Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11

Esta historia está publicada en papel por el equipo Penguin Random House grupo editorial. Puedes encontrarlo en diferentes países (explicados en un capítulo especial) y también vía amazon. 

*

Salí de enfermería dirigiéndome a la clase que estaba perdiéndome por estar con Caín. El profesor me observó por unos segundos y luego continuó con lo que estaba diciendo. Hablaba y hablaba, pero yo no entendía nada, ya que no había estado desde el principio. Le pedí a un compañero los apuntes y los escribí rápidamente antes de que saliéramos.

Cuando finalmente mi día en el instituto terminó, Annie salía dos horas más tarde así que decidí irme al departamento. Cuando llegué, el conserje me pasó las llaves que le había dejado Dante por si yo llegaba, así que subí. Hice comida y luego fui a dormir por un rato, estaba cansada y no sabía de qué.

CAÍN BENNET.

Es bastante cómica la relación que tengo con Cailín, a veces me hace gracia y otras sólo me dan ganas de que desaparezca. No entiendo su obsesión de odiarme, la maldita tragedia de sus padres fue hace catorce años y si no mal recuerdo ellos no eran de los trigos muy limpios, debería olvidarse de que fui yo quien causó eso, no van a salir de sus tumbas para venir a ver a su hija, es realmente absurdo, pero supongo que debo entender aunque en realidad no me importe para nada.

Cailín tiene un parecido a Blanca nieves, recuerdo que mis primas veían siempre esa película. Su rostro es muy claro y su cabello negro como el carbón, me parece una chica muy linda, pero insoportable como sólo ella podría serlo.

Ésta noche de viernes hay una pelea en dónde estará un amigo, debo ir a verlo y si no voy no me lo perdonará jamás.

En cuanto estuve mejor en la enfermería, la señora redondita me sacó el suero y me dijo que debía hacerme exámenes para ver si tenía problemas de presión o algo... Exámenes ni una mierda, no me interesa. Salí de ahí y me dirigí a mi casa, espero que saquemos una buena calificación en el trabajo. Intenté sacarme la sangre de la ceja y deshincharme el labio, había peleado el día anterior y el tipo parecía un monstruo, de feo y agresivo.

Dormí la mayoría de la tarde hasta que mi celular comenzó a sonar.

– ¿Hola? –Contesté medio adormilado, ni siquiera me había fijado en quien me estaban llamando.

Hola Caín –Habló una voz femenina, perversa. Kendall.

– ¿Qué sucede? –Abrí mis ojos y luego los refregué. –Me has despertado.

Ésta noche estoy sola.

– No, hoy no puedo –Encendí la luz. –Voy a una pelea.

Entonces ahí nos vemos, quizá puedas más tarde.

– Ya lo veremos, nos vemos –Colgué.

Ésta mujer iba a matarme. Está obsesionada, parece una maniática, es la única de las chicas con las que he estado que he estado dos veces y ya se cree la reina del mundo. No sé si lo tengo de oro o ella está extremadamente muy necesitada.

--

CAILÍN TAYLOR.

– No –Hablé seriamente. –Te dije que no iría nunca más a una de esas cosas.

Vamos amiga, el que pelea no es Caín. De todas formas no creo que esté ahí. –Dijo Annie al teléfono.

– ¿Y quién es?

No lo conozco, luego habrá una fiesta en donde irán todos.

– ¿Y Thomas?

También irá, está conmigo.

– Bien –Respiré profundo. –Vengan a buscarme.

Eres genial, te amamos. –Colgué.

Me puse de pie y me di una ducha rápida, me puse jeans oscuros junto a una chaqueta y bufanda, hacia bastante frío. No iría con tacones, ni en un millón de años, así que opté por zapatillas. Me maquille un poco hasta que estuve lista.

– ¿A dónde vas tan linda? –Dijo mi primo mientras se paseaba por la sala con un pantalón deportivo, sin remera y recién bañado.

– A una fiesta –Le sonreí. – ¿Tu saldrás?

– Si, quizá nos encontremos –Sonrió. – ¿Quién te vendrá a buscar?

– Annie y Thomas.

– ¿Quién es Thomas? –Me preguntó frunciendo el ceño y poniéndose una camiseta negra.

– Un amigo, te encantará –Le sonreí.

Tocaron el timbre y abrí la puerta dejando entrar a Ann y a Thomas. Saludaron a mi primo y Dante miró a Thomas por unos segundos.

– Te he visto en algún lugar –Dijo Dante mirándolo.

– Ni idea –Mi amigo se encogió de hombros.

– Cuida a mi prima –Entrecerró sus ojos.

– Tranquilo amigo, soy homosexual –Dijo Thomas de manera sencilla. –No voy a abusar de ella, no me agradan las vaginas –Sonrió.

Solté una carcajada y Dante abrió sus ojos un poco más.

– Oh, lo lamento hermano –Sonrió Dante algo avergonzado.

Cuando íbamos saliendo, Dante agarro mi codo y me volteó.

– Eres un demonio, deberías haberme dicho que era gay –Susurró.

– Lo lamento –Reí. –Nos vemos –Besé su mejilla.

Dante me sonrió y me dejó ir.

--

– Estas estrellas no llegan nunca –Comentó Thomas mirándonos refiriéndose a los que pelearían ésta noche. Me compre algo para comer mientras esperábamos. Ann estaba emocionada, bueno, siempre lo estaba.

– Ahí esta Caín –Dijo Annie mirándome. –Éste chico está obsesionado con las peleas.

– Dijiste que no vendría –Reclamé.

– No sabía que vendría aquí –Se defendió.

– Yo tampoco –Dijo Thomas mirándolo extraño.

De pronto, toda la gente comenzó a juntarse. Supuse que habían llegado. Me acerqué al brazo de Thomas para poder ver mejor, una chica estaba gritando cosas y me desconcentre mirándola y no escuche la presentación. Luego de unos minutos me puse de puntillas para ver quien estaba en el centro del cuadrilátero. Mi corazón se detuvo al ver a mi primo ahí. Estaba sin remera con sus manos vendadas, parecía tranquilo y esperaba al otro idiota con grandeza.

– Es Dante –Dije volviendo a la realidad. –Ann, es Dante –La miré. Ella me miró preocupada.

– Te juro que no lo sabía –Dijo mirándome.

– Tranquila Cailín, no pasa nada –Thomas tocó mi hombro.

– No, él no hace estas cosas debemos sacarlo de ahí.

– No puedes meterte en una pelea, Cailín.

– ¡Es mi primo! –Alcé la voz.

– Debes confiar en él.

– Lo hago, pero no... ¿Qué tal si no es así? –Comencé a angustiarme.

No, Dante nunca me había dicho que le gustaba pelear, menos clandestinamente. No creo que Darell haya sido tan hijo de puta para insertarlo en cosas así. Dante nunca me ha ocultado nada ¿Por qué lo hace con estas cosas? Miré a mi alrededor mientras estaban peleando, todos gritaban como conociendo a mi primo, no podía hacerlo hace tanto tiempo.

– ¡Vamos Dante! –Escuché una voz conocida, miré entre la gente, era Caín. Me separé de Thomas y caminé hacia él. Nadie más que él podría haber metido a mi primo en éstas cosas.

– ¡Caín! –Le grité. Él no me escuchaba, así que le tome el codo y lo jale hacia atrás.

Él se volteó a mirarme frunciendo el ceño. Sus ojos se quedaron en los míos

– ¿Qué haces aquí? –Articuló mirándome.

– Necesito que hablemos –Le dije enojada.

– Ahora no –Frunció el ceño. Volteó ignorándome y viendo la pelea, me metí entre la gente y me quede viendo la pelea. No podía meterme en el cuadrilátero a separar a mi primo de un idiota dos veces más grande que él. Mi corazón latía con fuerza al ver a mi primo peleando con el tipo, éste le pego unas cuantas veces, hasta que mi primo comenzó a golpearlo hasta dejarlo en el suelo. Sus nudillos sangraban, su ceja también y su labio inferior comenzaba a hincharse.

– Maldita sea, detengan la puta pelea –Dije para mis adentros. Caín me observó confundido.

El tipo detuvo la pelea y mi primo salió ganador, todo era un caos, gritos, golpes y más. Salí del tumulto de gente antes de que todos comenzaran a irse y me botaran. Mi cabeza daba vueltas, ni siquiera tenía tiempo de pensar.

– ¿Qué diablos querías? –La voz de Caín me desencajó. Lo miré en silencio, enojada. –Habla de una vez ¿Qué te pasa?

– Necesito llegar a donde Dante.

– ¿Lo conoces? –Frunció el ceño.

– ¡Eso no te importa! –Alce la voz. –Necesito ir a donde está él.

–No puedo hacer eso –Negó con su cabeza.

– Vamos, no seas un hijo de puta justo ahora –Escupí.

Caín me observó con gracia y me hizo seguirlo. Caminamos por algunos pasillos hasta que entramos a una sala vacía con sólo una luz en el centro. Pasaron algunos minutos y la puerta de entrada se abrió, entró Dante y otro chico riéndose y haciendo bromas, era Jaxon. Yo estaba justo detrás de Caín, entonces no me había visto.

– ¡Caín! –Lo abrazó. –Pensé que no habías venido maldito infeliz –Rio.

Su rostro se tornó serio en cuanto me vio detrás. Soltó a Caín y se quedó mirándome.

– Cailín ¿Qué haces aquí? –Su mirada se fijó en la mía.

– ¿Se conocen? –Preguntó Caín sonriendo con gracia.

– Chicos, déjenme un momento a solas con ella por favor –Les pidió a Caín y a Jaxon.

– ¿Tu novia no te deja pelear? –Sonrió Jaxon.

– No soy su novia imbécil –Lo miré sacada de quicio.

– Ya basta –Dijo Dante mirándolos. –Vamos Cailín no es un buen momento para que hablemos.

– Ni siquiera sabía que conocías a Caín.

– Yo tampoco sabía que tú lo conocías.

– Hey, tranquilos –Se entrometió Caín en nuestra conversación. – ¿Qué hay de malo con que el chico pelee? Nada, lo hace genial.

– Cállate –Lo fulmine con la mirada.

– Lo lamento, Cailín. Luego voy a explicarlo, como tú también me explicarás qué diablos estás haciendo en un lugar como éste.

– Bien, adiós –Volteé dirigiéndome a la puerta.

– ¿Dónde vas?

– A donde Thomas y Ann.

– Si vas a la fiesta es mejor que te vayas conmigo –Dijo Dante. –Podremos hablar, te lo aseguro.

– Está bien –Me senté en una silla que había ahí.

¿De dónde diablos Dante conocía a Caín? Mientras pasaban los segundos dentro de esa habitación, podía darme cuenta de cómo ellos eran muy cercanos, iba a destruir su amistad cuando le contara quien era Caín realmente. Mi primo iba a matarlo a golpes. Le mande un mensaje a Annie diciéndole que me iría con Dante a la fiesta y que nos veríamos allá.

Luego de unos minutos salí junto a Dante, Caín y Jaxon a la calle y nos subimos a un auto que al parecer era de Jaxon. Estaba bastante adornado y su motor rugía horriblemente fuerte.

– ¿Por qué no me lo habías contado? –Susurré mirando a Dante.

– Porque te pondrías así –Respondió. –Pero no es nada Cailín. Lo hago cuando realmente necesito un poco de dinero.

– Pues deberías trabajar ¿Quién te trajo aquí? ¿Caín?

– Algo así.

– Es un hijo de puta.

– Estoy aquí –Dijo Caín desde el asiento copiloto.

– Me importa una mierda –Hablé fuerte. –Dante, no deberías estar haciendo estas cosas... Lo sabes.

– Cailín –Me miró fijamente. –Es algo que me gusta, no lo hago por Caín ni nadie.

– ¿De dónde conoces a Caín? –Entrecerré mis ojos.

– Luego hablaremos de eso ¿Si?

Me quedé en silencio hasta que llegamos al lugar en donde era la fiesta. Nos bajamos todos juntos y antes de entrar Caín tomó mi codo para voltearme.

– ¿De dónde conoces a Dante? –Sus ojos se quedaron en los míos.

– Es mi primo –Jale mi brazo para sacármelo de encima. Camine hasta llegar adentro y Caín me siguió.

– No puedes decirle por qué nos conocemos tu y yo –Habló rápido.

– ¿Que?

– No, Dante es mi amigo. No puedes decirle lo que hice hace catorce años para que todo se vaya a la mierda.

– No me interesas Caín.

– Tu tampoco a mí, pero Dante es mi amigo.

– Si fueras su amigo no lo habrías insertado en las peleas clandestinas, es una estupidez –Comenté aún más enojada.

– Eso no tiene nada que ver con lo que estamos hablando.

– ¿En qué demonios estabas pensando? Es Dante, es una gran persona. No puedes hundirlo igual que tú metiéndolo en las peleas ¿Qué tal si la policía lo descubre?

– Eso no pasará.

– Eres un idiota –Escupí. –Estás terminando de hacer bien tu trabajo, te odio con toda mi vida quiero verte en el puto infierno, realmente eres un imbécil.

– Cailín –Su mirada fría se fijó en la mía. –Me han deseado la muerte miles de veces y realmente no me interesa. No me interesas ni tu ni nadie. Sólo te estoy pidiendo que no le digas de donde nos conocemos nosotros o mi amistad con él se ira al infierno. Sígueme odiando, no me harás la vida más difícil de lo que es.

– Vete a la mierda, jamás haría algo bueno por ti –Dije con rabia. Entre a la fiesta más enojada de lo que últimamente acostumbro estar.

Thomas me miró fijamente por unos segundos, sabía que algo me pasaba, pero no me preguntó nada.

Al otro día, Thomas se iba de viaje. La verdad es que la persona más cercana a él era Annie, pero de todas formas le había agarrado cariño. Annie y yo fuimos a dejarlo al aeropuerto, creo que él se había despedido de todos en la fiesta. Nos abrazamos un largo rato y luego se fue. Era un largo viaje hasta Inglaterra. Debía viajar por asuntos familiares y al parecer él tenía muchas ganas de vivir allá.

--

– Creo que debemos hablar –Dijo Dante entrando a mi habitación junto a un desayuno el domingo por la mañana. Eran medias lunas, sándwiches y dos cafés Starbucks –Salí a comprar esto hace poco.

– No quitarás mi enojo con esto –Me senté en la cama.

– Lo lamento Cailín, no quería preocuparte.

– Desde que vine a vivir aquí he tenido muchos problemas –Mis ojos se rebalsaron en lágrimas.

– ¿Por qué? –Frunció el ceño. 

***

BESOPOS XOXOXO

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro