seis
Cuando Seungmin llegó dispuesto a trabajar nuevamente con todo el desinterés del mundo , incluso se puso un suéter obscuro de rayas para no mancharlo mucho ya que a veces era demasiado torpe y llevo su propio delantal con dinosaurios por todas partes que se compró en internet, Se dió cuenta de que el restaurante estaba vacío, las mesas estaban sin algún ocupante y las chicas estaban limpiando todo para poder cerrar temprano.
Sana limpiaba la mesa, específicamente una mancha de las albóndigas que algún cliente salpicó, Chae trapeaba el suelo con su aromatizante de manzana canela, Binnie contaba dinero de la caja y Chan no se veía por ningún lado.
La campanita le dió la bienvenida, sonó estruendorosa por el silencio que gobernaba dentro del local.
— ya está cerrado, no molesté — dijo Chae sin mirar a quien entró. Mataría a aquel que osea pisar su piso recién trapeado, es más, le haría trapear por manchar su adorado piso limpio.
—Chae, no seas una majadera— le regaló Sana y alzó la vista al chico que permanecía en el tapete de bienvenida, sin pisar absolutamente ni un pedazo de piso.— Seungmin, holaaa.
— ¡UPS! Creo que llegue algo tarde, hola Sana— se rió algo nervioso y sintiéndose un poco fuera de lugar. Changbin levantó la vista de sus preciados billetes y le sonrió de lado.
— pero que ven mis ojos, mi mejor trabajador está aquí, pásale muchacho, ven aquí — habló y Seungmin estaba dispuesto a ir a la caja donde cobraba Changbin, pero se detuvo por el grito que Chae soltó.
— DAS UN SOLO PASO EN MI PISO, Y TE HAGO LIMPIAR TODO CON TU PROPIA ROPA— Seungmin suspendió el paso que estaba por dar y dió su mejor cara de inocente, le sonrió a la chica y la chica se tranquilizó dejando de lado sus amenazas— Hola Seungmin, que gusto verte aquí.
— hola, hola— dijo con voz temblorosa, la chica a veces daba miedo, solo un poco realmente. Pasando unos minutos, cuando el piso se seco, Chae le indicó que ya podía caminar por el piso.— ¿Hoy cerrarán temprano?
— no hubo ni un muerto, estuvo vacío — le comentó Changbin— pero ten, un pastelillos para ti.— le entrego un pastel con fresas encima, Seungmin no dijo que no, se veía delicioso, todo lo que se preparaba ahí era rico, no había duda.
— ¿Y Chan?— pregunto antes de dar la mordida a su pastel. Changbin levantó una ceja y le sonrió coquetamente, como si supiera a qué iba esa pregunta o como si insinuara algo, digamos que Changbin se mascaba a que algo sucedía, lastima que Seungmin era comprometido, sino, haría una buena pareja con su amigo.
— lo despedí — comentó como si fuera la cosa más simple del mundo. La cara de Seungmin cambio de repente, dejó el pastel suspendido en el aire, abrió la boca con sorpresa y los ojos hasta el límite.
— ¿Q~qué dices?— Changbin vio su cara de preocupación y quería reírse en ese momento, pero pronto una voz a su espalda se oyó.
— Sin mi te mueres, Binnie, binnie— Chan salía de la cocina, secándose las manos en el delantal y con una camisa azul, azul como su cabello, azul, azul era el color de Chan sin duda, se veía imponente y tierno a la vez, Seungmin no quería admitir que lo miraba más de la cuenta, no lo culpen, el joven era guapo, divertido, llamaba la atención. — Hola, Minnie.
— Ch~an, hola— tartamudeo y se maldijo, se dió una bofetada mental, eso no estaba bien, el solo debía tener ojos para su marido, pero vamos, Seungmin no era ciego, tenía dos ojos y estos miraban muy bien a Chan. Se maldijo, incluso se sentía como un tonto, Seguro su novio no ve a otra gente, el tampoco debía hacerlo, mirar a otra persona con interés no debía.
El deber y el querer no era lo mismo.
— no te asustes, Bin no vive sin mí ¿A qué no?— se paró a lado de Changbin y le pellizco una mejilla, el chico le dió un manotazo en el estómago y se alejo de él.
— no, Channie, no vivo sin ti— dramatizo el bajito y eso saco una risa a Seungmin.
— lastima, jefe. Hoy tendrás que vivir sin mi un par de horas— le comentó poniéndose una mano en el corazón como si le pesará mucho dejar el trabajo y a Bin.
— ¿Qué? ¿Por qué?— Changbin miro a los dos chicos, Seungmin se sonrojo y Chan solo le sonrió.
— Minnie y yo vamos a salir.
— estás trabajando, Chan— fingió estar serio.
— mi trabajo termino, Binnie, ya no más trabajo para mí por hoy — se quitó el delantal, lo doblo perfectamente y se lo entrego a Changbin. Este lo recibió, junto con el beso en la mejilla que le dió Chan y con una mano en el mostrador, como si de un canguro se tratara, dió un brinco que lo llevo al otro lado este, justo a lado de Seungmin, este quedó sorprendido.
— wow, saltaste muy alto— elogió y Chan le sonrió con suficiencia, presumido el chico.
— soy muy ágil, sí, claro.— se elogió, puso su brazo en el mostrador y se recargó.
— quien diría que te conocí porque te caiste de la bicicleta — comentó Seungmin con una sonrisa de diablillo, Chan abrió los labios en sorpresa y Changbin comenzó a carcajearse con ganas.
— espera... Espera ¿Dices que Chan se cayó de la bici?— pregunto Chae detrás de ellos.
— sí, de hecho así lo conocí.— Seungmin se alzó de hombros.
— como, cuenta, cuenta— Sana llegó al mostrador y juntos prestaron atención como si fuera lo más interesante del mundo, Chan miraba a los cuatro con los ojos entrelazados, y a Seungmin le susurro traidor.
— pues, yo salía del trabajo, estaba caminando por la calle principal, cruzando el boulevard y lo ví en bici, paso a lado mío realmente. Luego, la llanta...— soltó una carcajada, reviviendo el momento canónico de Chan en su mente— la llanta se atoro en un hoyo y Chan— se volvió a carcajear — se fue de boca al piso.
Todos estallaron el risas, solo uno fue testigo de los hechos, solo uno fue quien sabía eso, pero los tres comenzaron a reírse como locos, se tomaban los estómagos y se burlaban del peliazul.
— es que... De verdad, de verdad lo hubieran visto ¡Voló!— estallo en más risas, hasta el punto de lagrimear, se limpio las lagrimitas y trato de tranquilizarse.
Pero la risa de Changbin no lo dejo, se reía tan gracioso que contagiaba, se rió mucho, mucho y cuando la panza les dolía por fin pararon, ante la atenta mirada de Chan y su mala actuación de querer parar la risa que se le asomaba en las comisuras.
—Bueno, bueno, si ya terminaron de reírse de mí, es momento de que Seungmin y yo nos vayamos a nuestra cita —Seungmin abrió los ojos y la risa le paró, cita, tenía años desde que él no tenía una cita, ni cuando su novio estaba aquí. La última cita a la que fue, fue en un restaurante costosos para festejar algo que no recordaba ahora, esa cita fue horrible, su novio estaba por terminarle, lo peor es que no se enteró por el mismo.
Fue en una llamada, estaban los dos tomados de la mano cuando llamaron a Yungbin, este se alejo de la mesa, y a Seungmin le andaba del baño, fue cuando él regreso que escuchó la voz de la mejor amiga de Yun decirle " sí lo vas a dejar, solo no le hagas demasiado daño y hazlo certero, no merece sufrir, Yun, Seungmin no lo merece"
Las lágrimas corrieron por sus mejillas, se sentó en la mesa y pidió una copa de vino que minutos después se le cayó en la mesa, lo estaba esperando, ahí, con la noticia de que tal vez saldría de ahí sin su novio.
Yung llegó normal, se sentó, comió, tomo su vino, le sonrió.
— Seung...— ahí estaba, el fin, lo supo y pasivamente lo acepto, no dijo nada, de verdad que no, solo quería que dijera las últimas palabras, solo eso, que lo destruyera, nada más. Alzó la vista de su plato y lo miro, Yung negó y solo le agarro una mejilla. — ¿Qué quieres de postre?
— ¿Qué?— estaba desconcertado, pensaba que le terminarían. A Seungmin le gustaba pensar que realmente Yungbin no quería dejarlo, que realmente era solo imaginación suya esa plática, Yungbin sin en cambio, estaba tan seguro de dejarlo que en ese momento se sentía como un cobarde, un maldito cobarde.
— es una noche especial, puedes pedirte algo de postre, se cuánto te gusta el dulce— Seungmin soltó a llorar en ese momento, no por que su novio recordara su amor por el dulce, sino que sabía las mentiras que el solito se estaba creando en su mente, que Bin quería dejarlo, que algo se estaban aferrando. Lloró, le mintió a Yung por primera vez, diciéndole que le alegraba saber que se sabía las cosas pequeñas que a él le gustaban, le mintió, se mintió era un mentiroso, uno muy grande.
— con que una cita, ehh— Changbin alzó las cejas de arriba a abajo coqueto, Chan le movió la cabeza y tomo el brazo de Seungmin ligeramente.
— vámonos Minnie, estos chismosos quieren saberlo todo— el castaño se dejó guiar por todo el camino a la puerta, metido en sus recuerdos, quiso llorar, pero se negó, no debía ser débil, no con algo que no pasó.— ¿el helado te parece bien?
— ¿eh? Sí... Sí, me gusta mucho el helado.— comentó, y camino con Chan a el auto, Chan frunció el ceño.
— ¿En auto?— Seungmin asintió.
— el centro comercial queda lejos de aquí, Chan.— los helados famosos del centro comercial eran carísimos y sus sabor no era muy exquisito, Chan negó, no, era demasiado dinero.
— te propongo algo mejor— Seungmin se recargó en su auto.
— Iluminame— Chan sonrió.
— te apuesto otra cita, a qué los helados dónde te llevaré, están mucho mejor que los del centro comercial — Seungmin quedó en blanco. Cita sonaba tan benditamente incorrecto.
— ¿Cita?— Chan cayó en cuenta de su error, se maldijo por intenso y le resto importancia.
— cita de amigos, ya sabes, esto de salir y eso— algo en Seungmin se decepcionó.
—Bien, acepto.— ambos caminaron unas cuantas calles al sur, había un paque, niños corrían y jugaban al fútbol, otros tantos solo estaban en la arena de juegos, había parejas, y árboles, el anochecer estaba cerca, solo unos cuantos rayos de sol iluminaban el cielo.
Había un carrito de helados en alguna parte del jardín, es donde ellos se acercaron, el heladero le sonrió a su cliente favorito.
— Hola Bob— saludo Chan.
— Chan, hola, ¿Lo mismo de siempre?— Chan asintió, su helado favorito era de frutos secos y yogurt, Chan se giró a Seungmin.
— ¿De que lo vas a querer?— la lista de sabores estaba pegada al carrito, Seungmin leía todo el cartel, todo sonaba rico.
— de Vainilla con fresa, por favor— El señor le sonrió y comenzó a prepar los helados.
— que bonito novio, Chan. Muy buenos gustos— Chan enrojeció violentamente con el comentario, Bob le daba los helados a cada quien, los dos estaban rojitos como tomates maduros.— bonita pareja.
— Gra~gracias, Bob— saco un billete de sus bolsillos y pagó, Seungmin solo se sonrojo agradeciendo el helado.
Probó el helado y pronto se convenció de que Chan no le mentía. Chan no mentía en lo absoluto y eso le gustó. El helado sabía a vainilla, pero luego en tu boca la fresa explotaba dejando así un sabor maravilloso, que sabía delicioso, realmente rico.
— Sabe delicioso — comentó entretenido
— sabe mejor debajo de un árbol— Seungmin frunció el celo y lo miro sorprendió. Chan solo le tomo la mano, sin entrelazar los dedos como tanto quisiera y lo jalo hasta un árbol de jacarandas que aún lucía demasiado morado. Se sentaron recargados en el tronco, y en silencio disfrutaron el helado. El silencio no era incómodo, para nada.
— me gustan los niños— comentó Seungmin de repente.
— a mi también, me gustaría tener hijos algún día ¿Sabes?— cuando pueda sustentarlos, ahora lo veía lejano, pero tal vez un día si podría.
— yo también, tener tres niños corriendo por la casa como unos locos... Me gusta mucho la idea, lastima que tal vez nunca lo logre.— eso último lo susurro. Pero Chan le entendió.
— ¿Por qué? Pueden adoptar, siempre en una opción ¿No?— Seungmin asintió.
— Claro, pero Yun no quien hijos... Menos que no sean suyos, y bueno— soltó una risilla — yo no puedo tener hijos por obvias razones.
— oh... Entonces ¿No quiere niños? ¿Y si tú quieres? ¿Qué pasa con ello?— Seungmin suspiró, ni el sabía realmente.
— supongo que cuidare bien de mis futuros sobrinos— Chan no supo que decir, no conocía a Yungbin y ya le caía un poco mal.— tocó ser el tío genial.
— tal vez y el cambie de opinión — Seungmin asintió.
— probablemente — sabía que eso no sucedería nunca. Yungbin nunca fue bueno con los niños.
El helado pronto se terminó, ambos se platicaron un poco de sus vidas, solo un poco, hasta que una pelota fue a dar a la cara de Chan de lleno. Seungmin se preocupo, pero al verlo bien comenzó a reírse. Un niño temeroso se acercó a ellos y comenzó a pedir disculpas, demasiadas disculpas.
—uh... Te perdón con tal de que me dejes meter un gol — el niño se sorprendió y asintió, Chan se levantó de un salto y Seungmin le siguió. El niño llegó emocionado con sus amigos, diciéndoles que tenía un adulto en su equipo.
— eso no es junto, Chan, el otro equipo no queda favorecido — Chan le sonrió, se ato bien las agujetas y le sonrió coqueto.
— entonces juega con ellos, Minnie—corrio donde los niños, y pronto comenzaría el juego, hasta que Seungmin suspiró, bien, no perdía nada intentándolo.
—¿Yo también puedo jugar?— los niños que no tenían a Chan asintieron contentos y pronto la partida de fútbol comenzó.
Chan era bueno no solo escribiendo canciones, también lo era para él soccer, Seungmin lo admitió cuando le metió el gol número 20. Fue un partido nada justo, pero aún así hicieron batalla. Seungmin como portero era un asco absoluto, un asco andante, pero no importaba se divirtió mucho con los niños.
El resultado final fue de veinte goles a seis, nada justo, pero a fin de cuentas no se fueron vacíos, Chan celebro con los niños, cargandolos como monos y festejando la derrota del otro equipo, ambos sonreían demasiado, Seungmin se sentía bien, en otro ambiente, pero buen, a salvó, conformé, se sentía malditamente libre. Chan sería un gran padre sin duda alguna.
💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚💚
Hola holaaaaaa
Disculpa si estoy bien desaparecida, no tengo inspiración:( de verdad que me quedé seca y eso no le gusta mucho.
Espero y le haya gustado este capítulo, lamento mucho la hora, soy tremenda nocturna jajaja.
Lxs tqm, besitos.💚
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro