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diecisiete (parte 2)

Hay cosas que son frágiles, cosas momentáneas que siempre creemos para siempre, pero que resultan ser solo de un rato, no todo dura para siempre, que mejor que de esa forma fuera, pero es mentira, es mentira porque todo tiene un fin tarde o temprano. De alguna parte escuché que para que algo nazca algo debe morir, quizá esa frase tiene mucho trasfondo ¿No?, no se necesita una muerte literal, es algo más... Metafórico. Sin embargo ¿Cómo saber que está muerto algo que alguna vez se sintió tan vivo? Como saber que murió cuando te aferras a que sigue letente por sus recuerdos. ¿Realmente está muerto si tu memoria lo mantiene viviente? Quizá y tenemos muchos problemas con saber si realmente murió o no lo hizo.

Seungmin sabía que ya no había nada más por hacer en su relación, todo había terminado momentos antes de salir en la casa enfurecido, pero todo incluía sus recuerdos, sus memorias, los acuerdos, la boda, no podía haber una boda donde los novios no existieran ¿No? Se estaba comiendo la cabeza al saber las reacciones de sus padres al enterarse que su matrimonio feliz se había terminado antes de empezar, al saber que ellos ya no eran nada... Por un solo momento y palabras hirientes de una persona inconsciente que dijo en un estado de ebriedad, gracias a ello se perdieron años y años de relación, años, experiencias, amor, vaya mierda.

El problema no era ese, el problema no era perderlo todo a semanas de la boda, el problema era que Seungmin no sentía ningún remordimiento o recentimiento al respecto,  o sentía lástima, ni tristeza, por extraño que parezca no sentía lo que creyó sentir si eso pasaba. No sentía ganas de regresar corriendo a pedir perdón , ni a rogar por una oportunidad, estaba sintiendo su libertad y eso le gustó. Le gustó tanto, tanto que incluso y a pesar de sus lágrimas, comenzó a reírse como un desquiciado. Se abrazo las piernas, el parque, aquel parque donde estuvo muchas veces con Chan le dio consuelo, Chan... Chan era un tema aparte, Chan era como una revelación secreta, un sentimiento aparte, sentía algo en el pecho al recordarlo, ahora lo miraba con más claridad, una claridad absoluta que lo tuvo riéndose aún más fuerte, que lo tuvo con una enorme sonrisa en los labios y le brindo calma en el momento que más lo necesitaba.

Ese día era navidad, supuestamente en esta hora debería estar en una estúpida comida de sus suegros y papás que se celebraba cada año desde que tenía memoria, era tonto pasar tiempo juntos, suficiente con el tratado que tenían para mantener sus ganancias, aunque Seungmin cada año se presentó, todos ellos en compañía de YungBin incluso cuando no los querían juntos,  todos los años Seungmin estaba presente en la enorme casa de sus padres abriendo el solo los regalos, repartiendo obsequios costosos a su familia y hablando estupideces banales de las cuales su hermano hablaba con él, pero no, este año Seungmin no estaría presente para ser el miembro más pasivo de toda la familia, no estaría para estar ahí de adorno acompañando a su novio y escuchando Como su madre y el padre de YungBin hablaban de negocios, ni como su padre se burla a de aquellos que necesitaban más que ellos, no estaría y estaba tan feliz de no estar que se sintió en paz absoluta, aunque desearía tener una esfera mágica de cristal que le mostrará la cara de imbécil que pondría YungBin cuando no lo vieran llegar a su lado, sería algo que costaría muchísimo, porque usualmente siempre hay prensa cerca ese día y usualmente la foto familiar aparecía en las revistas centrales, todos atentos a la unión más poderosa de todo Corea.

Se lo imaginaba llegando a la casa, con su cara de idiota sufrido, a decirles a todos que la alianza había terminado, seguro como el idiota que era lo culparía a él por haber terminado, a solo semanas de su boda, seguro lloraría y se inventaría una de vaqueros para que él quedará como el malo, ¡Ja! Sería maravilloso ver cómo se victimiza porque es lo único que sabe hacer bien, y también como se le cae la cara de vergüenza porque por su culpa todo se había ido a la mierda y ese cargo de conciencia le quedaría siempre en la mente, seguro por todo lo que había trabajado se iría a la mierda, pues sin la alianza, cualquier negocio que ya había cerrado se derrumbaría, amaría ver eso, la vena cruel que comenzaba a aparecer en Seungmin le había sentir poderoso, estaba tan cansado de leer siempre personajes con una personalidad dulce, harto de vemos recibir de todo sin atacar, no, el sé sentía malditamente bien al saber que el karma de YungBin llegaría pronto y ese Karma decía su nombre en letras doradas, amaría estar ahí, sin duda para verlo humillado. Pero no, no iría, no desmentiría cualquier estupidez que dijera su ex  en esa comida navideña, ¿Hablaría mal de él? Por supuesto que sí, YungBin actuaba de esa forma siempre, ¡Bien!, pues eso le importaba una mierda, no abogaría por su inocencia, quien quería creerle que le creyera, total, sus negocios a Seungmin no le importaban en lo absoluto. Pero... Estaba solo en navidad, solo... Nadie debería estar solo para navidad.

Entonces recordó la conversación que tuvo lugar el día de ayer. Changbin iría a visitar a su familia a casa, Chae a su novia y a sus suegros porque estaba nerviosa al saber que pronto Mina le presentaría a sus familiares y Sana tenía amigos a los cuales quería ver, pues no tuvo suficiente tiempo para viajar a Japón para ver a su padres, así que solo la pasaría con amigos en un gran día. De hecho, Changbin invito abiertamente a todos a pasar navidad con su familia, en especial a Chan quien no viajaría a Australia a pasar festividades con los suyos, pero Chan negó y dijo que aprovecharía ese tiempo para descansar, dijo que no tenía problema de pasarlo solo, pues al parecer la navidad no era muy lo suyo realmente, pero... Nadie debería estar solo para navidad ¿No?

Saco su celular del bolsillo de su abrigo, por suerte sí alcanzo a sacarlo, pues salió tan enojado de casa que no tomo ni su cartera del buró, solo se baño, se puso ropa par el frío y salió sintiéndose sofocado, si YungBin estaba ahí, Seungmin no quiso verlo. Marcó el número de Chan y espero que contestarán, dio un tono, luego dos, luego tres, luego cuatro y cuando pensó que Chan no contestaría el teléfono, la voz del chico se escuchó al otro lado de la línea.

— ¡Feliz navidad!— le dijo feliz, pero de solo escucharlo la voz de Seungmin no salió, un nudo se le formó en la garganta y comenzó a llorar fuertemente al teléfono — Minnie ¿Todo bien? ¿Qué pasa, bonito?— su tono cambio al de uno más preocupado

— C~Chan, ¿Estás ocupado?— preguntó en medio de su llanto, ni sabía porque llora a realmente, no se sentía triste, pero quizá terminar algo era realmente pesado, no se sentía triste sin embargo lloraba, la libertad era abrumadora, ¿Donde iría ahora? ¿Que sería de él? ¿Debía abandonar todo? Muchas preguntas surgieron en ese momento.

— No, bonito. Estoy libre para ti, siempre ¿Lo sabes, verdad?— Seungmin asintió, se limpio las lágrimas y busco su voz en el fondo de su pecho, la voz de Chan era como un calmante y una bomba de emociones, le daba tranquilidad y al mismo tiempo le emocionaba el corazón ¿Cómo era eso posible? ¿Estaba bien sentir eso ahora? ¿Y su momento de duelo?

— ¿puedes v~venir por mí?— tartamudeo, Chan se alarmó de inmediato, ¿No se supone que estaría en algo familiar? ¿Por qué lo llamaría a él? ¿Algo habían dicho sus suegros? No sabía que sucedía, pero de inmediato se levantó a buscar su abrigo.

—¿Dónde estas?— dijo mientras descolgaba la prenda para ponérsela, justo estaba al lado del gorro, se puso todo con rapidez

— en nuestro parque— supo que las lagrimas no eran de tristeza, porque en ese momento, la libertad  que le abrumo, le recordó que no estaba realmente solo, que la libertad existía por una razón.

— voy para allá.— colgó y se calzo en la manera más rápida que pudo los zapatos.

Seungmin se quedó en la banca esperandolo, se abrazo las piernas, realmente se sentía pleno, era una sensación rara, pues el cuerpo le temblaba, la mente le atormentaba y el corazón se le aclaraba. Tan claro como el agua, lo supo, no era nuevo, tanto lo negaba pero ahí estaba, oculto a sus ojos ciegos, pero guardado en su corazón. Lo quería a él. Quería a Chan y se negó tanto eso que en ese momento le explotó en la cara, claro, es por eso que el corazón le martillaba a su presencia y sus sueños lo invocaban, es por eso que accedió a las aventuras nuevas y es por eso el azul comenzó a aparecer le un color hermoso, lo quería, lo quería sonriendo, despeinado incluso malhumorado, lo quería y entonces supo que podía ser que eso sería recíproco.

Ya no le preocupó lo que termino, le preocupó que en ese momento, el tiempo paso rápido y todo era de prisa, le preocupó porque sabía que lo que rápido comienza rápido termina, pero ¿Realmente esto comenzó rápido? No, esto no fue rápido, Chan se fue ganando pedazo por pedazo un rincón en su pecho y luego pidiendo más espacio logro expandirse hasta empujar a aquello que amaba, pero sin dejarlo sin espacio para amar a alguien más, como le había pasado con YungBin, vaya, que diferencia, que diferente eran las personas y sobre todo, las sensaciones que provocaban.

— Minnie— la voz de Chan salió entre cortada, se notó que había corrido para llegar al lugar, al verlo una enorme sonrisa se asomo en su rostro.

— Channie— dijo con alivió en la voz, se levantó de la banca y camino para alcanzarlo, Chan le extendió los brazos y Seungmin rápidamente le abrazo, se abrazaron fuertemente, las manos frías de Chan sintieron alivio al tocar la cálida espalda cubierta de Seungmin.

— ¿Estás bien?— le pregunto si alejarlo de su pecho, Seungmin soltó un suspiro ¿Estaba bien? La situación ameritaba que no, pero lo que sentía le hacía estar bien ¿Cómo era eso posible? ¿Cómo era posible? ¿Estaba bien? ¿Estaba mal? ¿Había siquiera una buena respuesta para la pregunta?

—No, no sé...— eso fue lo más real. Estamos tan estipulados para sentirnos de una forma que cuando no sabemos describirla, nos causa conflicto. Se supone que siempre hay una manera de sentirnos conforme a situaciones preestablecidas. Cuando alguien rompe contigo ¿Que se espera de ti? Un luto de tiempo indefinido, sentirte como la mierda y demás ¿No? ¿Entonces por qué Seungmin no sentía nada de eso?

— ¿Qué pasa?— Chan le acarició el cabello con una mano, la otra los mantenía juntos en el abrazo protector.

— no quiero decirte aquí— murmuró, no quería que la gente lo viera como un insensible, no quería contar sus penas al aire libre— ¿Hay algún lugar donde podamos ir? No traigo dinero, olvide la cartera, así que no podemos ir a algún café o así, de todos modos no quiero estar rodeado de gente, quiero privacidad y la verdad no sé dónde...

— está mi casa— le interrumpió Chan, Seungmin suspiro ¿Su casa? Sola la conocía por fuera, pero jamás se había dado la oportunidad para que entrará a ella ¿Y si Chan se sentía incómodo con su presencia?

— ¿Me dejarías entrar a tu casa?— pregunto genuinamente, aún enterrado en el cálido pecho que le brinda más paz de la que ya tenía. No estaba ansioso, apunto de un colapso o confundido, solo estaba ahí, en brazos de Chan sintiendo paz.

— por supuesto, siempre que quieras— le ofreció el chico y acercó los labios a la frente del chico, le dió un besito leve y Seungmin le sonrió a pesar de tener los ojos rojos y la nariz colorada por el frío.

— gracias Channie— le dijo sinceramente, no solo le agradecía por dejarlo entrar a su casa, le agradeció por todo, por todo lo que Chan he hecho desde que le conoció.

— bien, vamos allá.— ambos se separaron, la casa de Chan realmente no quedaba muy lejos del parque, solo era caminar al rededor de diez minutos y encontrabas el lugar, Seungmin no llevo carro, todo lo material se quedó en casa. Seungmin apagó el teléfono en el camino y decidió que hoy, hoy dejaría todo de lado, dejaría que esa tranquilidad le durará todo el día, ya mañana vería que haría, pero hoy disfrutaría de esta navidad diferente. Llegaron a la casa de Chan, aún en un silencio cómodo, Chan abrió la puerta de su casa, no sin antes decirle que Changbin no estaba dentro, pues realmente a quien fue a visitar fue a sus abuelos, de sus padres se había alejado un poco desde que decidió no estudiar la universidad, no dijo más, solo le invito a pasar a casa y también le dijo dónde dejar los zapatos, le ayudo a quitarse el pesado abrigo que estaba humedo por los copos derretidos y le invito a pasar a la sala. El departamento era bonito, chiquito para dos hombres, pero demasiado acogedor, tenía dos habitaciones, compartían baño, tenía una cocina, sala y comedor, un guardaropa en la entrada y un cuarto de lavado pequeño, acogedor. Seungmin tomo asiento en la sala, Chan a lado suyo.

— y cuéntame ¿Qué pasa?— Chan quería saber cómo ayudar, no tanto el porque, solo quería saber el porqué de su llanto.

— Yo... Bueno— no sabía cómo decirlo, no sabía que decir, había pasado mucho y a la vez nada—  YungBin me terminó.— la cara de Chan era un poema, abrió la boca exageradamente con el asombro y luego, cuando la estupefacción se fue, la boca se le cerró, las cejas frunció y paso la lengua por su mejilla, la molestia estaba ahí, sin duda, pues ya sabía que algo malo había pasado. No, no se alegraba, alegrarse era algo egoísta y Chan no lo era, estaba molesto porque sabía que enteramente la culpa recaía en YungBin.

— ¿Qué? ¿ Por qué?— no sabía que más preguntar, no quería incomodar la extraña paz que Seungmin reflejaba ¿Y si solo era una fachada para simular que no le importaba pero en realidad estaba derrumbado?

— porque es un idiota— alzó los hombros con indiferencia, no sabía que más decir, ¿decirle que terminaron porque se dió cuenta que desde hace mucho que ninguno de los dos se quería como lo prometieron era motivo suficiente? ¿O decirle que ya no aguantaría más desplantes porque realmente estaba harto de dar todo y no recibir nada a cambio? O mejor aún, decirle que era enters culpa de Chan, pues al conocerlo comprendió demasiadas cosas, Chan ayudo a removerse las vendas de los ojos y ver lo que realmente merecía. ¿Qué debía decirle?

— uh... — que decirle al chico que me gusta, cuando terminó su compromiso con alguien más Google respuestas, Chan estaba a punto de buscarlo en el teléfono porque no sabía muy bien que decir, la noticia era impactante, ayer Seungmin estaba pidiendo a las chicas que fueran sus damas de honor y hoy estaba confesando que su relación terminó—¿Quieres platicarlo?

— solo diré que es un idiota y que no quiero verlo nunca más— un idiota que le había insultado, que le había despreciado y que sinceramente estaba ahí solo por interés, Seungmin no merecía eso, ahora se daba cuenta de ello, Seungmin merecía lo mejor, merecía ser mejor tratado, no conformarse con migajas de un amor que se desvaneció.

— lo siento— realmente lo sentía, Chan fue testigo de cuánto amor Seungmin le tenía a YungBin.

—no tienes porque— susurró y le dió una sonrisa tranquilizadora, como si el fuera quien diera consuelo y no quien lo buscaba.

— oh, bueno, es que era mucho tiempo...— Chan se rascó la cabeza con nerviosismo de no saber que decir, la noticia era bastante impactante.

— para mi mala suerte— murmuró casi con gracia, a Chan le desconcertó, la actitud de Seungmin era bastante tranquila, como su fuera algo simple.

—¿Te siente mal?— pregunto y Seungmin negó, acercó las manos hasta tomar las de Chan, era un gesto que siempre hacía últimamente, casi con inconsciencia

—No— confesó por fin, esperando ciegamente en qué Chan no lo juzgará, pues sabía que cualquier otra persona le reprendería por como las cosas estaban pasando, pero confiaba en que Chan no sería de esos.

—¿Qué sientes?— ¿Lo notan? Chan jamás sería el malo de ninguna historia, no cuando era Seungmin el protagonista. Pero sinceramente Chan quemaría el mundo su él se lo pidiera, la lealtad que ambos se tenían ahora era tan grande.

— libertad— libertad, libertad, que diferente, que sentimiento tan deliberador, tan magnífico, ¿Cómo terminar algo puede provocarte eso? ¿No te hace eso un inhumano? Si era ese el caso, Seungmin estaba feliz de serlo.

— ¿libertad?— Chan saboreo la palabra, Seungmin se sentía encerrado en esa selda de oro del que fue aislado desde siempre, podía entenderlo, liberarse era abrumador, no, no era la peor decisión, era de las mejores, no lo decía por intereses propios lo decía porque sabía de ante mano que Seungmin merecía todo lo mejor y lo mejor nunca fue YungBin.

— por supuesto.— ambos guardaron silencio metidos en sus pensamientos, disfrutando del contacto de sus manos tocándose levemente.

— Uhmm ¿Quieres un café?— pregunto Chan luego de unos minutos de silencio, Seungmin asintió tiernamente y soltó a Chan. Soltarse les hizo sentirse vacíos, extraño.

— por favor.— Chan se levantó, camino a la cocina y de inmediato preparo el café soluble que había en casa, no era lo mejor, pero eran bastante perezosos para hacerse un buen café. Cuando esté estuvo listo, lo sirvió en dos tazas y con cuidado las llevo dónde Seungmin.

— pero dime la verdad ¿Te sientes bien?— no dudaba de su sentir, es solo que realmente sentimos muchas cosas a la vez, no está de más preguntar una vez más el como se sentía.

— extrañamente no me siento mal— dijo Seungmin mientras le soplaba a su café, le dió un sorbo, uhmm, el café era rico incluso para ser solo de un frasco

— oh, entiendo— asintió Chan, no quería molestarlo con más preguntas.

— aunque fue mucho tiempo a su lado— admitió Kim, pero pensar en ese tiempo iba a atormentarlo, no tenía casi pensar sobre eso en ese momento, porque nada sería de nuevo como lo fue alguna vez.

— ¿es lo que te duele?— Chan trataba de comprenderlo, se puso en su lugar, Chan en su lugar estaría desecho,no porque lo quisiera, sino porque realmente el tiempo le atormentaba por las vivencias y demás, admiraba mucho a Seungmin, lucía intacto.

— es lo que no me permitió avanzar, abrir los ojos — murmuró, atarse a los recuerdos fue lo que volvió costumbre, no se amaban, ya no, lo supo desde hace mucho solo que los recuerdos le hacían creer que sí, el solito se engaño, pobre.

— quizá porque llevas apenas horas desde que paso— Seungmin quería que no fuera así, quería que esa valentía y fuerza le durará para siempre, por siempre, queria que no se terminará nunca que durará siempre.

—es que estaba realmente convencido de que era el amor de mi vida, creí desde joven que con el sería toda mi vida, que no necesitaba más, lo creí por años, Channie, años, pero el problema es que no lo reconozco ya, tiene tiempo que no lo hago y solo me hago tonto al creer que sí, que sigue siendo el mismo, ese que no puedo dejar ¿Sabes?, a veces siento que no lo amé realmente los últimos años, que solo me quedé amando su recuerdo, quien era cuando me enamore de él, de verdad es un golpe muy duro aceptar que realmente ya no existía, pero los recuerdos son los que impide que lo deje ir, eso creo, no es como que lo haya pensado demasiado, solo sé que es lo único que impide que lo deje del todo.

— ¿Y porque no lo dejas?— dijo Chan de repente, mirando fijamente a Seungmin

—no es tan fácil, Chan. lo conozco desde hace mucho.—Seungmin levantó los hombros sin saber muy bien que decir, no era una justificación, a fin de cuentas ya lo habían dejado todo, pero realmente hablaba del pasado, hablaba del pasado dónde los recuerdos son una bruma silenciosa y no sabes en qué momento los monstruos de extrañar vuelvan.

— existen mejores personas.— aseguro Chan, sin pensar mucho lo que salía de su boca.

— ¿ah sí? ¿como quienes?— Seungmin jugo con la pajita, las mejillas las tenía rojas, no quería imaginar cosas, realmente no quería hacerlo, pero es que de solo pensar en que Chan estaba por fin hablando sin una máscara le hacía sentir tímido, nervioso, con ganas de saber todo, no quería sutilieza, estaba con ganas de querer las cosas explosivas, radiantes.

—yo, por ejemplo.— dijo Chan y al instante se arrepintió, se arrepitio inmediato, no quería ser así de descarado, no porque Seungmin no necesitará sinceridad, sino porque creía que no era momento.

— ¿Qué?— pregunto Seungmin nervioso, no sabía muy bien que decir para no quedar como un tonto necesitado,

— ¿eh? Yo... Yo no, no me hagas caso, Min.— dijo sobándose la frente con el rostro rojo y la vergüenza palpable— ¡Dios! Me siento como un aprovechado, no me hagas caso realmente, estoy loco.

— tienes razón— murmuró Seungmin aún sonrojado, Chan tenía razón, Chan tenía razón, lo sabía, Seungmin lo sabía, lo supo desde que lo conoció.

— ¿En qué?— pregunto Chan sin entender, Seungmin dejó su taza en la mesa, tomo un respiró profundo y comenzó su discurso.

— En que eres tú quien vale la pena, Chan— murmuró, luego paso saliva y continúo con su discurso — y no lo digo ahora para que un clavo sique a otro, lo digo, porque lleva un tiempo que lo creo, Chan.

»Porque tu, Channie, tú me abriste los ojos, me enseñaste lo bonito de la vida, lo distinto de ella. No sé si me correspondas, ni siquiera se muy bien que es lo que mi pecho siente cuando te veo, pero mi corazón se altera de solo pensarte. Pero te colaste en mi mente, en mi mente, en mi vida, en mis sueños, en mi día a día, en mi tiempo, estás siempre estás, estás ahí, Chan, estabas de apoco y luego te ganaste mi corazón sin que yo me diera cuenta. Eres tu, Chan. Eres tu el causante de todo esto, eres tu quien provoca mis sentidos y los alteras y alocas mi pulso, me haces sentir, Bang Chan, me haces sentir.

Chan no espero nada, dejó la taza en la mesilla de centro y se acercó rápidamente a Seungmin, tocó el rostro de Seungmin y entonces ya no espero más. Sus labios se estamparon en una caricia, y entonces todo paso en cara lenta, Seungmin cerró los ojos de inmediato, soltó un suspiro y entonces decidió mandar todo a la mierda, siguió el beso, paso los brazos por el cuello de Chan, Chan soltó una mano de su rostro y con esta decidió tocarle la cintura, colocar l amani en ese delicado lugar y tomarlo con seguridad. Seungmin supo que hacer, era algo atrevido, pero ¿Por qué detenerse? Se levantó un poco, sin siquiera alejarse un poco de los labios que sabían afrodisíacos, y decidió ponerse de pie. El beso se rompió por falta de aire.

— no sé que es esto que siento, Channie. Pero por favor, hazme sentir más.— Chan estaba en un trance, como si eso fuera un sueño, como si realmente ese momento no existiera realmente, debía aprovechar sus anhelos ya correspondidos, tomo la cintura de Seungmin, este sigo tomándolo del cuello. Chan lo acerco hasta que sus rodillas chocaron y entonces de nuevo la magia sucedió.

Los labios de ambos volvieron a chocar, está vez quien dió el primer paso fue Seungmin, lo beso con fuerza, tanta tanta que realmente fue un trance mágico, los labios sabían a gloria y tocarlo era un placer, Chan besaba lento, pero con una demanda maravillosa, se sentía maravilloso de solo sentirlo, mágico, diferente. No supo cuando, en qué momento, pero ya estaba sentado sobre Chan, no, no había otra intensión en el ambiente, solo era besos tiernos, que se sentían de maravilla. Chan le recorría con las yemas de los dedos la cintura, el toque la cuidaba cosquillas pero no importo, no cuando se comían la boca en besos que sabían a gloria.

Seungmin supo que había tocado el cielo en ese momento y Chan quiso ser eterno, comprobó que los besos del castaño sabían mejor de lo que imagino y ahora que lo sabía, ya no quería dejarlo ir.

Pero hay algo malo de la magia, el problema de esta es que no dura para siempre y Seungmin sabía perfectamente que mañana sería otro día y las consecuencias se vendrían. Pero hoy disfrutaría, Chan tenía la razón, Chan, Chan, Chan, su Chan que ya quería, entre besos supo que después de ahí, ya no habría vuelta atrás.

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Que viva el amor carajooooo, besito Chanmin en antepe último capítulo claro que sí. Así que agarrese fuerte, porque cariños míos, los últimos capítulos se vienen fuertes.

Lxs amoooo, besitos. Bai.❤️

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