en el suelo a revisar las fotos, pero esta vez Caín me ayudó. Encontramos muchas fotos en donde Dante y Caín eran muy pequeños y posaban para las fotos juntos, pero ninguna de Caín junto a mí.
– María sabía todo –Resoplé mirando a mi primo. –No sé si no me lo dijo por ocultar a Darell o por no fallarle a mi padre.
– Por tu padre ¿Quién querría ocultar al mío? –Caín me miró fijamente.
– No hay ninguna foto en donde posemos juntos.
– Pues porque tu padre no dejó que Darell te conociera –Escuché a Patrick detrás de mí.
– ¿Por qué? –Fruncí el ceño.
– Porque no quería que te dañara.
Suspiré en silencio.
– Quiero volver al departamento –Hablé y Dante me observó.
– No, tú te quedas conmigo –La mirada de Dante se fijó aún más en la mía.
– No, no quiero seguir aquí.
– Yo voy con ella Dante, no te preocupes por eso. –Habló Caín.
– Pero Cailín, mamá querrá verte aquí.
– Voy a volver, pero ahora no quiero estar aquí.
CAÍN BENNET.
Cailín subió corriendo las escaleras y Dante la iba a seguir, pero lo detuve del brazo.
– Ya déjala –Le dije. – ¿No crees que es demasiado en un día?
– ¿De qué hablas? –Bufó Dante. –Ella no puede irse de aquí.
– Su papá difunto le deja una carta, descubre que su tía sabía quién había matado a sus padres y encima que el asesino tenía un romance con ella. Ya déjala ir, estará bien conmigo. Estarás con Zoe.
– Si le pasa algo a Cailín, voy a matarte –La voz de Dante bajó mirándome directamente a los ojos.
– Te aseguro que me mataré antes –Aseguré. Dante miró a la escalera y asintió. Cailín bajo con su bolso y se despidió de todos disculpándose. Dante la abrazó por unos minutos y luego salimos de casa.
– Gracias –Me dijo mientras subíamos al auto. No le respondí, sólo encendí el motor y nos fuimos.
Todo el camino fue silencioso, la música sonaba y un par de veces Cailín tarareaba la canción. Me desvíe del camino antes de dejarla en el departamento, necesitábamos comer algo.
– ¿Comida? –Me preguntó.
– Así es –Sonreí estacionándome.
Pedí lo mismo para los dos mientras ella buscaba una mesa vacía en donde sentarnos. No había tanta gente así que se demoraron poco en traernos la comida.
– ¿Todo bien? –Pregunté. Ella negó con su cabeza y al instante mi estómago se apretó.
***
BESOPOS XOXOXO
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