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trece.

A veces me gusta imaginarme  que sí nuestra vida tuviera un soundtrack en cada una de nuestras etapas de cambio, está sería mejor de lo que es, casi como ser premium en Spotify y poder dejar de oír esos extensos comerciales de cosas que muchas veces ni te gustan, algo así. Imagina que cada situación que te acontezca suene a algo, eso estaría genial ¿No?, podrías decir literalmente "la canción de mi vida" y eso sería interesante, cada etapa sonaría de una manera, una canción diferente, eso estaría magnífico, me gustaría que mi vida sonará con tantas canciones como fuera posible, sin duda. Si las cosas fueran así, si la vida realmente nos pusiera un soundtrack sin ser parte de una película, si la vida real fuera de esa forma, sin duda la vida de Chan los últimos dos meses sonarían con una canción que últimamente abundaba en sus playlist, una canción llamada: can't take my eyes off you, sí, esa canción que sonaba en 10 cosas que odio de ti, sí, esa que el protagonista canta en la cancha de fútbol mientras trata de conquistar a la chica. Por otro lado, la de Seungmin, comenzaría a  sonar como Cool with you de New Jeans.

Y quizá no tanto por las letras de las canciones, sino por la potencia de las melodías, el sonido, la vibra de escucharlas, su vida sonaría así por el simple motivo de que juntos, comenzaban a brotar algo sin nombre, eso que no describimos, que no confesamos, esa emoción Vibrante bien escondida en el pecho, eso que no se dice, eso comenzaban a sentir de poco en poco, describirlo con canciones sería más fácil, sin duda. Ellos sonarían se esa forma, no tanto por lo que significaba la canción, o por lo menos en la interpretación de la mayoría de gente, ellos sonarían así por lo que te hacía sentir la canción cuando la escuchas y ese no es tu idioma principal, es como cuando escuchas una canción sin saber el significado y con la simple melodía sabes que te hizo sentir algo, por eso mismo eran canciones en sus vidas, eran esas canciones en sus vidas. Quizá por algo más mágico, menos banal, más sentimental,  nada programado, si la vida tuviera soundtrack y entonces esto fuera más parecido a una película o un libro, la vida quizá se sentiría menos pesada, o eso se puede creer.

Había misticismo en la vida donde no todo puede explicarse de la misma forma oral con palabras y todo una estructura morfosintáctica, hay cosas que no sabemos decir porque ni siquiera podemos procesarla correctamente, hay cosas que solo se sienten y eso es lo bonito en los humanos ¿No? El misticismo de saber quiénes somos, que sentimos, donde vamos, que es de la vida, que nos depara lo que llamamos destino.

Seungmin no era consciente de todos los cambios que se han llevado a cabo en la vida de los dos, mejor dicho, ninguno de ellos fue consciente de que los cambios en sus vidas comenzaban a aparecer, no eran conscientes de que aquellos cambios comenzaban a sacarlos de su cotidianidad desde el momento en que se conocieron, cambios ligueros, incluso poco perceptibles, sutiles como el viento a las diez de la mañana en un clima relativamente normal, si, esos cambios que no sabes que cambian algo, pero que a lo largo del tiempo hacen algo tan distinto que es llamado incluso "efecto mariposa", sí, quizá el que ellos se conocieran a primera vista no se notaría un cambio, pero ahora, si se sentaban a meditar todo su alrededor, ellos se darían cuenta que conocerte aquella última semana de julio, había causado un sinfín de cosas completamente distintas, si que ninguno lo notará realmente y solo la gente se su alrededor.

Gracioso, pues a veces no somos conscientes de como hay gente que realmente nos ayuda a transformarnos y cambiar nuestra forma de vida, hay gente que llega a la vida a regar nuestras flores y quitar las hierbas muertas que impiden la bonita vista, personas que llegan a cambiarnos, de buena manera, que nos ayuda a ser mejor persona cada día, a cambiar nuestros malos hábitos, sí, esos cambios, esos pequeños cambios significativos  que nos ayuda a creer de nuevo en las personas, en nuestro alrededor y sobre todo en nosotros mismos; pues realmente no todas las personas ajenas a nuestra cotidianidad, nos hacen daño, a veces llegan a mejorarnos de una u otra forma, no te puedo decir que lleguen a cerrar heridas causadas, lamentablemente las personas no somos medicamento o calmante de dolores causados, tampoco podemos servir de curitas, pero quizá, las buenas personas, pueden llegar a pintar flores en la heridas que comienzan a cicatrizar a su llegada, que comenzamos a curar nosotros mismos por nuestra cuenta gracias al apoyo que nos hacen sentir las buenas compañías. Sana, Chae, Changbin y Chan era aquellas personas que apoyaban e impulsaban a Seungmin a seguir en su vida, a forjarse más fuerte, dejando aquel pensamiento de que era "débil", para Chan, los mencionados y Seungmin eran aquellos que le ayudaban a vencer aquellos pensamientos donde se menospreciaba.

Sin embargo, para Chan, Seungmin pintaba flores en las cicatrices, sí, le apoyaba completamente en ser mejor persona para el mismo, pero también era aquel que le estaba abriendo los ojos, Seungmin no era medicina, Seungmin era un nuevo mañana.

Algunas de aquellas personas llegan para despejar el cielo de las nubes grises, para quitarnos las hojitas maltratadas y cosechar frutos nuevos, personas que vale la pena conocer, de la manera que sea, de la forma en que el místico destino nos ponga en el camino de otra, que por alguna razón que desconocemos, nos encontramos, quizá algo bueno que hicimos, quizá tal vez por lo mal que estábamos, no lo sé, pero lo que sí sé, es que siempre llega ese alguien, no tiene que ser alguien de forma romántica, el ser puede llegar en formato de amigo, familia o mascota, incluso hasta en un nuevo nosotros. Probablemente Seungmin no sería para Chan de manera romántica, debía aceptarlo, pero ¿Qué más daba? Tenerlo en su vida ya era una enorme ganancia que agradecía día con día.

A veces cuando menos lo piensas, cuando menos lo sientes, cuando no lo imaginas, ahí llega, te planea algo nuevo y entonces la duda está en saber si se conserva a lado tuyo o se va. Un miedo que se vaya ¿No?, Chan, ahí sentado en el pasto, con un helado del supermercado en la mano, el jugo de mora azul en otra y con Seungmin recargado en sus piernas disfrutando del poco sol que colaba tras las hojas del árbol en el que se cubrían del calor, sintió por primera vez en esos dos meses que se fueron como agua, por primera vez sintió... Miedo.

Habían pasado dos meses siendo los nuevos ellos, siendo distintos juntos era veintisiete de noviembre, un domingo, el onceavo domingo juntos, sí, juntos, pues desde el cumpleaños de Bang Chan, habían acordado en pasar los domingo de descanso, fuera de su soledad cotidiana.

El primer domingo, Bang Chan creyó que Han Jisung jamás lo vería, pues le había cancelado la cita y la había pospuesto para la tercera semana de octubre, así que solo se sentaron en la banca del parque al que fueron la primera vez que salieron juntos, y si bien no hicieron mucho, fue significativo, pues al platicar, conocieron poco más de lo que ya sabían, ese día Bang Chan descubrió que Kim Seungmin era la oveja negra de la familia Kim, no por ser mala personas, sino porque era el único que no estudiaba nada que ver para el manejo de la empresa, supo que Seungmin era de los Kim más importantes de Corea, pero descubrió que el chico era completamente distinto a lo que se esperaba de él, no era la oveja negra por ser malo, era lo oveja negra por ser demasiado bueno.

El segundo domingo fueron a un estanque de patos, donde unos cuantos los persiguieron por culpa de Bang Chan y el pedazo de pan que se le cayó al suelo, ese día Seungmin se rió hasta que el estómago le dolió y no tuvo más remedio que subirse a una resbaladilla para que los animales no los picotearan.

El tercer domingo Bang Chan suspiró profundamente antes de salir corriendo y abandonar todo ahí mismo, era correr o hacerse pis en los pantalones de tanta emoción. Seungmin lo espero en la puerta del enorme edificio que le esperaba, estaban a un paso de que ese futuro comenzará a escribirse. Han Jisung fue tan amable con el que lo hizo sentir como en casa, el día martes, Bang Chan tenía un contrato por firmar en la mesa de aquella oficina, Seungmin le tomó la mano por primera vez para reconfortarlo, sentir su cálido tacto fue mejor que incluso el documento que tenía frente a él, el tacto del chico se sintió magnífico para sus nervios, era como si internamente, Seungmin le repitiera que todo iba a estar bien.

El quinto domingo, Bang Chan renunció al trabajo que lo explotaba, sí, renunció porque pudo dar un cuarto de la deuda, y con el cuarto que llevaba se completó la mitad, por lo tanto su vida y sus letras ya no correspondían más al maldito trabajo explotador, Seungmin le acompañó mientras firmaba la renuncia, pues el chiste era dar la mitad del pago de la deuda, para que pudiera sentir una especie de libertad. Chan sintió tranquilidad en su pecho, pues solo con una sola paga había hecho un gran paso, uno que no había logrado en años enteros, ese día salió a tomar unas cuantas copas con los chicos del restaurante, con todos ellos, aquel día, Seungmin no contesto la llamada de noche, por primera vez con placer de no hacerlo.

Para el séptimo domingo, el del día del cine, Chan sintió que el burbujeo de su pecho no era tan normal y que con los días se intensificaba, se hacía más Grande, como un monstruo mismo que el consumía el pecho hasta envolverlo, quemaba placentero, le consumía con gracia, si moriría quemado, que mejor hacerlo, por aquello que le abordaba cuando veía a Seungmin. Lo miró casi toda la película, era una de comida, era gracioso verlo ver la pantalla y reírse hasta que las lagrimas salieran de sus ojos, los ojos se le hacían media luna mientras reía, la sonrisa era hermosa, sin duda valía la pena verlo así, de cerca, una ansias enormes de besarlo le invadieron, pero nada paso, porque nada sucedería, no cuando Seungmin no sentía lo mismo, no era justo, para ninguno se los dos.

Y este domingo Seungmin le había dicho que tenían una cita, que lo sorprendiera y eso hizo. Rento dos bicicletas, con todo y cascos y se plantó fuera de la casa del chico, este salió ansioso de verlo y pronto sonrió, siempre quiso pasear por la ciudad en bici, verdaderamente lo quería; que mejor cuando Chan le dijo que irían a su lugar secreto favorito. Quizá mintió un poco, no era tan secreto, pero si era su favorito, se sentía tan bien que no importó que su pantalón no fuera para la ocasión, Seungmin monto la bicicleta con entusiasmo, no sin antes burlarse de Chan.

— ¿Pero prometes que está vez no saldrás volando?— Chan se carcajeo por un momento, pero luego, paro en seco y lo miró mal. El día en que se conocieron siempre estaría presente en ambos, como su evento canónico, como un evento significativo que causaba un antes y un después.

— Ja, Ja. Tan gracioso siempre, Minnie.— Seungmin se burló un poco más mientras se ponía el casco.

— pienso seriamente que debería ser comediante. Tu serías mi chiste favorito — era un Chiste, pero Chan se lo tomó más profundo y entonces ser el favorito de Seungmin se volvió algo más significativo de lo que era, ser el favorito del chico se volvió como un placer, incluso si era solo un simple chiste.

Anduvieron en bici por toda la ciudad y ahí pronto agarrando un camino distinto, cerca de una pequeña colina alta que albergaba un intento de bosque recreado, algo simple como eso, pero lucía bonito y era genial para andar en bici, Seungmin se sintió feliz de estar ahí. Rebasó a Chan con una enorme sonrisa en el rostro.

— alcanzame si puedes, viejo — le gritó y luego Chan lo tomo personal así que estaban en una carrera para ver quien llegaría primero a un destino que aún no se sabía con exactitud, pero resulta que el destino no estaba tan lejos.

Llegaron al árbol donde decidieron descansar, pues la carrera habia causado estragos, dejaron las bicis en el pasto y luego se recargaron en el enorme árbol frondoso, al parecer lo suyo eran los árboles y la naturaleza, pues la pasaban mejor en esos lugares que en la ciudad. Quizá les gustaba la tranquilidad, la naturaleza y sus compañías.

Fue entonces que Chan sintió miedo. Miedo a lo que sentía por Seungmin en una tarde poco calurosa, con las hojas crujiendo en el suelo y lo calmado del viento, sintió miedo al verlo, con los ojos cerrado a su cercanía, sintió miedo de perderlo por lo que sentía. Compresible, Seungmin estaba por casarse y eso no dejaba de merodear su cabeza, el pensamiento constante de que jamás, jamás podría amar a Seungmin como quisiera. Y es que si Seungmin se llegará a enterar de lo que sentía entonces todo estaría terminado, todo colisionaría y entonces lo que construyeron se derrumbaría sin un mérito. Chan no quería que eso pasará nunca.

Pero es que verlo ahí, recargado en sus piernas, con los ojos cerrados y las pestañas cubriendo sus ojos, con la respiración calmada, casi como si durmiera y los labios estirado en una sonrisa, que indicaba un besame escrito en letras neón abundante, verlo, ahí,  era casi como un delito para Chan.

Las manos le picaban por enredarlas en su cintura y acercarlo más a él, y los labios le picaban por saber a qué sabían los del chico. ¿A qué sabrían sus besos? Esa pregunta no le dejaría dormir esa noche.  Lucían tan bien desde ahí, brillosos, carnosos y bastante lindos, moría por querer besarlo, pero nunca lo haría, eso jamás, jamás sería propio de él.

Pero mientras se perdían en el pensamiento de querer besarlo, Seung abrió los ojos en ese momento y entonces captó que Bang Chan miraba sus labios de una manera bastante enigmática, era claro lo que pensaba y en lugar de sentirse incómodo, unas ganas de estirar los brazos, tomarle el cuello y jalarlo hacia él le invadieron. Eso de querer plantearle un beso le rondo por la cabeza y entonces también miró los labios de Chan y pronto Chan cayó en cuenta de que aquí, el ambiente es cambio a uno más... Distinto. Se acercó un centímetro para calcular las aguas, Seungmin decidió levantarse un centímetro más, reteniendo todo lo que sentía en el estómago, su mente gritaba ¡Besalo! ¡Besalo! ¡Besalo! No pensaba nada más que en los carnosos labios de Bang Chan que le indicaba solo una cosa. Estaba a casi nada de mandar todo a la reverenda mierda solo para contestar la pregunta del sabor de sus labios, Seungmin estaba hipnotizado y ansioso, solo un poco más, unos cuantos centímetros más y todo comenzaría.

Pero pronto, su teléfono sonó. Y fue como si despertarán. Seungmin paso saliva y parpadeo muchas veces, Chan retrocedió, carraspeo y le dijo.

— anda contesta — su voz salió rasposa y picando por un "no lo hagas" pero no lo dijo y Seungmin se levantó de sus piernas para contestar la llamada

—Hola— murmuró —oh, no, nada de eso, solo que.. uhm, yo estaba casi durmiendo.— era tan malo mintiendo — ¿Qué? Oh, sí, no, no amor, claro que sí me alegra escuchar eso, solo que me tomo desprevenido.— su cara palideció, no se sintió como debería sentirse.— sí... Bien, está bien, hasta pronto.

La llamada colgó.

— ¿Estas bien?— Seungmin estaba distinto, como procesando las cosas.

— YungBin está de regreso. Llega mañana temprano — Chan sintió un golpe de realidad en el estómago.

❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹

POR FIN CONOCEREMOS AL CUCARACHO APESTOSO.

Dios, yo gritaba besooooo, siento si no, pero es que a mí no me gusta un Seungmin infiel la mera verdad. Que todo sea correcto, claro que sí jajajaja.

Lxs tqm, bai, besitos. 🩷

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