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~Café SasuHina~
Día 14 de Febrero
«No hay nada mejor que un buen amigo, a excepción del café y el chocolate»
En el preciso instante que la puerta de la entrada principal se cerró, Hanabi saltó de su cama en dirección a la ventana para ver a su hermana salir e irse a la universidad.
"El plan fue un éxito", pensó la castaña con una gigantesca sonrisa.
Hanabi tenía varios días pensado, en como ir a la cafetería para espiar a su hermana sin tener problemas con la escuela y su padre. La solución fue sencilla, hacerse pasar por enferma, esconder en vaso de agua caliente y colocar el termómetro era una táctica que había copiado de un programa de televisión.
La pequeña Hyūga estaba muy contenta con haber engañado no solo a su hermana sino a su padre también "Tal vez debería ser actriz cuando crezca", pensó con humor.
Caminó hasta su cama y tomó su teléfono y mandó un mensaje:
[Objetivos engañados. Nos vemos a la hora acordada en el parque]
Después de un tiempo contestaron.
[Es bueno escuchar eso. Nos vemos más tarde]
Hanabi sonrió tontamente al teléfono y un pequeño sonrojo adornando sus mejillas. La Hyūga no era tonta, sabía que tenía un flechazo o mejor dicho: sentía un amor platónico por Uchiha Itachi. No era algo que había sentido la primera vez que lo vio, —sí, Itachi era guapo— pero fue la personalidad amable lo que la cautivo.
Aunque Hanabi no se hacía ilusiones, ella era realista. Itachi la veía como una cómplice para espiar a sus hermanos, una amiga o en cualquier caso como una pequeña hermana menor. Con un suspiro, la castaña se sentó en la cama y sacó de un cajón de la mesita de noche una gran bolsa de color azul con un lindo listón blanco, el cual dentro contenía las galletas que había hecho.
Hanabi se había esforzado mucho en hacerlas e incluso se aseguró de no colocar en el regalo las galletas quemadas —las cuales fueron muchas—, los ojos perlas se dirigieron a sus dedos, donde se podía ver varias curitas, y es que Hanabi podía ser un genio para los estudios y las artes marciales, pero la cocina no era su fuerte, pero aún así se había esforzado mucho.
Sin nada más que hacer Hanabi dejó la bolsa en la mesita de noche y se dirigió a su armario "¿Y bien que me pondré?", pensó sacando toda su ropa.
Varias horas después Hanabi se encontraba en un pequeño parque cerca de su casa, donde esperaba que Itachi la recogiera. Hanabi podía estar enamorada, pero eso no quería decir que se volviera tonta por ello, jamás le pediría a un hombre desconocido —aunque sabía que Itachi no era esa clase de hombre—, que la fuera a buscar a la puerta de su casa. ¡Y ni hablar de qué pensarían los vecinos al verla entrar a un coche con un hombre desconocido!
La Hyūga menor llevaba un vestido hasta las rodillas naranja, uno que jamás se había puesto, dado que Hanabi no era de usar vestidos. Usaba zapatillas blancas así como un suéter de lana blanco, un sombrero de paja y unos lentes de sol, en unos de sus brazos colgaba una cartera la cual contenía el regalo de Itachi, su monedero y unos binoculares, no sabía si los usaría pero era mejor estar preparada.
Un BMW de color gris se estacionó fuera del parque, curiosa Hanabi lo miró. La ventanilla del auto bajo y Hanabi sonrió al ver el conductor, con una sonrisa caminó hasta el auto y se subió.
Tal vez a Hanabi el enamoramiento sí le había afectado, porque de haber estado cuerda, nunca se hubiera subido en un auto con una persona que, solo había visto una vez, y que solo había hablado con él por mensajes. Pero suerte para ella Uchiha Itachi era una buena persona.
—Hola Itachi-san —saludó Hanabi quitándose el sombrero y las gafas.
—Hanabi-san es un gusto verla —contestó Itachi con una sonrisa, en el momento que arrancaba el auto.
No dijeron nada en todo el camino, no había necesidad, Hanabi contemplo el paisaje a través de la ventanilla hasta que se estacionaron a dos calles de la cafetería. No podían arriesgarse que Sasuke reconociera el auto de Itachi.
Ambos bajaron y caminaron. Hanabi no pudo evitar escanear al Itachi a través de sus gafas de sol, él estaba vestido de manera casual, con una camiseta blanca y pantalones negros, a las vez que unos lentes ocultaba parte de su rostro.
El dúo entró a la cafetería la cual estaba decorada especialmente para la ocasión, con globos en formas de corazón que flotaban en el techo y largos listones rosas colgaban del techo, dando una apariencia romántica. Ambos observaron el lugar y en el proceso notaron que sus objetivos aún no habían llegado. Sin más, ambos se sentaron en una mesa alejada, pero que daba una buena vista de la mesa que usaban Hinata y Sasuke.
Al cabo de un rato, una camarera llegó y ofreció el menú especial que darían por el día de San Valentín. Ambos pidieron el especial del día, el cual consistía de café con sabor a chocolates y pastel de chocolate con café.
Una vez tuvieron sus órdenes cada uno degusto a gusto sus postres.
—¡Esto es delicioso! —exclamó con una gigantes sonrisa Hanabi, al probar el pastel.
—Tiene toda la razón —concordó Itachi.
—Otou-sama es muy estricto. Es por eso que casi no como cosas dulces —dijo la castaña probando el café, el cual tenía un corazón hecho de crema.
Ambos conversaron plácidamente hasta que Itachi miró hacia la entrada.
—Parece que Hinata-san llegó.
Al escuchar la mención de su hermana Hanabi alzó la cabeza. Al instante se tensó.
—¡Demonios! —Hanabi se colocó el sombrero y oculto su rostro—. Nee-sama está con Neji.
—¿Neji? —preguntó curioso Itachi.
—Nuestro primo —informó.
Ambos miraron como Hinata y Neji platicaba, al final Neji tuvo que irse y Hinata entró charlando con la dueña de la cafetería. Poco tiempo después vieron a Sasuke entrar e Itachi frunció el ceño al ver el aire frío que rodeaba a su hermano menor y sintió un mal presentimiento.
Los espías tenían la vista fija en sus objetivos. Pudieron ver que sus hermanos conversaban un poco hasta que de pronto Hinata se levantó y corrió apresuradamente por la tienda hasta que llegó a la entrada y se fue. Tanto Itachi como Hanabi se dieron cuenta que Hinata estaba llorando.
—¡¿Qué le hizo él a mi hermana!? —rugió furiosa Hanabi levantándose bruscamente de sus silla con la mentalidad de confrontar a Sasuke.
—¡Hanabi-san cálmese! —Itachi también se levantó y se interpuso en el camino de la menor.
—¡No! ¡Déjame pasar! ¡Lo voy a matar! —Al ver que no podía pasar, Hanabi intentó golpearlo con un movimiento de su taijutsu pero no contó que Itachi supiera defenderse.
—No matara a nadie hoy —Itachi sacó dinero de su bolsillo y lo dejó en la mesa—. ¡No vamos! —con eso dicho, arrastró a Hanabi a fuera antes de que cometiera asesinato.
—¿A dónde fue Nee-sama? —viendo que Itachi no la dejaría matar a Sasuke, Hanabi cambio de objetivo, su hermana era más importante.
—No lo sé. Pero la buscaremos.
Justó cuando se disponían a buscar a la Hyūga mayor, ambos espías vieron a Sasuke salir corriendo por las concurridas calles llenas de parejas. Hanabi no le prestó atención, comenzó a buscar a su hermana.
—Hanabi-san, será mejor que la lleve a su casa —dijo Itachi al cabo de algunas horas.
—¡Pero Nee-sama! —se quejó.
—Lo más probable es que Hinata-san haya vuelto a casa y si es así, al no encontrarla a usted seguro la preocupara.
Hanabi no pudo decir nada con esa lógica. Después de un tiempo Itachi la dejo justo al frente de su casa. Ya en ese punto a Hanabi no le importara lo que pensaran los vecinos o si ellos le decían algo a su padre.
La niña miró su bolso y tomo una decisión antes de irse.
—¡Esto es para usted! —dijo de pronto Hanabi sacando el regalo de San Valentín y colocándolo en las manos del mayor.
Itachi parpadeo sorprendió y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
—Gracias Hanabi-san.
Hanabi se sonrojo ante esa sonrisa y prácticamente huyo hasta su casa. Una vez adentro busco a su hermana, pero para su preocupación Hinata no había llegado.
Hanabi pasó tortuosas horas esperando la llegada de su hermana e incluso recibió un regaño cuando su padre llegó y se dio cuenta que no había estado enferma. Hiashi no estaba para nada feliz al descubrir que su hija menor le había mentido para faltar a clase, y para aumentar su enojo su hija mayor no había llegado a pesar de la hora.
Era cierto que Hinata era mayor de edad, pero mientras viviera bajo el techo de Hiashi, ella debía seguir sus reglas.
Fue después de media noche que Hanabi escuchó la puerta de la casa ser abierta, sin importarle que su padre la regañara nuevamente, salió de su cama y corrió a la entrada. Al llegar solo pudo congelarse al ver a su adorada hermana mayor con una sonrisa que solo podía describir como boba.
¡Su Hinata-onee-sama parecía como una colegiala enamorada!
Ni siquiera el regaño de Hiashi pudo borrar esa sonrisa.
Hanabi solo pudo preguntase que había sucedido para que su hermana estuviera tan feliz.
Nota de autor:
No me maten por dejarlo nuevamente en suspenso... Hubieron unas cuanta personitas que adivinaron que este capítulo iba ser del punto de vista de estos dos. Espero que les haya gustado.
Bueno Hinata llegó con una cara de enamorada ¿Pueden adivinar que sucedió entre nuestra pareja?
Esta historia también se puede encontrar en la plataforma de Fanfintion.
Fecha de publicación: 20/08/2020
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