final.
A veces pienso que la luna lo sabe todo. Sabe todo lo que pasa en todos lados cuando las luces se encienden y la noche abunda, creo que ve muchas cosas, tantos acontecimientos diarios de la vida nocturna; creo que puede ver lo dura que es la vida, lo maldito del tiempo, puede ver el amor y es testigo de los corazones, me gustaría creer que escucha súplicas y concede deseos, la luna lo sabe todo, y sin duda, está misma fue testigo de que la madrugada del treinta y uno de diciembre, último día del año, Chan lloró por amor.
Lloró desconsolado, a la orilla de la ventana de su apartamento, con Seungmin aún durmiendo placidamente dentro de su habitación, lloró por enojo, quedando con los brazos atados, pues... ¿Él que podría hacer realmente? A esa hora no tenía cabeza para pensar nada, solo decidió llorar y llorar y llorar por impotencia, es verdad que por amor harías todo, pero no sabía que hacer en ese momento, más que lo único que se le ocurría cuando niño: pedir un deseo a la luna. De niño Chan creía fielmente que la luna le concedía todo lo que pedía, usualmente siempre eran juguetes o algo importante para un niño, pero sí, sí se le cumplía el deseo y es por eso que amaba pedirle cosas al astro que ilumina el cielo de noche.
Pero creció, Chan un día creció y de poco en poco dejó de pedir deseos, ya no pedía deseos a la luna, tampoco al soplar un diente de león, menos de cumpleaños, pero este año, en su cumpleaños fue la primera vez que pidió un deseo, quien le devolvió la fe en la magia humana fue Seungmin, el chico que ahora debía alejar de su vida como si fuera tan fácil, tenía una oportunidad, solo una y este ya había pasado. Miro el cielo, la luna casi no estaba, solo era una rayita en el cielo y luego nada, pero su fé era más fuerte, miró al cielo con el aliento retenido en los pulmones, fuera hacía frío y se podía sentir a través de la ventana, pero eso no importo, Chan abrió la ventana, el viento le azotó la cara, pero no le importo, quería, realmente quería pedir ese deseo. Puso una mano en su corazón, Sollozo despacio y luego con todas sus fuerzas cerró los ojos.
"Por favor, que no se vaya, que no se aleje, que se quede, por favor, que él se quede a mi lado" pidió en voz alta, tal vez de esa forma la luna sí le oiría, se concentró mucho para pedirlo, una súplica nada discreta, luego, abrió los ojos, los tenía rojos y la nariz constipada, se abrazo a si mismo y luego, en silencio, cerró la ventana, aprovecharía las últimas horas de tenerlo así, en sus brazos.
Duro poco, el gusto duro poco, fue un encuentro fugaz que hizo tan Feliz a su corazón, no duró mucho, pero fueron los mejores días de su vida hasta ahora, eran como unas vacaciones momentáneas antes de partir a lo que el destino manda; entró a la habitación, Seungmin estaba relajado en la cama y su respiración era tranquila, ¿Cómo lo iba a dejar ir? Antes era más fácil, antes no sabía a qué sabían sus besos, pero podía morir con la duda, sin embargo, ahora que lo sabía, quería desaparecer, quería atarse a lado suyo y salvarlo del cruel destino, crear su propia historia, una dónde inevitablemente terminarán juntos, pero eso no sucedería; Chan sabía que hay cosas para toda la vida y otras que solo son momentáneas, desearía con el alma que Seungmin fuera para siempre y no solo parte de sus anhelos, no quería verlo ser un recuerdo, no podía pedir verlo desvanecer en su mente día a día, no quería olvidarlo, sin embargo tampoco podía atarlo, Seungmin tenía un corazón enorme y estaba sacrificando su libertad por todos los que quería, por Bin, por Chae, por Sana, por él. Seungmin no merecía eso, sin embargo, en ese momento no supo que hacer y se sintió aún más inútil.
Lo abrazo toda la noche, le dió besitos en la frente, escucho su corazón latir en calma mientras dormía y el rezo por no quedarse dormido para poder contemplarlo, porque esa era la última oportunidad que tenía para hacerlo. Le tocó el rostro, fue un simple roce de yemas con piel, pero la electricidad que le recorrió el cuerpo, le recordó que salir de ahí sería casi imposible, antes sabía que superar a Seungmin le costaría mucho, ahora lo veía imposible. Quizá su amor por él sí duraría por siempre o solo sería como todo: pasajero. Contempló su rostro toda la noche y a la mañana siguiente, lo dejo ir.
Lo dejo ir, Seungmin se fue, ambas cosas eran horribles, Chan solo le beso los labios luego de desayunar y después, con un vacío en el pecho y una lastima en el alma, supieron que al salir del lugar, la burbuja se rompía y pronto el amor debía desvanecerse. Imposible, era imposible, ese amor se había sembrado en sus pechos y para alejarlo les costaría más que lejanía. No hubo más charla, no un hasta luego, solo un adiós implícito en un beso y luego lágrimas que cuartean la piel por el frío, no solo era el último día del año, también el último día para su corto amor.
Seungmin lo dejo de pie en la puerta de su propia casa, no dejo que le acompañará ni siquiera a la esquina de su casa, dijo que no era conveniente, la sombra de sus besos aún vivía en sus labios, incluso después de un tiempo. En ese beso, el último, no solo se llevó su corazón, sino también parte de su ser.
Seungmin apareció en el periódico el primer día de enero, la foto era de revista, una familia de en sueño y en su mano un anillo que Chan no fue testigo de que existió todo este tiempo, lo vió sonreír, pero no era sincero, en sus ojos, si veías bien, se veía todo el dolor. Cuando Changbin llegó a casa fue testigo que Chan lucía agrio, Changbin consolo a Chan como buen amigo, el problema es que Chan no dijo nunca el motivo. Cuando la cafetería abrió, Seungmin ya no apareció por ahí.
Chan lo buscó, cada que sonaba la campanita de entrada, cada que pedían un macchiato, cada que miraba el celular, lo buscó entre rostros desconocidos, entre un mar de gente, lo buscó en sus recuerdos, en los más recientes, los días pasaban y de Seungmin no se supo nada, ya estaba escrito, todo estaba perdido y solo quedaba superar, todas las flores de vainilla que cortaba, se amontonaron una a una en el escritorio de su casa, tal vez dentro de poco dejaría de cortarlas, por otra parte, en el libro favorito de Seungmin, las tantas y tantas flores que le dió, vivían ahí como recuerdo de que existió, que todo fue real y no una simulación, condenado a vivir en fantasías lo que lo duro unos días, un bucle de recuerdos, unos tras otros y luego fantasías, sueños que no pasaron y noches donde solo dormir era la cura para su soledad.
El diecinueve de enero llegó más rápido de lo que se planeó. Seungmin se levantó temprano, se preparó un café que sabía malísimo, todo desde ese día lucía malísimo para él, malo, decadente, no había un día bueno en todo enero y el año le pareció largo, sentía nada, nada, no había nada, solo un traje blanco en la cama y luego un contrato de la venta del departamento, ya no viviría más ahí, una enorme casa en las afueras de la ciudad, la zona rica de ella, le esperaba lujosa. Ese traje blanco era lo que más quería lucir, pero ahora al verlo le hacía lucir un extraño para el mismo, el espejo le mentía, ese no era él. Pero no había nada más que ponerse, solo se metió al baño a darse el más largo baño de su vida y luego, cuando agarró valor, salió para colocarse el traje, se miró al espejo, a su lado no estaba quien lo vió por primera vez con el puesto, no había esa mirada de completa admiración y esas palabras maravillosas, no, no estaba Chan a su lado y entonces supo que estaba solo.
El camino al lugar donde la boda sería fue largo, el chófer le dijo que se veía muy bien, pero Seungmin solo pudo sonreírle, ¿Qué más podría hacer? No se sentía bonito en lo absoluto, ni cómodo, ni mucho menos feliz, quería gritar, pedirle al carro que se detuviera, quería correr, huir, cambiarse el nombre quitarse todo lo que lo uniera a esa vida que no pidió, lo tuvo todo, monetareamente no le faltó nada, pero ¿Y el amor? ¿La familia? Eso fue algo que Seungmin nunca tuvo, pero la familia fue quien más le quitó, maldita mierda, era lo único que su familia sabía hacer, quitarle cosas.
La ceremonia sería grande como él tanto quiso, ahora se arrepentía, le hubiera hecho caso a YungBin cuando le dijo que algo familiar sería mejor, pero él necio dijo que no, que su amor se celebraría en grande, ¿Cuál amor? Eso ya no existía más, ahora solo era un evento cualquiera dónde el sería el protagonista, aunque ni tanto, solo serían las fotos y después, el evento lo disfrutarían más los invitados. Seungmin no era ostentoso, pero siempre quiso una boda en grande, es por eso que con anterioridad había mandado a traer a tantas revistas como fueran posible, tantos invitados y demás, joder, solito se había puesto la soga en el cuello y ahora ya no había marcha atrás.
Llevaba un bonito ramo en la mano, rojas rosas le decoraban las manos y en el centro, como un recuerdo que le consolaba el alma, una pequeña flor de vainilla adornaba el ramo, era lo único que destacaba entre tanto color rojizo, su único consuelo de un amor verdadero. Miro por la ventana y cuando el camino que tanto conocía se miró cercano, supo que el fin estaba por llegar.
Había flashes por todas partes, el camino estaba lleno de paparazzis y personas que en su vida había visto, todo mundo tomaba fotos a sus llegada, suspiró fuertemente y formando la mejor de sus sonrisas salió del auto, la luz le cegó por un momento, los guardias le escoltaron al entrar, de repente, el ruido más molesto de campanas sonar anunciaron su llegada, no era una boda de iglesia, pero sí era una boda legal y despampanante, había tantos invitados esperando por él, lo podía ver a la lejanía. La chica que organizó la boda lo esperó para indicarle en qué momento era indicado para entrar, Seungmin quería llorar ahí mismo, la gente que lo miró, creyó que era por felicidad.
Su hermano llegó de alguna parte, tan rápido que ni supo de dónde salió, usualmente Taehyung era frío con todo el mundo, incluso con él mismo, pero al parecer Seungmin era transparente, pues su hermano lo primero que hizo fue darle un abrazo, que más que alegría, parecía un abrazo que te dan cuando sabes que ya no queda nada, un abrazo de consuelo, que trata desesperadamente de decirte que algún día, todo estará bien, Seung se dejó abrazar, correspondió al abrazo y luego intentó formarse en la fila para la marcha nupcial, los primero que saldrían serían los padres de YungBin, luego sus padres, luego si hermano y las damas, los padrinos y al último él, su hermano le tomó el brazo antes de que se fuera.
—¿Estás bien?— preguntó Taehyung sin querer llamar la atención de los presentes, Seungmin no asintió, no quería mentir.
— Estoy, eso es importante — su hermano le sonrió, fue un extraño momento de familiaridad, pero luego tuvo que irse por órdenes de la organizadora.
De tanta gente que había, no conocía ni a la mitad, solo Innie llegó a su lado para abrazarlo un momento pequeño y felicitarlo, pero Seungmin solo le sonrió como si todo estaría bien, la marcha nupcial comenzó, entró la gente que debía entrar por la alfombra roja y luego, cuando la canción cambio y sonó una diferente, una que siempre quiso que sonará en su boda, es que sintió un miedo horrible recorrerlo el cuerpo. La organizadora le indicó que era momento de pasar, pero Seungmin estaba congelado, congelado en su lugar sin querer avanzar realmente, tomo una bocada de aire, luego otra y luego una más profunda, no podía, no debía, pero ahí estaba, apunto de caminar al altar para unir su vida a alguien que ya no quería y que tampoco lo quería, era molesto, molesto pensar que estar ahí por obligación en lo que era su sueño, no quería avanzar, sin embargo lo hizo, dió un paso y luego otro, luego otros más hasta que fue visible pFs todos.
Todo era blanco, la nieve de afuera también lo era, las flores rojas como las de Bella en la saga de crepúsculo, todos lo miraban, incluso hasta Han Jisung estaba ahí presente, vaya que invito mucha gente importante, y ahora no debía hacer el ridículo. Caminó lentamente, las lágrimas le nublaban la vista y YungBin lo esperaba ahí, de pie como si nada pasara, de su lado de damas de honor solo estaba Jeongin y su hermano, unas conocidas señoritas, hijas de amigas de su madre y luego de lado de YungBin unos amigos suyos, nada más. El novio le estiró la mano para que Seungmin la sostuviera, en otro momento de su vida, por está acción se hubiera emocionado más de lo debido, pero ahora estaba ahí sin sentir nada, nada de nada, era solo un robot ahí parado, sin decir ni hacer nada, solo estaba ahí parado, tomando una mano cálida que le asfixiaba.
Ni siquiera presto atención a lo que el juez decía, ni miró nada, estaba perdido en su mente, en sus pensamientos que lo llevaban a otro lado, todos estaban presenciando el como uniría su vida a YungBin, quería huir de ahí, salir, alejarse, mandar todo a la mierda, cancelar la boda en ese momento, alejarse de YungBin, hacer el ridículo, pero no podía, su noble corazón no lo dejaba, no podía permitir que el daño que su madre ocasionaría. Se repitió mil veces que todo estaba bien y que probablemente, el amor por YungBin un día volvería y si no, pues se conformaría.
Su mente divagó, le jugó una mala broma y en sus recuerdos se proyecto la primera vez que conoció a Chan, lo guapo que le pareció y luego cuando le habló, lo bonito que se movió su corazón, recordó la noche en la que vieron estrellas, el como lo miró al despertar, recordó las aventuras de los domingos, el juego de fútbol con los niños, recordó la maravilla que era estar a su lado, quería tomar todo ese valor para ponerse de pie y salir de ahí, quería hacerlo, salir, huir, correr sin rumbo fijo, ser el mal agradecido de toda Corea, romper el corazón de YungBin en televisión nacional, quería, pero querer no es poder, pronto volvió a la realidad a la que se encontraba ajeno.
Volvió en buen momento, el sermón ya había terminado, el juez estaba diciendo algo importante.
— ¿Kung YungBin aceptas a Kim Seungmin como esposo?— YungBin asintió.
—Sí, aceptó.
Y entonces Seungmin lo hizo después.
—¿Kim Seungmin aceptas a Kung YungBin como tu esposo?— no quería, pero asintió.
— Acepto.
Los flashes aún alumbraban sus rostros, vaya, nada más una firma y después de eso, el fin, tanto como lo quiso, tanto como ya no lo quería, lo amo tanto y ahora ya ni lo guardaba en el pecho, no lo despreciaba, pero le tenía un poco de rencor, solo dijo que sí porque debía, nada más que eso, Jeongin le sonrió levemente y él quería llorar, lágrimas traidoras salieron de sus ojos, no supo parar las, ni siquiera controlarlas, no pudo hacerlo.
— Si alguien se opone a esta unión, que hablé ahora o que callé para siempre— después de eso iría la firma y luego un beso, Seungmin no esperaba que alguien hablara. Quería que alguien mágicamente le llevará lejos, a otro lugar, a otro momento, pero no, no, no, ya quería que terminara, quería firmar e irse a esconder en los rincones de la fiesta, que fuera todo más rápido y que terminara más rápido su tortura, sin embargo, el silencio absoluto le estaba atormentando.
De repente un florero cayó al piso, el estruendo se escucho más por el silencio, hubo un ruido fuertísimo entre los invitados y luego una voz habló.
— Yo me opongo — Seungmin giró demasiado rápido para verlo, Chan estaba ahí de pie, con una flor en la mano y el cabello perfectamente bien peinado, llevaba un traje que parecía de guardia y parecía que había corrido un kilómetro, aún así, lucía guapísimo, como un Dios fuerte e imponente, se paseó por la alfombra roja directo al altar sin dejar de ver a Seungmin— Usualmente no soy de esos que interrumpen bodas, pero justo en este momento, quién está ahí enfrente es el amor de mi vida y yo no soy tan tonto como para dejarlo ir.
— Esto es un mal entendido— se levantó la señora Kim de inmediato— ¡Guardias, saquen a este hombre de aquí! Es un intruso, no debería estar aquí.— pidió en seguida la mamá de Seungmin que estaba colérica, maldita sea, Seungmin estaba que temblaba, las piernas las tenía de gelatina y estaba mudo. Los guardias fueron en seguida a dónde Chan, pero otro ruido se escuchó, otro florero caro se rompió y Chae apareció.
—Yo me opongo— gritó entre tanta gente, Chan sonrió victorioso, los guardias lo agarraron, pero él se resistía, así que simplemente lo tumbaron al suelo, pero otros guardias fueron donde Chae a querer agarrarla también.
—Yo me opongo— la voz de Changbin sonó también, pero otro guardia que sostenía a Chan fue por el chico— ¡oh no! no, no, ni senté ocurra tocarme, porque voy a enojarme y eso no es bueno.
— Yo me opongo— la voz de Jisung también se escuchó, todos estaban impactados, no sabían porque tantas oposiciones a la boda, Jisung se levantó y mostro una enorme sonrisa, Seungmin estaba en shock por lo que pasaba, no podía mover ni un músculo ¿Era un sueño acaso?.
— Y no puedo faltar yo, yo me opongo.— la voz de Sana, la dulce voz de sana, también sonó en el lugar— mi bonito chico no puede casarse de esa forma.
— TODOS USTEDES ¡VAYANSE DE AQUÍ! — gritó la mujer enfurecida, los padres de YungBin estaba coléricos, todo era un caos, todo era una locura, todos comenzaron a gritar, los de la prensa a grabar, y los novios seguían en el altar.
—Yo también me opongo— Dijo Taehyung y su mamá lo miró con enojo, Innie con sorpresa y YungBin con alivio— esto es una mierda, tú te oponías desde siempre a su matrimonio ¿No? Se cumplió tu sueño, mamita.
— Todos estan malditamente locos— grito la mujer, el padre de los Kim veía todo atónito — ¡Están arruinando el día de mi hijo!, por favor, juez que continúe, tengo cosas que arreglar después de ella boda, saque a estos intrusos, por favor, no tienen que estar aquí.
— Yo también me opongo— YungBin habló con voz temblorosa, ya no importaba que todo se fuera a a la misma mierda, sus acciones y sus negocios, el sabría como arreglárselas después, para dos había trabajado tanto, se oponía porque no era feliz y nunca lo sería con Seungmin, ni Seungmin con él, ya no más, y por la bella amistad que tuvieron y por el cariño que aún existía por los años que compartieron, fue que habló, Seungmin tuvo rezo. Cuando le dijo que él había arruinado todo, es por eso que el chico no debía pagar las consecuencias de sus actos, actos egoístas que costaron el fin de un amor. Seungmin lloraba, reaccionó tarde, pero en ese mismo momento, cuando despertó del shock, votó el ramo de flores al piso y salió corriendo dónde tenía a Chan, a quien estaba luchando por sacarlo de ahí, pero se resistía, eran dos enormes guardias quienes lo tomaban con fuerza.
— Por si no queda claro, está maldita boda está cancelada porque yo ¡ME OPONGO A ESTA ESTUPIDA BODA !— Gritó fuertemente y se abalanzó a un guardia grandote que sostenía a Chan, se colgó encima de él tomándolo del cuello para que se alejara del peliazul y luego le ordenó que lo soltará a gritos, mientras seguía como un chango en la espalda del guardia de dos metros.
— Seungmin, regresa aquí ahora mismo, ¡Estás haciendo el ridículo!— grito su padre— sabes que esto no te conviene, esto no te conviene e
en lo absoluto, no te conviene, así que ven aquí y firma los malditos papeles.
— Oh, no señor, sus amenazas ya no cuentan.— dijo Sana, mientras trataban de alejarla de la enorme escultura a la que se aferró para que los guardias no la sacarán.
— Eres una insolente, a mi no me hables así, no somos iguales.— le respondió el viejo, pero Sana le saco la lengua como insulto, todos los invitados estaban en shock, otros reían, otros sabían que era un vergonzoso momento.
— Toda la razón, yo no vendería la felicidad de mi hijo, ustedes realmente es horrible persona.— grito la chica cuando el guardia logro safarla de la estatua.
— No tienes pruebas.— la chica sonrió con burla, mientras era llevada afuera a pesar de haber luchado demasiado por permanecer.
— De hecho, sí mamá.— la voz que hablo desde al lado del altar, fue la que más sorprendió a todos.
— ¿Qué dices, Taehyung?— el chico alzó los brazos y le enseño el en vivo de aquel gran portal de farándula.
— Que si tiene pruebas, me lo acaban de confirmar.— ese portal mostraba los papeles casi inhumanos y afirmaba muchas más cosas para que el imperio Kim no saliera impune, también atacó a la familia Kung, pero eso era otra noticia.
— ¿Qué?— preguntó la mujer atónita, cuando en ese momento, toda la prensa entro como loca por la puerta principal, flashes, fotos, personas con cámaras, fuentes de información y demás entraron, el caos se formó, los invitados corrieron, la masa de gente aumentó.
— ¡Que los papeles están siendo publicados en televisión nacional, señora!— le gritó Chan para que pudiera oírlo.
La presa entro por la puerta, alguien los había dejado entrar sin duda, los guardias no sabían que hacer, así que decidieron ir a salvar a la mujer que está siendo atosigada de preguntas .
— ¿Es verdad que ustedes tienen obligados a sus hijos a casarse?— les pregunto alguien
— ¿El contrato es real?— preguntó otro
— como es que puede ser tan cruel, eso es inhumano, no deben trabajar en el área de salud— le crítico otra mujer. El caos seguía, todos huían los guardias se esfumaron, Chan seguía en el piso, Seungmin a lado de él, el corazón les iba rápido, la euforia era más fuerte.
— Seungmin es momento de que nos vayamos— le dijo Chan entre cortado, su respiración no era regular y tenía jalada toda la ropa, incluso por el forcejeó seguro tenía algún golpe.
— Estoy de acuerdo— dijo el chico tirado en el piso.
— Nos espera un auto en la parte de atrás, hay que salir ahora.— ambos se levantaron del piso, en ese momento la duda llegó, ¿Y los chicos? ¿Y si algo les pasaba? ¿Era muy egoísta si se iba?
— pero... — Chan se acercó a él, le tocó la cara con anheló y le transmito una seguridad implacable. Todo estará bien.
— todos nos veremos en un lugar, es momento de irnos.— le tomó la mano, nadie los veía ahora, todos preocupados por otras cosas, nadie le tomaría atención a un novio fugitivo y un destructor de bodas.
Salieron de prisa, una camioneta les esperaba, Changbin de inmediato les hizo señas con las luces de ella y entonces pronto abordaron de inmediato. La cosas estaba rara, en la camioneta Chae, sana y Changbin los esperaban, pero también alguien más, un bonito chico con ojos de zorro.
—Jeongin— habló sorprendido y su amigo le dió una enorme sonrisa.
—Hola, Minnie— la camioneta se puso en marcha, todos estaban eufóricos y esperaban que nadie les siguiera, las ruedas rechinaron y la carretera les esperaba.
— ¿Qué acaba de pasar?— preguntó el novio fugitivo, Chan estaba a su lado, dándole tranquilidad, ambos sonreían demasiado, como si un secreto compartieran.
— arruine mi primera boda— vitoreó Chan, aunque todos lo habían hecho realmente.
— Realmente no sé... Cómo... Es que... ¿Qué paso?— preguntó aún con la adrenalina, el pecho le subía y le bajaba, todo estaban emocionados, cada quien en sus mundos, Jeongin rechazaba los descarados coqueteos de Changbin, Sana y Chae hablaban entre ellas, y ellos dos estaba en la parte trasera tratando de asimilar el acontecimiento.
— ¿Pensaste que me quedaría con los brazos cruzados?— le dijo Chan mientras estiraba los brazos, Seungmin de inmediato se aventó a ellos.
— ¿Qué hiciste?— Chan le sonrió, le dió un beso en la frente y luego continuó hablando.
— lo imposible, mi amor.— eso era maravilloso.
Bang Chan no mintió. Hizo lo imposible para que Seungmin pudiera escapar de esa jaula de oro, lo imposible es realmente lo imposible. Primero no quería hablarlo, estaba por la calle de la amargura, lloraba y se resignaba, que más podía suceder. Pero Changbin, el salvador de un todo, le hizo abrir la boca y fue el quien ayudo a Chan a encontrar un plan infalible.
— ¿Cómo? ¿Entonces lo están obligando a casarse?— Chan asintió molestó, Changbin solo se cruzó de brazos, era temprano, el café apenas abría.
— Sí, hay motivos por los que lo tiene atado, no solo es ese contrato absurdo, sino que le dijo que nosotros pagaríamos las consecuencias.
— Típico de gente rica, créeme — él conocía muy bien ese mundo.
—Pero es que no sé qué hacer, realmente no sé cómo evitar que él sufra, prácticamente se está sacrificando por nosotros.— Seungmin tenía el complejo de protagonista, ese que no puede mandar todo a la mierda con egoísmo, esta vez tenía un poco de razón, sus amigos no debían pagar algo que no debían realmente.
— Estoy seguro que se vió rápidos y furiosos— dijo Binnie con orgullo, su favorita era reto Tokio, sin duda.
— ¿Eso que tiene que ver, Changbin?— le regaló un Chan a punto del colapsó.
— La familia es primero.— imitó la voz de toreto, realmente aquí Seungmin era el pelón.
— Pero si la familia es la que lo está obligado— dijo desesperado, para familia como esas para que quería enemigos, pobre Seungmin.
— Channie, esa no es su familia— le corrigió su amigo— nosotros lo somos ¿Qué no te haz visto la saga completa? ¡Dios! Hombre, te hace falta cultura, su familia son sus amigos, nosotros somos la familia de Seungmin, es más, si jugamos a la familia tu serías el papá, él la mamá y yo el hijo guapo— la forma de Changbin para aligerar el ambiente era esa, a base de chistes.
— Bien, bien, pero es que no sé por donde empezar— Chan ya estaba más relajado gracias al humor contagiable del chico.
— Por el inicio siempre es bueno— ¡Ja! Gracioso, pero el rostro de Chan le demostró que no lo fue para él.
— No es momento de chistes— le riño.
— Es que si me calló no sería yo.— hizo un puchero tierno.
—Bien, a lo que vamos.
— Espera...— Changbin de repente se puso serio— ¿Te quieren meter a la cárcel?
— eh, sí. A pesar de que Seungmin abogue por mi, el dinero que le pertenecía aún no era suyo completamente, entonces me quieren acusar de robó.— odiaba a la familia Kim.
— Esto parece una telenovela turca— Changbin dió pequeños aplausos, amaba ver más telenovelas turcas con su abuela, de hecho, eso hizo en navidad.
— Sí, yo realmente no importó aquí, el problema es que incluso hasta a él pueden meterlo a la cárcel por romper el matrimonio— Changbin no cabía del asombro, era increíble lo cruel que eran, ojalá con todo ese dinero se compraran escrúpulos, porque eran personas sin moral.
— Es es horrible, va en contra de los derechos, sabes lo funado que sería si ese papel llega a la prensa— dijo en tono molesto, luego el silencio abundó en la cocina,
— ¡ESO ES MARAVILLOSO!— grito Chan de repente, haciendo que la charola con donitas se le cayera de las manos a Changbin, ni dijo nada, Chan no estaba para reclamos.
— ¿Yo? Sí, ya lo sabía.— junto todas las donitas crudas y con pesar las tiro a la basura, ojalá aplicará la de antes de dos segundos aún no las chupa el diablo, pero no, se había comprobado en un tik tok que eso no aplicaba.
— No, Bin, lo que acabas de decir.— Chan siguió en su labor.
— Pues sí, es casi una violación a los derechos humanos y la libertad.— era un trato inhumano.
— Pero no tenemos como llegar a ese papel.— si tan solo Chan tuviera ese papel en la mano, sería tan poderoso
— Yo creo que sí.— Changbin siendo siempre todo un genio.
— ¿Cómo?— preguntó intrigado, esperaba que fuera la solución.
— Hablando con YungBin, estoy seguro que él puede tener algo.— ahí su solución, Chan negó, no él lo absoluto, pero... Él era quien había terminado todo a un principio, así que simplemente podría ser un golpe de suerte que accediera.
— ¿Y la boda?— preguntó.
— De eso nos encargamos nosotros— ya lo planetarían cuando el primer paso estuviera concretado.
— Necesitamos gente— afirmó Chan, el plan de destruir la boda de Seungmin estaba comenzando a formarse.
— Exacto, somos cuatro.— cuatro eran poco, pero quizá los suficiente.
— Le diré a Han, espero y ayude.— siguió cortando la carne, el plan se pondría en marcha pronto.
— ahorita enfoquemos la atención en YungBin.
— es momento de hablar con él — eso era lo imposible.
Chan interceptó a YungBin un día diez de enero, nueve días antes de la boda. Se metió a su oficina sin ser esperado, a la brava, ni siquiera la secretaria de este se dió cuenta de su presencia, como un fantasma se escabulló en la oficina y lo espero sentado en la silla de invitados, la oficina era grande, los ventanales maravillosos, se notaba lo podrido en dinero que estaba ese lugar, observó su escritorio, nada estaba ahí, ninguna foto, ni un adorno, solo papeles y papeles, la computadora y lapiceros elegantes.
Cuando la puerta se abrió después de la junta, la figura de YungBin se asomó y entonces ambos se enfrentaron, YungBin cerró la puerta de su oficina insonora, ver a Chan ahí presente era como un pesadilla, no esperaba verlo nunca más, menos en su propio territorio, sin embargo, Chan estaba ahí, sentando en una silla d esu oficina y con tanta confianza que a YungBin le dio rabia.
— ¿Qué haces aquí?— preguntó descaradamente, es como si tuviera a un depredador en frente, tenía miedo pero actuaba con falsa valentía.
—Hola, YungBin— le saludo descarado y lo espero hasta que llegó hasta él.
— No eres bienvenido, lárgate de aquí.— le señalo la puerta con desdén, pero Chan sonrió de lado con burla.
— Oh, estoy seguro que te conviene— era el .as perjudicado sí, pero solo porque del acuerdo era al que más beneficiaba.
— Del amante de mi esposo no quiero saber nada, ¿Quién te crees?— su actitud arrogante no le llevaría a nada en ese momento.
— Duh, aún no te casas— aún Seungmin no era su esposo.
— Pero lo haré— le aseguró burlón.
— ¿Seguro?— Chan nunca daría su brazo a torcer, no frente a él.
— Claro, lástima que no invitaré a personas como tú a la boda, sino, con gusto te obligaría a ir, ir y que te retuerces al ver como él me dice que sí quiere casarse conmigo, al ver lo que ya no es tuyo— trato de celebrar una falsa Victoria, con sus palabras no lograba dañar a nadie.
— No es un objeto— en efecto, Seungmin era una persona, las personas no pertenecemos a otras, nadie puede comprarnos.
— Ese cuento para otros.
— No vine a pelear— le recordó ya harto del odioso hombre, era molesto, pero debía tolerarlo, de alguna forma él tenía algo que les sería útil a todos.
— De ti nada me interesa— se sentó en su silla al otro lado del escritorio.
— ¿Ni saber que se como puedo librarte de la boda?— YungBin cambio en un santiamén de cara, solo fue un segundo y luego se obligó a volver a ser frío.
— ¿Cómo sabes que no quiero casarme?— más que pregunta sonó a afirmación, le acababa de confirmar que no quería casarse.
— No lo amas, eso es motivo suficiente— era verdad, que jamás le daría la razón.
— Mucho está en juego si yo no acepto esa boda— mucho para él, mucho para sus negocios, mucho par solo que construyó con su esfuerzo.
— El interés siempre por delante, es por eso que Seungmin te dejo de querer— Seungmin le dejo de querer... Eso aún le dolía, dolía verlo al llegar a casa y que esté ni siquiera le hablara, dolía verlo, ambos estaban cautivos en la misma jaula.
— No hables de lo que no sabes.— le advirtió ya con enojo.
— Yo fui testigo de cada uno de tus desplantes, no soy nadie para hablar, pero realmente es solo para que abras los ojos ¿Te gusta ver a quien dijiste amar un día, así de destruido e infeliz?— eso sonó como un cañón entrado al pecho y disparando, no, en lo absoluto le gustaba, no cuando prácticamente toda su vida conoció a Seung.
— Ya hice feliz a Seungmin, puedo volver a hacerlo— eso hasta él sabía que era una gran mentira
— ¿Incluso si te obligas? El amor por obligación no es amor, YungBin, eso los destruirá a ambos.— advirtió en tono pasivo, YungBin solo quería que las palabras no le afectarán.
— No sabes lo que dices.— dijo entre dientes.
— YungBin, tu no lo amas, pero sé que alguna vez lo hiciste, por ese amor que le tenías, por favor, no lo destruyas, él no merece eso, él no merece que le quiten su libertad.— el silencio gobernó por muchos minutos, el reloj avanzaba y los tiempos se terminaban, Seung, Seung no merecía nada de ello y si alguna vez le quitó la felicidad, ¿Valía la pena hacerlo? ¿Ganarse su odio? No, no podía.
— ¿Qué quieres entonces? ¿Qué planeas hacer?—le preguntó demostrando poco interés, estaba sumergido en su cabeza y sus pensamientos.
— Exponer a sus familias.— soltó simple y YungBin casi se atraganta.
— ¿Qué?— preguntó.
— la cláusula dice que si alguno de ustedes rompe el matrimonio, las consecuencias caerán entre ustedes ¿No? A cualquier culpable. Bueno, eso quita que si alguien tercero a ustedes lo hace, la culpa no recae en ninguno de ustedes y legalmente no será posible llevar a acabo el castigo.
— ¿Quieres irrumpir la boda? ¿Pides mi autorización?— ese era su sueño, pero no pedía autorización, solo informaba parte del plan.
— Pero también quiero el contrato, quiero tener el papel para atar de brazos a sus padres y exponerlos ante la prensa, de esa forma se verán obligados a retroceder y a ustedes los dejarán de lado, porque lo legal recaerá sobre ellos.
— ¿Quieres que te consiga el acuerdo?— Chan asintió, la parte de destruir a sus familias la había conseguido ayer, cuando se cruzó con alguien interesante.
— Solo sí quieres ser libre.
—¿A ver, cual es el plan?— pido saber por tercera vez.
— Chico, realmente tu voz es molesta.— le dijo Changbin muy irritado.
— Estamos aquí, son cuatro extraños para mí y Han Jisung quien nunca me cayó bien en la prepa, estoy incómodo— se quejó otra vez, Changbin estaba nada de meterle un calcetín en la boca, los otros solo lo ignoraban.
— Cállate, que tú opinión no nos importa.— le calló de repente y YungBin hizo una cara de terror cuando Changbin se levantó de su lugar.
— Changbin...— advirtió Chan y soltando un bufido regreso a tomar asiento en la mesa.
—Mejor explica ya las cosas para que esto terminé.— pidió el molesto hombre otra vez.
— Estamos esperando a alguien.— dijo Chan algo impaciente, eran las tres de la mañana, el día 16 de enero.
— ¿A quien?— preguntó Sana, siempre curiosa.
— A mi.— la voz sonó en la puerta, una mujer bonita se abría paso en el local— Hola, soy la chica que...
— Organizas mi boda.— termino YungBin por ella.
—Esa misma— asintió contenta.
— Aún nos falta alguien.— agrego Chan.
— ¡Genial! Tenemos a cuatro meseros, un rapero, una organizadora y a mi.— dijo con ironía.
— un pendejo.— termino Chae y el ofendido se giró a mirarla con enojo.
— Muy graciosa— Chae lo miró seria
— no era un chiste.
— ¿Quien más nos hace falta? — volvió a preguntar Sana, la única contenta de estar a las tres de ella mañana en el local donde todo mundo decían que espantaban.
— Yo— la gruesa voz sonó otra vez en la puerta, con un abrigo negro, un look intimidante, Kim Taehyung entro por la puerta, luciendo como todo un sueño.
— Genial, mi cuñado.— dijo aún más fatigado YungBin, Kim Taehyung era casi intimidante (muy intimidante) para él.
— Me caes del culo, ya alguien tapele la nariz y póngame una cinta en la boca, rápido.— ordenó Chae harta de la voz de YungBin.
— eso es asesinato.— Todos en ese círculo odiaban al hombre.
— Solo cállate maldita sea.— le advirtió Sana, por primera vez dirigiéndose a él.
— Bien, no peleen, este es el plan.— habló Chan consciente de que funcionaría si todos actuaban como se necesitaba.
— Antes de que Channie hablé, la buena noticia de esto, es que me he reconciliado con mis padres, así que por obvias razones, a nosotros, ni al negocio le podrán hacer nada, viviremos tranquilos— advirtió Changbin con una sonrisa de lado, sus padres eran su as bajo la manga.
— callen al nepobaby.— grito Chae.
-—¡Chae!— todos corearon en grupo.
—¿Entonces mi hermano fue quien expuso los secretos de mis padres?— Chan asintió, se habían conocido por casualidad, Tae era un hombre ocupado, pero en un rato de descuido, Chan lo interceptó y pronto se volvieron amigos, por lo bueno buenos aliados.
— sí, de hecho no es un mal tipo.—Seungmkn sabía que su hermano no era tan malo, solo que como todos, tenía sus defectos.
—¿Y la organizadora les ayudo a pasar desapercibidos.?— sí, la chica les consiguió trajes y los cito horas antes de la boda para que nadie los viera y descubriera sus planes. Chae fue mesera, Sana florista, Changbin del coro y Chan un guardia de seguridad.
— Changbin le coqueteo.— Changbin siempre ganaba a toda la gente con su carisma, no pueden culparla.
— Si, pero no te pongas celoso, Innie, mi corazón ahora es tuyo— me hizo ojitos coquetos, Jeongin quien iba a lado suyo, lo miró con cara rara, como si fuera un divo.
— Aléjate tres metros de mi, estoy aquí porque él es mi amigo y yo lo apoyo.— sí, al ver todo el caos, busco a Seungmin por todos lados, pero no lo vió y Changbin al verlo despistado, le tomó la mano y lo llevo a la parte trasera del lugar, donde le aseguro que Seungmin llegaría.
— pronto cae.— todos se rieron en ese momento.
—¿ Y YungBin te dio el papel?— Chan asintió, a YungBin también le gustaba su libertad, no solo del matrimonio, sino también de sus padres
— así es— afirmó Chan. De repente, Seungmin comenzó a reírse, reírse fuertemente, casi como un desquiciado, se rió tanto que la panza le dolió y las lágrimas se le salieron.
— ¿De que te ríes?— preguntó Chan al verlo morirse de risa, cuando Seungmin logro calmarse después de que un ataque de llanto me llegará, fue que pudo hablar.
— L~los amo, los am~o a todos, realmente muchas, muchas gracias, sin ustedes esto no sería posible y yo... Yo los amo, maldición quiero besarlos— estaba tan sentimental, le había ayudado sin esperar nada a cambio, le ayudaron a que no fuera infeliz y que viviera si vida lejos de esa penitencia que tenía por familia.
— Sus besos me los puedes dar a mi, si quieres —se ofreció Chan de inmediato, Seungmin se levantó de su pecho y frente a todos le plantó un beso en la boca.
— Te amo, Chan—Chan casi llora en ese momento, las manos le temblaron, agarrar las mejillas húmedas de Seungmin se sentía como tocar el cielo.
— y yo te amo a ti, Seungmin.— se dieron unos besos más, todos como testigos de ese amor que lucía bonito.
—¿Y ahora donde vamos?— preguntó Seungmin al ver que la camioneta no se detenía.
— a fugarnos.— le dijo con una enorme sonrisa, Seungmin no sabía que pasaba, pero miedo no le dió.
— ¿Qué? ¿A dónde?— tenía curiosidad.
— Digamos que mi papá quiere conocerte— no iban directamente a ver a su familia, iba a darse una escapada mientras la aguas se calmaban y la vida en Corea se componía.
— ¿Vamos a Australia?— preguntó con una enorme sonrisa, tenía muchas ganas de conocer Australia.
— sí, si quieres sí, claro, si me haces el honor de acompañarme.— Seungmin asintió de inmediato.
— Joder, por supuesto que sí.— se acercó a darle otro beso.
— Me alegra mucho escuchar esto, realmente muchas gracias, mi amor.— mi amor, el estómago le revoloteo con el simple hecho de escuchar el sobrenombre.
— Muchas gracias a ti, gracias por ser quien eres Chan, gracias por amarme.— Chan le dio un beso en la frente.
— Gracias a ti por existir.— era un buen día para agradecer.
— usualmente no creo en los "para siempre", pero estando a tu lado, es cuando sé que esto puede ser verdad.— Seungmin andaba sentimental.
— ¡ay ya! basta, me llenan de azúcar.— aunque secretamente, Chae amaba ver las demostraciones de amor verdadero.
— Deja de estar de chismosa—le dijo Chan enseñándole la lengua.
— Del chisme vivo.— hizo una carita tierna y luego se le ocurrió una brillante idea— Ahora, ustedes a lo que están, pero por favor, si regresan, me traen un anaconda en la mochila, por fis.
— ¡Chae!— le advirtió Sana y Changbin al mismo tiempo para que se callara.
— me calló.— hizo un cierto en la boca y boto la llave.
Llegaron al aeropuerto, el camino fue divertido, la camioneta prestada llevo a todos a su destino, pero no sin antes dejar a la pareja en el aeropuerto, todos se bajaron a despedirlos, de ellos ninguno llevaba maleta, solo los pasajes de avión, papeles (los de Seungmin se los llevo Tae un día antes de la boda) y sus presencias, nada más era necesario. Sus amigos los despidieron con largos abrazos, chistes y promesas de videollamadas y pronto, el nuevo camino al mañana se acercaba, pero de la mano de Chan, el futuro ya no daba miedo, daba ansias, que bonito era amarlo, amarlo para siempre, un amor que dura y que promete mil maravillas.
Esta vez cada mañana, a lado de su café, una flor de vainilla reposaba. Los amaneceres al lado de Chan indicaban que en efecto, todo lo bueno estaba por venir, todo lo bueno se estaba viviendo ahora, cuando ellos dos por fin, estaban realmente juntos y completamente enamorados.
Fin.
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Si quieres escuchar el playlist, es mi bio encontrarás el link (◍•ᴗ•◍)✧*。
Hola. Que alegría me da presentar el final de esta historia tan bonita, es una alegría poder decirle que es otra historia terminada, muchas gracias, pues sin su apoyo esto no sería posible, Gracias queridx lectorx por tu tiempo, tu espacio, tus votos y tus comentarios, gracias por haber reído o llorado o incluso enojado, gracias por estar aquí, es un honor para mí tu presencia, GRACIAS.
Me pone un poco sentimental los finales, me pone aun más sentimental por el día que es hoy, es un día melancólico para mi, no hay razón (bueno sí, se me van todos los bts, pipipi) pero bueno, despedirme siempre me hace sentir melancolía.
Por cierto, entre otras noticias yo ando SUPER ORGULLOSA DE LOS KIDS, SON TAN GRANDES Y VAN POR MAS, PORQUE SE MERECEN EL MUNDO ENTERO, realmente estos premios son la recompensa de todo su esfuerzo, ellos son mi fuente de inspiración, uno de mis pilares, GRACIAS STAY por apoyarles siempre, sigamos haciendolo.
Sin más que decir, espero que mis historias te gusten ฅ^•ﻌ•^ฅ, te invito a pasar a leer mis demás obras, si gustas, sino, es un placer haber coincidido en esta, Gracias, suerte en todo lo que se propongan. No olviden que lxs amo demasiado y que estoy muy agradecida con todxs ustedes.
Hasta luego, nos vemos pronto.🩷
Wildsunlover.
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