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Final (Última parte)

Final (Última parte)

-¿Se puede saber lo que te pasa?
-Nada -respondió Prem haciendo un mohín con las mejillas mientras llevana las carpetas que le había pedido.
-Vamos Prem... estas enfurruñado desde ayer.
-No estoy enfurruñado -dejó todo sobre el escritorio- no soy un niño.
-Pffff -se burló- si que lo eres.
-No, no lo soy.
-Y ahora haces berrinche...
-Es que -tomó aire y sus mejillas se volvieron rojas- es ese cocinerito, no lo tolero, es insoportable!
-¿Cuál fue el problema ahora? -se interesó, sabía muy bien que la relación con el chef no era la mejor.
-Nada -las palabras sonaron a la defensiva- solo no lo soporto.
-¿Sabes que no puedes mentirme?
-No estoy mintiendo...
-Tus mejillas y orejas están más oscuras -señaló lo que siempre lo delataba- eso o estás muy nervioso.
-Solo que sigue haciéndose el Don Juan en horario de trabajo. 
-¿Hizo algo indebido?
-No, pero debí llamarle la atención a la nueva recepcionista -explicó- se la pasa haciéndole ojitos.
-Y él...
-Ya sabes como es, se la da de inocente pero es obvio que él las provoca.
-¿De que manera?
-Pues... -infló las mejillas- mejor olvídalo, no tiene sentido que te ocupes de esto.
-Prem -lo miró a los ojos- no quiero que lo tomes a mal, ¿pero no te parece un tanto exagerada tu reacción? Por lo que se nunca nadie se quejó de algo fuera de lugar por parte de Boun.
-Eso porque nadie lo conoce de verdad, se cree que todos caen bajo sus encantos, es un idiota.
-Si te incomoda puedo ponerlo bajo órdenes de Plan, no tendrías que tratar con él.
-¿Harías eso?
-Si me das una verdadera razón si, por supuesto que si, lo despediría de ser necesario.
-Eso sería extremo -bajó la mirada y en su frente se dibujó una linea pensativa- es que no lo soporto, viene con esos juegos tontos, todo sonrisitas diciendo tonterías.
-¿Que tonterías?
-Esas... frases tontas, y a veces me envía esos postres que me gustan y no quiero que sea así.
-No lo sabía...
-Es que solo quiere jugar con mi cabeza, dice cosas sin sentido.
-¿Como cuales?
-Que le gusto... -su piel se volvió roja- que quiere salir conmigo.
-Espera -necesitaba procesar la información- ¿me estás diciendo que Boun te dijo que le gustas?
-Sólo son tonterías para burlarse.
-¿Porqué piensas eso?

Observó como su amigo y protegido agachaba la cabeza, los dedos retorciéndose en el frente.

-No puede ser verdad... mírame.
-Te veo Prem -rodeó el escritorio hasta tenerlo al alcance- cualquiera puede verte si lo dejas.
-Es que... no lo sé, no puede ir enserio.
-A ver, porque no me cuentas bien lo que está pasando.

Prem se abrió a él, sentado a su lado en el sofá de la oficina le contó como hace meses Boun inició un nada sutil asedio, enviando postres cada tarde, acercando alguna de sus comidas favoritas, pasando en ocasiones que no estaba trabajando para decir alguna frase que lo incomodaba y lo hacía sentir demasiado cálido.

-Por lo que me estás diciendo, Boun está siendo bastante directo con sus intenciones.
-Pero hay muchas personas interesadas en él.
-¿Y él les devuelve el interés?

Observó como agachaba la cabeza mientras negaba.

-¿Y tu?
-Tal vez me guste un poco, pero...
-Tienes miedo -afirmó porque sabía que de seguro era así.
-¿Y si no es real?
-Si no es real estaremos aquí para respaldarte -lo abrazó apretándolo contra sí- pero tienes que darte una oportunidad.
-Voy a pensarlo -se mordió los labios- tal vez no sea tan tonto como parece.

Le sonrió antes de dejarlo ir, el pelioscuro había avanzado bastante, no obstante el miedo a no ser adecuado todavía persistía y tal vez sería así siempre, pero por lo menos se daría una posibilidad de enamorarse.

〰️〰️〰️

-¿Otra vez? -escuchó la respuesta enojada de Plan a su pregunta- da por cerrado el contrato, buscaremos otra empresa.

Disfrutaba enormemente estar al frente de los hoteles, pero a veces pensaba que era demasiado dolor de cabeza, el caso de las piscinas siempre terminaban en problemas, la demora en la construcción, las filtraciones, las roturas, desde el principio siempre fueron percances tras percances. Llamó a Prem y dio indicaciones de que seleccionara un contratista que solucionara de forma urgente la filtración que amenazaba con inundar el sector de parque de uno de los hoteles.

-Conseguí uno -anunció Prem tiempo después- es el único que podía hacerse presente el día de mañana, la mayoría ya están contratados.
-Esta bien, tendré que ir personalmente a ofrecer disculpas a los huéspedes y ofrecer una compensación por las molestias.

Al final se ocupó de otras urgencias, al momento ya contaba con cuatro hoteles y uno en expansión, Prem y Plan seguían a su lado y prácticamente dirigían juntos.
Llegado el anochecer volvió caminando a la casa que ocupaba hace ya seis años junto a los otros dos y que suponía sería el lugar donde viviría por siempre, posiblemente un día lo hiciera solo cuando Plan y Prem decidieran seguir sus caminos.
A veces era solitario, había algo en el pecho que todavía esperaba, que aún tanto tiempo después, ansiaba. Las promesas pueden romperse, pensó mientras abría una cerveza en el patio trasero, vivir con la ilusión a cuestas de vez en cuando pesaba demasiado.

〰️〰️〰️

-Por supuesto que todos tendrán una noche extra en el hotel, a la vez que nuestro exclusivo chef ofrecerá una atención especial como parte de agradecimiento por su comprensión -anunció a quienes se congregaron ante su llamado- espero sepan disculpar.

La mañana había comenzado ajetreada y supervisar el inicio de las reparaciones no hacía más que aumentar su estado de irritación. Estaba exhausto, el tema de la piscina siempre lo ponía de mal humor.
Avanzó al sector donde ya se encontraba Plan chapoteando en los charcos de agua filtrada, los obreros había llegado junto a su jefe en dos camionetas que habían dejado detrás del complejo y ya se podían ver las primeras herramientas dispersas.

-¿Pudiste hablar con el contratista?
-Ohhh si... -parecía un tanto distraído- vinieron los dos.
-¿Dos?
-Si, son una sociedad.
-Bien -respondió- espero que sean mejores que los anteriores.
-También lo espero -dijo de manera ausente.
-¿Pasa algo?
-No no -hizo un gesto con las manos- solo este dichoso calor.
-Pffff -respondió a la habitual queja- puedes quedarte dentro mientras yo me reuno con ellos.
-No, esta bien.

Al final dividieron las tareas y fue directo a hablar con el chef sobre el menú que quería para los huéspedes.

Caminó dentro de los pasillos frescos del hotel, los pisos pulidos y las plantas frondosas dando el toque característico de un lugar familiar y a la vez elegante.
Buscó el celular para comunicarse con Prem hasta que la presencia que se materializó frente a él hizo que el aire dejara de fluir al punto que sintió que el oxígeno era absorbido para luego ser lanzado en un huracán.
Estaba allí, a menos de un metro, poco reparó en el casco amarillo sobre su pelo oscuro, se fijó en sus facciones, el aire de madurez volviéndolas mas afiladas, el tono de piel mucho mas bronceado. Observó como daba dos pasos en su camino, el aroma apenas llegando, quedó paralizado mientras el corazón bombeaba tan fuerte que supuso que  lo podía escuchar.

-Te dije -oyó la voz que se filtró a través de todo su sistema y tocando cada fibra- que un día volvería como tu igual.
-Perth... -llegó a susurrar.
-Todavía no lo soy -un poco más cerca, tanto que podría tocarlo con solo extender la mano- pero ya va a llegar.
-Perth...
-Y te mentí -hizo una pequeña mueca- porque aunque debería esperar, creo que ya no puedo.
-¿No?
-No -le llevó una mano a la mejilla- y si todavía estás dispuesto a darme una oportunidad...

Sintió tan suave como un aleteo el beso que dejó en la punta de su nariz, cerró los ojos y la tibieza de las lágrimas intentó filtrarse.

-Shhhh -lo sujetó del rostro- por favor no llores...
-Dijiste que volverías a mí -la voz salió entrecortada.
-Y eso estoy haciendo -besó sus mejillas- bueno, ahora solo vine a hacer un trabajo.
-¿Qué? -levantó los párpados para mirar las pupilas casi negras.
-Tu nos contrataste, vino junto a mi socio.
-¿Lo dices enserio?
-Recién estamos empezando -sonó algo tímido a la vez que las mejillas se pusieron rojas- no somos una gran constructora, solo llevamos año y medio en el negocio.
-¡Eso es increible!
-De hecho Mean, mi socio, debe estar hablando con Plan mientras yo estoy intentando conseguirte en mi vida.
-Ya me tienes -besó sus labios para cerciorarse de que era real y no una invención de su mente atrapada en el recuerdo de lo que podría ser.
-Deja que termine con el trabajo y voy a buscarte.
-¿No te marcharas?
-No podría -dijo antes de volver tras sus pasos y salir al exterior.

Quedó parado en medio del pasillo, lo inverosímil de la situación llevando una sonrisa tonta a su boca. El mundo pasó a su alrededor, el personal del hotel haciendo su trabajo, el chef diciendo algo que no entendió y Plan apareciendo con una mirada tal vez más asorada que la propia. Pasó el día en una neblina que apenas le dejaba ver, buscándolo con la mirada aún cuando debería estar haciendo sus tareas en la oficina. Llegando al anochecer los observó partir junto a los obreros  y se sintió decepcionado de que no lo buscara para despedirse. Volvió a su casa entre enojado y triste, era tonto pero había emociones que no había aprendido a manejar.

〰️〰️〰️

Caminó nervioso, se sentía bastante inadecuado y fuera de lugar, avanzó por un jardín de flores exhuberantes y aroma dulce y el ramo que llevaba en la mano se le hizo simple y algo infantil. Esperó con la frente sudando que se abriera la puerta luego de llamar con los nudillos.

-Perth! -la exclamación le indicó que tal vez no lo esperaba.
-¿Estás disponible para una cita? -le sonrió a la imagen de Saint con un  pantalón a media pierna y una camisa blanca que le asentía con vehemencia.
-Deja que me cambie.
-No -lo retuvo- así estás perfecto... toma, se que son una tontera.
-Son preciosas -respondió antes de llevar el ramo a la nariz para olerlas- gracias.

Caminaron lado a lado, las flores en una mano de Saint, la otra unida a él como si fuera lo más natural del mundo, lo que siempre debió ser.

-Saint -paró el avance por la rambla y posó los ojos en el perfil delicado que observaba las olas que rompían a lo lejos- mil veces me pregunté si esto no era una locura, si el amor que te tengo no era solo el eco de lo que sentí en la adolescencia.
-¿Y cuál fue la respuesta?

Miró los ojos avellana, la piel que había tomado un tono algo bronceado, el pelo castaño cayendo suave sobre la frente, los labios rosados, las mejillas tiernas.

-Que te amé desde ese primer día, que mi vida, para bien o para mal giró a tu alrededor, que cada decisión que tomé fue en función a lo que despertabas en mí -dejó los dedos deslizarse por el rostro para llenarse de su suavidad- lastimarte fue entrar en una caída libre, intentar destruirme para pagar el daño, pero estoy aprendiendo a dejar la culpa atrás.
-Si...
-Y ahora estoy aquí, expuesto para que decidas por mi, por nosotros, vivir lejos de mi alma se me hace imposible, por eso te ruego, te imploro que me dejes conquistarte una vez más.
-¿Cómo lo harías?
-Con citas, una, miles, todas las que sean necesarias, las que deberíamos haber tenido, las que te debo.
-Está bien -le dio un beso rápido- estoy de acuerdo.

Miró el mar, desde ese lugar entendió porque Saint había elegido vivir allí. Lo tironeó hacia la arena y pronto el agua mojaba sus tobillos mientras la espuma se arremolinaba dejando una estela a su paso.

-Dame la mano -le pidió- aquí, adelante de las estrellas, con la inmensidad rodeandonos, pido la bendición de tu mamá, ella puede estar tranquila de que voy a amarte e intentar darte lo que mereces.
-Perth -lo escuchó sollozar.
-Y espero tu puedas algún dia amarme como lo hago, y si no es así, por lo menos espero hacerte felíz por el tiempo que me dejes.
-¿Puede ser por siempre?

Le sonrió y le besó la frente antes de responder.

-Por siempre.

Fin
〰️🖤🖤🖤〰️

Hola gente, se que me demoré, fue dificil para mi, esta historia no es todo lo que deseo pero nunca dejaría que se queden sin un final.
En este momento estoy atravesando una situación personal muy triste, así que no me verán interactuar mucho y tampoco publicar nuevas historias, espero sepan comprender.
Como siempre, agradezco su cariño y confianza, el apoyo, cada comentario y estrellita, gracias por estar a mi lado.
Un beso inmenso desde el alma.

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