Capítulo Primero ~Lucifer~
Enero de 2009
Dustin observó con lentitud como la vida de toda su familia se desmoronaba con una lentitud tortuosa, sus hermanos, sus padres, su especie estaba dando la espalda a su naturaleza y se dejó gobernar por el miedo, vio como los pocos que quedaban le miraban con lástima, como el débil hijo de un gran líder que empezó a llenar de paz la tierra.
Dustin sabía que su padre estaba dando una porción de su vida para mantener a sus hermanos tranquilos, sin hambre de vida ni sed de sangre, el estrés los empezaba a consumir con mayor facilidad.
Aquella tarde caminó con la mochila colgándole de un hombro y la mirada en el piso, su instituto se encontraba en extremo alejado de su hogar. Hace días que lo habían sacado del colegio privado al que asistía, su raza empezó a desmoronarse hasta el punto de tener la obligación de cerrar el único lugar donde los jóvenes vampiros aprendían a sobrevivir a la humanidad.
Dustin era un vampiro joven, su piel era morena, no pálida como la mayoría asumía, era alto y con ojos rojos que ahora eran cubiertos por lentillas chocolate, tenía el cabello castaño oscuro y él realmente odiaba a la raza humana, siempre lo había hecho, desde la primera vez que vio sus colmillos salir sabía que era superior a los humanos, era más grande y más fuerte, no quería mezclarse con ellos pero ahora se veía obligado debido a la situación.
Se detuvo en "Empresas LCK" su enemigo desde que dio su primer respiro, que absurda casualidad que la escuela a la que asistiría sea de la misma empresa que separaba y sometía a sus hermanos, un pésimo chiste. Giró sobre sus talones y ahí frente a él se alzaba la mejor institución pública dedicada a instruir a los jóvenes, el señor Alexander Lenz siempre había mostrado un gran amor a la humanidad y por esa razón creó ese colegio con los mejores profesores, y como acto de amor dejó que cualquier persona con o sin recursos entre y llene su mente de conocimientos.
Entró y caminó por el largo pasillo de madera reluciente; las paredes estaban pintadas de un hermoso color crema, su antigua escuela estaba pintada de marrón oscuro. Tantas diferencias que no se negó del privilegio de contarlas y mencionarlas; ahí enseñaban arte, en su antigua escuela enseñaban sigilo; ahí enseñaban "educación física" en la que iba le enseñaban defensa y combate; ahí promovían el amor, él había aprendido la desconfianza; ahí comían platillos gourmet, en su antigua escuela los llenaban con deliciosos platillos vacíos y copas llenas de sangre. Ahí entraba el sol, Dustin nunca fue un gran amante de esa bola naranja que desprendía calor, los ojos le ardían y sentía que poco a poco perdía la vista y empezaba a chocar contra las paredes. Algo que Dustin aprendió a distinguir fue que en su antigua escuela la cooperación para sus supervivencia era necesaria, pero ahí los humanos que lo veían simplemente lo ignoraron como un bicho raro.
Se apresuró a entrar a un salón cualquiera que lo refugie de los rayos del sol y se lanzó al suelo sintiendo como la comezón en los ojos desaparecía con levedad. Esa misma mañana Dustin también se dio cuenta que en esta escuela existía una persona realmente hermosa con características suaves y carácter amable que hacían que te perdieras en sus ojos tan azules como el cielo con un suave toque violeta, llenos de vida como el agua, mientras en su antigua escuela existían niñas hormonadas y varones con bastante testosterona.
— Hey — vio aquella mano y deseó comprobar si sus ojos no lo engañaban en la suavidad de aquella piel — ¿estás bien?
Dustin negó y se apartó de aquella mano, no necesitaba la ayuda de algún inmundo ser humano, antes moriría a someterse al enemigo. Limpió su ropa y sacó unas gafas de sol de su mochila antes de ponérselas para al fin salir de aquel lugar dejando al muchacho algo consternado por la mala educación del mayor.
Sus pensamientos no dejaron de recordar la imagen de aquel chico que le había ofrecido ayuda hace tan pocos minutos, Dustin podía repetir aquel recuerdo miles de veces sin cansarse. Dustin podía ser el vampiro más testarudo de la tierra pero su corazón era suave y absorbente como cualquier adolescente. Dispuesto a arriesgarlo todo por un amor que le traería más problemas que felicidad.
A la hora del almuerzo se abstuvo de consumir algún alimento procesado por aquella mujer delgada y de sonrisa amable, simplemente sacó una botella oscura que impedía ver su interior y empezó a beber hasta que la sombra de varios muchachos lo cubrió de aquella paz que hace tan poco disfrutaba. Levantó la vista con el ceño fruncido y entonces vio a tres chicos altaneros que lo miraban con soberbia y altivez, tal como él observaba a la raza humana, con desprecio y asco.
Se levantó, tomó su bebida y salió de la cafetería, no quería problemas, no podía controlar todavía sus instintos y cualquier problema sería notificado a su padre que ya tenía suficientes problemas como para lidiar con otro. Salió y avanzó hasta alguna parte solitaria, sabía que aquellos tres chicos buscaban pelea y se las daría pero en un lugar en el que nadie vea como la sangre corría de sus venas a sus labios, de todos modos Dustin había olvidado como era tomar su líquido favorito directo del cuello de una víctima, sus maestros siempre le dijeron que era la gloria misma pero él, por la escasez de recursos y el miedo, no tuvo la oportunidad de probarlo y ahora que estaba frente a tres debiluchos que se creían más que él no quería desperdiciar la oportunidad, es más no lo haría. Estaba a punto de llegar, a pocos centímetros de entrar al patio trasero donde no parecía haber ningún humano, estaba tan cerca de probar sangre humana y fresca pero el chico que ocupaba sus pensamientos se interpuso en su camino y detuvo su andar.
— No... no pueden estar... aquí — Dustin se dio cuenta del miedo que botaba el chico, y volteó viendo cómo se dirigía a los tres chicos que estaban siguiéndolo.
— Venga — uno de los tres se acercó al menor y posó una mano en su hombro, Dustin sólo se limitó a ver — sólo estamos husmeando un poco, además queremos mostrarle al nuevo la posición que cada persona ocupa aquí, es algo "amistoso"
— A...aun así no pueden... se prohíben las peleas... y más en el patio de actos cívicos.
— Pero no habrá pelea, Derek — Dustin observó como otro chico hablaba antes de caminar apresuradamente al menor — además debes dejarnos pasar ¿qué ocurre? ¿te crees más que nosotros porque tu papi es el director de este colegio? ¿es eso? — y entonces un golpe fue a dar al estómago de Derek haciendo que se inclinara en el suelo y escupiera un poco de sangre.
Dustin ladeó la cabeza y observó en silencio como de pronto los tres chicos empezaban a golpear a Derek, ahora por lo menos ya conocía su nombre. Recordaba claramente como su padre le había exigido con tono duro "si hay una pelea quiero que te alejes" y eso estaba haciendo, pero le dolía el alma de tan solo ver como el chico parecía empezar a agonizar por todos los golpes que su pequeño y delgaducho cuerpo recibía, no debía interferir pero sus puños picaban por querer mostrarle a esos humanos lo que significaba pelear.
Tan sólo el grito desgarrador de Derek fue suficiente para que Dustin se decidiera a apretar los puños y empezar a repartir golpes a cada uno que se había atrevido a lastimar al pequeño que seguía rondando en su mente.
Después de aquel día Dustin se convirtió en el guardaespaldas silencioso de Derek, lo protegía de quien siquiera se atreviera a lastimarlo, le acompañaba en los almuerzos y a cambio Derek le enseñaba algunas materias que Dustin no había conocido en su antigua escuela, un par perfecto que se estaba haciendo fuerte día a día.
Dustin sabía a la perfección que la sangre que circulaba en las venas de Derek era la misma que había sometido a su pueblo en una vergüenza total pero no le importaba, aprendió a olvidarlo cada que veía aquella sonrisa iluminar todo el dolor que llevaba en los hombros. Mientras Derek sentía cierta seguridad con aquel amigo que había ganado.
Pero era más que claro que no iba durar y no lo hizo, la amistad terminó en cuanto Dustin se atrevió a darle un beso a Derek, convencido que sería correspondido, sin embargo el rechazo fue tan doloroso que no se atrevió a pisar la escuela en dos meses, no quería recordar la humillación que fue la vez en que Derek le había dicho con un tono asqueado un "¿qué haces?" después de haberle dado aquel beso, pero tuvo que volver, su padre estaba delicado y debía aprender a ser más responsable, a dejar ir cualquier sentimiento, aprendió a ver a Derek como un enemigo.
Dos días después de volver a la escuela Dustin recibió la trágica noticia que lo destrozó por completo, mientras estaba en clases de física, su profesor le había mandado a la dirección donde el señor Lenz lo observó por breves segundos antes de poner una mano sobre su hombro y contarle que su padre, después de su trabajo colapsó y murió inexplicablemente, Dustin lloró y sin importarle el sol que quemaba a esas hora decidió salir y llegar a su casa encontrándola vacía y completamente fría, ahí el lamento de la tragedia lo aturdió por completo.
Aquella misma noche, después del velatorio de su padre se encontró con Derek en la puerta de su casa, intentó ignorarlo pero el dolor le obligó a refugiarse en sus brazos, y a llorar como un niño de tres años en las faldas de su madre, ambos olvidaron cualquier hecho anterior, Dustin dejó que Derek entrara a su casa y le ofreció un poco de agua ya que en aquella casa no había más que sangre en el congelador.
Dustin nunca logró comprender lo que aquella noche pasaba con Derek, sólo lo vio acercarse y besarle de forma apresurada, no entendió su cambió de opinión tan repentino y simplemente siguió cualquier movimiento que terminó en ambos en la cama del mayor mientras Derek yacía en la cama con una capa de sudor sobre su cuerpo mientras gemía de placer mientras Dustin lo penetraba con fiereza haciendo rechinar la cama hasta chocar contra la pared. Derek se había entregado a Dustin y Dustin nunca comprendió que juego estaba jugando el menor.
Al día siguiente Derek no estaba en la cama a su lado y desde ese momento no volvió a verlo, incluso a pesar de ir a su instituto no lo encontraba, había desaparecido por completo. Gran manera de terminar su gran amor adolescente.
Finalmente concluyó en la posibilidad de que la tierra se haya tragado a su primer amor y decidió olvidarlo, no merecía que una persona como Derek arruine su momento de crecimiento, era momento de madurar completamente, ahora toda su especie lo iba a seguir y era su responsabilidad crear una solución para que empresas LCK deje de capturar a su especie y venderlos como sirvientes.
A los pocos días aprendió estrategia y combate, aprendió a abandonar la piedad, a dejar de lado aquel lado humano que había adquirido, salió de la escuela y se concentró en las clases que los guardias reales impartían. Engaño, asesinato, estafa, manipulación, pelea, determinación y victoria pronto predominaron en su ser, ya podía dominar todo lo que quería, aprendió a desvanecerse en el aire, a convertirse en millones y millones de murciélagos y volver a su forma humana en segundos, aprendió a deslizar sus colmillos con precisión en un ser humano para evitar que éste grite y así ser descubierto, aprendió a desgarrar los intestinos de sus víctimas y a dárselas de comer a los lobos que criaba con tanto esmero, aprendió a controlar las ansias que el hambre y sed generaban, aprendió a matar cuando le sea necesario y a divertirse cuando no, aprendió a disimular comer comida humana y a mezclarse entre la gente del lugar, aprendió a ganarse la confianza de varios humanos para luego al llegar a casa empezar a planear una forma silenciosa de beber su sangre.
Enero de 2017
Ese día Dustin pensó que podría morir de calor en segundos, el sol quería matarlo, su evolución se daba cada vez más rápido y el sol ya no simplemente lo cegaba, ahora si tan solo exponía un poco de su piel a la luz veía como ésta se quebraba como porcelana y a pelarse como una naranja, aprendió a utilizar cada don que, como sólo los sangre pura, tenía. Sacó una botella de vidrio de su refrigerador y salió de su departamento con la lleve rodando en sus dedos, sintió como los suaves pasos de su mascota, lucifer, lo seguían y sonrió con indiferencia mientras observaba a las personas observándolo con intriga. Se perdió de la vista de todos durante unos minutos.
Subió a su auto y con una copa en la mano, vació el contenido rojo de la botella sintiendo aquel aroma exquisito entrar y dominar todos sus sentidos abriéndole el apetito en seguida, sin importarle que dentro de aquel callejón del que hace poco había salido ahora yazca un hombre de 30 años sin vida, Dustin tenía al mundo a sus pies, en su imaginación así lo era, y no estaba demasiado alejado de la realidad, era el líder de su clan o familia y había encajado a la perfección en el mundo humano, con los estudios antes realizados ahora dirigía una empresa constructora que resultaba en una gran cantidad de dinero cada fin de mes lo que ayudaba a sostener las necesidades de sus hermanos, por su larga vida llena de inmortalidad la empresa estaba a nombre de un humano de confianza y él sólo se preocupaba de recibir el dinero. Por aquel instante los vampiros dejaron de aparecer, por miedo a ser capturados por los humanos.
Salió con la copa aún en la mano y observó con altivez a cada individuo que tropezaba con él, tan insignificante y frágil, podía matarlos con un solo movimiento de manos pero se resistía por el hecho de mantener oculta su raza, un momento más antes de que nuevamente renazca y vuelva a ganarse el miedo de la presa. Tal como siempre había deseado. Entró a un pequeño callejón que estaba lleno de gritos y un aroma repugnante, Dustin pudo ver con exactitud como la sangre de cada individuo se contaminaba en seguida con el alcohol y las sustancias que se atrevían a consumir en aquel lugar, nunca logró entender la razón de que aquellos seres insignificantes y odiosos den su vida mortal por sentado.
Saludó a una amiga suya, una humana de unos 20 años que siempre disimulaba tener más para que alguien le tome en serio y así llevarlo a la cama, se acercó sin separarse mucho de lucifer un enorme lobo quien observaba todo con cautela siendo reflejado en sus dorados ojos grandes que hipnotizaban a cualquiera. Llegaron hasta la zona VIP donde la chica se acercó con una sonrisa coqueta en los labios, a pesar de ser colegas y amigos nunca dejó de sentir aquella atracción que Dustin creaba, lo deseaba y todos se dieron cuenta de eso, lástima que Dustin la veía como un frasco de sangre que estaba acabando con su paciencia.
— Querido — saludó ella mientras elevaba la copa de champagne amarillo en su mano, las huellas de sus dedos que habían quedado marcadas en el cristal, Dustin simplemente rodó los ojos con cansancio mientras acariciaba el pelaje plateado de lucifer y bebía de su copa de "vino rojo" — pensé que no ibas a venir.
— Aquí estoy — soltó Dustin — además que lucifer necesita algo de comida, ¿te ofreces, Judith?
La muchacha abrió los ojos sorprendida, había visto a la mascota de Dustin por fotos, siempre pensó que era un perro de gran tamaño y hermoso pelaje pero ahora que lo tenía frente a ella por poco sale gritando, el animal era casi de su tamaño si se ponía de patas traseras, su pelaje se veía brilloso y sus ojos oscuros se confundían con las luces del lugar, pero lo que más llamó su atención, lo que la estremeció por completo fue ver aquellos colmillos cubiertos por pequeñas gotas de sangre que se notaban hasta su pelaje del hocico. Retrocedió un poco entendiendo la indirecta y dio una última mirada al animal "¿qué le pasaba a Dustin que se atrevía a tener un lobo de mascota?"
La sonrisa de Dustin se ensanchó y dio unas suaves palmadas en la cabeza de lucifer sintiendo una gran libertad de hacer lo que le plazca. Observó las luces y vio como de pronto el centro se vaciaba y una gran luz reflejaba a una bella dama de cabello plateado y sonrisa gatuna con ojos negros que alzaba las manos para ayudar al público a aclamar.
Eran las nueve de la noche, exactamente la hora a la que quería llegar, no era del tipo que le gustaba ir a fiestas pero esa exactamente era una oportunidad para conocer de cerca lo que hacían con su familia, deseaba con todas sus fuerzas detener la mediocridad que su especie iba tomando, y para eso debía estar en aquel lugar a esa hora antes de que alguien se atreva a intervenir y sea mucho más violento. Se apoyó en el barandal y tomó otro sorbo de su copa dejando que el resto caiga al suelo para que lucifer beba igual.
Ahí estaban, siete chicos entrando de la parte posterior del callejón, de una gran casa en donde los retenían, Dustin reconoció a cada uno, sus ojos se humedecieron un poco al ver como sus hermanos parecían sin vida, ni control de su cuerpo, parecían robots dispuestos a entretener, ahí estaban algunos amigos que recordaba con perfección, Katharine , Cort, Jackson, Hanna, Erik, Karla y Nele, su gran amiga Nele. Apretó los puños hasta sentir como sus uñas recortadas encontraban un camino entre la piel de porcelana que traía, sonrió con sorna mientras observaba al idiota que los manejaba.
— Lucifer — llamó calmando su furia y vio como el lobo alzaba la mirada para observarlo — quiero que mates al bastardo que los tiene cautivos, tan lento como te plazca, que mientras devoras sus intestinos suplique por piedad.
El animal volteó a ver hasta donde un chico con un látigo en la mano obligaba a los siete vampiros a caminar como una condena hasta el centro, lo reconoció al instante, claro que lo conocía, todos lo hacían, el gran Erich Lenz, un hijo del dinero, heredero de las empresas LCK.
Lucifer agachó la cabeza ante su dueño en una aceptación a aquel pedido que había soltado con gran enojo y entonces pudo ver como una diminuta sonrisa se asomaba en los labios de Dustin, una demasiado pequeña como para llegar a sus ojos, él sabía que nadie sonreía con totalidad en aquellos tiempos, los estaban cazando como animales.
Un gran silencio se hizo antes de que todos se sentaran en sus asientos y observaran como los vampiros permanecían de pie con los ojos en el suelo y las manos y pies encadenados, Dustin se sorprendió de ver incluso a mujeres de mayor edad con vestidos de gala y un perfecto acento mientras reían con sofisticación viendo detenidamente al "entretenimiento" de aquella noche, la repulsión llegó a su garganta y antes de evitarlo corrió hasta el baño más cercano potando un ácido rojizo que manchó su traje negro. No debía olvidar que ahora era un humano, debía vestirse como uno y al igual que los otros debía disfrutar aquel espectáculo que estaba por comenzar.
Volvió a sentarse en aquel gran sillón de la zona VIP y sintió la cabeza de lucifer posándose en sus piernas, quizá para el animal también era difícil observar aquel acto pero lo harían. Un gran micrófono llegó hasta las manos del presentador que era nada más y nada menos que Erich, Dustin observó con detenimiento como su soberbia ocupaba toda su cara, incluso sintió aquellas venas llenas de sangre burbujear por la emoción que sentía, los humanos eran repulsivos, y no había alguien que le haga cambiar de opinión.
— Bienvenidos — Erich elevó su mano al igual que la mujer que lo acompañaba, la misma peliplata de hace un momento — Siempre es un placer tenerlos en este lugar, y debido al poco tiempo que tenemos empezaremos con el acto que todos disfrutan. Esta noche es a matar señoras y señores, los ganadores sobreviven y los perdedores serán asesinados y quemados. — Dustin odiaba aquella sonrisa que Erich ponía cada que hacía esa presentación, tan retador — Como primera pelea tenemos a Cort, nuestro apuesto Cort que se enfrentará a... — el público observó con cautela, guardaron silencio y Erich sonrió de lado. — peleará contra Katharine.
Dustin abrió los ojos, asustado y recordó los momentos junto a ellos, Cort siempre amó a Katharine y Katharine siempre amó a Cort, incluso habían pensado mudarse juntos, su amor era tan grande y ahora, después de haber sido capturados, los vería enfrentarse como enemigos, la humanidad siempre había sido cruel; Obligar a dos amantes a pelear a muerte era lo más cruel que pudiese pensar. Observó cómo ambos se miraban con tristeza, a pesar de que sus cuerpos ya no pertenezcan a sus mentes ambos seguían amándose. Segundos después fueron caminando despacio hasta sus dueños quienes les dijeron con convicción y obligación un "debes ganar"
Algunos dueños de los servicios de un vampiro eran unos tiranos y gordos hombres que los obligaban a pelear, en aquella peleas callejeras podía apostarse miles de billetes y ganarse el doble si es que tu peleador ganaba, en ese caso los dueños eran jóvenes pero eso no les quitaba lo asqueroso que eran internamente, obligando a dos amantes a pelear. El dueño de Katharine , Jakob Koch quien era el vicepresidente de una fábrica de bebidas; el dueño de Cort, Kaspar Koch, un empresario que recién estaba saliendo a la luz.
En esa actualidad los vampiros capturados eran despojados de todo, desde su consciencia hasta sus preciados colmillos, los cortaban para que sus dueños no estén en peligro, tal como cortar las alas de un loro para que no abandone la casa.
Cerró los ojos agobiado por la pelea que estaba empezando, escuchar como los golpes chocaban contra otro era un infierno. Soltó un suspiro y se atrevió a mirar tan solo un poco para ver como Katharine derribaba el cuerpo de Cort quien se había negado a lanzar un solo golpe, avergonzando a su dueño que pronto lo mataría. Sintió furia y volteó cansado bajando con calma intentando no matar a todos en ese mismo instante, dejó que sus dedos rozaran tan solo un poco el pelaje suave de lucifer y empezó a avanzar hacia atrás dejando en el pasado aquella pelea mortal que estaba por ver.
Bajó la mirada hasta su mascota y con un leve asentimiento lo dejó en aquel lugar mientras él entraba a su auto y se alejaba del lugar. Lucifer levantó la cabeza enorme y separó los dientes ligeramente soltando un aullido desgarrador que alertó a su manada, en cuestión de segundos varios lobos de su tamaño se reunieron a su lado intercambiando miradas y transmitiendo un mensaje silencioso que se acató al instante. Sus patas avanzaron con velocidad hasta la fiesta que seguía en aquel callejón donde Katharine y Cort seguían peleando a muerte, más la joven que el chico quien hasta ese momento se negaba a alzar la mano y derribarla de un golpe, Cort era mucho más fuerte pero se rehusaba a dañarla, a pesar de no tener el control de su cuerpo, era consciente de que la amaba.
Un grito femenino terminó la pelea, los colmillos de los lobos brillaron al contraste de la luz de la luna y sus ojos se volvieron de un rojo intenso que deseaba carne, los lobos eran carnívoros y si su líder los había invocado hasta ese lugar era porque había un festín en el que se alimentarían como hace mucho no lo hacían. La pelea se detuvo y los vampiros sometidos volvieron con la cabeza agachada hasta sus dueños quienes jalaron de sus correas para sacarlos de ahí, los humanos restantes se amontonaron para escapar de la boca de miles de lobos hambrientos hasta escuchar el aullido lastimero de uno.
Derek sonrió mientras sacaba la espada del cuerpo de un lobo negro que había estado a centímetros de matar a una mujer demasiado importante para el lugar. La ayudó a levantarse y entonces sacudió la katana filosa limpiándole de las gotas de sangre que había manchado su arma, observó su reflejo en el metal y con solo sus puños y pies derribó a cualquier animal que se le atraviese hasta llegar al frente donde su hermano contaba el dinero que había recaudado esa noche, no hubo pelea pero tampoco reembolso.
— Nuestro padre va a matarte si sabe que sigues en esto de las peleas — soltó Derek con furia mientras apartaba a un lobo de una sola patada que lo hizo chocar contra el frío suelo.
Derek era el hijo menor de la familia Lenz, pero no se conformó con eso, decidió apoyar a su padre, hacer crecer el negocio familiar y que perdure una gran temporada. Derek es un joven humano de cabellera rubia y ojos azules que rozaban lo violeta, era delgado pero hábil su espada era precisa y ligera, su pasado es algo que no tiene en su mente y sus manos han cometido demasiados pecados como para querer contarlos, Derek es un experto en el uso de armas, y estaba encargado de capturar vampiros para luego comercializarlos como esclavos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro