
Moon Sky, Extra 1 - Cardio
La Velada sería en unos pocos meses. Mariana no se daba el lujo de descansar y eso era bueno pero malo al mismo tiempo. Sus dietas eran balanceadas y hacía de todo para mantenerse saludable. Su rutina para entrenar era fija y sus novios le acompañaban para no dejarlo solo en el proceso. Muchas veces iban a ayudarlo, otras veces solo se quedaban alrededor. Más de una vez Alex le ayudaba con su boxeo mientras Roier hacía pesas en otro lado del gimnasio y Aldo probaba el saco de boxeo, aveces bromeaban entre ellos o hablaban para que pasara el tiempo rápido cosa que Mariana se los agradecía bastante.
El moreno mayor de los cuatro no era tan estricto como el chico matamorense. Si bien se ejercitaba y tenía una dieta, no se sobre pasaba sus límites y descansaba de vez en cuando. Le gustaba que le ayudaran aveces y que respetaran su espacio cuando era pedido. Aveces se llevaba las manos a la nuca para ser golpeado en el abdomen por Roier, él más que nadie en esa casa tenía unos brazos fuertes así que le era útil para trabajar sus abdominales. Mariana y él más de una vez practicaron haciendo sparrings, muchas veces quedaban empate y eso significaba que iban reñidos.
Era uno de esos días donde Aldo salía con Roier para hacer mandados y otras cosas Mariana se quedó en la casa entrenando. Esta vez estaba corriendo, necesitaba hacer cardio y estaba trabajando en eso. Alexis entró al gimnasio con su cabello húmedo del baño que se acababa de dar y lo observó en silencio. Siempre le pareció demasiado atractivo verlo trabajar en su físico aunque desde el día uno de conocerlo pensó que era muy atractivo de por si.
"Valdo." Le llamó al acercársele.
El mayor le miró sin dejar de correr y sonrió ladino. "Príncipe." Le respondió como ya era de costumbre.
"¿En qué estás trabajando hoy?" Preguntó para apoyarse de la maquina y así mirarlo con sus lindos ojos cafés.
"Cardio." Le respondió con algunos jadeos.
"Mm.." el pelinegro no dijo mucho. Lo miró de arriba hacía abajo y sonrió para verle a la cara una vez más. "¿Puedo hacer cardio contigo?"
La suave risa de Osvaldo se escuchó luego de sus palabras. "No creo que quepamos los dos en esta máquina." Le dijo con dulzura pensándolo inocente por su petición, le parecía adorable.
"No me refiero a la máquina." Le dijo Alexis con su sonrisa. El mayor le miró interrogativo y con dudas pero sin dejar de correr, no dijo nada más. "Tú," le señaló. "Yo.." se señaló y con su mano hizo el ademán de sostener algo con el puño cerrado. Luego se llevó el puño centímetros lejos de sus labios para abrir su boca y empujar el interior de su mejilla hacia afuera repitiendo el vaivén de su mano unas cuantas veces antes de detenerse con una sonrisa juguetona.
Esta acción provocó una sonrisa en el rostro de Osvaldo. Paró la máquina y se bajó sin dudarlo, todo en menos de un minuto. "Así sí me gusta ejercitarme." Soltó con un tono pícaro.
Alexis rió juguetón y retrocedió sin dejar de mirarlo para ir lentamente hasta una de aquellas bancas para levantar pesas. Antes de tan siquiera hacer algo el contrarío lo atrajo para cambiar lugares, ahora era Mariana el que estaba cerca de la banca y se sentó en esta. El de cabello largo fue obligado a sentarse en su regazo sintiendo todo el sudor del cuerpo de su novio. No podía mentir, le encantaba sentir su piel ardiendo contra su espalda.
Los brazos de Valdo rodearon el cuerpo de su novio hasta llegar a sus muslos. Algo que había notado Alex en el tiempo que llevaban viviendo juntos era que sus novios tenían algo con sus muslos. Decían que eran muy lindo y limpios. Tanto así que alguna vez Aldo llegó a utilizarlos para llegar al orgasmo frotándose entre estos. Alexis nunca le encontró nada raro a esto pues sería un poco hipócrita de su parte. Él tenía un fanatismo por el pecho de Aldo, los brazos de Roier y las manos de Mariana. Lo normal para un fan, pero a él le hacían volverse loco.
Las grandes manos subieron por sus muslos haciendo que con su paso se subiera sus pantalones de baloncesto. El repentino agarre con fuerza lo sorprendió haciéndole soltar un quejido, fue entonces que las manos fueron hasta el resorte de sus pantalones para obligarlo a quitárselos, no era como si Alexis no quisiera. Una de las piernas del menor se entrelazó con la pierna de su novio. Una de sus manos se fue a la nuca de este y su otra mano se agarró de la mano del ya mencionado que ahora agarraba su cintura. El chico se comenzó a mover con lentitud haciendo fricción contra el pene dormido de su novio, no fue mucho después que comenzó a sentir como este endurecía.
"Te gusta jugar conmigo, ¿verdad?" Susurró Mariana en la oreja de Alex, este rió con suavidad para girar su cuello y darle un beso en la mejilla casi en la oreja. Fue entonces que el de uñas negras tomó el mentón del otro para besarlo utilizando su lengua experta.
Entre beso y beso se fueron calentando aún más. Ya ni se dieron cuenta como llegaron a su situación de ahora, Osvaldo agarraba con fuerza la cintura de Alexis mientras este brincaba sobre sus caderas haciéndole sentir tantas cosas al mismo tiempo. Ni hablar de el pelinegro, él lo estaba disfrutando de una manera obsesiva. Cabía recalcar que ni siquiera estaban desnudos, el miembro de el mayor estaba fuera asomándose casi del todo y su novio se movía simulando saltos para frotarse con este. La frotación constante era lo que hacía que Valdo gruñera con el ceño fruncido. Le gusta de sobremanera lo que estaba haciendo Alex y ni siquería estaban teniendo sexo como tal.
El de tatuajes se levantó agarrando al de greñas y lo hizo apoyarse de la banca. Alexis se agarró inclinado sobre la mencionada mientras sentía como su novio le bajaba los pantalones junto a la ropa interior. Lo primero y como era de costumbre tan pronto vió el trasero de su novio expuesto al aire, le azotó sacándole un grito de placer. Repitió esta acción varias veces haciéndole querer que empezara de una vez de lo bien que se sentía. Fue una sorpresa para Alex cuando sintió el músculo húmedo de Valdo pasar por su entrada con lentitud mientras que sus manos agarraban cada uno de sus glúteos. Era tan húmeda y experimentada que hacía que se mordiera sus labios rodando los ojos hacía atrás. Sus gemidos eran lentos, pausados y sensuales que hacían que el miembro de Osvaldo creciera cada vez más palpitante. A pesar de su gran nivel de calentura quería escucharlo gemir así por unos momentos más.
Cuando ya era suficiente se detuvo para bajarse su pantalón del todo. Alexis le imitó hasta quedar ambos desnudos. "Vuelve a tu posición." Valdo señaló a la banca al hablar, más bien parecía que le estaba dando ordenes, misma orden fue obedecida sin rechistar.
El pelinegro colocó sus manos abiertas en esta y se inclinó un poco, el mayor tomó la cintura de este y luego de escupir fue entrando lentamente soltando un gruñido. Alexis recordaba que la primera vez que llegaron a tener sexo fue algo incómodo para él debido al tamaño, pero ahora viviendo con tres hombres que eran también sus novios ya se había acostumbrado. Más de una vez tuvo encuentros con dos chicos al mismo tiempo y muy pocas veces con los tres y cuando decía esto no se refería a sexo, se refería a cuando entraban directamente en su interior. Volviendo al tema, Osvaldo ya estaba completamente adentro suya.
Cuando la acción comenzó y estuvo moviendo sus caderas contra los glúteos del menor lo hizo moderado. Agarraba con fuerza las caderas ajenas para mantenerlo en su lugar debido a que sabía que iba a ir más rápido. No quería que se diera un mal golpe por las embestidas y un movimiento fuerte.
"Siente como me pones." le dijo Valdo con un tono profundo que hizo que Alexis se relamiera.
Los movimientos fueron yendo más rápido. Era tanta calentura que Alexis comenzó a tener hilos de pre-semen goteando de su glande, si fuera mujer estaría más húmeda que el mar. Gotas caían en la banca manchándola con su líquido, cosa a la que no le dieron importancia. Las piernas del chico temblaban horriblemente, tanto que Alexis repetía entre gemidos y cegado que se iba a caer. Mariana lo sujetó fuertemente. En algún punto llegó a tener las manos blancas de lo fuerte que lo agarraba. Sin salir de él lo re colocó haciendo que se arodillara en la banca y se inclinara con su rostro en esa, una vez así con los codos y los brazos planos contra la banca continuaron. Entre tantas embestidas accidentalmente le pegó en su punto sensible haciendo que soltara el gemido más desgarrador que lo había escuchado soltar, junto a este salió un rayo de semen manchando aún más la banca. Pero esto no detuvo el ruido de los azotes de sus caderas con los glúteos del licenciado.
El pelinegro estaba exhausto y temblando. No podría más y se le notaba. Casi dejó caer su cuerpo si no fuera porque Mariana le agarró para cargarlo sujetándolo. El de tatuajes estaba tan cegado que lo agarró de los muslos con la intención de llegar. Alexis se abrazó de sus hombros y continuó gimiendo cuando sintió los azotes en su interior, incluso se le estremecían los pies. Estaba tan ido que ni siquiera se dió cuenta cuando su interior fue llenado de aquel cálido líquido. Lo peor era que Valdo aún debía bajar su erección que sentía intacta.
En ese momento fue como si el universo le sonriera. La puerta del gimnasio se abrió luego de que Aldo la abriera para dejarse paso a si mismo y a Roier. "Ay, cabrón." Dijo nada más verlos para caminar a la mesa del gimnasio para dejar una bolsa allí.
"¿Pasándola bien?" Preguntó Roier con una sonrisa burlona también siguiendo a Aldo para imitarlo. Al terminar y voltear a ellos notó el estado del pelinegro, tan débil y frágil, estaba exhausto. "No mames, Valdo. Te pasas de verga."
"En mi defensa, fue idea de él." Dijo bajando con cuidado al pelinegro.
"Ven, Alex, te ayudaré para que te des un baño." El moreno lo visitó rápido con la camisa que asumía que era de él y lo llevó de la mano sacándolo de allí. "Aldo, encárgate de este wey, sigue bien tieso." Le pidió antes de salir.
"Va." Le mostró el pulgar y luego miró a Mariana. "Sigue bien parada, no mames. Eres un enfermo, ¿lo sabías?" Le dijo como broma para ir con él.
"Más enfermos ustedes que se la comen." Respondía directo con una sonrisa burlona.
[...]
Roier se sentó en la tina con Alex dándole la espalda recostado de él. El agua era caliente y con espuma, muy relajante. El moreno lo ayudaba a limpiarse pasándole una esponja por el cuerpo con delicadeza. Se notaba que el pelinegro lo disfrutaba porque no tardó en cerrar los ojos casi cayendo dormido.
"Valdo se pasa de verga. Te dejó hecho mierda." Dijo Ro abrazándolo por la espalda para apoyar su mentón en el hombro ajeno.
El peliengro rió suavemente por esto y sin abrir los ojos habló. "El problema no es ese, el problema es que no termina ahí."
"Iralo al Alexis." Dijo el menor con una sonriera. "Habla español, inglés, portugués y basado." Esto hizo que ambos rieran para después terminar dándose cariño en la tina con burbujas.
Cuando terminaron y salieron para ir a la habitación de Roier por petición de Alex vieron como Aldo subía las escaleras agotado y sudado. Le dijeron que cuando terminara de ducharse se les uniera para descansar y así fue. Rato después se les unió Aldo y luego de veinte minutos también Mariana. Terminaron abrazados y acurrucados en la cama de el menor de los cuatro disfrutando de una buena siesta.
No editado
Porque se pidió >:)
Extras de Caged Moon llamados Moon Sky
Espero y los disfruten aunque no van a ser actualizaciones seguidas
¿Les gustó? (Claro que sí, cochinos)
Nos leemos al rato c:
Xaooo!
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Si hay faltas de ortografía o un error,por favor déjenme saber.
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