Cαρíƚυʅσ 26: Lα ʋҽɾԃαԃ
Leah al verla cubierta en llamas en su misma casa, petrificada al ver que nada mas que ella estaba incendiandose. Todo parecía estar demasiado líado para su cabeza, se sentía triste y no entendía muy bien porqué todo se había desenvuelto tan caoticamente, si las cosas hubieran pasado distinto, tal vez no se sentiría tan angustiada.
Pero, de algo que estaba segura era que desde el golpe con Sam, nada sería fácil en la vida. Si bien una vez habían llegado a su hogar su madre la recibió con un abrazo desesperado. Llorando por ella, y por haber notado la aparición repentina de su querida amiga en trance siendo resguardada en llamas regenerativas.
— oh dios mío, Leah, ¿que ha pasado? ¿Te encuentras bien?
Sue Clearwater parecía estar a punto de un soponcio por las emociones tan fuertes, realmente se sentía aprisionada. Temía que todo se le estuviera saliendo de las manos. Pero debía estar calmada, sin embargo la aparición de todos los animaluchos tras ella nuevamente inconsciente, supo que la situación estaba mas avanzada de lo que creía.
—Mamá, me he imprimado...
La voz llena de pesadumbre y dolor al ver a lo lejos a la mujer esqueletica, haber recibido todo de golpe aun le costaba reconocer lo que tendría que hacer, pensar y decidir.
La expresión de Sue Clearwater, una madre frente a su hija, había tomado una expresión de suma delicadeza y preocupación al estar acunando el rostro de Leah.
—Tranquila, estamos contigo. Estaré apoyandote en lo que necesites cariño.
Los días fueron pasando y la catrina no reaccionaba como esperaban, inclusive el zorro y la salamandra empezaron a tener mini discusiones por no haber interferido antes, y otros temas mas. Realmente se notaba hasta que punto eran tan fijados como el ying y el yang, la luz y la oscuridad.
Cada día que pasaba cerca suyo, sentía una parte de ella temblar en cansancio y otras en energía pura. Tanto que la jaqueca era la unica compañía en aquellos cinco días que ella había estado en trance invernal.
[...]
Se había convertido en el sexto día, y para ese momento el zorro había mandado una mirada de advertencia a todo aquel hombre que quería burlarse o hacer bromas, o decirlas sin miedo alguno ante lo que pareciese la Catrina. Claramente Jared y Paul se habían medio olvidado que ambos no eran los tiernos animales que aparentaban.
— Señorita Leah, creo que le puedo ayudar en sus dudas.
La voz servicial, aterciopelada del angel Luxhos se había hecho presente fuera de la cabaña. Ya que anteriormente, habían coincidido en salir a respirar otro aire y creer que tal vez así mejoraba sus animos.
— Hagas lo que hagas, ya quiero dejarte en claro que no me interesa nada que tenga que ver con esos imbeciles. — dice harta al recordar como se burlaban de la mujer, aunque eran mas parecidas a las burlas de algun documental de hienas.
Realmente adoraba que desde que se había imprimado un escudo protector evitaba escuchar todas las idioteces con el enlace de la manada.
— No lo iba a decir. No es de mi incumbencia. Sin embargo, lo que le vine a aclarar es la decisión arraigada de la Catrina con cederte su puesto. Como alma mortal joven, siento que mi ser justiciero quiere darte las respuestas, por lo que... preguntadme lo que desees, intentaré velar por la justicia y responderte con toda la sinceridad que me confiere hacerlo — dijo educado la salamandra negra con manchas amarillas, mientras parecía estar rascandose el cuello.
— Si es así tengo varias dudas. Pero he aprendido que esa maldita mujer tiene algo en comun conmigo— dice negando la ayuda con frustración— coincidimos en que odiamos los putos chismes. Así que, mejor ahorratelos, se lo preguntaré a su debido tiempo.
— La situación es que, ella no te lo dirá por lo malcriada y orgullosa que es. Disculpadla por ser así... pero creció con Bhejo cerca y se le habrá pegado su idiotez en algun momento.
Leah solo se dedica a abrazarse las piernas y rodillas, sintiendose aun un poco debil, no sabía cuanto se vería afectada ni cuanto más debía aplazar su decisión ante tal situación. Quería tener tiempo, pero el tiempo era corto y amargo.
—Solo dime una cosa.
—Estoy a su disposición, digame.
—Es verdad que está muriendo. Que lo veo tan leve y apenas parpadeante es su alma siendo menos cada instante, ¿realmente es verdad?—preguntó con una roca en la garganta, deseando que le dijera que era mentira.
—Es real... —dice la salamandra bastante ofuscada pero con toda la verdad. Aunque la amargura de aquello también lo carcomía, tambien deseaba decir la salvación pero aun no correspondía decirlo.
No hasta que ella despertase, y les diera una pista de si podrían al menos darlo todo por lograrlo y salvarla, o ya era tarde.
Por lo que ambos quedaron sumergidos en el silencio de aquella tarde. No había nada mas que añadir y objetar que fueran bienvenidas.
[...]
Al octavo día, la pesada atmosfera había recibido a la mujer quien empezó a salir del trance de cansancio extremo que la había embargado. No recordaba bien hace cuánto tiempo que se había perdido en el limbo, ni siquiera en donde se encontraba, aunque apenas se removió una calida sensación la embargó jadeando levemente al sentir la presencia de todos.
—Querida Catrina, que bello es tenerla despierta al fin.
—Fénix...
—Primeramente lo que debes saber es que estamos en la casa de Sue, segundo: te estuve sanando todo lo que podía por ende...—bosteza adormilado—tengo sueño y no quiero escucharte gritarme por haberlo hecho, por último... dormiste ocho días.
La mujer calaverica tan solo se quedó callada ante tales palabras, por lo que se hizo de fuerza intentando aparentar que ya estaba como nueva, saliendo del manto de fuego para tomar entre sus manos el rostro de su fenix y rozar su calaverica cabeza con la de él.
—Ya hiciste mucho, tu solo descansa por hoy.—susurra mientras que con un movimiento y crujido de muñeca reduce al fenix a un polluelo, acunandolo entre sus manos.
El fénix no dice nada mas, que aunque quisiera el cansancio ya lo carcome necesita descansar y en cuanto menos tamaño tuviera mas rapido lo haría. Terminando así como un pajarito dormido en las manos de la Catrina.
—Traje su nido por si deseabas dejarlo descansar. —dijo el zorro, que con un movimiento de cola y las sombras, de entre las mismas aparecía un nido levitando y resguardado por invisibles para el ojo humano de subclases.
—Gracias bhejo.
La Catrina deja con sumo cuidado a su querido guardián en el nido. Mirandolo con una ternura oculta al ver acurrucarse en el centro ahondado del nido.
No perdió mas tiempo, encaminandose a las afueras de la cabaña, debía resolver lo que había dejado hecho un caos, para volver nuevamente al mundo de los muertos, prepararse y resistir un poco mas hasta el día de los muertos. Tan solo se esforzaría un poco más, y luego se dejaría ir ya dejando al resto con sus propias decisiones.
—¿A donde vas?
—No lo se, digame usted.
Jacob la había interceptado, despues de haberse despertado con la esperanza de que Bella lo llamase o lo visitara iba de camino pero al verla como si nada se había extrañado no ver a Leah a su alrededor.
—Eres insufrible. —bufa Jacob al escucharla ser tan despreocupada— Deberías buscar a Leah, se ha quedado bastante confundida desde que se quedó dormida.
—Tal vez lo haga, deberías dejar de buscar a la humana, te causará dolor si sigues de este modo. El que avisa no traiciona.—nuevamente repite de la misma manera en que él se paso con su lengua.
Pero este parecía no tener tiempo para una discusión por lo que se aleja de ella, algo molesto.
La Catrina niega divertida al conseguir su objetivo. Odiaba la gente chismosa que se quería entremeter en sus asuntos. Si no se te pidió, es mejor no hacerlo, ya que se pierde tiempo.
Despues de media hora estar caminando por el bosque nuevamente se encuentra con ella, pero esta vez observando las olas de la playa de la Push.
—Eres más de escuchar el silencio tormentoso del oleaje al pueblo, curioso—dijo la Catrina sentandose a un lado de Leah.
—¿Que esperabas que hiciera? Mientras más me quedaba cerca tuyo esos animaluchos se acercaban a hablarme o los tarados de la manada decir tonterías. —espeta incomoda ante su cercania.
—Ciertamente mis metodos son mas efectivos pero aun tengo sueño, como para castigar a ese par de tontos. —dice despreocupada Cahaya's— ¿Sabes? Siento que deseas preguntarme cosas o que te las diga, así que dispara señorita Leah.
—¿Cuales son los costos mortiferos de ser o tomar el puetso de Catrina?—pregunta seria Leah, pero intentando mantenerse neutral.
—La observación es lo primordial para saber esa respuesta. ¿Estoy viva o muerta, querida?—pregunta con cierto atisbo de misterio.
—Muerta. ¿quieres decir que no puedo estar viva para serlo?
—Si estas viva corres mas peligro de exponer a los tuyos. Ademas la mortalidad tiene sus limitaciones, en cambio si estas muerta obtienes la inmortalidad al aceptar el puesto. Si bien, ser catrina es una ultima oportunidad de tener una vida mas llevadera y gustosa de placeres de la vida. Y como segundo punto, la puerta del mundo de los muertos solo se abre con seres espirituales y muertos. Otro tipo de ser vivo termina perdiendose en un limbo hacia una tortura sinfin.
La Catrina al explicar aquello empieza a dibujar cosas abstractas en la tierra humeda. Leah estaba temiendo el solo hecho de siquiera abandonar a su madre y seth. Le había hecho una promesa a su madre y hermano luego de la muerte de su padre.
—¿Q-que tan malo sería aceptar mi muerte?—tartamudea algo insegura Leah.
—La perdición. Eso sería, donde yo voy a parar, se termina el camino, quienes alguna vez te conocieron se olvidarán de ti. Como tu misma ley lobuna dice, te haz enlazado y soy tu vida. Sin tu vida no avanzas.—Cahaya's al decir aquello suspira un poco— sin embargo, haré lo que esté en mis manos para poder alargar y si llego a encontrar una catrina que quiera aceptar serlo, tal vez si sobrevivas pero nunca vuelvas a tener una impronta. Será como si hubiera un vacío qur nunca llenarías.
—...—Leah no sabía que decir, tan solo se abrazó las piernas y volvió a ocultar su rostro al llorar impotente y silenciosamente.
—Si es necesario evitaré en lo que este a mi alcance que tengas que tomar la decision de suicidarte por mi. —dijo la Catrina llevando la mano sobre la cabeza de Leah, algo en ella sentía incomodidad al dañarla tanto. Despues de todo, Leah ante sus ojos era una niña a ojos del mundo general.
Aquella tarde, la Catrina se marchó, se despidió de Sue y la manada. Dejando en claro que su hija no sufriría por su ausencia. Era lo mejor. Agarró a ambos guardianes errantes en una jaula de fuego, ambos no podían creer que los estuviera tratando como animales despues de haber hecho todo por ella mientras estaba inconsciente.
[...]
Para cuando Leah pasó el portal de su casa, cayó de rodillas ante su familia sin consuelo en su llanto, parecía que ella ya no se encontraba viva y le daba una sensacion de vacío mucho peor de lo que creía haber sentido en su vida.
Leah el descubrir que ser la próxima catrina era dejar su vida por la muerte.
Y que la Catrina Cahaya's Eien solo dijera que no era obligatorio que ella tomara esa decision. Que no era necesario que se matase por ella. Que ella resistiría estar en existencia un poco mas.
Pero sabía por la mirada de Luxhos que estaba ocultado entre unas ramas que eso no era del todo cierto, buscar catrinas no eran faciles pero intentaria hacerlo. Porque quiera o no su existencia acababa.
Leah lloró amargamente por días, semanas, por no saber que hacer. No la quiere dejar. No quiere que desaparezca.
Es su impronta.
Los días en la manada estaba siendo mucho mas pesados que de costumbre. La depresión y la inseguridad comiendola, molestaba e inquietaba a todos.
No sabían que hacer.
Este tema era totalmente impredecible y diferente a lo que estaban acostumbrados.
》》》》》》》》》》》》》》
La rebelión ante el destino. La verdad muchs veces duele pero lo que se oculta mata mas que mil palabras.
¡Aqui les dejo este gran capítulo! ¿Qué será que ocurrirá en el proximo capitulo? ¿Que elegirían ustedes si se les presentase esta elección de decisiones?
¿Realmente todo esta perdido?
¿Morirá la Catrina o Leah aceptara el puesto?
¡Todo esto y mas en los proximos ultimos capitulos!
¡Saluditos, mcuhas gracias a todos y cuidense!
Nos leemos pronto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro